Orion’s Belt
-Hace casi diez años mi vida era muy diferente a como lo es ahora. Tenía una estabilidad plena, y por estas alturas del año estaba a punto de conocer a una persona que iba a ocupar gran parte de los años siguientes. Sinceramente, creo que era feliz, y años después lo llegué a ser aún más, cuando compartí el día a día con aquella persona que creía que estaba destinada para mí. Eran buenos tiempos… :)
Pero hace casi diez años también sucedieron cosas realmente traumáticas. La verdad es que el 2004 fue un año de lo más movido, como lo ha sido el año pasado. Y aun así, volvería a esa fecha si tuviera una máquina con el poder para hacerlo.
El 26 de noviembre del 2004 era viernes, y Madee presentaba su -por aquel entonces- último disco, «Orion’s Belt» en l’Espai. En aquellas fechas ya les había visto varias veces y formaban parte de la banda sonora que compartí con Ella durante estos años. Pero esa noche de noviembre iba a ser muy especial. No sabía que la salud de mi madre iba a dar un giro tan brusco en unos pocos días y finalmente iba a dejarnos diez días después. Imaginaos el mazazo, si podéis. Ese concierto fue el último que vi con esa pieza tan importante de mi vida entre nosotros, y si ya de por sí las canciones me retrotraen a ese momento (incluso hay una canción dedicada a un mes que para mí posteriormente fue muy importante), el recordar el concierto y todo lo que sucedió esos días me deja bastante tocado.
Recuerdo que durante los días posteriores a la muerte y al funeral, machaqué ese disco como pocos… Y es hoy en día y me sigue poniendo los pelos de punta…
Al acabar el concierto, compré dos camisetas. Siempre lo hice, en señal de querer compartir con Ella lo que me entusiasmaba, aunque no hubiera podido estar allí para vivirlo juntos. Siempre me ha gustado compartir mi felicidad con los otros, y casi he disfrutado más haciendo eso que digiriéndola por mí mismo. Ignorante de mí, creía que esos momentos iban a continuar para siempre y me parecía un buen recuerdo de esa nebulosa extraña de ilusión que marcaba esos días, hasta que todo cambió.
Esta noche, Madee vuelven a reunirse para tocar ese disco entero. Volver a verles es casi un sueño hecho realidad. Y esta noche me volveré a poner esa camiseta. Está algo vieja ya porque ha pasado por muchas batallas, pero tengo que ponérmela. Además, seguro que ahora me viene mucho más holgada… :) En parte será un homenaje a mi madre, pero también será recuperarla a Ella y todos esos momentos que vivimos juntos, aunque ya nada vaya a ser como antes. Quizás sea otro peldaño más hacia la despedida que nunca quise vivir pero que se va haciendo realidad día a día… Me dijo que nadie sabía qué iba a pasar en el futuro, que había dejado de preocuparse por él. A mí me parece bastante fácil saber lo que el futuro nos deparará siguiendo alejados y empezando relaciones con otras personas, aunque me sorprende ese cambio de actitud. Ojalá hubiera conseguido no pensar tanto en el mañana antes. Muchas cosas hubieran sido muy diferentes. Pero me alegra saber que todos los que hemos participado en esta historia aprendemos y crecemos. La pena es que otros se llevarán esas enseñanzas y se ahorrarán el sufrimiento que vivimos…
Ya os he dicho que mucho ha cambiado en mi vida desde esa cita con Madee, incluso desde el último concierto que hicieron juntos en febrero del 2011. Las personas a mi alrededor han ido desapareciendo y por el contrario, ha habido pocas que hayan emergido para llenar los huecos. Aunque es cierto que hay algunas que están marcando esta nueva etapa de mi vida (mi amigo I. que es mi mayor apoyo, mi palmera, mi chamana y mi profesor en las clases de cocina). Son pocas, porque nunca he sido alguien con muchos amigos, pero los pocos que tengo, suelen ser especiales, y no me arrepiento de que sea así.
Todos ellos me han abierto la mente para redescubrir mi lado espiritual, algo que en ningún momento había perdido, pero que el día a día me había hecho olvidar. Ahora vuelvo a creer en las estrellas, aunque arrastre un lastre que pesa demasiado para conseguir despegar de una vez. Sigo con la mirada clavada en el pasado, y es algo que no me ayuda a seguir adelante. Esa es una de mis asignaturas pendientes.
El otro día mi chamana me propuso un juego curioso. Una mezcla de cartas del tarot y búsqueda interior que me llevó a formarme un puzzle donde encontrar la solución a estos momentos de oscuridad que estoy atravesando.
La conclusión a la que llegamos es que debía cambiar el punto de vista con el que veo las cosas y dedicarme a mis pasiones, a las cosas que me mantienen ilusionado, trabajando en ellas para alejarme de las dependencias que siento. Que tenía que darme cuenta de mi situación y ser agradecido y generoso conmigo mismo, ya que con los otros lo llevo siendo toda la vida. Y sobre todo, confiar más en mí mismo.
Casualidades o no, las cartas dijeron lo que mucha gente me está recordando en los últimos tiempos. Siempre me he considerado una persona especial. Alguien que deja poso. No un cascarón vacío. Incluso algunas personas me han comentado que tengo un magnetismo especial, cosa que me halaga (aunque modestamente, me cueste creerlo). No soy arquitecto, así que no puedo dejar un puente o una torre altísima por la que ser recordado cuando yo ya no esté en este mundo, pero si puedo dejar una pequeña brizna de mi conciencia en la mente de las personas, habrá valido la pena. Que alguien piense en mí y diga: «jo, qué tío…». Y que si alguna vez llego a tener hijos, pueda inculcarles esos valores y mi fuerza (cuando vuelva a ser yo mismo de nuevo). Aunque el tema esté bastante difícil, es algo que me gustaría conseguir algún día…
Estos pensamientos volvieron a aparecer ayer al enterarme de la muerte de Tito Vilanova. Alguien que ha dejado huella con timidez, modestia y calma, sin levantar polvo pero calando hondo en las personas que la conocieron. Así me gustaría que me recordaran. Si puede ser con cariño, mejor… :) Pero me alegraría saber que he podido aportar algo a los que conviven conmigo o ayudarlos de alguna manera. Esa ha sido siempre una de mis constantes. Me gusta ayudar desinteresadamente. Me siento orgulloso de hacerlo y no creo que deje de hacerlo nunca. Demasiado viejo para cambiar eso ahora… :)
Por otro lado, mi chamana me dijo que, por todo lo que ha significado mi madre para mí, debería honrar su memoria dejando de torturarme. Por todo el esfuerzo que ella puso en mí, no debo dejar que las circunstancias me estén hundiendo de esta forma. Porque entre otras cosas, ella hubiera sufrido al verme así. Y es algo que realmente me dejó muy pensativo. Al día siguiente compré tres rosas de Sant Jordi, para las tres mujeres que más han marcado mi vida, estén donde estén: mi madre, mi abuela y Ella… Y a partir de ese día me comprometí a dar un giro a todo. Toca poner en práctica ese mapa que trazaron las cartas.
Quedan unas horas para el concierto y escribo otra vez envuelto en soledad… Pronto esta casa va a ser demasiado grande para mí solo y quizás sea el momento de seguir moviendo fichas en esta partida… Veremos cómo va evolucionando todo, pero ese futuro en el que no había que pensar da señales de que pronto volveré a quedarme en completa soledad… Estas semanas en que la estoy experimentando a trocitos no está siendo demasiado grave. La música y la escritura llenan los espacios, y la cocina me deja seguir creciendo y recuperando energías. Parece mentira y estoy enormemente agradecido a lo que sea que exista allí arriba por haberme guiado a iniciarme en este mundo de los fogones. A veces recuerdo los desencuentros que hubo también por ese asunto, cuando hubiera sido una forma de seguir compartiendo y creciendo juntos. Aish. Pero la verdad es que me siento muy contento de mis progresos y de que gracias a ellos ahora sea también mejor en esa disciplina. También por haber conocido a mi profe, por supuesto. Todo está sumando para bien… :)
Es cuestión de tiempo que con confianza todo vaya mejorando si sigo por ese camino. No puedo engañaros, se echa de menos levantarse por las mañanas y tener alguien que se acuerde de ti y te envíe un mail de buenos días (ya no os digo, despertarte con esa persona). Pero sé que en realidad sería como las pastillas para los locos, calmarían la ansiedad pero no curarían. Y yo necesito curarme completamente para poder volver a tomar las riendas de mi vida. Quizás me acostumbré a esas cosas y no debería haberlo hecho nunca. Debí seguir pensando que en cualquier momento depender de otra persona te hace más vulnerable y que sólo debía pensar en mi felicidad para así poder hacer feliz a las otras personas.
Pero cuando amanece y veo las nubes cruzando mis pensamientos es cuando saco fuerzas de mí mismo y me atrevo a pensar que ese día puede ser mejor de lo que creo, y es lo que me obliga a salir de la cama y ponerme en marcha. Y aunque luego no se cumpla, esa llama me mantiene vivo. Algún día tendrá que pasar lo contrario… Siempre es cuestión de tener paciencia… :)
Llevo escuchando esta canción en mi cabeza desde hace ya varios días. Supongo que porque presagiaba que se acercaba el día… Y hoy tengo miedo al momento en que la escuche en directo… Tengo miedo a cómo voy a reaccionar… Las heridas aún están en carne viva… Y eso que ha pasado ya tiempo… Aún tengo que seguir pasando páginas…
Like trees without branches
With lonely faces
Distracted and faking it
We can’t lose all these things
We’ll never know
We’re stuck in time
Without space
And we forget
To keep our feelings pure
C’mon
Let’s get lost
Blame all these stars
Singing sad songs
Looking inside
Falling apart
Throwing out our trash
A moment of joy
Tears in my eyes
Always running
Sinking into problems
Like satellites and starships
Could you see me?
All the things you said you could do
They have almost faded
Because you looked down on them
You use to hide
Staying in the darkness
Singing blue songs
Counting the hours
Just turn around
To look at the stars
Tears in my eyes
Tears in your eyes
Don’t say goodbye
For a moment
We felt older
Going nowhere
With eyes wide open
Losing Knowledge
And stealing it from others
My dear
I’ve never felt so close to someone
I am afraid of life
I’ve realised with my eyes wide open
That we can not rewind
Life just passes by…
Reign of love
-Hay veces que me gustaría coger un barco y desaparecer… Como el protagonista del relato que me está costando horrores acabar… Quizás porque lleva demasiado de mi propia historia… Hay canciones que te transportan, y ésta me lleva a un barco como ese… A zarpar y dejar todo atrás… A que sentir la brisa en las mejillas sea mi única preocupación… Qué fácil…
Y qué duro se hace todo cuando tienes que volver a levantarte… Pero hay que hacerlo…
Mi abuela decía que la lluvia se lleva todo lo malo… Pues hoy está lloviendo… A ver si es verdad y es capaz de borrarme la cabeza para no pensar…
Love is like a drug
[Un hilo de humo se asoma al otro lado de una de las dunas… El público parece intranquilo, ante la imposibilidad de que vaya a producirse un incendio en el teatrillo y las inexistentes medidas de seguridad del local les vayan a dejar en manos de una muerte segura… Unas señoras de la primera fila que parecen salidas de una novela de Agatha Christie cambian sus asientos para ubicarse al final del patio de butacas, como precaución… Al rato, y apareciendo de aquella duna lejana, se vislumbra la figura del protagonista que porta un ramillete de hierbas encendidas entre los dientes… Al verse sorprendido por el público, rápidamente se las quita de la boca y las sostiene en la mano…]
-Eh… Esto no es lo que parece… Os puedo asegurar que yo no soy demasiado partidario de cosas del estilo…
[El protagonista se acerca a un montón de hierbajos y utiliza el ramillete para prenderlos e iniciar una hoguera que le dé algo de calor en esta noche de pensamientos gélidos…]
-Nunca he probado las drogas… Lo más cercano a lo que he estado de ellas es en las humaredas que salen de los porros en los conciertos… Y una vez que le di dos caladas a un cigarrillo… No os asustéis… Era por una buena causa… Fue para celebrar el reencuentro de Los Tres Solterones después de mucho tiempo de enfado entre dos de ellos. Sinceramente, lo podríamos haber celebrado con las pizzas que acostumbrábamos a pedir, pero esa noche era especial. Lo mejor es que esa experiencia no me gustó. JM. me dijo entonces que si le hubiera cogido el gustillo, no lo hubiera dejado desde entonces. Pero fui afortunado entonces, y lo sigo siendo…
Reconozco que la gente que tiene alguna adicción de ese tipo debe ser muy fuerte para dejarla… Necesitas mucho de fuerza de voluntad y de ganar esa batalla diaria con el cigarrillo o con sustancias peores… Yo particularmente llevo tiempo en una cruzada indiscriminada para que mi amigo I. deje de fumar, pero sé que no puedo presionarle, porque tendrá que ser cuando él lo decida. Sólo espero que sea más pronto que tarde, para que no le afecte en la salud demasiado.
No he estado enganchado a ninguna sustancia en mi vida, pero sí lo he estado a una persona… Sin darme realmente cuenta hasta que se fue… Las temporadas en que no estábamos juntos eran asumibles, porque sabía que iba a estar bien allí donde iba y porque al final volveríamos a estar juntos y recuperaríamos el tiempo perdido… Soportaba la ausencia y me hacía fuerte para no preocuparla… Estos días de Semana Santa que se avecinan no van a ser nada agradables precisamente por ese tipo de recuerdos, porque fueron siempre días de reencuentros y de despedidas durante todos estos años… Pero con el punto final, mi síndrome de abstinencia se convirtió en mi peor pesadilla…
Hace unas semanas tuve otro descenso a los infiernos… Quizás fue porque vi unos vídeos de mi familia, buscando algo de aquel cariño que sólo una madre puede dar… Fue una experiencia bonita volver a ver a tantas personas que ya no están aquí… Pero también fue triste darme de bruces con la realidad… Y entonces recaí… Después de muchos meses… Es tan fácil sucumbir a la tentación en estos tiempos… Sólo hace falta teclear unas letras y aparece rápidamente lo que buscas…
Ese chute del otro día fue doloroso… Entró en la vena haciendo daño… Me enseñó el porqué no tengo que volver a jugar con este tipo de fuego… Me di cuenta de que los hilos invisibles que nos unían se van cortando poco a poco… Algunos sólo resisten por uno de los extremos… Otros han caído ya por el otro… Yo mismo me aferro a algunos por los que me tendrían que cortar los dedos para liberarlos… Pero la mayoría ya no se mantienen tensos… Se enredan y se hacen nudos… La llama se va apagando… Y a mí me sigue costando decir adiós a todo eso que una vez fue una hoguera tan intensa…
La palmera con la que hablo desde hace un tiempo me dijo la última vez que la visité que era muy difícil que, después de haber mantenido una relación tan larga y con tantas vivencias compartidas, pudiéramos ser simplemente «amigos»… Que lo más habitual es que fuera imposible el contacto en un futuro y nuestras vidas se separan para siempre… Que es algo que siempre nos estaría arrastrando durante toda la vida… Que siempre nos veríamos como algo más… Como aquello que fuimos…
La verdad es que esa conversación me dejó muy tocado. Yo siempre había albergado la posibilidad de, al menos, contar con ella como amiga; de seguir compartiendo nuestras cosas, aunque fuera a otro nivel… Recuerdo en alguna ocasión haber hablado de este tema con ella y defender que un chico y una chica podían ser simplemente amigos, sin ninguna connotación más… Ver que quizás tenga que seguir resignándome a perderla para no volver a verla nunca más ha sido un golpe duro… Pero reconozco que ver ciertas cosas es muy doloroso, y aunque ahora lo sufra yo, quizás ella también podría sufrirlo en un futuro… Y no se lo deseo… No le falta razón a mi interlocutora de tronco recio… Supongo que, como se suele decir, la experiencia es un grado… Y ella ha visto a muchos otros arrastrándose por este desierto… Pero por una vez, me gustaría que se equivocara… Cuando recupere las fuerzas para poder volver a verla de nuevo a los ojos, me gustaría seguir contando con ella, como siempre había sido… Aunque sé que el peor parado de ese encuentro voy a ser yo… Dolerá… Mucho…
A veces me preguntó qué pensaría de todo lo que va pasando por estas calles que ya no pisa… De todos los cambios que ha habido y de los que están por venir… Si supiera que las cosas están evolucionando y no precisamente hacia donde ella creía que lo iban a hacer… Confiaba totalmente en los consejos que me daba, porque sé que lo hacía de corazón, de la misma forma que se los ofrecía yo, pero muchos de ellos ya han quedado desfasados por los acontecimientos…
De todas formas, ya es tarde… Todo se está difuminando poco a poco… Sepultado por la arena de un desierto que parece que nunca acaba…
Mientras se va borrando el pasado, sigo escribiendo… Mi metadona particular consiste en coger un papel y escribir con mi nueva pluma… He aparcado la novela durante la semana que empezamos para centrarme en un relato que quiero presentar, con el consentimiento del bastón en el que me apoyo, claro… Será una nueva historia de amor… Es curioso que últimamente sólo me salgan de este tipo… I. está muy contento y quiere que tenga un final feliz, pero me temo que de esas no me salen…
Visto el éxito que están teniendo los últimos relatos, tengo que aprovechar la oportunidad que me ofrece un concurso como al que me quiero presentar… Sería otro subidón de los que necesito para seguir respirando y ese es el motivo de parar la novela por una semana… Tengo esperanzas en que esta historia siga la suerte de las últimas… Sería muy bonito…
Además, esta semana se supone que se hará pública una noticia que me hace muchísima ilusión, así que quizás me traiga buenas vibraciones y energías renovadas para seguir la travesía…
Pero no he abandonado la novela (al menos aún)… Estamos alrededor de las 12000 palabras… Y mucho queda por contar… He tenido que subir el umbral de lo que creía que me ocuparía completa, porque a este ritmo hubiera superado las 50000 previstas… Veremos… El segundo capítulo está a punto de acabarse… Pero queda mucho por recorrer…
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-Las cosas en el segundo capítulo no han sido todo lo fluidas que hubiera querido… Y eso que en el fondo estoy haciendo trampas…
Lo que cuenta este capítulo es el inicio de la trama principal, algo que ya tenía empezado en anteriores intentos de completar esta novela. En concreto, lo que llevaba escrito hasta ahora en esa intentona eran cuatro capítulos que ocupaban ya 24000 palabras. Cuando he visto el número me he asustado. Creo que si hubiera seguido por ahí la historia, me hubiera salido un tocho digno de Juego de Tronos.
Pero ya que estaban escritas, yo estaba medianamente satisfecho con ellas, y me han acompañado durante tanto tiempo, he querido reaprovecharlas para esta versión. Me parecía un bonito recuerdo de todos estos años. Aunque no he podido conservarlas todas. Estamos en tiempos de cambio, ¿recordáis? -a veces me parece absurdo hablar en segunda persona cuando sé que sólo escribo para mí, pero no puedo evitar estar hablando con alguien… Y en el fondo me parece «gracioso»…. Cosa de locos-.
En concreto, los tres primeros capítulos quedarán condensados íntegramente en éste que estoy escribiendo, con lo cual la escabechina es importante. Lo que había en esas páginas hacía que la historia avanzara demasiado lenta, las descripciones eran exageradamente largas y, aunque las escenas tenían una dulzura muy bonita, necesito que las bases queden explicadas en este capítulo; algo que defina el ambiente bucólico de las protagonistas y su entorno, e introduzca los elementos causantes de lo que pasará más adelante…
Espero poder recuperar esas escenas dulces diseminadas por toda la historia, pero ahora he tenido que hacer una tarea de poda importante. El resultado no estará definido aún. Eso quedará para dentro de unos meses… Por el momento debo seguir puliendo el esqueleto y construyendo sobre cimientos tambaleantes… Sigo con esa inseguridad, y el siguiente capítulo va a ser una prueba de fuego importante, porque implica empezar con un personaje que ni siquiera estaba en las versiones antiguas de la novela…
Por un lado, me ha gustado rescatar esos capítulos porque me han permitido ver que he mejorado en mi escritura más de lo que me temía. Creo que ahora tengo más criterio para discernir lo que está bien y lo que no, lo que queda demasiado pesado y lo que tiene el ritmo idóneo para lo que se está contando. Aún tengo que mejorar en ese sentido, pero me parece que voy por buen camino… Por lo visto, la reentrada en la escritura con los relatos ha sido una buena escuela para mejorar mi visión autocrítica…
Pero volver a recuperar esas palabras ha sido emocionante y en cierta forma triste… Los inicios del NaNoWriMo que sirvió de excusa para empezarla y las personas que me acompañaron durante la travesía… Determinados momentos en los que me había puesto a escribir esos episodios… Vuelos con mi libreta viajera, hoteles, ciudades lejanas… Una visita al pueblo de mi madre en un año demasiado traumático… Paseos con ese dichoso cuaderno y mi puntafina siempre en la mochila… Mi primera vez escribiendo en esas páginas… Ella…
Aprovechando esta mirada atrás, por fin he solucionado el problema que había con los archivos de este teatrillo… La verdad es que a veces me gusta bucear entre todo lo que ha pasado en este escenario… Personas que estuvieron un día y asomaban la cabeza… Cosas importantes en mi vida que han quedado reflejadas para siempre aquí… Una vida que estoy contento de haber vivido… Estoy en paz conmigo mismo… Y lleno de esperanzas…
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– Qué caprichosa es la vida… Esta noche ha habido un movimiento tectónico inesperado… Una placa que se ha desplazado cuando yo ya había perdido toda esperanza y ha acabado sacudiendo uno de mis absurdos pilares de creencias infundadas… Una nueva señal para que confíe en mí mismo y mis posibilidades… Algo que, además, ha hecho que por primera vez reciba la felicitación incluso de gente de quien no lo hubiera esperado nunca… Quizás sea el nuevo inicio que tanto estaba esperando… Ojalá…
Os decía hace poco que la escritura me está salvando… Esta noche sólo puedo ratificar mis palabras… Es una fuente de sufrimiento, pero también está siendo el germen de una felicidad a veces de lo más retorcida y extraordinaria… Esta vez se ha hecho de rogar, pero la satisfacción que siento en estos momentos no se puede describir con palabras…
Y en el fondo, me da pena no poderlo celebrar con ciertas personas… Qué idiota soy… Algún día aprenderé…
Man that you fear
– Escribir es duro… Y más cuando se trata de un proyecto tan largo como una novela… Hasta ahora sólo me había enfrentado seriamente a la escritura de relatos con una fecha límite de entrega relativamente corta, y con el aliciente de que tarde o temprano, acabas teniendo un veredicto que te sirve para valorar tu trabajo. Pero no ver todavía ni el horizonte y pensar que aún queda todo un camino por recorrer es en cierta forma desesperanzador…
La escritura es una actividad solitaria de por sí, y el hecho de que seas tú el único que pueda hacer avanzar la historia, que no puedas delegarla en nadie más, ni procrastinar sin tener ese sentimiento de culpa por no hacer lo que en teoría deberías estar haciendo, ESCRIBIR, es de lo más agotador. Supone una carga mental importante, no sólo en el momento de enfrentarte a las horas que tienes programadas al día para escribir, sino durante el resto de la jornada, en busca de detalles o de hilos de la historia que aún no tienes del todo pulidos y que necesitas tener claros antes de llegar a ese punto de la narración. Por no decir el evitar todas las tentaciones y distracciones que aparecen en tu vida o al cansancio acumulado durante el día…
Es muy fácil caer en el desánimo, más si no estás pasando por un momento en que la fortaleza sea precisamente tu mejor virtud… Llevo pocos días y parece que me esté arrepintiendo de haberme embarcado en todo esto… Era algo que me temía, y no sé si realmente ha sido el mejor momento de mi vida para tener la idea genial de proponerme seriamente este reto… Es duro, la verdad… Pero tengo que sacar fuerzas de donde sea y seguir adelante… Lo que aún no sé es cómo conseguirlas…
Parece como si poco a poco me estuviera convirtiendo en mi propio enemigo, en una guerra en la que sólo hay dos bandos: yo mismo y un folio en blanco…
The Painter
– Hoy he empezado una nueva aventura… He dedicado el mes pasado a planificar lo que será mi primera novela (si llego a acabarla, que de eso os hablaré más adelante). Y hoy ha empezado la fase de la escritura. Tenía pensado coger mi nueva pluma y una libreta gordota y ponerme en una mesa llena de recuerdos bonitos para escribir esa historia. Al final se ha repetido el mismo entorno, pero he cogido la pluma de batalla, la que me ha traído alguna alegría que otra, como despedida y agradecimiento por los servicios prestados. La utilizaré hasta que se acabe el cartucho que tiene puesto. Luego la limpiaré y la guardaré con mucho cariño…
Esta historia se lleva cociendo muchos años en mi cabeza. Demasiados diría. Ha pasado por la última década de mi vida con altibajos, pero como este teatrillo, siempre ha estado ahí. La libreta en la que la empecé ha viajado incluso al extranjero y ha recorrido el país por tierra y aire unas cuantas veces. Incluso recuerdo haberla llevado al hospital, una noche que me quedé velando a mi madre en la habitación.
A principios de año, cuando estaba en plena tempestad en el desierto, me detuve un momento y miré hacia mis adentros, buscando qué es lo que me haría feliz, qué podría sacarme de esa situación. E inmediatamente, la primera cosa que apareció en la lista fue «escribir la novela». Desde ese momento me marqué una fecha y busqué una persona que me ayudara a conseguir esta quimérica misión. Porque lo primero que me abordó en ese momento fue el miedo. El miedo a no tener las fuerzas suficientes en ese momento (e incluso ahora) para empezarla y seguirla. Miedo a volver a abandonarla, como ha pasado en anteriores ocasiones. En definitiva, miedo a que éste fuera un intento más convertido en fracaso.
Aún rondan esas dudas en mi cabeza, y no estoy mucho más fuerte que meses atrás, pero me he comprometido a conseguirlo y esta vez tiene que ser la definitiva. Además, porque he embarcado en esta travesía a otra persona que me está ayudando y ofreciendo su tiempo a cambio de nada. Creo que mi pago debe ser el sacrificio y el esfuerzo por verla acabada, y porque su trabajo se vea recompensado con el mío. Si todo va bien, cuando llegue el verano tendré mi tan deseado primer borrador. Ya con eso me daré por infinitamente satisfecho.
La novela cuenta la historia de cuatro ancianas que se reúnen cada tarde para tomar el té. En una de esas tardes empezarán a tomar una variedad desconocida que hará que sus citas sean cada vez más especiales. Además durante el transcurso de la narración se cruzarán en la historia las vidas de otros personajes que acabarán confluyendo en la misma aventura. Es una novela en la que se mezclan la vida, la muerte y los sueños. La nostalgia y la pérdida. El espíritu de aventura y los miedos. La verdad es que estoy muy orgulloso de la idea. En sus inicios iba a ser un simple relato, luego pasó a ser una novela bastante blanca, pero con el paso del tiempo se ha ido oscureciendo hasta el punto de que es posible que tenga algunos toques tenebrosos y oscuros en ciertas partes.
Diez años han dado para mucho, y aunque debería haber tenido tiempo suficiente para haberla perfilado completamente, en este último mes me he dado cuenta de que hay una parte central que no me gusta. Aunque he intentado conseguir una nueva idea para esa parte, no lo he logrado. Pero no puedo esperar más o no podré tener el borrador para las fechas que quiero. Así que confiaré en que a medida que me vaya metiendo en la novela, aflore esa rama que estoy esperando.
De todas formas, sabemos lo qué puede pasar antes de llegar a ese punto. Que acabe tirando la toalla. Pero por otro lado, ¡la magia existe! Es otra de las moralejas que tendrá la novela. Hay que tener espíritu de aventura y enfrentarse a este tipo de retos. Sin ir más lejos, yo conocí a la persona que más he querido en un viaje que, si me hubiera pensado más de dos veces, no hubiera hecho nunca. Pero lo hice. Y esos días y todo lo que vino después, fue maravilloso… ¿Quién dice que esta travesía, por dura que sea, no llegue a un final tan bonito como ese, aunque, como será casi seguro, esta historia sólo quede para mí y mis amigos, y nunca llegue a publicarse?
El motivo por el que la quiero escribir es precisamente apagar la llama de las ausencias. Ya os conté que, cuando leí la motivación que llevó a Neil Gaiman a escribir su última novela (El océano al final del camino), me sentí muy identificado. Y esta novela va a ir dedicada a tres personas que ya no están conmigo. Mi abuela y mi madre, porque nos dejaron antes de llegar a leerla, y porque mucho de ellas estará en los personajes principales. Destilarán esa bondad y fuerza que demostraron durante sus vidas. La tercera, porque su despedida ha sido la que me ha llevado a este desierto y porque este proceso me servirá para escapar de los recuerdos que atesoro con a ella… Será difícil, pero es el motivo por el que la escribo… También porque la empecé junto a ella… Y, por desgracia, toca cerrar ese capítulo para siempre… Como esta novela…
Y para ser el primer día, no ha ido nada mal. He empezado y acabado el primer capítulo. En realidad hay trampa, porque es un capítulo introductorio y más corto que el resto. ¡Pero está escrito! ¡Una semana antes de lo previsto! :)
Para seguir el avance de la escritura, cada fin de semana iré actualizando el número de palabras aquí al lado. Será cuando aproveche para pasar lo escrito a mano al ordenador. Espero que crezca mucho ese número y que incluso llegue a superar las 50000 que hay fijadas como límite (que ni siquiera he sabido medir).
Una de las canciones que forman parte de la banda sonora de la novela es esta canción de Neil Young… La letra reúne todo lo que envuelve la historia, el ambiente bucólico de un pueblo perdido en las montañas y mis sentimientos… Desde su argumento hasta los motivos para escribirla… No podría haber un colofón mejor a este pequeño relato de un sueño que espero poder cumplir… :)
«it’s a long road behind me
and I miss you now
if you follow every dream
you might get lost
if you follow every dream
you might
get
lost»
X-Static
[Una luz parpadeante sube en el estrellado cielo del desierto dejando una estela que se difumina al poco. La luz se apaga unos instantes después… Al cabo de un rato, una nueva llamarada blanquecina repite el mismo camino para morir al poco… Cuando el público intenta vislumbrar en la oscuridad el origen de esas luces, se encuentra al actor principal sentado en la arena… En sus manos sostiene una barra. Descubre uno de los extremos e inmediatamente un nuevo fogonazo empieza a ascender…]
-El viernes pasado quise abandonar este desierto por un rato para mezclarme con la gente. Tenía esa necesidad. Sentirme uno más entre muchos. La excusa era la re-inauguración de mi librería favorita en Barcelona. Realmente iba a ser algo impactante, porque durante estos días se agolparon en mi cabeza muchos recuerdos de las visitas de años atrás, cuando no iba solo. Pasar por la antigua entrada y encontrarla cerrada fue como una metáfora de mi vida los últimos meses… Una mezcla de nostalgia y aceptación de la cruda realidad…
Durante la bajada, pensaba en todos aquellos buenos momentos que ya no volverían… De la soledad… De cómo preocuparme por mí mismo era ahora la única opción para seguir avanzando… Que tenía que reivindicar mi posición en el mundo… Decirle que estoy aquí…
Entrar en la nueva librería fue una experiencia ilusionante… Era toda una lección que en estos tiempos de crisis alguien haya apostado por crecer… En este caso, era económicamente, pero a nivel particular creo que es algo que llevo un tiempo aprendiendo… El saber aporta felicidad… Y esa está siendo mi inversión… Conocerme a mí mismo…
En ese momento, cruzándome con el resto de asistentes por los pasillos abarrotados, me di cuenta de la cantidad de gente que hace su vida sola… Sin atarse a nadie… Supongo que en algunos casos la vida les ha arrastrado a ese punto y en otros habrá sido una decisión meditada; sea como sea, las dos son decisiones perfectamente válidas… Pero me sorprendió ver que muchos buscaban el cobijo en conocidos y se formaban en grupos para pasar un buen rato y disfrutar de aquello que tenían en común… Salían de sus desiertos y los convertían en oasis por un momento… Como estaba haciendo yo entonces…
Me hizo mucha ilusión encontrar uno de los libros en los que aparezco… Quizás no está en la estantería más vistosa del mundo (aunque en la pared detrás de los mostradores principales también había algún ejemplar), pero tampoco es algo que me incomodara… Al fin y al cabo yo soy así… Prefiero estar en las sombras que recibir el foco directo… Y mi nombre estaba en una estantería de Gigamesh… Es algo muy emocionante… Quién sabe si algún día habría un libro con mi nombre en la portada… :)
Y también lo fue que el creador de todo ese tinglado me dedicara su libro y me confesara un secreto que no puedo desvelar aún, pero que dentro de unos meses será un bombazo en la ciudad, y supongo que en el resto del país… Ojalá se cumpla y pueda contarlo… Va a ser mágico que coincida con este año…
Me llevé el nuevo libro de Neil Gaiman. Fue la excusa perfecta y un bonito recuerdo de esa tarde… Una en la que renace una librería y se desvanecen muchos buenos momentos…
Mi amigo I. y yo acabamos la noche tomando algo en un local. Supongo que el bullicio era el mismo que se podría encontrar en muchos otros locales del estilo un viernes por la noche. Nosotros nos sentamos en la barra, como en los viejos tiempos. Hace años éramos tres solterones, ahora nos faltaba uno, pero también brindamos por él. Y seguimos hablando de cómo es la vida y de que conocer a alguien que realmente te llene no es tan fácil. Que no es bueno buscar una persona indiscriminadamente por el hecho de no estar solo. Porque la soledad no es mala del todo… Algo en lo que acabamos coincidiendo es que hay que esforzarse en que la felicidad no dependa de otras personas, sino que uno mismo sea capaz de serlo. Todo en previsión de que si confías tu felicidad a otra persona y ésta desaparece, se lleva tu felicidad con ella. En ese sentido, él me lleva unos años de ventaja, pero aspiro algún día a llegar al punto en el que él se encuentra ahora. Y creo que poco a poco lo conseguiré. Gracias a él y al resto de personas que me están ayudando en este camino tan difícil.
En un momento en el que desapareció para ir a fumar, me quedé solo contemplando al resto de gente. Justo a mi lado había una chica sola; frente a mí, mesas llenas de gente riendo y hablando, y grupos de guiris que se acercaban a la barra para pedir bebidas y pillar un buen pelotazo… Entonces me puse a pensar en cuántas de esas parejas que allí estaban formadas y disfrutando su momento, acabarían rotas al cabo del tiempo, sin saberlo ellas… Cuántas perdurarían… Cuántas estarían actuando con falsedad… Cuántas serían realmente transparentes… Sin ni siquiera olerlo, estaban viviendo unos momentos preciosos que quizás en un futuro serían sólo recuerdos de los que duelen… Piezas separadas de un mismo puzzle…
Últimamente observo mucho a la gente… De hecho, siempre he sido así, pero mi sentido arácnido se ha disparado bastante en los últimos tiempos… Me gusta verlas sonreír… Creo que es el mejor escudo que una persona puede tener ante la adversidad… Y es el que estoy intentando utilizar en este chaparrón… Disfrutar de la vida y sonreír cuanto pueda… Pasar tiempo con las personas que me quieren y ayudan… Y en la soledad, buscar lo que me hace feliz… Esta vez, sólo a mí… Dejar ir… No retener… No quedarme estático… Fluir…
Una vez fui feliz con otra persona… Ahora tengo que recuperar esa felicidad por mí mismo… Y por eso envío señales al futuro… Para decirle que sigo aquí…
[Entonces una nueva bengala cruza la noche…]
Es OBLIGATORIO escucharla con el volumen muy alto. Gracias… Filed under me, me as writer, new truths | Comment (0)
Underwater Love
– Si lo que estáis buscando es la más grande historia de amor jamás contada, no lo hagáis viendo Casablanca, rememorando la vida de John Lennon y Yoko Ono o leyendo La Princesa Prometida (aunque estaríais muy cerca). Para mí no ha existido un amor más grande que el que se narra en las aventuras de Penguin Adventure. A muchos os sonará a chino, pero tengo esperanzas de no convertirme en el abuelo cebolleta y que alguien más pueda entender lo que voy a contar.
Penguin Adventure fue un juego de MSX que por nuestras tierras llegó en cuenta gotas (como casi todo lo que llegaba de Japón unas décadas atrás). Yo tuve la suerte de hacerme con uno de aquellos cartuchos, y disfruté como el enano que era acompañando a un pingüino en esa quimérica misión:
«La bella pingüina, princesa Penguette, ha sucumbido ante el virus mortal que arrasa al país de los pingüinos. El único remedio posible es la fruta del Árbol de las Manzanas de Oro que está en tierras lejanas. Hace mucho tiempo, los pingüinos solían vivir en esta tierra remota. Todavía le siguen llamando el Paraíso de los Pingüinos. No obstante, hace muchos años fueron expulsados de su patria chica por los frisaurios, horribles lagartos carnívoros voladores gigantes, ultraenemigos de los pingüinos. Los frisaurios continúan dominando el Paraíso de los Pingüinos. Haz el largo y peligroso viaje hasta la tierra del Árbol de las Manzanas de Oro. Salva la vida de la bella princesa Penguette y vuelve el reino de los Pingüinos a su gloria pasada.»
Así que Pentaro, el pingüino protagonista, después de haber recorrido ya el continente antártico en una carrera frenética en su primera aventura, tenía que recorrer todo el país de los pingüinos para recoger la manzana y volver a su amada lo antes posible, pues de ello dependía que la princesa siguiera con vida. Aquello era amor incondicional. Tendríais que ver al pobre corriendo como ningún pingüino ha hecho antes, e incluso volando por el espacio gracias a unas alas mágicas.
El pobre animalejo se pasaba pantallas enteras recogiendo pescado, enfrentándose a los temibles lagartos gigantes y cruzando tierra, mar y aire para llegar a su meta. Lo más demoledor del juego es que, efectivamente, Penta podía llegar tarde… Y que después de superar todas las pantallas podías encontrarte con la desagradable sorpresa de que la princesa hubiera muerto antes de tu vuelta.
Nunca llegué a acabar el juego. De hecho, era una de las cosas que me propuse hacer el verano pasado para no caer en las temibles siestas veraniegas (porque prefiero aprovechar ese tiempo en otras cosas), pero al final los avatares de la vida me quitaron ese reto. Aunque algún día tengo que retomarlo. No puedo morirme sin tener esa satisfacción en mi vida… :)
Una de las pantallas que más me gustaban era la que se debía cruzar buceando. En aquel entonces, en que casi todos los juegos consistían en correr o volar, eran pocos los que se desarrollaban bajo el agua… Pero lo que más me sorprendía era la melodía tan bonita que salía. Es una pena que no haya un vídeo donde aparezca al completo (no hay valientes como yo, dispuestos a pasarse la pantalla sin superpoderes para poder disfrutarla)… Pero seguro que os hacéis una idea…
Si queréis rememorar este juego tan genial, podéis hacerlo descargando el Emulador MSX y la ROM de Penguin Adventure. Os aseguro que vais a disfrutar mucho… :)
Por lo mucho que me marcó ese juego y la implicación emocional que me transmitía, cuando tuve mi nuevo móvil, quise poner esa melodía, por ser una de las más bonitas que haya escuchado jamás. La asigné al tono de llamada de la persona que más he querido. Creo que ella nunca llegó a escucharla. Y ya no llamará más, ni supongo que va a volver a sonar en mi móvil.
Pero esa música sigue ahí… Creo que en momentos de tristeza hay que buscar la belleza… Y esa, en mi opinión, es una de las melodías más hermosas que podréis escuchar en vuestra vida…
Todos tenemos cicatrices… Y ésta es una de las mías, junto a un brazo magullado por abrazarla todas las noches y muchos recuerdos… Escucharla es emocionarme al instante… Me pone la piel de gallina cada vez que lo hago, como me pasa con Ryuichi Sakamoto… Pero lo hago, no me preguntéis por qué…
Tanto la versión orquestal como esta preciosa versión a piano de la canción son obra de Gryzor87.
Laurens Walking
[El protagonista ha pasado un día en el desierto de lo más movido… Las dunas no acababan nunca de aparecer en el horizonte, y por más que caminaba y caminaba, al poco asomaba otra que le hacía perder las esperanzas en salir de allí con vida… Pero por suerte la noche ha caído, y mañana el nuevo día podría traerle nuevos aires que se lleven la quemazón que siente… Tumbado junto a una hoguera improvisada, el actor principal ojea un libro… Es tarde y los ojos se le cierran inconscientemente, pero al verse sorprendido por el público, intenta mantenerse despierto para empezar la función…]
– Hace unos días, en uno de los podcast que escucho, hicieron la lectura de un fragmento de El Señor de los Anillos que me dejó impresionado. Reconozco que no recordaba en absoluto ese pasaje y me quedé asombrado del diálogo que tenían los personajes… Me gustaría que lo escucharais, para saber de lo que os hablo… Os va a encantar…
[Al protagonista no le gusta leer en voz alta, pero como según él, la ocasión merece la pena, empieza a leer del libro que sostiene…]
Se sentaron en una grieta oscura entre dos grandes pilares de roca: Frodo y Sam un poco hacia adentro, y Gollum acurrucado en el suelo cerca de la entrada. Allí los hobbits tomaron lo que creían habría de ser la última comida antes del descenso al País Sin Nombre, y acaso la última que tendrían juntos. Comieron algo de los alimentos de Gondor y el pan de viaje de los elfos, y bebieron un poco. Pero cuidaron el agua, y tomaron apenas la suficiente para humedecerse las bocas resecas.
—Me pregunto cuándo encontraremos agua de nuevo —dijo Sam—. Aunque supongo que allá arriba han de beber. Los orcos beben ¿no?
—Sí, beben —dijo Frodo—. Pero ni hablemos de eso. Lo que ellos beben no es para nosotros.
—Más razón para que llenemos nuestras botellas —dijo Sam—. Pero no hay agua por aquí y no he oído ningún rumor, ni el más leve susurro. Y de todos modos Faramir nos recomendó no beber las aguas de Morgul.
—No beber las aguas que desciendan del Imlad Morgul, fueron sus palabras —dijo Frodo—. No estamos ahí aún, y si encontramos un manantial, el agua fluirá hacia el valle y no desde el valle.
—Yo no me fiaría demasiado —dijo Sam—, a menos que me estuviese muriendo de sed. Hay una atmósfera maligna en este sitio. —Husmeó el aire—. Y un olor, me parece. ¿No lo siente usted? Un olor muy raro, como a encierro. No me gusta.
—A mí no me gusta nada de aquí: piedra y viento, hueso y aliento. Tierra, agua, aire, todo parece maldito. Pero es el camino que nos fue trazado.
—Sí, es verdad —dijo Sam—. Y de haber sabido más antes de partir, no estaríamos ahora aquí seguramente. Aunque me imagino que así ocurre a menudo. Las hazañas de que hablan las antiguas leyendas y canciones, señor Frodo: las aventuras, como yo las llamaba. Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerlas, y les parecían excitantes, y en cambio la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, como dice usted. Supongo que también ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizá, pues, si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien. Usted sabe qué quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque no exactamente igual que antes… como el viejo señor Bilbo. Pero no son ésas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sean las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia habremos caído.
—A mí también —dijo Frodo—. Pero no lo sé. Y así son las historias de la vida real. Piensa en alguna de las que más te gustan. Tú puedes saber, o adivinar, qué clase de historia es, si tendrá un final feliz o un final triste, pero los protagonistas no saben absolutamente nada. Y tú no querrías que lo supieran.
—No, señor, claro que no. Beren, por ejemplo, nunca se imaginó que conseguiría el Silmaril de la Corona de Hierro en Thangorodrim, y sin embargo lo consiguió, y era un lugar peor y un peligro más negro que este en que nos encontramos ahora. Pero esa es una larga historia, naturalmente, que está más allá de la felicidad y más allá de la tristeza… Y el Silmaril siguió su camino y llegó a Eárendil. ¡Cáspita, señor, nunca lo había pensado hasta ahora! Tenemos… ¡usted tiene un poco de la luz del Silmaril en ese cristal de estrella que le regaló la Dama! Cáspita, pensar… pensar que estamos todavía en la misma historia. ¿Las grandes historias no terminan nunca?
—No, nunca terminan como historias —dijo Frodo—. Pero los protagonistas llegan a ellas y se van cuando han cumplido su parte. También la nuestra terminará, tarde… o quizá temprano.
—Y entonces podremos descansar y dormir un poco —dijo Sam. Soltó una risa áspera—. A eso me refiero, nada más, señor Frodo. A descansar y dormir simple y sencillamente, y a despertarse para el trabajo matutino en el jardín. Temo no esperar otra cosa por el momento. Los planes grandes e importantes no son para los de mi especie. Me pregunto sin embargo si algún día apareceremos en las canciones y en las leyendas. Estamos envueltos en una, por supuesto; pero quiero decir: si la pondrán en palabras para contarla junto al fuego, o para leerla en un libraco con letras rojas y negras, muchos, muchos años después. Y la gente dirá: «¡Oigamos la historia de Frodo y el Anillo!» Y dirán: «Sí, es una de mis historias favoritas. Frodo era muy valiente ¿no es cierto, papá?» «Sí, hijo mío, el más famoso de los hobbits, y no es poco decir.»
—Es decir demasiado —respondió Frodo, y se echó a reír, una risa larga y clara que le nacía del corazón. Nunca desde que Sauron ocupara la Tierra Media se había escuchado en aquellos parajes un sonido tan puro. Sam tuvo de pronto la impresión de que todas las piedras escuchaban y que las rocas altas se inclinaban hacia ellos. Pero Frodo no hizo caso; volvió a reírse—. Ah, Sam si supieras… —dijo—, de algún modo oírte me hace sentir tan contento como si la historia ya estuviese escrita. Pero te has olvidado de uno de los personajes principales: Samsagaz el intrépido. «¡Quiero oír más cosas de Sam, papá! ¿Por qué no ponen más de las cosas que decía en el cuento? Eso es lo que me gusta, me hace reír. Y sin Sam, Frodo no habría llegado ni a la mitad del camino ¿verdad, papá?»
—Vamos, señor Frodo —dijo Sam— no se burle usted. Yo hablaba en serio.
—Yo también —dijo Frodo—, y sigo hablando en serio. Estamos yendo demasiado de prisa. Tú y yo, Sam, nos encontramos todavía atascados en los peores pasajes de la historia, y es demasiado probable que algunos digan al llegar a este punto: «Cierra el libro, papá, no tenemos ganas de seguir leyendo.»
—Quizá —dijo Sam—, pero no es eso lo que yo diría. Las cosas hechas y terminadas y transformadas en grandes historias son diferentes. Si hasta Gollum podría ser bueno en una historia, mejor que ahora a nuestro lado, al menos. Y a él también le gustaba escucharlas en otros días, por lo que nos ha dicho. Me gustaría saber si se considera el héroe o el villano…
»¡Gollum! —llamó—. ¿Te gustaría ser el héroe?… Bueno, ¿dónde se habrá metido otra vez?
Lord of the Rings by Vania Zouravliov
Está claro que todos estamos embarcados en una aventura que se alarga durante toda nuestra vida. Pero mientras la estamos escribiendo, no sabemos cómo va a acabar, si tendrá un final precipitado o si tendrá un desenlace feliz. Todo son incógnitas.
Ese texto me hizo pensar en mi «yo» futuro… ¿Qué pasará conmigo? ¿Cuándo se pondrá el punto final a mi historia? ¿Acabaré siendo un héroe o un villano? ¿Qué peripecias ocurrirán por el camino? ¿Qué se contará de mí cuando me haya ido? ¿Habré trascendido, o habré sido un cascarón vacío que no haya aportado nada a nadie? ¿Seré recordado, o no habrá valido la pena haber compartido un triste café conmigo? En momentos en que la confianza en ti mismo flaquea, esas dudas son de lo más motivadoras… Es todo un futuro por explorar… Todo por edificar… Una persona por ofrecer a los demás y este libro que es la vida…
El otro día una persona me preguntó si yo hablaba con mi madre. Me quedé sorprendido y dudé en decirle la verdad, por si me iba a tratar por un chalado. Por suerte, ella me dejó entrever que si lo preguntaba era porque ella lo hacía. Y una de las cosas que me pidió fue que cuando volviera a hacerlo, le preguntara si se sentía orgullosa de mí…
No sabremos el resultado final de la aventura hasta que llegue la palabra «fin», pero si de algo estoy convencido es de que mi vida está valiendo la pena, a pesar de los bandazos que he sufrido. Y de que mi madre se sentiría muy honrada de tener un hijo como yo, como yo lo estoy de seguir con los valores que me inculcó… Y aunque sea un consuelo efímero, me cojo a él en los momentos de debilidad… A eso y a canturrear lo primero que se me ocurre… Últimamente creo que incluso canto mejor… :)
Escribir me está ayudando a volver a ser yo mismo. Y las pequeñas alegrías que voy recibiendo, tanto críticas como publicaciones, me suben el ánimo (aunque sea momentáneamente). Mi amigo I. dice que debo aprovechar estos momentos para escribir una buena novela con cosas tristes. Que al menos de esta situación saque algo bonito y positivo que me ayude en mi recuperación. Y no le falta razón. Sin saberlo, ha acertado en gran parte de la melancolía que envuelve la novela que empezaré el mes que viene… La conexión Cáncer-Escorpio sigue funcionando a las mil maravillas… :)
Es un consuelo saber, como me dice él, que cada vez estoy escribiendo mejor. Al menos hay algo bueno en todo esto. También me ha pedido que el próximo relato sea de robots, porque son sus preferidos. Como sé que no lee esto, os contaré que quiero prepararle uno para su cumpleaños… Espero que me salga muy bien y le guste, porque está siendo un apoyo muy importante y se lo merece. Por suerte no le dejé abandonado cuando él sufrió algo parecido, o en estos momentos tendría todo el derecho a haberme dejado tirado y completamente solo…
Todo largo viaje empieza con un paso… Y yo ya llevo unos cuantos… Sólo espero que lo que venga a partir de ahora sea la mejor parte del trayecto… Tengo todas mis esperanzas puestas en ello…