Endlessly

junio 6th, 2004

-… Y al levantarme esta mañana lo he hecho con un sueño… Aunque esta vez no era mío… Mi abuela, sentada frente a mí mientras desayunaba un trozo de bizcocho, me ha relatado el suyo… Soñó que estaba en un bosque frondoso, las ramas de cuyos árboles albergaban centenares de nidos con polluelos que podía oír piar desde abajo… Inesperadamente los pajarillos decidían dejarse caer desde allí arriba y mi abuela no podía hacer otra cosa que recogerlos y ponerlos entre algodones en un lugar seguro… Contado así, sin ver el brillo de sus ojos verdes, el sueño pierde mucho… Pero su asombro era enorme por lo insólito del sueño y en ningún momento parecía que hubiera sido un sueño angustioso o una pesadilla…

Muchos han sido los que han dedicado sus vidas al estudio de los sueños… Personalmente es un mundo que me apasiona y del que me gusta conocer todo lo posible… Pero esta mañana, mientras me tomaba el café con leche y escuchaba ensimismado como lo contaba mi abuela me he dicho a mí mismo… ¿Por que? ¿Por qué preguntarse el por qué?

Sonreí a mi abuela… Y ella me devolvió la sonrisa y continuó con su bizcocho… Y ese y un aluvión de besos ha sido mi mejor regalo hoy…

Porque todo es sueño… Y los sueños, sueños son…

Levitate me

junio 4th, 2004

Alec Eiffel

mayo 28th, 2004

[El brillo de luces intermitentes se cuela por la parte inferior del telón… Los destellos parecen ir de un lado al otro del escenario y con una precisión que ni el mejor de los relojes suizos podría alcanzar… El murmullo tras la cortina es incesante y se escapan bips y chorros de aire a presión una y otra vez…
Suavemente el telón se va alzando dejando al descubierto finalmente una profunda oscuridad… Un abismo espacial repleto de estrellas y constelaciones que cubre todo el escenario… Una nada que lo abarca todo… Y sobre las tablas, frente a ese extraño decorado de negrura, aguarda un artilugio plateado y repleto de luces que causa el “oh!” de admiración de los asistentes…]

[Seguidamente una de las compuertas de la nave se abre y de ella surge la figura del protagonista, enfundado en un mono plateado y sosteniendo un casco… En sus pies relucen unas zapatillas de deporte negras con detalles dorados…]

– Espero que ese “oh!” no fuera por las zapatillas… :S No os asustéis… No encontré unas bambas (aquí les llamamos así a lo que se conoce como deportivas o tenis, un descubrimiento dialéctico reciente) que fueran menos chillonas en la tienda, lo siento… Pero sin tanta luz no son tan cantonas… De verdad… Estas modas de hoy en día me superan… :)

Por alguna extraña razón esta época del año suele provocar que surjan nuevas sensaciones en mi horizonte… El año pasado fue el viaje a Londres… Un reencuentro con esa ciudad que no olvidaré y que pienso repetir en cuanto me sea posible… Y este año, aunque no se trata de un viaje como aquel, va a ser una experiencia la mar de interesante (y eso que no tengo que cruzar nada de eso en esta ocasión)…
Es una pena, porque por otro lado creo que me voy a perder un año más la feria de mi ciudad… Echaré de menos de nuevo el olor a algodón de azúcar y el chumba chumba de la pista de los autos de choque… Aunque desde pequeño la cosa había perdido gran parte de su encanto…

Mi viaje este año va a ser mucho más lejano aunque casi sin moverme de casa… Porque esta vez voy a llegar a las estrellas… Pondré el cuentakilómetros a cero y empezaré de nuevo… Bajaré la ventanilla y recogeré todas las que pueda con la mano abierta… Se acabó todo lo demás… Ahora me toca a mí… Me sumergiré en músicas de mil formas distintas y risas de millones de colores… Pondré mis ilusiones en remojo y les sacaré brillo mientras doy saltitos… Porque voy a ver cumplido uno de mis sueños esta noche… Siempre os he dicho que tenía demasiados… :) Y eso es lo más importante hoy…
En unos días, cuando todo haya acabado, estaré de vuelta… Cansado como se suele llegar de cualquier viaje que se precie… Pero también contento… Porque lo habré vivido…
Cuidaos y tened dulces sueños…

[El protagonista se enfunda el casco y pulsa un botón en uno de los paneles para cerrar la compuerta, que obedece lentamente… La escena es digna de un remake de E.T. (una suerte que Spielberg no esté en la sala para recoger la idea) pero con menos presupuesto y lucecitas sobrantes de la pasada Navidad… El murmullo de la máquina empieza entonces a incrementar su intensidad por momentos y pasa a convertirse en un girar de turbinas ensordecedor… La iluminación de las sala parpadea y pierde intensidad mientras parece que todo tiembla alrededor del escenario… Los asistentes no pueden evitar aferrarse a sus butacas inquietos…

De pronto las luces de la sala se apagan y un reguero de pompas de jabón mezcladas con una bocanada de humo con olor a pasta de dientes de clorofila despide a la curiosa nave, que se dirige a una velocidad endiablada hacía el torbellino infinito de oscuridad y estrellas… El público sigue asombrado como la nave dibuja espirales mientras se va alejando en el cielo perfecto de una noche perfecta hasta que su destello se confunde con un puntito luminoso más en una travesía que parece no tener fin… Porque incluso el universo se ha puesto de acuerdo para recibir a los Pixies como se merecen…]

Meladori Magpie

mayo 25th, 2004

[En el exterior de la sala suenan las sirenas de una ambulancia que se aleja… La tarde es fresca afuera y sopla una brisa que tira del calor del interior y lo lleva de la mano dar una vuelta entre las callejuelas desiertas de un barrio dormido en una tarde de primavera… La lluvia de los últimos días ha dejado los barrotes de las ventanas y los cristales salpicados de barro o polen, o una mezcla inidentificable de ambas cosas… Pero a pesar de la suciedad puede comprobarse que afuera nada parece moverse… Que el tiempo parece haberse detenido… Y que el actor principal no está demasiado motivado para ponerse a hacer un poco de limpieza…

El protagonista sale a escena y se sienta en el borde del escenario, con las piernas colgando en el abismo que separa el patio de butacas y las tablas… Con la vista puesta en el precipicio bajo sus pies se dirige a los asistentes…]

– Sería fácil dejarse caer… Caminar por el borde y en una oscilación tirarse al vacío… Y olvidarlo todo… Abandonar el día y morir en la oscuridad… Y dejarlo todo… Y acurrucarme en un rincón allí abajo… Pero no pienso hacerlo… No… Me lo he prometido y no pienso traicionarme… Porque para olvidar hace falta haber recordado algo… Y mis recuerdos son demasiado valiosos como para dejarlos escapar…

¿Y qué hacer? La verdad es que no es fácil seguir subiendo el telón día a día… Pero nadie dijo que lo fuera, y es el riesgo que se corre cuando se entra en este juego… A veces ganas cosas para luego perderlas… Encuentras deseos hechos realidad o latas de galletas vacías en un estante de la cocina cuando te apetecía una… Todo forma parte de un universo inmerso en un equilibrio tristeza-alegría… Estos últimos días he aprendido mucho de química y de cómo se relacionan la pegajosa melancolía y la siempre vaporosa felicidad… Coexisten en armonía a presión constante… Y la materia de la que estamos hechos tiende a uno u otro estado, sin perder nunca ese equilibrio aunque sea difícil de creer… A veces hacia el mínimo consumo de energía… A veces hacia el mayor desorden…

Han pasado cosas, sí… Sois un público avispado y yo no tengo otros argumentos en la cabeza desde hace un tiempo… Me es imposible hablaros de otra cosa sin encerrar mis fantasmas en un armario antes… A veces, aunque duelan, debes dejar que pasen las cosas… Que las hojas que han decidido caerse de tu bonsái dejen paso a otras que quizás florezcan con más fuerza… Y esperar que la próxima vez que vayas a la despensa encuentres el paquete de galletas que esperabas… Sólo es cuestión de tener un poco de suerte…

Por el momento he remachado mi corazón de hojalata… Creo que de momento aguantará unos días… Suena hondo si aprietas la lámina con algo de fuerza… Como las lecheras de pueblo que llevan las mujeres a lo alto de un mulo… Pero está listo y sigue latiendo… Y eso es lo que importa ahora… Eso y que algún día volveré a soñar con caballos que corren por un prado infinito…

[Y entonces el protagonista dedica una sonrisa tranquilizadora a los asistentes y empieza a chocar sus botas contra las tablas verticales del abismo, al ritmo de una canción con destellos de verano y mientras la luz de la tarde se convierte en crepúsculo y luego en noche…]

And on her doorstep
I saw that I was blind
I’d forsaken
What was mine

What had mattered
Mattered little now
We had shattered
Apart somehow

Ooh
I can’t help but stay the same
I’ll remain true to my name

Time to get up
And take the long walk home
For the first time
I go alone

Do you remember
When we first met?
Chasing down the alleyways
Behind my dad’s

Ooh
I can’t help but stay the same
I remain true to the name
Of lovers past
Good enough to lose
Good enough to choose you, too

Ooh
I can’t help but stay the same
Ooh
I remain true to the name
Of lovers past
Good enough to lose
Good enough to choose you, too

The Smashing Pumpkins – Meladori Magpie

Gigantic

mayo 14th, 2004

– Desde hace unos días me siento observado… Es extraño sí… Pero cuando miro de reojo la sensación desaparece… Me agacho para atarme el zapato después de vestirme en mi cuarto y al levantarme ya se ha ido… Me giro y lo vuelvo a notar… Es como si alguien se riera de mí… Pero miro y remiro y luego vuelvo a mirar… Y nada… Incluso me pareció escuchar una carcajada cuando la otra tarde me di un rodillazo contra una de las patas de la cama… Tengo un morado un poco feo desde entonces… Deberían hacer las camas acolchadas, pero incluso por las patas…

Cierta personita me dijo hace un tiempo que no era una mala idea dibujar una sonrisa en un papel y colgarlo en la pared de la habitación para verlo justo cuando abres los ojos al levantarte… Que eso, casi inconscientemente, te ayuda a empezar el día con mejor pie… A no querer ahogarte de nuevo entre las sabanas y salir a la superficie a ver como se cuela la mañana por la persiana…
Días después, cuando volvía de dar un paseo para olvidar alguna de mis tonterías habituales, me encontré un cartel que me recordó inmediatamente aquella receta mágica… No os voy a mentir, me costó lo mío descolgarlo, no porque estuviera bien pegado a la pared o demasiado alto, sino porque no quería ser inspeccionado por la mirada de curiosos o alguna maruja al acecho desde su balcón… Ya me conocéis… :$

No es fácil encontrar sonrisas… Y mucho menos en la calle y gratuitas… Se llevan más los bocinazos y las cacas de perro… Pero lo cierto es que desde ese día me regalan sonrisas allá donde voy, y cuando las tonterías vuelven, las mitigo con algo de ironía… Y mi nuevo cuarto me recibe con una enorme risotada del País de los Sueños…

Así no podrán seguir diciendo de mí que haya perdido la sonrisa… Sólo la tengo escondida… Allí… Esperando…

Winterlong

mayo 11th, 2004

[El telón azulado se alza lentamente con un ligero chirrido… Su engranaje ha estado bastante tiempo sin moverse y está pidiendo a gritos algo de grasa… A la vista de los asistentes aparece poco a poco un nuevo decorado que sirve de bienvenida al público que ha recordado que aquí hasta no hace mucho, había una función que representarse noche tras noche…
En uno de los laterales, una chica agazapada da los últimos retoques con un pincel fino a uno de los peces que aparecen en el nuevo telón de fondo… El pincelito recorre ungido en pintura anaranjada la aleta del pececillo ante la concienzuda mirada de la chica, que no deja escapar ni un solo detalle… De pronto, desde el lateral opuesto asoma una mano que chasquea los dedos… La chica advierte inmediatamente que está a la vista del público de la sala y tras sostener el pincel entre los dientes para tener las manos libres y recoger apresuradamente la lata de pintura, desaparece rápidamente por las escalerillas hacia las bambalinas…

Al instante, el protagonista salta a escena enfundado en un disfraz de oso… El pelaje no es excesivo pero la sensación de calor que transmite hace pensar que la función no será demasiado larga si no se quiere temer por la salud del protagonista, que lleva pintada la punta de la nariz con betún… El actor principal saluda con la mano a los asistentes y da inicio a representación…]

– Nunca me había sentido tan identificado con un oso como estos días… He estado hibernando durante varias semanas… Durmiendo poco, eso sí… Porque las noches me han deparado momentos maravillosos en compañía de algunos de vosotros… Pero al fin ha llegado el momento de dejar la gruta y empezar a acostumbrar los ojos a la luz del sol…
Un invierno particular que ha durado unos cuantos meses… Llega un momento en nuestras vidas en que todos mudamos de piel como serpientes… Y en este tiempo lejos del escenario han pasado cosas que han marcado mi nueva vida… Nuevas paredes, nuevos amigos, nuevas ilusiones… También pequeñas desolaciones, pero si no os hablo de las cosas buenas tampoco voy a hacerlo de las malas… Ya habrá tiempo para todo eso… Porque aunque todavía tengo el corazón latiendo a un ritmo moribundo, como los osos en hibernación, poco a poco espero que irá recuperándose y que todo volverá a fluir como en los sueños… Por senderos desconocidos llenos de magia… Y este teatrillo será testigo de ello… Le debo demasiadas cosas…

Mil gracias a todos los que me habéis ofrecido vuestro apoyo y vuestra compañía durante esta ausencia… Sabéis que os he echado de menos a todos y espero seguir contando con vosotros por mucho tiempo… Lo mejor está aún por llegar, estoy convencido…

[El protagonista se detiene un instante y esboza una sonrisa… Luego grita con entusiasmo…]

– Y ahora… Una ronda de miel para todos… Invita la casa… :)

[Y sobre el escenario aparece de nuevo la chica empujando una carretilla llena de tarritos de miel que el protagonista empieza a repartir entre los asistentes… Los pobres no pueden ni imaginar que deberán comérsela sin cuchara… Pero aun así nadie quiere perder la ocasión de saborearla y rápidamente abren los tarros y embadurnan sus dedos con el dorado manjar… Los hilos de miel que gotean forman cortinas de brillantes lágrimas anudadas entre sonrisas de complicidad…]

Harvest Moon

mayo 5th, 2004

– …Y es sabido desde aquella noche que cuando la Luna vio de nuevo las estrellas colgantes retiró su manto plateado del cielo y se dejó cubrir por la oscuridad, sabedora de que su luz no podía competir con la de mil ilusiones mecidas por la brisa…

He vuelto… Gracias por la paciencia… Empecemos de nuevo…

My My, Hey Hey (Out of the Blue)

abril 5th, 2004

My my, hey hey
Rock and roll is here to stay
It’s better to burn out
Than to fade away
My my, hey hey.

Out of the blue and into the black
They give you this, but you pay for that
And once you’re gone, you can never come back
When you’re out of the blue and into the black.

The king is gone but he’s not forgotten
This is the story of a Johnny Rotten
It’s better to burn out than it is to rust
The king is gone but he’s not forgotten.

Hey hey, my my
Rock and roll can never die
There’s more to the picture
Than meets the eye.
Hey hey, my my.

Heartbreak Hotel

abril 2nd, 2004

– Ahora que nadie me ve, sueño entre realidades imposibles…

[El taxi me deja en la misma puerta… Dejo caer las monedas en la sudorosa mano del taxista antes de abrir la puerta y pongo un pie en la acera… La noche ha teñido el cielo de negro sin avisar y llueve… Pero siempre he adorado la lluvia, y no me importa lo más mínimo que me cale hasta los huesos mientras me encamino hacia la entrada del hotel… La campana de los pantalones se moja en el primer charco que piso sin darme cuenta… Las botas blancas quedan cubiertas de agua sucia y algo de barro al instante… Tampoco eso me preocupa ya…

Al entrar en la recepción una sensación de calor me asalta tras el tintineo de la puerta… La estancia es bastante grande y la iluminación amarillenta con tonos suaves… La alfombra roja que conduce hasta la mesa de la recepción está llena de manchurrones aquí y allá… Me retiro la corta capa de lentejuelas que cubre mis hombros y me dirijo al recepcionista, que espera con una amplia sonrisa y las manos apoyadas sobre la gran mesa de madera oscura…]

– Buenas noches… Una habitación por favor… – le digo…

– ¿Va a estar con nosotros varias noches el señor? – pregunta el recepcionista…

– Me temo que sí… – respondo…

[El recepcionista se gira hacia el casillero y recoge una de las llaves colgadas en él…]

– Habitación 44, señor…

[El chico señala el ascensor situado a unos metros frente al mostrador y franqueado por dos palmeras resecas… Me meto en él solo, inmerso en mis propias tonterías y pulso el botón… La puerta se cierra fríamente y empiezo a subir… El hilo musical parece escogido especialmente para la ocasión… Es su canción… La primera… Los flecos de las mangas, tan blancos como la cazadora de la que cuelgan, parecen bailar al son de la melodía… Uno de los fluorescentes está a punto de fundirse completamente y parpadea una y otra vez… Se oye un zumbido al hacerlo en cada ocasión… El ascenso se hace eterno por momentos… Como si pensar demasiado hiciera que las cosas sucedieran más lentamente y la densidad del aire se hiciera tan pesada como la carga de mi corazón… ¿Por qué todo es tan complicado y los sueños tan inalcanzables? Me miro al espejo y entonces vuelvo a recaer y bajar de mi utópica nube… Es demasiado evidente que no podía quererte…
Luego la puerta se abre y empiezo a vagar por el pasillo de la cuarta planta del Hotel de los Corazones Rotos en busca de mi habitación…

Porque una vez amé a alguien… Y ese alguien desapareció, desgarrándome muy adentro con su adiós… Y cuando creí que lo que el tiempo se empeñaba en cubrir entre hojas secas de otoño debía quedar definitivamente atrás y albergaba algo de esperanza porque a mi vida llegara aquello que tantas veces había ansiado, todo vuelve a hacerse añicos de nuevo… E intento convencerme de que no podía ser… Y pongo todas las excusas que tengo en los bolsillos para reafirmarme… Porque aunque duele demasiado admitirlo, seguramente debía estar escrito así en alguna parte de algún destino que aún no conozco… “El protagonista se queda solo en escena…”

Ella era la gota de lluvia más preciosa en mi cristal… La Marilyn de este Elvis iluso y desencantado… Compartir un pedazo de noche con ella era como contemplar unos fuegos artificiales sin fin… Junto a ella todo era nuevo… Tempestad y calma… La droga perfecta… Un continuo despiste… Secretos y sorpresas… La sonrisa más dulce… La actriz de aquella película… Un batido de cafetería… Mil canciones… Un sueño…

Pero no puede serlo… Sólo podemos ser buenos amigos… Los mejores amigos del mundo, tal vez… Las dos almas gemelas más perfectas que puedan encontrarse, quizás… Y aun así nunca podremos estar juntos… Es imposible… Porque el dolor sería demasiado punzante al ver sus ojos y la tristeza demasiado asfixiante al besarla… Y con el tiempo, muy probablemente, ella se olvidará de mí… Poco a poco… Como ya me ocurrió aquella primera vez, muchos años atrás… Y entonces esa dulce sonrisa al teléfono pasará a convertirse en el sonido más cortante y dañino cuando la escuche envuelto en soledad… La misma que me está matando…

La puerta de la habitación tiene un 44 con números pintados en barniz dorado algo desgastados… El tornillo que sujeta el segundo cuatro por la parte inferior parece haberse caído, y puede balancearse jugueteando con el dedo si se tiene humor para hacerlo… Yo soy incapaz tan siquiera de intentarlo… Abro la puerta, entro en la habitación y me tumbo dejándome caer sobre la cama… Ahora sólo quiero dormir… Dormir y volver a olvidar ideas locas… Y darme cuenta de una vez de que esto no está hecho para mí… Aquí, donde se retira uno a olvidar aquellos amores imposibles… Aquellos que son los que más hieren cuando se acaban, si es que alguna vez tuvieron un inicio…
El desconsuelo quema demasiado adentro… Y yo ardo con facilidad… Esperando que la próxima vez que me atreva a cruzar alguna palabra con ella no me deje con el sabor del jarabe más amargo…

La ciudad ya duerme a estas horas y la lluvia continúa cayendo mientras la luz del neón de un anuncio cercano se cuela por la ventana… La vista es preciosa y deja ver todo un mundo ahí afuera que me pide a gritos que patee a la tristeza y haga algo por mí mismo de una vez… Pero soy incapaz de entender sus palabras… En la cornisa un gato de pelo corto manchado de negro y blanco juguetea con otro de largo pelaje grisáceo… Les miro y sonrío… Una vez fueron parte también de un deseo imposible…
Y sé que mañana volveré a despertar con esa sensación que deja la somnolencia cuando crees que has tenido un sueño en la punta de los dedos y aunque ni siquiera pudiste acariciarlo, no era el que iba destinado a ti… Y aun así sabes que no podrás quitártelo de la cabeza jamás…

Asking for it

marzo 11th, 2004

– …Y cuentan que entonces se dirigió al Pantano de los Sollozos, más allá de las Rocas Que Gritan, pasado el Monte de los Condenados… Donde la tristeza y la soledad danzan juntas rebozadas en fango… Allí, bajo una enorme roca cerca del riachuelo que regaba todo el lodazal aguardaba el Rey de las Ciénagas Desoladas… Fumaba de una pipa de formas enrevesadas y el humo que se escapaba de ella describía órbitas de incalculable trayectoria… Sus ojos desmesuradamente enormes y brillantes las seguían meticulosamente… Entonces él se atusó el pelo y se adecentó la camisa… Y preguntó… “Oh, Gran Rey de las Ciénagas Desoladas… Decidme vuestra noble merced… ¿Sois vos el conocedor del secreto?”… El rey entorno los ojos y dejó disipar una nueva bocanada de humo que se unió a la neblina sempiterna del pantano… “Guardo ciertos secretos, en verdad… ¿Cuál de ellos deseáis conocer?”, replicó el monarca envuelto en una túnica de harapos sumergida en lodo… “Decidme sólo el que anhelo saber… ¿Dónde habita la Esperanza?”… El monarca separó la pipa de sus labios y contestó… “No puedo desvelaros ese secreto joven viajero, pues lo desconozco… Pero quizás el Rey de las Frías Lágrimas pueda revelaros lo que ansiáis…”

Y el joven se sumergió en las Aguas del Silencio… Dando brazadas a través de las Simas del Desconsuelo… Esquivando las fauces de los Oscuros Que Muerden… Con los pulmones a punto de estallar… Y en medio de la oscuridad del abismo, una enorme burbuja acogía al Rey de las Frías Lágrimas… Jugueteaba con estrellas de mar con cuatro de sus brazos mientras que con los otros cuatro tocaba una lira… La melodía sonaba de forma delicada… El joven se introdujo en la burbuja y se secó la cara con su camisa… Respiró hondamente durante unos instantes y luego se dirigió al monarca… “Oh, grande entre los grandes, Rey de lo Sumergido… ¿Conocéis vos el secreto?” La piel translúcida del Rey de las Frías Lágrimas brilló con un destello amarillento por un instante y su mirada de ojos penetrantes se concentro en el visitante… Entonces contestó… “Tengo muchos secretos en mi haber… El de los Deseos Hechos Añicos, el de los Infinitos Sueños Ahogados… Decidme, extraño… ¿Cuál de ellos es el que queréis conocer?” El joven replicó… “Oh Gran Rey… ¿Dónde se va la Esperanza que se pierde?” El monarca humedeció sus ojos con el agua de una jarra de plata fina abrió sus branquias… Un reflejo cruzó el coral blanquecino de su corona… El rey replicó con voz profunda… “Lamento deciros, joven viajero, que ese secreto no está en mi poder… Pero puede que la Reina de las Hadas Marchitas sepa algo al respecto…”

Y el joven se encaminó hacia el Bosque Ululante… Mas allá de las Tierras de Hilo de Oro… Cerca de la Fuente de las Nubes Cantarinas… Donde las mentiras cortan como un vendaval en invierno… Donde el miedo crepita entre las Ramas Que Arañan Al Pasar… En el hueco de un enorme tronco seco se erigía un pequeño trono hecho de ramas secas trenzadas y resina de encina… Sentada en él aguardaba la Reina de las Hadas Marchitas y en el suelo, sentado a su vera, un duende mascaba hojas del té más amargo mientras se rascaba la cabeza… El joven expulsó las ramas prendidas en su ropa y se dirigió entonces a su Majestad Alada… “Oh, Gran Reina de las Hadas Marchitas… Decidme vuestra ilustre merced… ¿Sois vos la conocedora del secreto?”… La reina sonrió delicadamente con cierta picardía y lamió el palo de un nogal ungido en miel… Luego se dirigió a su invitado… “Conozco muchos secretos… El del sabor de la miel de las mil flores… El de porque el rocío cae sobre la menta fresca… Dime extranjero… ¿Cuál es el secreto que deseáis poseer?”… El joven dirigió su mirada al duende que observaba detenidamente el vuelo de una libélula y contemplo por un instante la luz de la incipiente Luna colándose entre las copas sin hojas de los más altos árboles… Luego contestó… “Necesito saber donde encontrar la Esperanza Perdida… ¿Sabéis vos, oh Reina de las reinas, dónde puede estar?”. La Reina de las Hadas Marchitas suspiró y reconoció resignada… “No conozco el secreto que me pedís y desconozco quien puede confesároslo…”, dijo… “Me temo que largo es el camino para encontrarla… Pero toda gran travesía empieza con un pequeño paso… Quizás ese secreto os sea de ayuda para encontrarla…”
El muchacho desesperado replicó entonces… “¿Qué viaje debe emprenderse cuando la tenemos tan cerca como dentro de cada uno de nosotros y no la encontramos?”

Y cuentan que el joven se dirigió entonces a su hogar… Y subió a un desván casi vacío… Y se sentó en una caja de cartón olvidada sobre un escenario… Y contó la historia de quien buscó algo de esperanza y no la encontró… Entonces abrió una galleta china de la suerte…

Y un mensaje en su interior, escrito en italiano, le hizo sonreír irónicamente…

Menos mal que iba a ser un buen día… :(

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