Preaching the end of the world

marzo 15th, 2014

– Una vez creí que cuando llegara el amor a mi vida, iba a ser para siempre… Realmente siempre tuve una concepción muy clásica de este tema, lo reconozco… Creía que cuando conociera a esa persona, sería mi compañera hasta el final, hasta que la muerte nos separara, como dicen en las bodas… Que construiríamos un hogar, tendríamos niños y seríamos como los viejecillos de Up: una pareja feliz y cómplice para toda la vida…

Quizás ese razonamiento fuera culpa de los referentes que fui teniendo a medida que crecía. Los 80s eran una época donde la cultura marcaba tendencias, y aunque también se empezó a transgredir con muchas cosas (la música, las drogas, el sexo), es cierto que en la educación dirigida a los pequeños, esos estándares seguían vigentes. Transmitir esos valores de nobleza, fidelidad o altruismo estaban a la orden del día… Sólo tenéis que recordar a He-Man y los Masters del Universo (que incluso reservaban una parte al final del episodio para contar la moraleja de la historia), Willy Fog y la Vuelta al Mundo en 80 Días, Dartacán y los Tres Mosqueperros o Los Pequeñecos, entre otras series para ver a lo que me refiero.

En mi nuevo aprendizaje me he dado cuenta de lo equivocado que estaba. Somos seres orgánicos envueltos en una espiral universal de cambios. Es normal que nada dure para siempre. Ya lo decía Heráclito: «todo fluye, todo cambia, nada permanece»… Y las emociones no son menos…
Los cosas han cambiado mucho en estos años y esas referencias, en un mundo tan cambiante como el actual, han perdido parte de su vigencia. Hoy en día es muy difícil encontrar parejas que se aguanten más allá de 10 años. Incluso personas que se unen en matrimonio, acaban divorciándose por sorpresa al poco tiempo. Las relaciones se rompen con la facilidad con la que se rasga un papel. Años atrás, se aguantaban carros y carretas (y no digo que eso fuera lo correcto), pero se tenía más paciencia, se intentaba comprender al otro, empatizar y valorar lo que se tenía. Hoy vamos a otra velocidad. Todos corremos en busca de la propia felicidad arrasando con lo que se ponga por delante. Como las mantis devorando a su amado… No hay esperas. Es ahora o nunca… O al menos, esa es la sensación que tengo… Y no juzgo si estos momentos son mejores o peores que el pasado, simplemente, evidencio que todo es diferente ahora…

A pesar de todo este entorno cambiante, mis sentimientos fueron siempre los mismos durante estos años… Yo seguí pensando todas esas cosas… El amor para siempre, la persona ideal, el complemento soñado… Porque no me ha gustado nunca jugar con la vida de nadie, de la misma forma que no me gustaría que nadie jugara conmigo y con mis emociones… Me hubiera sentido muy ruin… Quizás porque tengo esos valores demasiado asimilados en mi interior… Pero lo cierto es que nunca dejé de creer en ese futuro, a pesar de los altibajos que todos sufrimos…

Una de mis películas favoritas por aquellos tiempos fue (es El secreto de la pirámide (o El Joven Sherlock Holmes). Me encantó la excusa de recuperar a un personaje tan carismático como Sherlock Holmes dándole un origen y jugando con él. También me impresionó en su día la estética y el hecho de que apareciera la civilización egipcia en la historia (por entonces creo que quería ser arqueólogo, después de haber visto Indiana Jones). Y sobre todo, me apasionó la aventura y los giros narrativos, incluso después de los títulos de crédito. La habré visto casi cincuenta veces, sin engañaros. Creo que compite con los Goonies a segunda película que más veces me he puesto (la primera es, incuestionablemente, Laberinto), hasta el punto de conocerme los diálogos casi de memoria.
En uno de los lances de la película (las partes de impasse que en realidad no me atraían mucho a esa edad) un chico muy estirado y bobalicón que se llamaba Dudley se quería dar aires de grandeza pavoneándose ante un grupo de compañeros, entre los que estaba el joven Holmes. Hablaban de lo que iban a ser de mayores.

Entonces Dudley preguntaba:
– “Holmes. ¿Y tú qué? ¿Qué quieres ser cuando seas mayor?”
Y Sherlock contestaba:
– “No quiero vivir solo.”
Y dirigía una mirada a Elizabeth, su amada.

Esa respuesta me quedó grabada para siempre. Muchas veces en mi vida la he recuperado y he revisado si yo respondería lo mismo o no. Ha habido épocas en las que pensaba que era absurdo que alguien no fuera capaz de vivir por su cuenta, sin depender de nadie. Luego, al probar las mieles del amor, pensé que efectivamente había logrado lo que quería. Había encontrado la persona con la que quería estar. La perfecta, a pesar de las imperfecciones que todos tenemos. La compañera que me entendiera y apoyara, y que valorara esas mismas cosas de mí hacia ella.

Pero ese futuro quedó desintegrado en un limbo de imposibles… Y además, me he dado cuenta de que será difícil volver a coincidir con alguien hasta el punto de poderla considerar un alma para toda la vida. Somos todos muy diferentes y todo es efímero… Y apostar tu corazón de nuevo en estos momentos, da miedo. El dolor por el que estoy atravesando me aleja de intentar recaer en ese idílico mañana. Es como el lobo que sale ahuyentado por el fuego de una antorcha. La travesía por el desierto está siendo muy dura, no os lo podríais llegar a imaginar. Ni queriéndolo a posta, hubiera conseguido hacerme descender tan profundamente a mis infiernos… El barco nunca se había encontrado en una situación tan lamentable. Los misiles acertaron de lleno en la línea de flotación de la nave y el naufragio ha sido inevitable. Y si dejo constancia de este momento aquí, es precisamente para en un futuro poder releerlo y comprobar si este dolor todavía hace mella o si al fin he conseguido superarlo y ser más fuerte. Pero los días son muy largos y las noches tienen demasiados tintes de recuerdos. Lo peor de todo es que no hay fórmulas mágicas para superar estos avatares. Sólo el tiempo. Y el tiempo pasa tan lento a veces…

No he perdido la esperanza en mí y en que algo bueno tiene que llegar después de todo este camino. Por el momento, hay que restaurar los daños en el casco y concentrarse en sobrevivir día a día, sin mirar atrás… Y mientras, empezar a aprender a vivir el resto de mis días solo… Porque, aunque nadie sabe cómo evolucionará el futuro, por el momento no podría soportar un daño más como ese…


(el video tiene delito… uf…)

Madness

marzo 8th, 2014

[Cualquiera que tenga en mente un desierto, reconocerá casi de inmediato que la monotonía impera a sus anchas… Todo es arena… Dunas por todas partes, algunas más grandes, otras simples montículos… Pero siempre la misma arena ardiente, el mismo sol abrasador y las mismas ansias por refugiarse del calor y beber… Este desierto no es menos que ninguno, y aunque la sed en realidad es más metafórica que otra cosa y la arena sólo unos sentimientos obligados a desaparecer, a veces el aburrimiento llega a ser desquiciante…
El protagonista está sentado en el suelo con la mirada perdida en el suelo. Ha sido una semana que pese a haber volado, le ha dejado algo exhausto. Juega con su dedo trazando círculos en la arena… Poco a poco el círculo se va agrandando y el dedo empieza profundizar poco a poco, apartando cada vez más arena hacia los laterales. Sigue y sigue removiendo, y el pequeño agujero se va agrandando hasta ocultar ya las manos… Al poco el agujero ya llega a la altura de los codos… Y en poco, el protagonista sigue escarbando tumbado en el suelo y con los brazos completamente introducidos en un gran agujero que no puede dejar de crear…

Y de ese mismo agujero, empiezan a asomar estructuras metálicas de hierro forjado… Figuras retorcidas que parecen no sorprender al protagonista, inmerso en la excavación y ya dentro de un enorme cráter que se ha formado en medio de su desierto…

forjado2

Y a esos forjados le siguen otros muchos, y estructuras con filigranas… Y puertas de madera maciza con grabados y cristales de colores…

forjado2

Y entonces el protagonista entra en la puerta misteriosa, y tras un buen rato vuelve a emerger de aquella extraña gruta con algo entre las manos…

Saborea la locura

-Si hay otra cosa que he aprendido durante todo este tiempo es que el esfuerzo que inviertes en lo que haces, que lo que duele escribir cada palabra a veces, que todos esos sacrificios que haces para conseguir tu sueño, muchas veces tienen al final su recompensa.
No siempre es así, desgraciadamente. Hay veces en que pones todo de tu parte y las cosas no acaban saliendo bien. Porque la vida también parece que guarda un reverso oscuro en sus pliegues, siempre con la moraleja de seguir aprendiendo de esos reveses.
Pero en mi último reto importante, como fue la carrera, ya se vio que la dureza de compaginar el trabajo, la vida familiar y los estudios, alargando las noches y sufriendo durante las fechas de entrega constantes, al final tuvieron su recompensa, algo agridulce en mi caso, pero recompensa al fin y al cabo. Superar las adversidades te hace más fuerte, y verme capaz de llegar a la meta después de aquella época fue una victoria que nunca olvidaré… En cierta forma, el nuevo reto de la novela busca llevarme a ese estado… Recordarme de lo que soy capaz con sacrificio, confianza y esperanza…

Ayer tuve una nueva señal. Unas páginas en las que vuelvo a aparecer. Claro que no es un libro con mi nombre en solitario en la portada, pero cada aparición de este tipo me acerca a algún día llegar a ese punto… Es una pequeña batalla ganada a mi pesimismo… Y es algo que me anima y me llena de cierta felicidad.

Como me dijo una persona que me está ayudando en esta andadura, no puedes dar el paso doceavo directamente. No puedes preocuparte por él, porque antes tienes que dar el primero y luego el segundo y así sucesivamente. Éste es sólo un paso más… No puedo preocuparme por cómo acabará todo esto… Sólo seguir dando pasos… Es una gran lección de una persona que me está enseñando mucho… Estoy teniendo mucha suerte…

Lo curioso de la antología es el título… Mi relato no juega con la locura, pero he visitado recientemente el terreno de la desesperación, y no es especialmente agradable… De hecho, aún estoy buscando la salida… Paciencia… Tiempo… Seguir soñando…

Si os hace gracia encontrar mi escrito, podréis encontrar el libro en FNAC, Casa del libro o El Corte inglés, además de en cualquier librería si lo encargáis. Y si lo lees y te ha gustado (o no) me encantará saberlo… :)

Ho’oponopono

marzo 2nd, 2014

[La hoguera lleva ya un buen rato crepitando en medio de la soledad de una noche fría… El viento ha azotado durante todo el día con fuerza al protagonista, quien, sin posibilidad de refugiarse, se ha intentado cobijar entre unos arbustos para detener la sensación de agobio de un incesante vendaval… No siempre resulta el poner medios para abstraerse de una ventisca, pero si no se intenta, es seguro que el resultado no va a ser otro que ahogarse, incapaz de poder respirar y sepultado por la arena…

Por suerte la noche ha aparecido amainando el temporal… Y a pesar del frío, la pequeña fogata es capaz de mantener el cuerpo del protagonista con cierto calor, penetrando en una piel algo desgajada por las circunstancias… A pesar de todo lo vivido en los últimos tiempos, él parece ajeno a todo y se entretiene rasgando las cuerdas de un ukelele que parece haber encontrado en su camino por el desierto…]

-Esta semana ha acabado mi curso de cocina. En realidad es el segundo que he cursado, pero aunque dentro de un mes volveré a enrolarme en las filas de los aprendices, creo que esta vez voy a echar de menos a mi profesor. Porque realmente en las clases no sólo he aprendido a cocinar (mejor) y comer (mejor), sino que además he aprendido mucho a nivel espiritual…

Al igual que siempre me ha gustado aprender en la cocina (aunque me faltaba soltarme un poco más y perder el miedo a experimentar), también he creído siempre en lo que no vemos. Sí, somos humanos y nos creemos conocedores de todas las verdades del Universo. Así de arrogantes somos, cuando hasta hace poco no éramos más que unos monos grandullones. Pero, por mucho que sea «de Ciencias», y que debería ser una persona centrada en lo empírico y no en lo fantasioso, sigo pensando que hay mucho en esta vida que desconocemos, y que en el fondo hay cierta magia en esta existencia en la que convivimos que no podemos controlar.

Durante las clases, aparte de aprender a hacer quiches de puerro y bacon, milhojas de berenjena y calabacín o hamburguesas de salmón con romesco (entre otras delicias), he aprendido que todo es energía. Que la energía de los alimentos que comemos es luego la energía que pasará a nuestro organismo, y que por tanto, cuanto mejor sea esa energía, mejor podremos asimilarla nosotros. Por eso los huevos de gallinas de corral son infinitamente mejores que los que no son ecológicos. Porque esas gallinas habrán sido menos estresadas, y por tanto la energía que han transmitido a sus huevos será de mayor calidad. Y así sucede con todo lo demás… Hasta con las personas… Porque cuanto mejor tratas a una persona, mejor es tu energía hacia ella, y esa misma energía (que nunca se destruye, recordad de vuestras clases de física, sino que se transforma) puede venir a ti de la misma forma o amplificada.

-Pero bro -me dijo mi profe mientras fregábamos los platos-. La vida quería que tú aprendieras esto que estás viviendo. Y como no lo has hecho hasta ahora, te ha puesto en esta situación para que lo hagas.
-Lo malo es que para aprender tengas que recibir palos como estos -le repliqué yo.
-Claro. Pero, ¿vos creéis que lo hubieras hecho de otra manera?
Y yo tuve que decirle que posiblemente no.

Casualmente, mi profesor escapó de una situación parecida a la mía viajando a Hawaii para practicar aquello que más le gustaba: el surf. Y viviendo el día a día, sin preocuparse por el futuro: se dedicó a la jardinería, algo completamente distinto a lo que era su profesión, y allí intentó reconstruirse. Hace unos días, mientras estaba quitando la piel a un salmón, él, que suele estar hablando continuamente (como buen argentino), se quedó durante unos instantes en silencio en mitad del proceso. Luego nos pidió disculpas y nos dijo que en ese momento estaba haciendo «oponopono» (entonces no sabía ni cómo se escribía). Rápidamente, tuvimos que preguntarle por eso, fuera lo que fuera, ya que no parecía el nombre de nada culinario, como mucho quizás alguna técnica de corte que se nos escapaba. Y entonces nos descubrió esta técnica.

Floating Lanterns, Honolulu, Hawaii
Lámparas flotantes, Honolulu, Hawaii

En ese momento, él estaba dando gracias a un trozo de salmón muerto por la energía que nos iba a transmitir, y pedía perdón por haber tenido que morir para nosotros. ¿Era necesario hacer eso con un trozo de pescado que no iba a quejarse sobre la tabla de la cocina? Posiblemente no. Pero el nivel de paz que se consigue pidiendo perdón por lo hecho (o no hecho) y dando las gracias es realmente liberador. Y os lo digo por experiencia, porque en momentos en que mi cabeza empieza a traicionarme, recurro a ese mantra de las palabras mágicas «Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias» y vuelvo a tomar conciencia de mí mismo. Sinceramente, hacer las paces con uno mismo, no seguir culpándote por algo de lo que quizás no debas culparte, es realmente sanador. Tanto como otra gran pasión que ha venido asociada a esta nueva filosofía de vida.

Mi interés por la música hawaiana se remonta al verano de hace un par de años, cuando vimos la película Los Descendientes (aunque quizás debería decir que realmente lo fue al convertirme en asiduo a Bob Esponja). La película en sí me pareció muy reveladora. Pero su banda sonora me pareció aún más buena, hasta el punto que ese mismo verano, varias veces fue la testigo de unas vacaciones en las que estaba preparándome para el duro final de la carrera que se me venía encima.

La música de esas tierras, en especial las viejas grabaciones de los años 30 a 50 (de las que los señores de Melodías Pizarras son enormes divulgadores) me transmiten la serenidad que necesito ahora. Una paz interior que me permite pisar el freno de los recuerdos y ser consciente de que por mucho que los echo de menos, esos momentos ya no pueden volver. Que yo he hecho lo que he podido y que ahora tengo que volver a ser yo mismo. Curarme y seguir aprendiendo lo que la vida quiera enseñarme.

Debo seguir redescubriendo y desempolvando mi lado espiritual. Seguir creciendo y abriéndome a lo que el futuro quiere depararme. Integrarme aún más con esa vida que espera ahí afuera. Seguir siendo respetuoso con los demás y buscar lo que me llene, dando las gracias por lo que se me dio e intentando devolverlo convertido en otra energía.

Seguir acercándome a gente que quiera enseñarme y que me llene con sus conocimientos. Ser consciente de que me queda toda una vida para aprender. Estar dispuesto a seguir haciéndolo… Y ser agradecido por lo aprendido a través de las cosas buenas y de las malas…

Eliminar las toxinas y los pensamientos negativos. Aunque cueste, eso sólo lleva a un círculo vicioso del que es muy difícil escapar. Y si no odio a nadie, tengo que empezar por no odiarme a mí mismo… Porque me queda toda una vida que compartir conmigo mismo… Tengo tatuada mi conciencia a este cuerpo hasta que me toque despedirme de él… Con lo bien que me llevo ahora… :)

Y aunque la sigo echando mucho de menos, estar muy orgulloso de quien soy y de lo que estoy consiguiendo… Si antes era bueno, me estoy convirtiendo en alguien aún mejor… Es una pena que no pueda verlo ya… Soy una esponja… Estoy aprendiendo mucho…

[Entonces el protagonista prosigue con el rasgueo a su ukelele… No tiene ni idea de cómo tocarlo y las notas que salen de él son totalmente inconexas… Pero todo es seguir aprendiendo…]

3 Libras (II)

febrero 21st, 2014

-Esta semana he empezado a calentar motores… Ya os comenté tiempo atrás que, aunque me he puesto muchos objetivos para mantenerme ocupado, parecía como si los éxitos que estaba teniendo no me llegaran a llenar. Supongo que el vacío interior que siento desde hace un par de meses necesita retos de más empaque. Y por eso, me voy a embarcar en uno de los retos más duros que podría poner en mi vida a día de hoy: recuperar la escritura de una novela que llevo muchos años (quizás demasiados) gestando en mi mente…

Muchas veces he traicionado este mismo compromiso que he hecho conmigo mismo para acabarla. De hecho, si es por traicionarme, ahora mismo lo estoy haciendo, porque el título de esta función ya había sido escrito antes. Pero por otro lado, era el único que se me ocurría para contaros una pequeña historia que quería que quedara escrita en este teatrillo… Una historia de tres plumas…

Desde que reemprendí la escritura el año pasado, intenté buscar pequeñas motivaciones que me ayudaran en el proceso de enfrentarme a las páginas. Siempre había centrado mi proceso creativo en sentarme delante del ordenador y teclear (más bien poco) lo que se me iba ocurriendo, con los consiguientes problemas que esto implicaba. Principalmente, las distracciones. Entonces, casi por casualidad, descubrí el proceso que sigue Neil Gaiman para sus escritos: él realiza el primer borrador del texto siempre a mano, para posteriormente pasarlo a digital y seguir con las revisiones que hagan falta. Pero primero, a mano. Fue entonces cuando recuperé mi portaminas (además, me compré uno nuevo que me gusta mucho porque me recuerda a los que utilizaba yo de pequeño) y empecé a escribir a lápiz, como siempre había hecho…

portaminas
A la izquierda el portaminas y la goma que he utilizado durante años. A la derecha, un portaminas a la antigua usanza…

Pero me di cuenta de que me faltaba algo… Que el proceso, aunque empezaba con unos minutos para plantearme las escenas (en este caso de relatos) y así escribir más ágilmente, seguía siendo algo «aburrido» (y más con la de cosas emocionantes que había dejado aparcadas en mi ordenador). Además el paso posterior de convertir lo escrito en digital implicaba invertir más tiempo y más laboriosidad, y por otro lado no había nada que compensara ese trabajo, que fuera un pequeño aliciente que me motivara a seguir ese curso.
Así que, otra vez de casualidad, un día que pasaba por la sección escolar del supermercado en el que hago la compra, recaí en una bolsa de cartuchos de tinta para pluma estilográfica. Y aquel momento marcó, sin querer, un gran avance en mi producción literaria… :)

Aquel mismo día, compré una de esas bolsas de cartuchos y una pluma «de batalla», de plástico y bien barata. Y empecé a escribir con ella. Pero añadiendo a la partida contra el papel el hecho de querer gastar cuantos más cartuchos, mejor. Para mí se ha convertido en el símil del contador de palabras en el procesador de texto, pero en romántico y analógico. Cada cartucho que he vaciado va a un vaso de plástico donde voy guardando todos, para motivarme y ver todo el camino que llevo recorrido. Además se añade la retorcida sorpresa de coger un nuevo cartucho de tinta con los ojos cerrados y comprobar de qué color va a ser, porque sí, además los cartuchos son de colores diferentes; azul cielo, azul, rojo, negro, verde… :)

Con esa primera pluma escribí los nuevos relatos, y además firmé ya algún ejemplar de la primera antología donde aparecí, por lo que guardo un especial recuerdo de ella. Pero no es una pluma especialmente bonita ni robusta. De hecho, creo que el plumín se ha salido respecto a cómo estaba originalmente, y por miedo a no romperla, decidí que buscaría alguna que representara algo especial para mí y que me ayudara a seguir ilusionado…

pluma de batalla

En agosto, fuimos a Madrid a pasar casi dos semanas. Era una ocasión muy especial porque significaba reencontrarme con ella, recuperar esos días como habían sido siempre. Y, a pesar de que casi pierdo el tren en una mañana de lo más rocambolesca, finalmente llegamos y disfrutamos de esa maravillosa ciudad… Yo seguía con la idea de comprar una nueva pluma, además, elegida por los dos, porque para mí significaba más motivación si cabía. Y ya en los últimos días de nuestra estancia, y cerca de la parada de Ciudad Lineal, por la zona donde nos hospedábamos, entramos en una papelería de barrio y encontré la pluma perfecta… De rojo intenso y pasional… Una metáfora de nuestra relación…
Me costó mucho conseguir que ella me escribiera alguna nota para los momentos de decaimiento, pero al final lo conseguí, y ese trozo de papel se quedó dentro de la cajita junto a mi nueva adquisición… :)

pluma de la reunión

Pasaron los meses, y yo no quise estrenarla, esperando el momento perfecto para recuperar la novela y hacerlo con ella. Pero la vida dio algún que otro zarpazo, y yo tuve que ir de viaje a Málaga en busca de soluciones… Las cosas no pintaron muy bien durante esos días y ya os conté que estuve recorriendo la ciudad en solitario, como si fuera una despedida por lo que vendría más adelante… Pero también en ese momento quise encontrar alguna pluma especial, ya que la de Madrid parecía que iba a quedar como testimonio de lo que una vez fue muy grande pero que en ese momento se estaba marchitando, casi sin saberlo… Pasando por una zona que había pisado infinidad de veces, recaí en una pequeña papelería que hacía esquina y en cuyo escaparate había un expositor de plumas muy bonitas. Así que el último día de mi estancia, entré y pregunté por ellas. E incapaz de decidirme por dos que me gustaron especialmente, acabé comprándolas. Todas las que he conseguido son baratas, así que no es una inversión importante de la que arrepentirse. Además, pensé que sería un bonito regalo para ella el ofrecerle una como la despedida temporal que en un principio iba a ser y una nueva fuente de motivación para mí… Y, aunque finalmente no pude darle la suya, cogí el tren de vuelta ilusionado y con muchos proyectos y cambios por empezar… Y en eso quedó la historia hasta ese punto…

plumas de la despedida

Pero poco después, la historia de estas plumas ha acabado teñida de tristeza. Sería muy amargo ahora recurrir a cualquiera de ellas, por las implicaciones que tienen grabadas ya para siempre… Así que, en este momento en que me dispongo a recuperar la novela de una vez por todas, me he impuesto la misión de encontrar una nueva pluma para completarla… En unos días iré a Barcelona y recorreré algunas papelerías en busca de una que me llene de ilusión y de confianza. La voy a necesitar en esta empresa. No quiero volver a fracasar, y esta vez incluso me he comprometido con alguien a quien no puedo fallar, por la confianza que ha puesto en mí. Así que como muestra de lo importante que es para mí encontrar una pluma que me lleve a mi meta, incluso he creado un mapa con sitios donde hay material de este tipo para que no se me escape ninguna.


Ver Papelerías BCN en un mapa más grande

Si alguien conoce alguna papelería donde puedan tener y que no esté en el mapa, le agradecería que me lo comentara. De todas formas, tengo muchas ya por recorrer, y seguro que el cosmos pondrá frente a mí la pluma ideal. :)

Cuando la encuentre, os la presentaré. Deseadme suerte…

Telephone Line

febrero 10th, 2014

-Si existiera un teléfono capaz de comunicar a dos personas a través del tiempo y del espacio, esta noche me gustaría hablar con ella. No debería ser difícil conseguir un cacharro de esos. Siempre envidié el momento en que E.T. conseguía fabricarse uno para comunicarse con su hogar con unos cuantos trastos viejos…

ET Teléfono

Yo querría un teléfono como ese… Un teléfono que al descolgar no tuviera tono de marcado, sino que al otro lado ya apareciera la voz que estás esperando… Su voz… Y querría saber cómo está… Qué hace allí donde ahora vive… Si aún me quiere tanto como yo la quiero a ella y si está orgullosa de mí y de lo que estoy consiguiendo… Que me dijera cómo ve las cosas desde donde está… De la suerte que corre por estos barrios…
Y le diría que la echo mucho de menos… Pero que no sufriera por mí… Que pronto estaré bien de nuevo… Que es algo pasajero y que quedan muchas cosas por delante que vivir… Que no querría verla sufrir por mí, como ella no querría que yo sufriera por ella… Que las cosas están aún demasiado recientes y voy a necesitar tiempo…

Pero ese ingenio no existe… Sólo puedo esperar que, en un golpe de suerte, una noche de estas, pueda soñar con ella… Y así poder decirle todo lo que no pude en su día… Como un «Te quiero, Mamá… Feliz cumpleaños…»

All Things Change

febrero 9th, 2014

-Ayer por la mañana, por una de esas retorcidas casualidades que últimamente se empeñan en aparecer en mis días, tuve que dejar el desierto para volver a mi antiguo piso. Fue una sensación de lo más chocante. Han cambiado el interfono y no recuerdo que los buzones tuvieran ese color beige. Pero lo peor era sentirse un extraño en un sitio que solía ser tu casa. Pulsar el botón de otro piso y preguntar por una persona que ahora recibía a un visitante. Todo muy surrealista…

ascensor

Han pasado diez años desde que nos mudamos. La última vez que acudí allí fue porque mi madre había dejado una de mis tazas preferidas (una que tengo partida desde hace siglos) en la cocina, con la intención de dejarla abandonada allí. Yo no pude evitar volver a por ella, y aproveché para despedirme y hacer fotos de la que había sido mi hogar toda mi vida. Fue como el adiós a un viejo amigo que no volvería a ver. Y sin saberlo entonces, era el inicio de muchos cambios que vendrían detrás…

Últimamente, veo el amanecer de muchas mañanas. Y aunque el fenómeno siempre consiste en ver subir una bola de fuego por encima del mar, nunca es del todo igual. Siempre es cambiante dentro de su dinámica repetitiva. A veces por las nubes que cubren el cielo, otras porque el rumor de las olas es más o menos intenso, otras por la música que estoy escuchando en ese momento… Como todo en la vida… Una lección de la que no he sido consciente hasta hace tan poco, a pesar de haberlo estado viviendo sin darme cuenta… Algunos se empeñaban en pedirme que cambiara y es precisamente algo que no he dejado de hacer desde hace tiempo… Lo que quizás necesitaba era un momento de calma para recuperarme de todos ellos… Es irónico…
Lo comentaba el viernes con una amiga… Todo es cambiante… No puedes acostumbrarte a nada, porque el día menos pensado desaparece aquello a lo que te has atado y te encuentras con la inseguridad del que ha perdido el arnés en plena escalada… Y lo peor es que si caes, no tienes nada donde cogerte que te ofrezca aquella seguridad que tenías…

Ya no es mi casa, ya no es el ascensor que cogía todos los días, ni siquiera hace el mismo sonido que solía hacer antes… Y ya no es ella… Tampoco es el piso de mi abuela, ni el mismo trabajo, ni siquiera mi cuerpo es el mismo de hace unos meses… Todo está cambiando a mayor o menor velocidad… Pero, con tantas cosas cambiantes, ¿es posible que cambien los sentimientos? ¿Que lo hagan con el simple paso de los días? Todos me dicen que llegará un momento en que mi amor se convertirá en odio. ¿Cómo puede ser así? ¿Se puede pasar del amor a la indiferencia, o peor aún, al odio, con la persona con la que habías elegido pasar tu vida? Es algo que no llego a concebir. Sólo una traición sería capaz de provocar ese estado en mí, y hoy por hoy, aunque ya se hubiera producido, la ignorancia es mi mejor aliada. De todas formas, ¿cómo puede ser consciente alguien de una traición, cuando ya no significas para ella lo que eras antes? ¿Y qué derecho tengo yo para considerarlo así, cuando las circunstancias han cambiado ya? Honestamente no sería justo por mi parte… Tal como están las cosas, la evolución de todo esto sólo tiene un camino: yo caeré en el olvido y otro ocupará mi sitio en su corazón. Y eso es algo que tardaré en poder asimilar… Y que me costará sufrimiento y lágrimas…
Lo bueno que tiene seguir aislado de todo es no ver esas cosas dolorosas que me encontré la última vez. Realmente esta ceguera es un arma de doble filo, porque precisamente es lo que echo de menos: saber de ella, tenerla al teléfono todos los días y volver a escuchar su voz, escribir tantos mails como para completar una novela. A veces no puedo evitar reírme solo pensando en que, con la de veces que me acuerdo de ella, se le deben estar cayendo las cosas cada dos por tres… Pobrecilla… :)
Pero por otro lado, estando obligado a tener que dejarla ir, no tener ojos es lo mejor que puedo hacer para no herirme, aunque mi mente a veces sea mucho más dañina con sus imágenes alucinógenas de lo que quizás sea la cruda realidad… En el fondo, eso no impide que deje de sentir rabia; me carcome el dejar escurrirse el valor atesorado de todos estos años juntos como quien deja pasar el agua por el fregadero…

Pero toca seguir en el cambio constante… No queda otra… Ahora es tiempo de deshacerse poco a poco de una piel de serpiente que se está resecando y mostrar al exterior una nueva y brillante… Reaprender a vivir solo… Ser el líder de tu propio grupo… El actor de tu propia función… Seguir siendo ciego… Intentar disfrutar con tus cosas… Mantener la calma… Creer… Y soñar con un amanecer mejor…

If I Ever Lose My Faith In You

febrero 1st, 2014

[En un mundo real, hay un actor principal que mira a través de la ventana de su madriguera cómo cae una lluvia fina y las nubes del horizonte se unen en un mar tranquilo… En un escenario algo más remoto, una figura se adivina recortada en un horizonte plagado de dunas… El sol sobre las tablas es abrasador y el calor asfixiante… La lejana silueta del protagonista se mueve lentamente y atraviesa una tras otra las dunas que se presentan en ese agónico peregrinaje hacia no se sabe dónde… Las piernas del actor se hunden en la arena penosamente, obligándole a hacer un gran esfuerzo para dar cada paso y así acercarse a las primeras filas…

Cuando llega a una pequeña llanura sobre las tablas se deja caer sobre la arena caliente… Parece que las fuerzas le están abandonando ya, tras llevar dos meses en un desierto en el que no puede ver más allá de las dunas… Todo es arena, día tras día… Todo es frío, noche tras noche…

Al instante una sombra se proyecta sobre el recalentado suelo y dibuja círculos dejando en el centro al protagonista desfallecido… El actor principal alza la vista, y deslumbrado por la intensidad del sol tiene que cubrirse con una mano para vislumbrar un enorme buitre planeando sobre su cabeza… El miedo invade su cuerpo y le deja inmóvil, pensando en que su fin está cerca… En cualquier momento esa bestia empezará a descender, planeando suavemente en círculos hasta aterrizar y empezar a picotear la piel requemada de un actor sin fuerzas…

Afortunadamente, el protagonista da por sentado muchas veces cosas que no llegan a ser como él creía… Pues, después de trazar unos cuantos círculos más en el aire, el animal abre sus garras y deja caer algo que acaba semienterrado a pocos metros del protagonista… El actorzuelo se arrastra inmediatamente hacia donde ha caído el objeto… Entonces lo limpia de la arena… Y sólo puede sonreír…]

Dejen Morir antes de Entrar

-Como caído del cielo, nunca mejor dicho… Cuando menos confianza tenía en mis progresos como escritor, ha llegado una nueva colleja del destino… Esta vez en forma de libro… Para mí es la primera antología a nivel nacional en la que estoy incluido, aunque ya había aparecido en prensa a nivel de Cataluña y en revistas y libros a nivel comarcal, con lo cual supone todo un reto superado con éxito… Es una historia que empecé justo de vuelta de mi último viaje a Málaga, por lo que fue muy doloroso llegar a acabarla… Pero lo hice, y la envié… Y finalmente ha sido una de las seleccionadas para aparecer en esta recopilación, por lo cual me siento muy orgulloso…

Ya os dije que últimamente todo parece programado por alguien que se está sacando el máster en sobresaltos… Menos mal que mi salud no corre peligro, porque con todos estos movimientos emocionales era como para acabar loco… Pero aquí seguimos, aunque a veces arrastrándome, otras de pie y firme… Viviendo día a día lo que me viene e ilusionado con algún día volver a reconocerme… Y es verdad que había perdido la fe en mí mismo con todo esto, pero ya veis que alguien allí arriba sigue empeñado en destrozar mis planes autodestructivos… Aunque queda mucho trabajo por hacer, cosas como este libro me acercan un poco más a ese punto al que quiero llegar, al otro lado del desierto…

Dicen de los Escorpio que son determinados, y que si se proponen algo, lo consiguen… Que están ligados al éxito, que lo llevan en su ADN… Aunque claro, imagino que no viene gratis, y que si no hay esfuerzo, constancia y sacrificio es como esperar un autobús de madrugada… Muy pronto voy a tener la oportunidad de comprobarlo… Ojalá sea así y al final triunfe por encima de la oscuridad…

Si tenéis curiosidad por leerlo, podéis conseguir la versión digital o la edición en papel que aparecerá la semana que viene… Si lo conseguís, me haría gracia saber cuál ha sido vuestro relato favorito… Quién sabe… Igual es el mío…
Es cuestión de no perder la fe… Y menos en uno mismo… Todo llega al final…

[El protagonista se incorpora de nuevo, y prosigue su travesía cubriéndose la cabeza con el libro…]

Sea of Teeth

enero 30th, 2014

-Parece que todo lo que está pasando en estos últimos tiempos, esté pasando por algo… Al menos esa es la sensación que me están dando todos estos movimientos que están ocurriendo… Mi palmera me dijo el otro día que soy una persona que desprendo una energía muy especial… Al principio creí que sería una forma sutil de decir que olía mal o algo por el estilo, pero resultó que no, y me puso un ejemplo de lo sucedido en nuestro último encuentro que me dejó un poco asombrado y a la vez contento… Quizás esa misma energía que me envuelve esté empezando a cambiar mi entorno y el camino de la recuperación esté algo más cerca…

La verdad es que, de casualidad en casualidad, estoy empezando a conocer a gente nueva que me está aportando cosas en mi vida… Sea apoyo moral, sea conocimiento… Pero no son personas vacías… Además, veo que se ofrecen desinteresadamente y eso es algo que valoro mucho en una persona… Como si todo lo que he invertido yo en otras personas me estuviera viniendo de vuelta…
Mi profesor de cocina es uno de los ejemplos… Me encanta quedarme un rato tras la clase, mientras fregamos los cacharros él y yo, y escuchar las historias que le han ocurrido… Una persona que pese a ser joven, ha recorrido casi todo el mundo y ha vivido muchas experiencias… Se aprende mucho de las vidas de los otros… Uno toma conciencia de que esa extraña energía que lo gobierna todo acaba poniendo a cada uno en el sitio que le corresponde… Y da esperanzas el ver que en situaciones parecidas a las que estoy pasando, al final las nubes se despejan y el sol brilla aún con más fuerza… Sólo espero que yo corra la misma suerte…

Ayer, a pesar de ser un día algo triste, todo tomó un giro repentino de noche, con un par de mails que me demostraron que eso que cuentan de la compensación del Cosmos existe. Cuando más desilusionado estaba con mis progresos en la escritura, me confirmaron que van a publicar dos relatos míos en dos antologías diferentes. En el pasado, esa noticia me hubiera hecho dar botes de alegría, como lo hice cuando gané un concurso de microrrelatos años atrás… Aún no sé cómo pude contenerme durante toda la comida para decírselo a ella… Fue genial… Un regalo… :)
Ahora son noticias que no llegan a llenar el vacío interior que siento, aunque sí han sido un nuevo empujoncito de la Fuerza para que siga adelante, para que no me rinda, y para que tenga fe en que el futuro puede ser mejor de lo que creo ahora…

A pesar de que el año pasado y el inicio de éste han sido de lo más traumáticos, es verdad también que los cambios han provocado una transformación en mí muy importante. Noto que con todas las cosas que he estado moviendo en este tiempo y las acciones que estoy tomando, mi determinación es ahora más fuerte que antes. Hay ciertas decisiones que me he tomado con más seriedad que nunca, algunas obligado por las circunstancias, y que en otro momento no hubiera sido capaz de afrontar. Tengo que aprender a sentirme orgulloso de mí mismo… A pisar fuerte…

Una de las decisiones que he tomado es que durante este año voy a escribir mi novela. Es uno de esos viejos sueños que llevo atrasando desde hace años y que ahora necesito completar de una vez. Se lo comentaba a un amigo hace poco, es como si el cuerpo me lo estuviera reclamando. No puedo alargar más esta agonía de ver pasar los días y que ese proyecto siga en una estantería invisible sin avanzar. No va a ser un camino fácil, y quizás la presión que sentiré no beneficie en nada a mi mejora… Pero ahí está la paradoja de todo… El tema principal de mi novela son las ausencias, así que quizás no encontraré un momento mejor para sentirme uno con ella…

Hace un par de meses que acabé de leer El océano al final del camino, la última novela de Neil Gaiman hasta el momento. Desde su aparición, Neil contaba en sus apariciones públicas que fue una «novela accidental»: en un principio tenía intención de escribir un relato para su mujer, Amanda Palmer, que se encontraba en Australia grabando un disco. La echaba de menos, así que pensó que lo mejor para apartar esos sentimientos era escribirla. Empezó la historia a mano en uno de sus cuadernos, y lo que iba a ser un cuento para que su amada no le olvidara, se convirtió en una noveleta, luego en una novela corta y finalmente en una novela. Cuando pasó su escrito al ordenador alcanzaba unas 56.000 palabras. Al regresar, le entregó el manuscrito como regalo de bienvenida y se la leía por las noches hasta que se quedaba dormida.

El Oceano al Final del Camino

Yo la echo mucho de menos, pero no espero el retorno de nadie. De hecho no tendré más recompensa al acabarla que sentirme orgulloso por un nuevo sacrificio que habré superado. Pero por mucho que cueste, voy a intentarlo por última vez. Y ésta tiene que ser la definitiva… Volcaré todo lo que siento en las páginas y convertiré esta historia en una especie de exorcismo. Llegar a la meta no va a ser un camino de rosas. Y por desgracia, ya no podré celebrarlo con una de las personas a las que quería dedicársela, como a las dos personas más importantes de mi familia que ya no están aquí para leerla… Pero el tiempo no puede volver atrás…
Esta vez voy a recurrir también a otra persona que espero que me ayude en esta difícil travesía. Aún tenemos que concretar cómo voy a trabajar, pero su experiencia profesional creo que me va a ser de mucha ayuda. Sólo espero que la nueva casualidad que la ha hecho entrar en mi vida sea otra de esas señales que el Destino me tiene deparadas. De momento no tiene mala pinta. Pero yo tendré que cumplir mi parte: me tocará sufrir, ser constante, atravesar por recuerdos no muy agradables y llegar a escribir un «FIN» que ahora por ahora me parece muy lejano y toda una quimera.

La semana que viene empiezo una «nueva» vida… Lo suficientemente diferente como para no ser la misma de antes… Otro frente que empieza… Pero tengo confianza en mí… Y eso ha salido fortalecido después de todo lo que he vivido… Sé que tarde o temprano saldré adelante… Al final de todo este desierto, aparecerá un océano grandioso… Hay que mantener la fe… Aunque si le hubieran preguntado a Alice Cooper, les hubiera contestado rápidamente que al final del camino está la felicidad…

Losing my touch

enero 24th, 2014

[La luz de una vela contrasta con la oscuridad del desierto, donde las noches se hacen demasiado largas y los recuerdos vagan entre las dunas envueltos en una brisa fría…]

-Cuando vuelvo a casa y la encuentro vacía, todos los fantasmas reaparecen…

[El protagonista aparece en escena cubierto con una manta roja…]

-Hace mucho frío afuera, pero también lo hace dentro… Con todos esos recuerdos revoloteando en la mente y la casa llena de objetos que fueron el testimonio de tiempos felices…
Si algo he aprendido de todo esto que está pasando es que cuando construyes tu vida alrededor de una persona y ésta desaparece, la sensación de incredulidad y de vacío es insoportable… Pierdes el rumbo por completo y te quedas sin objetivos en la vida… Sin algo por lo que valga la pena levantarte por las mañanas… Te desdibujas y pierdes la esencia de lo que eras y la fe en ti mismo… Te vuelves más gris y entras en una espiral más propia de locos, que de gente con cierta capacidad para razonar lo ocurrido y ponerlo en su justa medida… Afortunadamente, reconocer que estás en un punto así y buscar ayuda ha sido una de mejores cosas que he hecho…

No existen fórmulas mágicas para superar un golpe así, por lo visto… Todo el mundo me dice que sólo se limita a dejar pasar el tiempo… Pero me parece tan triste estar asistiendo a la muerte de algo que fue tan bonito… Los días pasan lentamente y todo sigue ahí, forzado a apagarse de forma premeditada, sin tener noticias de quien antes era la parte más importante de tu vida y matando los sentimientos a conciencia, cuando en absoluto era el camino que había imaginado para esa historia… A veces, ser un aprendiz de escritor no te salva de que el relato se rebele en tus manos… Que te explote todo en la cara y que duela como mil cristales incrustados en la piel… El otro día volví al dentista y recordé cómo la última vez celebramos nuestra limpieza dental merendando croissant de chocolate justo al salir… Eran esas cosas tan geniales y absurdas las que me gustaban… Las pequeñas cosas… Las que no puedes encajar con las situación actual… Pero como decía, no hay remedio para estos avatares del destino…

¿Cuál es la magnitud del desastre? En estos momentos diría que el terremoto lo ha arrasado todo… Que luego ha llegado una tormenta que ha acabado por fulminar lo que hubiera quedado en pie, y que poco más queda de mi anterior vida… Sólo yo tocando fondo…

Las buenas noticias son que cuando has caído en lo más profundo no puedes seguir cayendo… Ya no te queda planeta por perforar… Ayer me decía mi tío, que ha pasado por unas circunstancias muy traumáticas en un momento de su vida, que un médico le dijo una vez algo que siempre recordó con posterioridad: «la vida es como es, no como tú quieres que sea, y si no lo aceptas, nunca conseguirás salir del pozo»… Así que una vez caído en el agujero más profundo del mundo, no puedes caer más abajo, sólo queda subir… Lo puedes hacer solo o pidiendo una mano que te ayude a salir, pero no hay otra…

Yo he pedido auxilio a una palmera… Cuando acudí a su oasis por primera vez no estuve seguro de haber acertado… El tronco era muy seco y recio, parecía que no soportaría mi peso y que su corteza era tan impenetrable que todo lo que le contaba era incapaz de calar más allá de lo externo… Me fui un poco desanimado y con la sensación de que no iba a funcionar… Pero esta semana la cosa cambió… Creo que realmente ha empezado a conocerme y ha entendido mi dolor y cómo he sentido la caída que he que sufrido… De alguna manera, me dio a entender que envidiaba mi forma de ser, cosa que me sorprendió… Dijo que el hecho de ser tan sensible, si sabía controlarlo en el justo nivel, me haría que disfrutar de las cosas buenas fuera una experiencia mucho mejor a como pueden hacerlo el resto de los mortales… Y es cierto que eso me pasa… Cuando quiero a alguien, lo hago al 100%, no hay medias tintas, y con cualquier tontería soy el rey del mundo: celebrar un aniversario de novios en un sitio de comida rápida me parece un plan genial, como quedarse en casa y ver una película en el sofá con una manta como ésta… Nunca he pedido mucho… La felicidad es compartir ese tipo de tonterías…

También me dijo que hay mucho trabajo que hacer por delante (haciendo hincapié en el «mucho» de una forma que me asustó) porque tengo desperfectos muy grandes, pero que a nivel emocional tengo una base muy buena para renovarme y ser aún mejor de lo que soy ahora… Os aseguro que me cuesta creer que pueda ser mejor, pero si ella lo dice, le haré caso… Al fin y al cabo, es la palmera que me va a sacar del agujero… Debo confiar en que podrá conmigo… Aunque ella misma me confesó que realmente el que sale del agujero es el que está dentro… Solo… Por mucha ayuda que reciba desde fuera…

De momento la oscuridad a mi alrededor es muy grande… Por eso a veces enciendo una vela… Lo hacía cuando quería desear a alguien que le salieran bien los exámenes, o para recordar a las personas que ya no están… Ahora las enciendo igualmente por ellos, pero también por mí… Para iluminar el camino de vuelta a lo que era… Y para que se cumpla eso de que para ver las estrellas, es necesario pasar por cierta oscuridad… Todos me dicen que después de esto, todo irá a mejor… Que es una época de cambios que tengo que resistir y que luego me reiré de todo lo pasado… Otra frase de la conversación de ayer que le contaron a mi tío fue que «el sufrimiento pasa, pero el haber sufrido nunca se olvida»… Y otra vez creo que tiene razón… Después de esto, es difícil volver a ser el mismo… Son golpes duros, pero cuando los supere seré más fuerte, habré aprendido y seré capaz de volver a ser el de siempre pero con ese bagaje en las espaldas que será imposible olvidar… Volveré a mis sueños por cumplir, a disfrutar de las tonterías y a sonreír. Pero hay que tener paciencia y aguantar el chaparrón. Y yo tengo mucha paciencia…

Queda poco para empezar a preparar los cimientos… No va a ser fácil sentar una buena base sobre la que reconstruir después del terremoto y las réplicas que han llegado… Pero soy un Escorpio… Uno de esos que cuando se proponen algo, lo consiguen… Y si me propongo salir de esta oscuridad, lo conseguiré… Si me propongo escribir la novela, lo conseguiré… Si me propongo labrarme un futuro, lo conseguiré… Sólo me falta proponérmelo… Recuperar las fuerzas para creérmelo… Y eso también lo conseguiré… Con un poco de luz…

[La vela permanece encendida sobre las tablas… La noche engulle al actor principal…]

Airwaves (II)

enero 19th, 2014

-Vamos, no me diréis que vosotros no lo habíais hecho nunca…

[El protagonista se encuentra rodeado de dunas y bajo la sombra de un enorme arbusto. En sus manos sostiene un aparato de radio. Pero lo llamativo de ese ingenio que ya parece de épocas pasadas no es que no pueda enchufarlo en ningún sitio, o que haya ingeniado unas baterías con algunos cocos y papel de celofán… Lo que llama la atención es esa enorme patata pinchada en la antena de la radio…]

-¡Pues anda que no mejoraba la cobertura! Os lo asegura uno que se mataba por todos los rincones de la casa buscando el punto exacto donde poder escuchar emisoras que en teoría no debían llegar a su ciudad… Creo que es una prueba más de la pasión que siempre he sentido por este medio… Sí, también he escuchado los 40 Principales en alguna época de mi vida, tengo que reconocerlo… Pero entonces era joven… Y quizás ese paso me hizo también descubrir muchas otras cosas interesantes que estaban accesibles girando un poco más el dial… Eso si las interferencias no te inducían a un buen dolor de cabeza… :S

Bueno, hace unos días estuve representando una función dedicada a algunos de los nuevos formatos radiofónicos que se engloban dentro del mundo del podcasting, y en especial aquellos que pueden ayudarnos a mejorar como lectores o escritores. En esta segunda y última tanda, veréis que la mayoría de contenidos se centran en la lectura y la crítica o comentario de textos. Pero dejadme que me cubra con algo y empezamos…

[El actor principal se quita la camiseta y la enrosca en su cabeza para protegerse del sol abrasador… Entonces continúa con su relato…]

biblioteca-trantor

Para empezar, lo haremos con un clásico merecido. La Biblioteca de Trantor. Es otro podcast dedicado al comentario de obras de Ciencia Ficción y Fantasía, aunque no desprecian otros géneros como el cine, revisando clásicos o estrenos del género en la gran pantalla. Pero en cuanto a la crítica y recomendación literaria, lo que me gusta del programa es que te introducen a las obras de una forma muy básica, sin profundizar demasiado en un principio, pero dejándote las ganas justas para interesarte por ellas. Diría que es un podcast indicado para lectores de grado medio (entre los que creo estar). Me encantaron sus comentarios sobre las obras de Patrick Rothfuss y Ray Bradbury, y desde entonces soy asiduo a la tertulia… :)

retronautas

En Los Retronautas, lo que encontramos son estudios concienzudos sobre la Ciencia Ficción clásica. La verdad es que estos señores se lo curran mucho, hasta el punto de que cada episodio suele superar las dos horas con facilidad. Son expertos en cruzar referencias entre obras, ubicar el momento social y cultural de la historia en el momento de su aparición y describir la visión que esas creaciones han aportado al mundo de la literatura del género. Si puedo ponerles un «pero», que espero me perdonen, es el hecho de comentar demasiado las obras, rozando el «spoiler». Pero sinceramente, me parece uno de los grandes descubrimientos del año pasado, y ha sido una fuente de información muy importante en mi caso. Además es envidiable el conocimiento del que dan muestra y la dicción de la que hacen gala durante el programa. Imperdibles.

verdhugos

Si los dos podcast anteriores van in-crescendo en la escala de experiencia literaria necesaria para disfrutarlos, el podcast de los Verdhugos es para los hard-readers… :) Sinceramente, debes estar muy puesto en literatura de género, incluyendo la no traducida a nuestra lengua, para poder asimilar toda la información que suministran estos señores. Como su nombre indica, son especialistas en las obras que participan anualmente en los premios Hugo, pero siguen toda la actualidad literaria, obviamente. Sólo con el número de referencias que citan en cada uno de sus episodios, tienes semanas de buena lectura garantizada. Quizás la única pega es que estos cuatro señores (ganadores del Ignotus 2012 en la categoría de mejor producción audiovisual) se prodiguen poco a publicar sus audios, pero se entiende que con tantas lecturas pendientes no tengan tiempo para todo… :)

taberna-galactica

El siguiente podcast, La Taberna Galáctia, tiene una difícil clasificación… Más que un podcast, lo calificaría como una «experiencia radiofónica». Los episodios de Ray Jaen son más un buen puñado de experiencias y sensaciones emitidas a las ondas que un programa al uso. Deberíais escucharlo para entender mínimamente a qué me refiero con eso. La calidad y el cuidado puesto en cada emisión se notan. Realmente no es un podcast literario, aunque se nutre a veces de narraciones y textos de autores que ofrecen sus trabajos para ser interpretados en la grabación. Aunque el podcast se encuentra en un hiatus, Ray Jaen se ha puesto a los mandos del proyecto AudioRelatos, que sigue la estela del anterior pero aún más colaborativo si cabe. Realmente inspirador…

cabaret-de-medianoche

Y para acabar, uno de los podcast que más me han enganchado en los últimos tiempos. El Cabaret de Medianoche es un programa dedicado a la música relacionada con el movimiento del Steampunk y sus variantes, pero no sólo se limita a programar grupos afines a este movimiento. Lo que más me gusta de las emisiones de este podcast son los monográficos en los que se elige una excusa (alguna bebida, obra literaria, etc.) para emitir canciones cuya temática tenga que ver con ese concepto. Recientemente han mejorado mucho la calidad de los equipos con los que realizan las grabaciones y ese salto se deja notar muy favorablemente, aunque no pierde la esencia del programa ni el sonido de las músicas añejas de las que suele hacer gala. ¿Qué más podéis esperar de una emisión que empieza con el Rhapsody in Blue de Gershwin? En estos momentos tengo siete horas de música por delante que preparó Xavi para celebrar la entrada del nuevo año. Así que estoy deseando tener una tarde productiva de escritura mientras me pongo a revisar lo que nos dejó para fin de año.

En fin, creo que con esto acabaré el repaso a estos podcast que o bien tratan directamente el mundo de la literatura (tanto en la vertiente escrita como leída) como los que me evocan e inspiran imágenes durante mi proceso creativo… No me las doy de nada, no soy ningún genio ni soy pretencioso… Simplemente, en mi humilde actividad como aprendiz de escritor, son estos podcast los que han aportado algo y me ayudan a crear o a mejorar… Así que espero que también puedan servir a otros que se encuentren en la misma situación…

Ahora, será mejor que me busque una sombra, o pronto voy a dejarme la piel como una serpiente… Y sólo me faltaba eso ya… :)
Larga vida a la Radio… Y larga vida al Podcasting…

[El protagonista mueve el dial de la radio nuevamente, y en ese momento, unos aplausos empiezan a sonar al otro lado de las ondas…]

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