A Strange Day
-Por la mañana tuve que repetir unas cuantas veces el Dreams de Fleetwood Mac para empezar el día… Luego, sorprendentemente, aparqué justo en la entrada al trabajo. Algo que no he conseguido hacer nunca desde que estoy allí. Después experimentar con el calor y pistolas raras… En el transcurso, llegó algún saludo inesperado y alguna propuesta casi irreal, de esas que te dejan perplejo… Y por la tarde otra más de otra persona, como si el karma se hubiera puesto de acuerdo para gastarme una broma… Seguiría unirme a un grupo clandestino y calentar motores para la cena… Y ya en ella, una sorpresa que habían organizado secretamente… Y un premio…
Son sólo dos piezas de plástico encoladas, pero lo que me llevo de ese momento no es sólo eso… Son los vítores por cada uno de mis méritos y la ovación final… Simplemente, necesitaba algo así… Sentirse querido es la mejor de las emociones… Es una lástima no haber tenido batería para grabar ese momento y reproducirlo en bucle en los malos días…
Siguieron muchas risas, hablar de las estrellas, de lo que marcan…
Pero también de películas de miedo, de historias de engranajes, de mujeres y de hombres… De futuro y de sueños… Una lástima que no llegara a tiempo para la echada de cartas del Tarot, pero será la próxima vez supongo… Siento curiosidad por saber lo que me dicen…
Y luego, al llegar a casa, me encuentro en el mail con la galerada de uno de los libros en los que saldré publicado… Aún está por acabar la maquetación definitiva pero, a pesar de lo fantástica que había sido la noche, ese momento de leer tu pequeño texto de presentación al mundo fue muy especial…
Un día extraño… Desde luego… Aunque quizás la culpa de todo la tuviera esa extraña Luna…
Wow!! pic.twitter.com/rXFQpK8apY
— Pu Jingles #FK (@PooJingles) julio 11, 2014
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[Han aparecido unos adoquines enormes en medio del desierto. Quizás al resto del público le parecerá un hecho algo chocante, pero al protagonista parece no sorprenderle demasiado. Al fin y al cabo, ya ha visto cosas parecidas no hace mucho…
No son demasiados, sólo unos cuatro o cinco, pero el protagonista parece estar apilándolos juntos, rompiendo la pequeña barrera que parecían estar formando… Entonces se dirige al respetable, que aguarda curioso el inicio de la sesión de esta noche…]
-Hace unos diez años que quise hacer una función con este título… Iba a tratar de cómo se transformaba el bordillo de la casa donde me había mudado en una pequeña rampa… Incluso había preparado fotos de la acera con cada uno de esos adoquines quitado, porque quería hacer una animación con ellos bailando… Me parecía gracioso… Pero creo que ya ha pasado su tiempo… Por eso he preferido cambiarlo por algo más actual…
Desde hace un tiempo he vuelto a aprender a contar… Cuento como pasan uno, dos, tres meses, como quedan siete, seis, cinco días… Cuento los minutos promedio por kilómetro en las caminatas matutinas; si son por debajo de 8:20 me doy por satisfecho, en los tramos que corro por debajo de los 6… También cuento los números que marca la báscula: 76,5 (cifras decrecientes, así son más fáciles de recordar)… He estado por debajo, pero creo que ese se ha convertido en el número que debo conservar… Cuento lo que he dejado atrás… Alrededor de 14… Tenía que aparecer… Cuento las veces que levanto las pesas… Cuento las palabras que escribo… Los apoyos que recibo… Lo favoritos en las fotos… Cuento cada día 6 del mes, cada día 14… Los que quedan para el 15 de este mes… Para el catorce del que viene…
Me limito a ir contando… Cada mes que pasa me aleja más de los recuerdos… Enfría todo y lo deja en una burbuja de irrealidad… De algo que casi ya no sabes si pasó de verdad o fue un sueño… También aleja de las pesadillas, del frío del invierno, de las sacudidas… Me da pena empezar a notar todo eso… Que se pierde lo que tanto había querido… Que todo se va desmoronando lentamente y que uno tras otro van quedando atrás todos aquellos momentos…
El martes fui a visitar a mi palmera y quedó encantada con lo que había conseguido superar desde la última vez… También me dijo que estaba muy guapo y que no adelgazara más… Es la comidilla de todos los que han visto la metamorfosis… Aunque la que más gracia me hace es la vecina de mi abuela cuando me ve, que casi parece que me regañe… :) Es muy buena mujer y me alegra mucho verla algún sábado cuando me acerco al piso a regar…
La verdad es que tengo que reconocer que hago bien mis deberes, pero alguno de ellos son bastante dolorosos de cumplir… Le comenté que no me sentía orgulloso de lo último… Que tenía esa sensación de no dar la mano a quien te la está pidiendo… De estar atrapado entre el deseo de la droga que saciaría las ansias y la fuerza de la templanza… Entre una espada afilada que puede herir y una pared fría en la que cubrirse las espaldas… Pero ella insiste en que es lo mejor, no sólo para mí sino para todas las partes… Que no es el momento… Que si todo tomó un rumbo, debe llegar a su destino para que luego lo que tenga que llegar, si llega, no duela… Que mientras, es tiempo de romper barreras, abrirse al mundo y dejar el pasado atrás… De desinhibirse, conocer gente, aprender… De expandirse… De crecer… Y que en ese sentido, ella ha visto una evolución muy grande en mí… Yo también la he visto… Con mucho esfuerzo, también es cierto… Pero poco a poco he ido tejiendo una nueva red de personas que me mantienen lo suficientemente distraído para no dejar que mi mente caiga en las trampas de siempre…
Pronto vendrán fechas difíciles y tengo miedo a cómo voy a reaccionar. Ya llevo días preparándome y sé que tengo que desaparecer y no pensar en ello… Buscar algo en lo que ocuparme para mantenerme distraído… Aun así, con el rabillo del ojo, estaré viendo ese pasado que se difumina… Recordando aquella aventura del Hobbit que salió de la comarca y recorrió solo todo el país para encontrar su sueño… Aquella noche mágica… La música… Creo que no podré evitarlo por mucho que quiera… Como nunca voy a dejar de sentir algo que quedó sentenciado a muerte hace ocho meses… Ya lo dice el dicho: «donde hubo fuego, siempre quedan cenizas»… Y aquí hubo un incendio descomunal…
Pero como decían Garbage, el truco está en seguir respirando… Yo, además, intento bailar un poco mientras cuento…
Star Eyes (I can’t catch it)
Esta canción me ha rescatado varias veces de algún pozo profundo… Por todos esos momentos, como esta noche, le debo estar aquí… Habla de ojos del color de las estrellas… De ese color frío y profundo… Y de lo inalcanzable…
Like to teach you
Blue
Sky
Sun
Shine
Be
Mine
Star
Eyes
I can’t catch it
I can’t catch it
I can’t catch it
Love
Please
Come
Back
Send
You
Cry
Gone
I can’t catch it
I can’t catch it
I can’t catch it
Please
Please
Sun
Shine
Be
Mine
Come
Back
I can’t catch it
I can’t catch it
I can’t catch it
I can’t catch it
I can’t catch it
Come
Back
Send
Love
Gone
Danger Mouse and Sparklehorse (featuring David Lynch) – Star Eyes (I Can Catch It)
Filed under music, new truths | Comment (0)Man of the hour
-Hace justo una semana que debería haber vuelto. Pero en el fondo no lo hice. Parte de mí se ha quedado todavía en aquellas calles. En las miradas de ojos claros de aquella gente. En la luz del sol que brilló durante casi todos los días y en la de los fluorescentes encendidos de los túneles del metro. Tampoco volví cuando debía porque los controladores se empeñaron en aguarme el final del viaje. Otra vez Madame Odamae acertó de lleno. Voy a tener que empezar a creer en ella. Sabía incluso que iba a salir de viaje. Y que algo tan inesperado como eso iba a suceder… Es una auténtica potencia de la adivinación, la señora… :)
Todo empezó hace un par de meses, cuando mi palmera se topó con otro bajón en esta montaña rusa de dunas en la que estoy embarcado.
-Necesitarías salir de aquí un tiempo. Ver otras caras. Divertirte -me dijo-. Ve de viaje con algún amigo.
La sola idea de tener que salir me tenía prendido de un hilo de temores tan finos que se romperían con la mínima brisa. Iba a ser el primero desde lo de Málaga y, sinceramente, no tenía ganas de recordar lo que era coger un tren y plantarme en Madrid o en cualquier otra ciudad. Aunque ha pasado ya un tiempo, aun recuerdo todo con demasiada viveza: los geniales desayunos en el Vips, mis solitarios churros en Málaga… Pero por otro lado, he confiado mucho en mi palmera; ya me conoce bastante y sé que sólo busca ayudarme, así que tuve que aceptar hacer ese esfuerzo y enfrentarme al desafío. En el fondo superar estos miedos te hacen más fuerte, y eso precisamente es lo que necesito en estos momentos… Nuevos retos para ponerme a prueba…
Así que acepté su propuesta, aunque algo inseguro por como reaccionaría cuando me diera cuenta de mi decisión. Entonces surgió la idea de volver a Londres. Ese viaje tenía muchas connotaciones implicitas, algunas buenas, otras no tanto. Para empezar era la vuelta a esas tierras después de un viaje muy divertido que hicimos los (entonces) tres solterones. Una aventura de fin de semana con puente del que se cumplían 11 años (lástima no haberlo recordado para haberlo celebrado el año pasado, pero no estaba para esas cosas). Por otro lado, era el viaje con el que hubiera querido celebrar el fin de mis estudios. Un regalo que por desgracia no pude disfrutar con quien yo quería. Y en todos estos días me he imaginado lo genial que hubiera sido recorrer las calles y los parques de esa maravillosa ciudad con esa persona, como en casi todos los viajes que realizamos juntos.
Han sido unos días plagados de coincidencias y casualidades… Canciones que aparecían en el momento más inesperado para contarme o recordarme algo… La muerte de Ana María Matute, de quien guardaba un recuerdo muy entrañable de una mañana de Sant Jordi en la que Ella cumplió un pequeño sueño en el cual me hizo muy feliz estar presente… Libros que aparecían en las estanterías de museos y librerías con mensajes que parecían hablarme a mí… Un viaje que he disfrutado, pero también que he sufrido, como parte de ese exilio autoimpuesto que debía ayudarme…
Aún no tengo claro si lo ha hecho o no, porque al volver estuve unos días algo decaído. Supongo que por la resaca de todas esas emociones y el añadido de las tensiones de los últimos días. Pero algunos de mis miedos se han evaporado y me he dado cuenta de que me defiendo muy bien solo (aunque el viaje lo hiciera en compañía, yo me he encargado de todo, como si realmente hubiera ido solo). Todas las crisis te hacen crecer y esta etapa que estoy pasando ha conseguido ese mismo efecto. Estoy muy orgulloso de ello.
Pero lo cierto es que desde que empecé a preparar el viaje con mi escudero, en mi mente se visualizó una extraña misión. Me propuse conseguir tres cosas de él. Tres de esos pequeños objetos que me acompañan o me acompañaron en el pasado:
1) Desde la visita de Neil Gaiman y aquel momento de la charla en que sacó su cuaderno del bolsillo interior de su chaqueta, me obsesioné con la idea de conseguir un cuaderno como el suyo. No paré de investigar por Internet hasta encontrar, gracias también a un par de chicas geniales que comparten mi pasión por él y que conocí a raiz de aquellos días, que solía escribir sobre cuadernos Moleskine de tamaño large y sin líneas. Quería convertirlo en un cuaderno para mis relatos, para llenarlo de los primeros borradores de mis historias. Y para inaugurarlo, quería hacerlo con ese relato sobre robots que quiero regalarle a I.. Finalmente, empecé el relato en otro cuaderno, porque quería aprovechar esos días para terminarlo, y también porque el dichoso Moleskine se resistió en aparecer unos días. Pero al final lo conseguí, aunque preferí que tuviera líneas y así sentirme más cómodo escribiendo en él. Y lo estrené con ese contrato del que os expliqué hace unos días, al que le he añadido una cláusula de parte de unos preciosos sellos que I. me obligó a comprar para utilizarlos como firma en un futuro. Ojalá tenga oportunidad algún día…
También he puesto en la carpetilla que incorpora el Moleskine, una foto de mi encuentro con Neil Gaiman que mi hermano y su novia me han impreso. Espero que me sirva para motivarme en los momentos de decaimiento… Recordar aquella magia es algo fundamental para mí, si quiero seguir vivo en esto… :)
2) También quise conseguir una pluma nueva, como parte de esa nueva tradición que empecé en Madrid, pero ese objetivo no pude cumplirlo. Realmente no recorrí muchas papelerías, y en las grandes cadenas, las plumas eran demasiado frías. No me transmitían nada. Así que esa misión ha quedado pendiente. No está bien dejar todos los asuntos cerrados. Así se tienen motivos para volver algún día… :)
3) Y para acabar, quería conseguir un nuevo anillo que pudiera llevar como años atrás sin que tuviera atados a él tantos recuerdos, ni que implicara llevarlo con temor por perderlo, como pasó con el de mi madre (el rescate del cual es uno de los momentos más épicos que he tenido en mi vida).
No sé exactamente cuándo, pero en mi mente empecé a visualizar cómo quería que fuera ese anillo. Y me imaginé un aro plateado con una banda negra central. Ni siquiera tenía claro si existiría. Pero con esa idea llegué a la ciudad y visité puestecillos y tiendas de los mercados por los que pasamos. En Portobello vi uno plateado con partes pulidas y sin pulir que me gustó mucho, pero finalmente no llegamos a un acuerdo con el precio y lo dejé. Quizás me esté esperando en otra ocasión. También fue gracioso encontrar uno de mis antiguos anillos allí. Casualidad (otra). Pero fue en un puestecillo de Camden que regentaba una chica hindú que se dedicaba a aplicar henna a las manos de sus clientas, donde vi El Anillo. En aquel momento me pareció el mismo que aparecía en mi mente, aunque con un poco de detenimiento se podía ver que la banda oscura no llegaba a ser negra, quizás por la luz de aquel día algo encapotado. Ese motivo casi me lleva a dejarlo allí. I. me dijo entonces que era verde, y eso no ayudó demasiado a que me decidiera a llevármelo. Gracias a Dios que mi problema con los colores no me llevó a verlo demasiado verde, sino más bien oscuro, que era como lo quería. La chica además me ofreció llevarme tres anillos por el precio que en el anterior mercado me pedían por el plateado, así que entonces no lo dudé. Finalmente compré mi anillo y no tardé ni un instante en ponérmelo. Era muy importante para mí hacerlo allí mismo.
Con el paso de los días, me fui dando cuenta de qué tipo de verde era. Y algo se removió en mi interior. Porque es un color «verde aguas turbias» maravilloso, como yo lo llamaba… En su parte central tiene una ráfaga más clara con el tono exacto… El color precioso que tanto quise… Que tanto me recuerda…
Pero ese es un recuerdo que extrañamente no me duele… Lo guardo con cariño… Siempre pensaré que es un color bonito, por muy mal que pueda sonar su nombre… :)
Hace poco leí que sólo un 2% de la población mundial tiene los ojos verdes… Fui muy afortunado al encontrar unos y poder verlos durante tanto tiempo… Esos y los de mi abuela siempre han sido mis favoritos… :)
Volver fue una auténtica quimera en la que intervinieron dos cambios de vuelos, nervios, desesperación por la situación, colas interminables y acabar llegando a Valencia un día después del plan original para coger un tren que nos trajera a casa a las tantas de la madrugada. La otra opción hubiera sido volver cuatro días más tarde. Los controladores la habían liado bien. Les agradezco la faena de todo corazón…
Una vez en casa, casi no descansé en los días siguientes, pero tampoco lo noté. Por una vez, me di cuenta de que en mi nueva condición soy más duro físicamente, que tengo más aguante (cuando ya tenía mucho anteriormente), y eso me anima a seguir por el mismo camino que llevo hasta ahora. Seguir con constancia y apartar la pereza… Pronto conseguiré mejorar aún más…
La noche siguiente acudí con mi hermano al concierto de Extreme (otra retorcida coincidencia, o debería llamarlo broma, del destino)… Lo pasamos muy bien y yo, a pesar del cansancio acumulado y de las pocas horas de sueño, no paré de bailar. Creo que en ningún concierto de los que he estado lo he hecho como esa noche. Pero tenía muchas ganas de liberarme de todo… De recuerdos, de malentendidos y de cargas del pasado… Luego pudimos saludarles, fotografiarnos y hablar con ellos, como sucedió en Madrid… Fue un final muy especial para una semana de lo más agotadora…
Ahora todo está más calmado… La normalidad ha regresado y yo vuelvo a tomar conciencia de mi realidad. Del punto de mi vida en el que me encuentro. De las piezas con las que puedo jugar y del futuro que quiero construirme. Y tengo claro que voy a conseguirlo. Que saldré de esto y que encontraré el final del desierto. Sólo es cuestión de tenacidad, fortaleza e ilusión… Ya lo veréis… Seré un nuevo hombre cuando todo esto acabe…
Be here now
-Es tarde y debería estar durmiendo, pero no puedo… Llevo días recorriendo cada rincón de esta ciudad que tanto había echado de menos y aun así no me he cansado todavía de ella… Podría quedarme para siempre… Ser aquí el nómada que busco ser un día…
Pero este viaje tiene algo de exorcismo también. Intentar seguir adelante y olvidar… Y me temo que en estos días que llevo, no lo he conseguido… Porque me he imaginado mil veces todas estas cosas con mi antigua compañera de aventuras, y sé que hubieran sido aún mejores de lo que lo están siendo… En el fondo soy un imbécil, porque estoy convencido que soy el único en esta historia que sigue pensando estas cosas. Y me sigo haciendo daño a mí mismo, como un escorpión clavándose su propio aguijón… Esta extraña lealtad que mantengo con quien era mi otra mitad, pero que ya no quiere serlo, sólo me mantiene encadenado al pasado y a los recuerdos… Y es de eso de lo que tengo que huir… Tengo que aprender de ello…
A pesar de eso, quería dejar aquí las sensaciones que tuve en dos momentos de este viaje y que me tienen que ayudar a salir de este desierto. La primera fue en un callejón de Portobello, comiendo una hamburguesa buenísima con las vistas de una bicicleta apoyada en una farola… Siempre me he conformado con poco y con cosas sencillas; es algo de lo que me siento muy orgulloso, y que he heredado de mis padres y mi abuela… :) Lo que pensaba y sentía me lo guardo para mí… Pero ese recuerdo tiene que servirme… Cuando decaiga, tengo que volver allí… A ese callejón…
El otro fue en Hyde Park. Acababa de abrir un moleskine que me he comprado para rellenarlo de relatos y se me ocurrió escribir en la primera página una especie de contrato conmigo mismo… Y eso también necesito retenerlo en mi memoria… El graznido de los cuervos, las risas, la luz, el rojo de las tapas del cuaderno… Todo quiero que quede para mí…
Mañana seguiré caminando. Y con un poco de suerte, espero que todo sea más facil… Esta noche está costando… Quizás porque los vecinos de habitación no ayudan demasiado… O quizás no…
Filed under me, new truths | Comment (0)«run away with me tomorrow, June…»
«we’ll try and ease the pain
somehow we’ll feel the same
well, no one knows
where our secrets go…»
Man Under the Sea
-Ha pasado la marejada… No han sido unos días demasiado agradables, ni siquiera con la novela… Las tormentas que han caído han sido preciosas, pero esas eran las que se veían al otro lado de la ventana… Las que caían bajo techo no lo eran tanto… Ahora los charcos se van secando y vuelvo a recuperar algo de fuerzas para seguir adelante… Es difícil no hacer caso a los cantos de sirena, aunque te ates con fuerza a tus convicciones y al palo más macizo que encuentres… Muy duro decir un «no»… Pero a veces es necesario… Al menos todos me dicen que ha sido lo mejor para todas las partes implicadas, aunque no lo sepan… Pero aun así cuesta mucho… Hay que ser muy fuerte…
Ya hace un tiempo que he conseguido mejorar esto que sostienen mis huesos. El otro día escuché a Paz Padilla diciendo que «a los 40, o te ajamonas o te amojamas»… Me hizo mucha gracia… :) Yo, por si acaso, me voy preparando y espero acercarme más a lo primero. Estoy contento en ese sentido. Me lo propuse y ha sido una gran lección y un gran aprendizaje que me he llevado de mí mismo. La constancia siempre tiene sus frutos. Y a eso no me ha ganado nadie, hasta ahora. Aunque aún me queda por hacer. De hecho, pronto se acaba mi tratamiento del brazo; me dan por un caso imposible. Voy a echar de menos a la gente del fisio, han sido muy majos conmigo y en cierta forma también han hecho de psicólogos, además de fisioterapeutas. Pero ya me he propuesto que ese tiempo que invertía allí, lo invertiré ahora en fortalecerme. Ha sido sorprendente para mí que dos médicos diferentes me dijeran que al perder peso, también se pierde masa muscular, cuando yo creía que lo que se perdía era la grasa que la recubría. Pero por lo visto no, y eso puede estar afectándome también.
Así que ahora me dedicaré a darle a las pesas todos los días y ver si me recupero en general y fortalezco el brazo para que no note tanto el pinzamiento. Ojalá lo consiga, o va a ser un recuerdo de por vida que no me va a hacer mucha gracia. Qué pena que algo bonito, como el motivo por el que me apareció, sea ahora tan doloroso… No quiero pensar lo que les pasa a la gente que se tatúan alguna referencia a sus parejas y luego lo dejan… Menudo sufrimiento…
Con lo que hay en mi cabeza, la lucha sigue en pie… Aún seguimos blanditos… A pesar de intentar no pensar e intentar autoconvencerme de que ya se perdió todo, uno sigue sufriendo sus crisis… En mi vida, por circunstancias que han ido pasando, he sido muy fuerte, aun sin saberlo del todo… Por supuesto, no puedo compararme con gente que realmente ha sufrido verdaderos dramas… Y también me he dado cuenta de lo débil que he sido, cosa que tampoco hubiera imaginado… Es un aprendizaje que no está siendo fácil… Pero algo que siempre he hecho y que no ha cambiado es que sé luchar… Y que cuando lo he necesitado, he buscado cómo mejorar en todo lo que he podido…
Por suerte, hay cosas de las que he aprendido este tiempo que me ayudan a allanar las dunas del desierto… A manejar el temporal lo mejor posible para que las aguas vuelvan a su cauce… Y uno de esos conjuros mágicos que invoco de vez en cuando es la meditación…
Aunque siempre me han gustado las cosas relacionadas con la mente, me interesé aún más por la meditación cuando leí «Atrapa el pez dorado» de David Lynch. Es un libro que me encantó, porque quitaba ese halo de ocultismo que parece que encierran estas cosas, y presentaba la meditación como algo rutinario… Él lo relataba de una forma tan natural como tomarse un café… Una herramienta que en su caso le aportaba imágenes que alimentaran su creatividad y sus proyectos. Y ya sabemos que este señor, lo que es creatividad, no le falta… :)
En esos momentos en los que lo leí, vivía algo estresado por la carrera y el compaginarla con el resto de mi vida, y sinceramente, no me pude involucrar más en profundizar en el tema. Pero ahora, en la situación en la que estoy y añadiendo el reto de la novela, la meditación se ha convertido en una ayuda más, tanto creativa como personal. Ha sido gracias a mi chamana que he empezado a tomarme meditar muy en serio. Me queda mucho por hacer en este campo, sólo estoy haciendo meditaciones de 10 minutos como mucho, cuando ella las consigue realizar de 40 (porque se recomienda no pasar de ese tiempo). Pero su dominio de la técnica es tan bueno que conoce incluso meditaciones de un minuto, que te aportan la serenidad que recuperas con las meditaciones largas, pero funcionando como un recuerdo de las sensaciones que vives en ellas… El día que consiga yo hacer eso será genial… :)
Al principio buscaba el apoyo de alguna música o alguna guía que me ayudara a saber cuándo tenía que inspirar o expirar… Últimamente prefiero el silencio… Me pongo unos cascos para aislarme del ruido de la calle, cierro los ojos, pongo las manos con las palmas hacia arriba, respiro… Y voy dejando que los pensamientos fluyan… Sean de la naturaleza que sean… Fluyen y los aparto… Sin rabia… Como pasar el dedo por la pantalla del móvil… Con suavidad…
Cuando me pongo a meditar, me imagino sumergido en un mar o en el océano, rodeado de peces de colores, que representan esos pensamientos… Me doy cuenta últimamente de la importancia que tienen el mar o los océanos para mí, como metáfora… Su fortaleza… Es curioso…
Y veo esos peces… Y los dejo pasar… Cosas que han pasado durante el día… Recuerdos del pasado… Ella… La novela… Mi familia… Mis amigos… Quizás algún sinsentido… No se trata de luchar contra la mente, sólo de dejar pasar… Disfrutar de lo que el subconsciente te trae… Quizás algo de ello se pueda aprovechar cuando acabe el tiempo (que es lo que en momentos de bloqueo con la novela me ha salvado), pero mientras, dejar ir… Solo, bajo el mar, con los peces…
Van a ser unos días duros lo que se presentan… También son un regalo que me he hecho… Una deuda pendiente que necesito disfrutar, aunque no voy a hacerlo con quien hubiera sido mi intención hacerlo… Es una larga historia… Pero me han dicho que alejarme me sentará bien… Recorrer otras calles… Desaparecer…
Sólo espero que Madame Odamae acierte para bien… Su predicción para esta semana era de lo más oportuna y desconcertante… :S
Cuidad mi desierto por mí… Gracias… ;)
«hanging out with the Dream king…»
-Y claro, cuando me enteré de esa posibilidad, no lo dudé… Pensad que sería como decírselo a él mismo, pero ahorrándote la timidez y los problemas del lenguaje… Ya suponía que habría alguien que dominaría el inglés mejor que yo… Así que me aventuré a preguntarle…
@RocaEditorial #GaimanBCN Siempre te preguntan sobre consejos para los que empezamos a escribir. ¿Qué es lo que NO nos aconsejarías?
— iscariot (@iscariot) May 26, 2014
Y entonces, en el minuto 48:30 del encuentro con los fans, me quedé helado cuando la editora empezó a repetir esas palabras… Y su respuesta fue de lo más graciosa, y me puse nervioso, y me latió el corazón muy rápido y me alegré un montón…
¿Lo que no le diría a alguien que está empezando a escribir? Ok. Estas son las cosas que nunca le diría a alguien que viniera a mí y me dijera “Acabo de empezar a escribir. Dame un consejo”. No le diría: “¿Sabes? No tienes que escribir demasiado. Nunca acabes cosas. No te preocupes por no acabar nunca un relato o una novela o lo que sea, porque aun habiéndolo dejado a medias, los elfos siempre aparecerán de noche y lo acabarán por ti”. No le diría: “Recuerda que hagas lo que hagas, cada palabra que pongas en el primer borrador es lo más importante que posiblemente vayas a hacer y es absolutamente normal que te bloquees, porque debes recordar lo importante que es, y todo el mundo va a poder ver siempre tu primer borrador”. Eso es lo que no le diría.
Filed under me as writer, new truths | Comment (0)Lazaretto
-Hoy me he levantado con la sensación de haber dormido 20 horas, a pesar de haber estado dando tumbos en la cama toda la noche, de haber pasado calor, sed y haber aguantado la megafonía de las fiestas del barrio hasta las tantas… Me he pesado y seguimos igual… Hoy Laura, la novia de mi hermano, ha cocinado para mí, aunque me ha recordado que otro día le tengo que hacer esos rollitos de pollo que tanto le gustaron… Hoy he aguantado un día más… También me he acordado… Me ha dolido el brazo… He pensado que ni tirando de los nervios de ese brazo me dolería más que lo que siento… He movido hilos para lo de agosto… Hoy he salido de una reunión indignado… He comprobado que el futuro de la política está en las democracias encubiertas cuando en realidad se tratan de dictaduras disfrazadas… Y que lamer culos es una profesión de moda… Nadar contra corriente, no tanto… Se me ha acabado la batería del móvil a media tarde… No he ido a por ese Moleskine como los que utiliza Neil Gaiman y que quiero dedicar a los borradores de los relatos… Chispeaba al salir… Lo querría estrenar la semana que viene y no sé si voy a poder conseguir uno antes… He comprado cerezas y plátanos… Me he dejado el pan, pero lo compraré mañana al volver de la caminata, si no diluvia… He recibido un mail que me ha hecho mucha ilusión… He visto fotos… Me he enterado de que me perderé un concierto muy bonito… Y estoy esperando que caiga esa tormenta que tanto llevan prometiendo… Pienso quedarme todo lo que pueda despierto mientras la escucho y escribo…
Pero, aunque sea una tontería, hoy es el día en que he elegido mi disco del verano de este año… Lazaretto… No creo que aparezca otro que pueda desbancarlo…