Four leaf clover

abril 30th, 2014

-Llevo desde el domingo fascinado. Viviendo en un aura de irrealidad en la que me siento extrañamente ilusionado. Os preguntaréis qué es lo que me ha llevado a este estado de anestesia emocional, con todos los rollos depresivos que llevo contando en los últimos tiempos… Pues bien, la solución a vuestras dudas está aquí mismo…

[El protagonista enseña un trozo de recorte de una revista, en él puede leerse un texto escueto…]

madame odamae

Esto venía en una de esas típicas revistillas gratuitas de cualquier ciudad de este planeta. Esas que puedes recoger en la panadería y que suelen servir para bien poco si no tratan algún tema que realmente te interese. Llevo un tiempo leyendo sobre estrellas y lo que caracteriza a los signos del Zodiaco (en especial, los de aquellos que significan o han significado algo para mí), aunque sin llegar a la obsesión, por supuesto. Y en cuanto compro el periódico o consigo alguna publicación de este tipo, instintivamente voy a la sección de horóscopos y leo.
En este caso, el texto viene firmado por la misteriosa Madame Odamae, un nombre de lo más exótico que ya se ha ganado un lugar en mi próximo relato y detrás del cual debe esconderse un intento de Elena Francis del mundo de la Astrología. Pero esa nota, en la que promete que para los nacidos en mi signo esta semana va a marcar un antes y un después en nuestras vidas, y que durante estos días vamos a tener mucho protagonismo y aún más acción, ha despertado en mí unas esperanzas inusitadas en que por una vez algún charlatán de este tipo tenga razón. Porque creo que habrá gente que realmente tenga un don especial para esto, pero también, que hay mucho Sandro Rey suelto aprovechándose de la gente con la fe destrozada.

Pero, ¿qué queréis que os diga? Me ha hecho gracia el atrevimiento de esta mujer/loquesea, y estoy contando los días para ver si finalmente acierta. Me encantaría, claro… Pero de momento hemos llegado a la mitad de la semana y la cosa no parece que vaya por ese camino, aunque es cierto que ha sucedido algún que otro avatar de esos extraños que tiene el destino… El pasado siempre vuelve, supongo…
Si Billy Corgan hace conciertos en la tetería de Madame ZuZu, ¿por qué no puedo adoptar yo a Madame Odamae como oasis para construirme una realidad alternativa, lejos de este desierto? ¿Y tomar mi té con la confianza que da que Madame Odamae acertará finalmente? ¡No tiene precio! Aunque no lo consiga, el hecho de apartar fantasmas de mi mente durante una semana es ya digno de agradecer… :)

billy corgan madame zuzu

Lo que hace el aburrimiento, ¿verdad Billy? ;)
Suerte que ya toca volver a la novela… El relato ya está entregado, tenía también fantasmas… Y amores imposibles… A ver hasta dónde llega este pequeño…

Orion’s Belt

abril 26th, 2014

-Hace casi diez años mi vida era muy diferente a como lo es ahora. Tenía una estabilidad plena, y por estas alturas del año estaba a punto de conocer a una persona que iba a ocupar gran parte de los años siguientes. Sinceramente, creo que era feliz, y años después lo llegué a ser aún más, cuando compartí el día a día con aquella persona que creía que estaba destinada para mí. Eran buenos tiempos… :)
Pero hace casi diez años también sucedieron cosas realmente traumáticas. La verdad es que el 2004 fue un año de lo más movido, como lo ha sido el año pasado. Y aun así, volvería a esa fecha si tuviera una máquina con el poder para hacerlo.

El 26 de noviembre del 2004 era viernes, y Madee presentaba su -por aquel entonces- último disco, «Orion’s Belt» en l’Espai. En aquellas fechas ya les había visto varias veces y formaban parte de la banda sonora que compartí con Ella durante estos años. Pero esa noche de noviembre iba a ser muy especial. No sabía que la salud de mi madre iba a dar un giro tan brusco en unos pocos días y finalmente iba a dejarnos diez días después. Imaginaos el mazazo, si podéis. Ese concierto fue el último que vi con esa pieza tan importante de mi vida entre nosotros, y si ya de por sí las canciones me retrotraen a ese momento (incluso hay una canción dedicada a un mes que para mí posteriormente fue muy importante), el recordar el concierto y todo lo que sucedió esos días me deja bastante tocado.

Recuerdo que durante los días posteriores a la muerte y al funeral, machaqué ese disco como pocos… Y es hoy en día y me sigue poniendo los pelos de punta…
Al acabar el concierto, compré dos camisetas. Siempre lo hice, en señal de querer compartir con Ella lo que me entusiasmaba, aunque no hubiera podido estar allí para vivirlo juntos. Siempre me ha gustado compartir mi felicidad con los otros, y casi he disfrutado más haciendo eso que digiriéndola por mí mismo. Ignorante de mí, creía que esos momentos iban a continuar para siempre y me parecía un buen recuerdo de esa nebulosa extraña de ilusión que marcaba esos días, hasta que todo cambió.

camiseta madee

Esta noche, Madee vuelven a reunirse para tocar ese disco entero. Volver a verles es casi un sueño hecho realidad. Y esta noche me volveré a poner esa camiseta. Está algo vieja ya porque ha pasado por muchas batallas, pero tengo que ponérmela. Además, seguro que ahora me viene mucho más holgada… :) En parte será un homenaje a mi madre, pero también será recuperarla a Ella y todos esos momentos que vivimos juntos, aunque ya nada vaya a ser como antes. Quizás sea otro peldaño más hacia la despedida que nunca quise vivir pero que se va haciendo realidad día a día… Me dijo que nadie sabía qué iba a pasar en el futuro, que había dejado de preocuparse por él. A mí me parece bastante fácil saber lo que el futuro nos deparará siguiendo alejados y empezando relaciones con otras personas, aunque me sorprende ese cambio de actitud. Ojalá hubiera conseguido no pensar tanto en el mañana antes. Muchas cosas hubieran sido muy diferentes. Pero me alegra saber que todos los que hemos participado en esta historia aprendemos y crecemos. La pena es que otros se llevarán esas enseñanzas y se ahorrarán el sufrimiento que vivimos…

Ya os he dicho que mucho ha cambiado en mi vida desde esa cita con Madee, incluso desde el último concierto que hicieron juntos en febrero del 2011. Las personas a mi alrededor han ido desapareciendo y por el contrario, ha habido pocas que hayan emergido para llenar los huecos. Aunque es cierto que hay algunas que están marcando esta nueva etapa de mi vida (mi amigo I. que es mi mayor apoyo, mi palmera, mi chamana y mi profesor en las clases de cocina). Son pocas, porque nunca he sido alguien con muchos amigos, pero los pocos que tengo, suelen ser especiales, y no me arrepiento de que sea así.
Todos ellos me han abierto la mente para redescubrir mi lado espiritual, algo que en ningún momento había perdido, pero que el día a día me había hecho olvidar. Ahora vuelvo a creer en las estrellas, aunque arrastre un lastre que pesa demasiado para conseguir despegar de una vez. Sigo con la mirada clavada en el pasado, y es algo que no me ayuda a seguir adelante. Esa es una de mis asignaturas pendientes.

El otro día mi chamana me propuso un juego curioso. Una mezcla de cartas del tarot y búsqueda interior que me llevó a formarme un puzzle donde encontrar la solución a estos momentos de oscuridad que estoy atravesando.

mapa

La conclusión a la que llegamos es que debía cambiar el punto de vista con el que veo las cosas y dedicarme a mis pasiones, a las cosas que me mantienen ilusionado, trabajando en ellas para alejarme de las dependencias que siento. Que tenía que darme cuenta de mi situación y ser agradecido y generoso conmigo mismo, ya que con los otros lo llevo siendo toda la vida. Y sobre todo, confiar más en mí mismo.
Casualidades o no, las cartas dijeron lo que mucha gente me está recordando en los últimos tiempos. Siempre me he considerado una persona especial. Alguien que deja poso. No un cascarón vacío. Incluso algunas personas me han comentado que tengo un magnetismo especial, cosa que me halaga (aunque modestamente, me cueste creerlo). No soy arquitecto, así que no puedo dejar un puente o una torre altísima por la que ser recordado cuando yo ya no esté en este mundo, pero si puedo dejar una pequeña brizna de mi conciencia en la mente de las personas, habrá valido la pena. Que alguien piense en mí y diga: «jo, qué tío…». Y que si alguna vez llego a tener hijos, pueda inculcarles esos valores y mi fuerza (cuando vuelva a ser yo mismo de nuevo). Aunque el tema esté bastante difícil, es algo que me gustaría conseguir algún día…
Estos pensamientos volvieron a aparecer ayer al enterarme de la muerte de Tito Vilanova. Alguien que ha dejado huella con timidez, modestia y calma, sin levantar polvo pero calando hondo en las personas que la conocieron. Así me gustaría que me recordaran. Si puede ser con cariño, mejor… :) Pero me alegraría saber que he podido aportar algo a los que conviven conmigo o ayudarlos de alguna manera. Esa ha sido siempre una de mis constantes. Me gusta ayudar desinteresadamente. Me siento orgulloso de hacerlo y no creo que deje de hacerlo nunca. Demasiado viejo para cambiar eso ahora… :)

Por otro lado, mi chamana me dijo que, por todo lo que ha significado mi madre para mí, debería honrar su memoria dejando de torturarme. Por todo el esfuerzo que ella puso en mí, no debo dejar que las circunstancias me estén hundiendo de esta forma. Porque entre otras cosas, ella hubiera sufrido al verme así. Y es algo que realmente me dejó muy pensativo. Al día siguiente compré tres rosas de Sant Jordi, para las tres mujeres que más han marcado mi vida, estén donde estén: mi madre, mi abuela y Ella… Y a partir de ese día me comprometí a dar un giro a todo. Toca poner en práctica ese mapa que trazaron las cartas.

Quedan unas horas para el concierto y escribo otra vez envuelto en soledad… Pronto esta casa va a ser demasiado grande para mí solo y quizás sea el momento de seguir moviendo fichas en esta partida… Veremos cómo va evolucionando todo, pero ese futuro en el que no había que pensar da señales de que pronto volveré a quedarme en completa soledad… Estas semanas en que la estoy experimentando a trocitos no está siendo demasiado grave. La música y la escritura llenan los espacios, y la cocina me deja seguir creciendo y recuperando energías. Parece mentira y estoy enormemente agradecido a lo que sea que exista allí arriba por haberme guiado a iniciarme en este mundo de los fogones. A veces recuerdo los desencuentros que hubo también por ese asunto, cuando hubiera sido una forma de seguir compartiendo y creciendo juntos. Aish. Pero la verdad es que me siento muy contento de mis progresos y de que gracias a ellos ahora sea también mejor en esa disciplina. También por haber conocido a mi profe, por supuesto. Todo está sumando para bien… :)
Es cuestión de tiempo que con confianza todo vaya mejorando si sigo por ese camino. No puedo engañaros, se echa de menos levantarse por las mañanas y tener alguien que se acuerde de ti y te envíe un mail de buenos días (ya no os digo, despertarte con esa persona). Pero sé que en realidad sería como las pastillas para los locos, calmarían la ansiedad pero no curarían. Y yo necesito curarme completamente para poder volver a tomar las riendas de mi vida. Quizás me acostumbré a esas cosas y no debería haberlo hecho nunca. Debí seguir pensando que en cualquier momento depender de otra persona te hace más vulnerable y que sólo debía pensar en mi felicidad para así poder hacer feliz a las otras personas.
Pero cuando amanece y veo las nubes cruzando mis pensamientos es cuando saco fuerzas de mí mismo y me atrevo a pensar que ese día puede ser mejor de lo que creo, y es lo que me obliga a salir de la cama y ponerme en marcha. Y aunque luego no se cumpla, esa llama me mantiene vivo. Algún día tendrá que pasar lo contrario… Siempre es cuestión de tener paciencia… :)

Llevo escuchando esta canción en mi cabeza desde hace ya varios días. Supongo que porque presagiaba que se acercaba el día… Y hoy tengo miedo al momento en que la escuche en directo… Tengo miedo a cómo voy a reaccionar… Las heridas aún están en carne viva… Y eso que ha pasado ya tiempo… Aún tengo que seguir pasando páginas…

Like trees without branches
With lonely faces
Distracted and faking it
We can’t lose all these things
We’ll never know
We’re stuck in time
Without space
And we forget
To keep our feelings pure
C’mon
Let’s get lost
Blame all these stars
Singing sad songs
Looking inside
Falling apart
Throwing out our trash
A moment of joy
Tears in my eyes

Always running
Sinking into problems
Like satellites and starships
Could you see me?
All the things you said you could do
They have almost faded
Because you looked down on them
You use to hide
Staying in the darkness
Singing blue songs
Counting the hours
Just turn around
To look at the stars
Tears in my eyes
Tears in your eyes
Don’t say goodbye

For a moment
We felt older
Going nowhere
With eyes wide open
Losing Knowledge
And stealing it from others
My dear
I’ve never felt so close to someone
I am afraid of life
I’ve realised with my eyes wide open
That we can not rewind
Life just passes by…

Reign of love

abril 21st, 2014

-Hay veces que me gustaría coger un barco y desaparecer… Como el protagonista del relato que me está costando horrores acabar… Quizás porque lleva demasiado de mi propia historia… Hay canciones que te transportan, y ésta me lleva a un barco como ese… A zarpar y dejar todo atrás… A que sentir la brisa en las mejillas sea mi única preocupación… Qué fácil…
Y qué duro se hace todo cuando tienes que volver a levantarte… Pero hay que hacerlo…
Mi abuela decía que la lluvia se lleva todo lo malo… Pues hoy está lloviendo… A ver si es verdad y es capaz de borrarme la cabeza para no pensar…

Love is like a drug

abril 13th, 2014

[Un hilo de humo se asoma al otro lado de una de las dunas… El público parece intranquilo, ante la imposibilidad de que vaya a producirse un incendio en el teatrillo y las inexistentes medidas de seguridad del local les vayan a dejar en manos de una muerte segura… Unas señoras de la primera fila que parecen salidas de una novela de Agatha Christie cambian sus asientos para ubicarse al final del patio de butacas, como precaución… Al rato, y apareciendo de aquella duna lejana, se vislumbra la figura del protagonista que porta un ramillete de hierbas encendidas entre los dientes… Al verse sorprendido por el público, rápidamente se las quita de la boca y las sostiene en la mano…]

-Eh… Esto no es lo que parece… Os puedo asegurar que yo no soy demasiado partidario de cosas del estilo…

[El protagonista se acerca a un montón de hierbajos y utiliza el ramillete para prenderlos e iniciar una hoguera que le dé algo de calor en esta noche de pensamientos gélidos…]

-Nunca he probado las drogas… Lo más cercano a lo que he estado de ellas es en las humaredas que salen de los porros en los conciertos… Y una vez que le di dos caladas a un cigarrillo… No os asustéis… Era por una buena causa… Fue para celebrar el reencuentro de Los Tres Solterones después de mucho tiempo de enfado entre dos de ellos. Sinceramente, lo podríamos haber celebrado con las pizzas que acostumbrábamos a pedir, pero esa noche era especial. Lo mejor es que esa experiencia no me gustó. JM. me dijo entonces que si le hubiera cogido el gustillo, no lo hubiera dejado desde entonces. Pero fui afortunado entonces, y lo sigo siendo…
Reconozco que la gente que tiene alguna adicción de ese tipo debe ser muy fuerte para dejarla… Necesitas mucho de fuerza de voluntad y de ganar esa batalla diaria con el cigarrillo o con sustancias peores… Yo particularmente llevo tiempo en una cruzada indiscriminada para que mi amigo I. deje de fumar, pero sé que no puedo presionarle, porque tendrá que ser cuando él lo decida. Sólo espero que sea más pronto que tarde, para que no le afecte en la salud demasiado.

No he estado enganchado a ninguna sustancia en mi vida, pero sí lo he estado a una persona… Sin darme realmente cuenta hasta que se fue… Las temporadas en que no estábamos juntos eran asumibles, porque sabía que iba a estar bien allí donde iba y porque al final volveríamos a estar juntos y recuperaríamos el tiempo perdido… Soportaba la ausencia y me hacía fuerte para no preocuparla… Estos días de Semana Santa que se avecinan no van a ser nada agradables precisamente por ese tipo de recuerdos, porque fueron siempre días de reencuentros y de despedidas durante todos estos años… Pero con el punto final, mi síndrome de abstinencia se convirtió en mi peor pesadilla…
Hace unas semanas tuve otro descenso a los infiernos… Quizás fue porque vi unos vídeos de mi familia, buscando algo de aquel cariño que sólo una madre puede dar… Fue una experiencia bonita volver a ver a tantas personas que ya no están aquí… Pero también fue triste darme de bruces con la realidad… Y entonces recaí… Después de muchos meses… Es tan fácil sucumbir a la tentación en estos tiempos… Sólo hace falta teclear unas letras y aparece rápidamente lo que buscas…

Ese chute del otro día fue doloroso… Entró en la vena haciendo daño… Me enseñó el porqué no tengo que volver a jugar con este tipo de fuego… Me di cuenta de que los hilos invisibles que nos unían se van cortando poco a poco… Algunos sólo resisten por uno de los extremos… Otros han caído ya por el otro… Yo mismo me aferro a algunos por los que me tendrían que cortar los dedos para liberarlos… Pero la mayoría ya no se mantienen tensos… Se enredan y se hacen nudos… La llama se va apagando… Y a mí me sigue costando decir adiós a todo eso que una vez fue una hoguera tan intensa…
La palmera con la que hablo desde hace un tiempo me dijo la última vez que la visité que era muy difícil que, después de haber mantenido una relación tan larga y con tantas vivencias compartidas, pudiéramos ser simplemente «amigos»… Que lo más habitual es que fuera imposible el contacto en un futuro y nuestras vidas se separan para siempre… Que es algo que siempre nos estaría arrastrando durante toda la vida… Que siempre nos veríamos como algo más… Como aquello que fuimos…

La verdad es que esa conversación me dejó muy tocado. Yo siempre había albergado la posibilidad de, al menos, contar con ella como amiga; de seguir compartiendo nuestras cosas, aunque fuera a otro nivel… Recuerdo en alguna ocasión haber hablado de este tema con ella y defender que un chico y una chica podían ser simplemente amigos, sin ninguna connotación más… Ver que quizás tenga que seguir resignándome a perderla para no volver a verla nunca más ha sido un golpe duro… Pero reconozco que ver ciertas cosas es muy doloroso, y aunque ahora lo sufra yo, quizás ella también podría sufrirlo en un futuro… Y no se lo deseo… No le falta razón a mi interlocutora de tronco recio… Supongo que, como se suele decir, la experiencia es un grado… Y ella ha visto a muchos otros arrastrándose por este desierto… Pero por una vez, me gustaría que se equivocara… Cuando recupere las fuerzas para poder volver a verla de nuevo a los ojos, me gustaría seguir contando con ella, como siempre había sido… Aunque sé que el peor parado de ese encuentro voy a ser yo… Dolerá… Mucho…
A veces me preguntó qué pensaría de todo lo que va pasando por estas calles que ya no pisa… De todos los cambios que ha habido y de los que están por venir… Si supiera que las cosas están evolucionando y no precisamente hacia donde ella creía que lo iban a hacer… Confiaba totalmente en los consejos que me daba, porque sé que lo hacía de corazón, de la misma forma que se los ofrecía yo, pero muchos de ellos ya han quedado desfasados por los acontecimientos…
De todas formas, ya es tarde… Todo se está difuminando poco a poco… Sepultado por la arena de un desierto que parece que nunca acaba…

Mientras se va borrando el pasado, sigo escribiendo… Mi metadona particular consiste en coger un papel y escribir con mi nueva pluma… He aparcado la novela durante la semana que empezamos para centrarme en un relato que quiero presentar, con el consentimiento del bastón en el que me apoyo, claro… Será una nueva historia de amor… Es curioso que últimamente sólo me salgan de este tipo… I. está muy contento y quiere que tenga un final feliz, pero me temo que de esas no me salen…

Visto el éxito que están teniendo los últimos relatos, tengo que aprovechar la oportunidad que me ofrece un concurso como al que me quiero presentar… Sería otro subidón de los que necesito para seguir respirando y ese es el motivo de parar la novela por una semana… Tengo esperanzas en que esta historia siga la suerte de las últimas… Sería muy bonito…
Además, esta semana se supone que se hará pública una noticia que me hace muchísima ilusión, así que quizás me traiga buenas vibraciones y energías renovadas para seguir la travesía…

Pero no he abandonado la novela (al menos aún)… Estamos alrededor de las 12000 palabras… Y mucho queda por contar… He tenido que subir el umbral de lo que creía que me ocuparía completa, porque a este ritmo hubiera superado las 50000 previstas… Veremos… El segundo capítulo está a punto de acabarse… Pero queda mucho por recorrer…

X-Static

marzo 31st, 2014

[Una luz parpadeante sube en el estrellado cielo del desierto dejando una estela que se difumina al poco. La luz se apaga unos instantes después… Al cabo de un rato, una nueva llamarada blanquecina repite el mismo camino para morir al poco… Cuando el público intenta vislumbrar en la oscuridad el origen de esas luces, se encuentra al actor principal sentado en la arena… En sus manos sostiene una barra. Descubre uno de los extremos e inmediatamente un nuevo fogonazo empieza a ascender…]

-El viernes pasado quise abandonar este desierto por un rato para mezclarme con la gente. Tenía esa necesidad. Sentirme uno más entre muchos. La excusa era la re-inauguración de mi librería favorita en Barcelona. Realmente iba a ser algo impactante, porque durante estos días se agolparon en mi cabeza muchos recuerdos de las visitas de años atrás, cuando no iba solo. Pasar por la antigua entrada y encontrarla cerrada fue como una metáfora de mi vida los últimos meses… Una mezcla de nostalgia y aceptación de la cruda realidad…

La antigua Gigamesh

Durante la bajada, pensaba en todos aquellos buenos momentos que ya no volverían… De la soledad… De cómo preocuparme por mí mismo era ahora la única opción para seguir avanzando… Que tenía que reivindicar mi posición en el mundo… Decirle que estoy aquí…

La nueva Gigamesh

Entrar en la nueva librería fue una experiencia ilusionante… Era toda una lección que en estos tiempos de crisis alguien haya apostado por crecer… En este caso, era económicamente, pero a nivel particular creo que es algo que llevo un tiempo aprendiendo… El saber aporta felicidad… Y esa está siendo mi inversión… Conocerme a mí mismo…
En ese momento, cruzándome con el resto de asistentes por los pasillos abarrotados, me di cuenta de la cantidad de gente que hace su vida sola… Sin atarse a nadie… Supongo que en algunos casos la vida les ha arrastrado a ese punto y en otros habrá sido una decisión meditada; sea como sea, las dos son decisiones perfectamente válidas… Pero me sorprendió ver que muchos buscaban el cobijo en conocidos y se formaban en grupos para pasar un buen rato y disfrutar de aquello que tenían en común… Salían de sus desiertos y los convertían en oasis por un momento… Como estaba haciendo yo entonces…

El GigaLienzo

Me hizo mucha ilusión encontrar uno de los libros en los que aparezco… Quizás no está en la estantería más vistosa del mundo (aunque en la pared detrás de los mostradores principales también había algún ejemplar), pero tampoco es algo que me incomodara… Al fin y al cabo yo soy así… Prefiero estar en las sombras que recibir el foco directo… Y mi nombre estaba en una estantería de Gigamesh… Es algo muy emocionante… Quién sabe si algún día habría un libro con mi nombre en la portada… :)

Dejen morir antes de entrar en Gigamesh

Y también lo fue que el creador de todo ese tinglado me dedicara su libro y me confesara un secreto que no puedo desvelar aún, pero que dentro de unos meses será un bombazo en la ciudad, y supongo que en el resto del país… Ojalá se cumpla y pueda contarlo… Va a ser mágico que coincida con este año…

El Papa Alejo Cuervo

Me llevé el nuevo libro de Neil Gaiman. Fue la excusa perfecta y un bonito recuerdo de esa tarde… Una en la que renace una librería y se desvanecen muchos buenos momentos…

Compras en la inauguración de Gigamesh

Mi amigo I. y yo acabamos la noche tomando algo en un local. Supongo que el bullicio era el mismo que se podría encontrar en muchos otros locales del estilo un viernes por la noche. Nosotros nos sentamos en la barra, como en los viejos tiempos. Hace años éramos tres solterones, ahora nos faltaba uno, pero también brindamos por él. Y seguimos hablando de cómo es la vida y de que conocer a alguien que realmente te llene no es tan fácil. Que no es bueno buscar una persona indiscriminadamente por el hecho de no estar solo. Porque la soledad no es mala del todo… Algo en lo que acabamos coincidiendo es que hay que esforzarse en que la felicidad no dependa de otras personas, sino que uno mismo sea capaz de serlo. Todo en previsión de que si confías tu felicidad a otra persona y ésta desaparece, se lleva tu felicidad con ella. En ese sentido, él me lleva unos años de ventaja, pero aspiro algún día a llegar al punto en el que él se encuentra ahora. Y creo que poco a poco lo conseguiré. Gracias a él y al resto de personas que me están ayudando en este camino tan difícil.

En un momento en el que desapareció para ir a fumar, me quedé solo contemplando al resto de gente. Justo a mi lado había una chica sola; frente a mí, mesas llenas de gente riendo y hablando, y grupos de guiris que se acercaban a la barra para pedir bebidas y pillar un buen pelotazo… Entonces me puse a pensar en cuántas de esas parejas que allí estaban formadas y disfrutando su momento, acabarían rotas al cabo del tiempo, sin saberlo ellas… Cuántas perdurarían… Cuántas estarían actuando con falsedad… Cuántas serían realmente transparentes… Sin ni siquiera olerlo, estaban viviendo unos momentos preciosos que quizás en un futuro serían sólo recuerdos de los que duelen… Piezas separadas de un mismo puzzle…
Últimamente observo mucho a la gente… De hecho, siempre he sido así, pero mi sentido arácnido se ha disparado bastante en los últimos tiempos… Me gusta verlas sonreír… Creo que es el mejor escudo que una persona puede tener ante la adversidad… Y es el que estoy intentando utilizar en este chaparrón… Disfrutar de la vida y sonreír cuanto pueda… Pasar tiempo con las personas que me quieren y ayudan… Y en la soledad, buscar lo que me hace feliz… Esta vez, sólo a mí… Dejar ir… No retener… No quedarme estático… Fluir…

Una vez fui feliz con otra persona… Ahora tengo que recuperar esa felicidad por mí mismo… Y por eso envío señales al futuro… Para decirle que sigo aquí…

[Entonces una nueva bengala cruza la noche…]


Es OBLIGATORIO escucharla con el volumen muy alto. Gracias…

Laurens Walking

marzo 19th, 2014

[El protagonista ha pasado un día en el desierto de lo más movido… Las dunas no acababan nunca de aparecer en el horizonte, y por más que caminaba y caminaba, al poco asomaba otra que le hacía perder las esperanzas en salir de allí con vida… Pero por suerte la noche ha caído, y mañana el nuevo día podría traerle nuevos aires que se lleven la quemazón que siente… Tumbado junto a una hoguera improvisada, el actor principal ojea un libro… Es tarde y los ojos se le cierran inconscientemente, pero al verse sorprendido por el público, intenta mantenerse despierto para empezar la función…]

– Hace unos días, en uno de los podcast que escucho, hicieron la lectura de un fragmento de El Señor de los Anillos que me dejó impresionado. Reconozco que no recordaba en absoluto ese pasaje y me quedé asombrado del diálogo que tenían los personajes… Me gustaría que lo escucharais, para saber de lo que os hablo… Os va a encantar…

[Al protagonista no le gusta leer en voz alta, pero como según él, la ocasión merece la pena, empieza a leer del libro que sostiene…]

lotrvania1

Se sentaron en una grieta oscura entre dos grandes pilares de roca: Frodo y Sam un poco hacia adentro, y Gollum acurrucado en el suelo cerca de la entrada. Allí los hobbits tomaron lo que creían habría de ser la última comida antes del descenso al País Sin Nombre, y acaso la última que tendrían juntos. Comieron algo de los alimentos de Gondor y el pan de viaje de los elfos, y bebieron un poco. Pero cuidaron el agua, y tomaron apenas la suficiente para humedecerse las bocas resecas.

—Me pregunto cuándo encontraremos agua de nuevo —dijo Sam—. Aunque supongo que allá arriba han de beber. Los orcos beben ¿no?

—Sí, beben —dijo Frodo—. Pero ni hablemos de eso. Lo que ellos beben no es para nosotros.

lotrvania2

—Más razón para que llenemos nuestras botellas —dijo Sam—. Pero no hay agua por aquí y no he oído ningún rumor, ni el más leve susurro. Y de todos modos Faramir nos recomendó no beber las aguas de Morgul.

—No beber las aguas que desciendan del Imlad Morgul, fueron sus palabras —dijo Frodo—. No estamos ahí aún, y si encontramos un manantial, el agua fluirá hacia el valle y no desde el valle.

—Yo no me fiaría demasiado —dijo Sam—, a menos que me estuviese muriendo de sed. Hay una atmósfera maligna en este sitio. —Husmeó el aire—. Y un olor, me parece. ¿No lo siente usted? Un olor muy raro, como a encierro. No me gusta.

—A mí no me gusta nada de aquí: piedra y viento, hueso y aliento. Tierra, agua, aire, todo parece maldito. Pero es el camino que nos fue trazado.

lotrvania3

—Sí, es verdad —dijo Sam—. Y de haber sabido más antes de partir, no estaríamos ahora aquí seguramente. Aunque me imagino que así ocurre a menudo. Las hazañas de que hablan las antiguas leyendas y canciones, señor Frodo: las aventuras, como yo las llamaba. Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerlas, y les parecían excitantes, y en cambio la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, como dice usted. Supongo que también ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizá, pues, si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien. Usted sabe qué quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque no exactamente igual que antes… como el viejo señor Bilbo. Pero no son ésas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sean las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia habremos caído.

lotrvania4

—A mí también —dijo Frodo—. Pero no lo sé. Y así son las historias de la vida real. Piensa en alguna de las que más te gustan. Tú puedes saber, o adivinar, qué clase de historia es, si tendrá un final feliz o un final triste, pero los protagonistas no saben absolutamente nada. Y tú no querrías que lo supieran.

—No, señor, claro que no. Beren, por ejemplo, nunca se imaginó que conseguiría el Silmaril de la Corona de Hierro en Thangorodrim, y sin embargo lo consiguió, y era un lugar peor y un peligro más negro que este en que nos encontramos ahora. Pero esa es una larga historia, naturalmente, que está más allá de la felicidad y más allá de la tristeza… Y el Silmaril siguió su camino y llegó a Eárendil. ¡Cáspita, señor, nunca lo había pensado hasta ahora! Tenemos… ¡usted tiene un poco de la luz del Silmaril en ese cristal de estrella que le regaló la Dama! Cáspita, pensar… pensar que estamos todavía en la misma historia. ¿Las grandes historias no terminan nunca?

—No, nunca terminan como historias —dijo Frodo—. Pero los protagonistas llegan a ellas y se van cuando han cumplido su parte. También la nuestra terminará, tarde… o quizá temprano.

lotrvania5

—Y entonces podremos descansar y dormir un poco —dijo Sam. Soltó una risa áspera—. A eso me refiero, nada más, señor Frodo. A descansar y dormir simple y sencillamente, y a despertarse para el trabajo matutino en el jardín. Temo no esperar otra cosa por el momento. Los planes grandes e importantes no son para los de mi especie. Me pregunto sin embargo si algún día apareceremos en las canciones y en las leyendas. Estamos envueltos en una, por supuesto; pero quiero decir: si la pondrán en palabras para contarla junto al fuego, o para leerla en un libraco con letras rojas y negras, muchos, muchos años después. Y la gente dirá: «¡Oigamos la historia de Frodo y el Anillo!» Y dirán: «Sí, es una de mis historias favoritas. Frodo era muy valiente ¿no es cierto, papá?» «Sí, hijo mío, el más famoso de los hobbits, y no es poco decir.»

lotrvania6

—Es decir demasiado —respondió Frodo, y se echó a reír, una risa larga y clara que le nacía del corazón. Nunca desde que Sauron ocupara la Tierra Media se había escuchado en aquellos parajes un sonido tan puro. Sam tuvo de pronto la impresión de que todas las piedras escuchaban y que las rocas altas se inclinaban hacia ellos. Pero Frodo no hizo caso; volvió a reírse—. Ah, Sam si supieras… —dijo—, de algún modo oírte me hace sentir tan contento como si la historia ya estuviese escrita. Pero te has olvidado de uno de los personajes principales: Samsagaz el intrépido. «¡Quiero oír más cosas de Sam, papá! ¿Por qué no ponen más de las cosas que decía en el cuento? Eso es lo que me gusta, me hace reír. Y sin Sam, Frodo no habría llegado ni a la mitad del camino ¿verdad, papá?»

—Vamos, señor Frodo —dijo Sam— no se burle usted. Yo hablaba en serio.

—Yo también —dijo Frodo—, y sigo hablando en serio. Estamos yendo demasiado de prisa. Tú y yo, Sam, nos encontramos todavía atascados en los peores pasajes de la historia, y es demasiado probable que algunos digan al llegar a este punto: «Cierra el libro, papá, no tenemos ganas de seguir leyendo.»

—Quizá —dijo Sam—, pero no es eso lo que yo diría. Las cosas hechas y terminadas y transformadas en grandes historias son diferentes. Si hasta Gollum podría ser bueno en una historia, mejor que ahora a nuestro lado, al menos. Y a él también le gustaba escucharlas en otros días, por lo que nos ha dicho. Me gustaría saber si se considera el héroe o el villano…

»¡Gollum! —llamó—. ¿Te gustaría ser el héroe?… Bueno, ¿dónde se habrá metido otra vez?

Lord of the Rings by Vania Zouravliov
Lord of the Rings by Vania Zouravliov

Está claro que todos estamos embarcados en una aventura que se alarga durante toda nuestra vida. Pero mientras la estamos escribiendo, no sabemos cómo va a acabar, si tendrá un final precipitado o si tendrá un desenlace feliz. Todo son incógnitas.

Ese texto me hizo pensar en mi «yo» futuro… ¿Qué pasará conmigo? ¿Cuándo se pondrá el punto final a mi historia? ¿Acabaré siendo un héroe o un villano? ¿Qué peripecias ocurrirán por el camino? ¿Qué se contará de mí cuando me haya ido? ¿Habré trascendido, o habré sido un cascarón vacío que no haya aportado nada a nadie? ¿Seré recordado, o no habrá valido la pena haber compartido un triste café conmigo? En momentos en que la confianza en ti mismo flaquea, esas dudas son de lo más motivadoras… Es todo un futuro por explorar… Todo por edificar… Una persona por ofrecer a los demás y este libro que es la vida…

El otro día una persona me preguntó si yo hablaba con mi madre. Me quedé sorprendido y dudé en decirle la verdad, por si me iba a tratar por un chalado. Por suerte, ella me dejó entrever que si lo preguntaba era porque ella lo hacía. Y una de las cosas que me pidió fue que cuando volviera a hacerlo, le preguntara si se sentía orgullosa de mí…
No sabremos el resultado final de la aventura hasta que llegue la palabra «fin», pero si de algo estoy convencido es de que mi vida está valiendo la pena, a pesar de los bandazos que he sufrido. Y de que mi madre se sentiría muy honrada de tener un hijo como yo, como yo lo estoy de seguir con los valores que me inculcó… Y aunque sea un consuelo efímero, me cojo a él en los momentos de debilidad… A eso y a canturrear lo primero que se me ocurre… Últimamente creo que incluso canto mejor… :)

Escribir me está ayudando a volver a ser yo mismo. Y las pequeñas alegrías que voy recibiendo, tanto críticas como publicaciones, me suben el ánimo (aunque sea momentáneamente). Mi amigo I. dice que debo aprovechar estos momentos para escribir una buena novela con cosas tristes. Que al menos de esta situación saque algo bonito y positivo que me ayude en mi recuperación. Y no le falta razón. Sin saberlo, ha acertado en gran parte de la melancolía que envuelve la novela que empezaré el mes que viene… La conexión Cáncer-Escorpio sigue funcionando a las mil maravillas… :)

Es un consuelo saber, como me dice él, que cada vez estoy escribiendo mejor. Al menos hay algo bueno en todo esto. También me ha pedido que el próximo relato sea de robots, porque son sus preferidos. Como sé que no lee esto, os contaré que quiero prepararle uno para su cumpleaños… Espero que me salga muy bien y le guste, porque está siendo un apoyo muy importante y se lo merece. Por suerte no le dejé abandonado cuando él sufrió algo parecido, o en estos momentos tendría todo el derecho a haberme dejado tirado y completamente solo…

Todo largo viaje empieza con un paso… Y yo ya llevo unos cuantos… Sólo espero que lo que venga a partir de ahora sea la mejor parte del trayecto… Tengo todas mis esperanzas puestas en ello…

Preaching the end of the world

marzo 15th, 2014

– Una vez creí que cuando llegara el amor a mi vida, iba a ser para siempre… Realmente siempre tuve una concepción muy clásica de este tema, lo reconozco… Creía que cuando conociera a esa persona, sería mi compañera hasta el final, hasta que la muerte nos separara, como dicen en las bodas… Que construiríamos un hogar, tendríamos niños y seríamos como los viejecillos de Up: una pareja feliz y cómplice para toda la vida…

Quizás ese razonamiento fuera culpa de los referentes que fui teniendo a medida que crecía. Los 80s eran una época donde la cultura marcaba tendencias, y aunque también se empezó a transgredir con muchas cosas (la música, las drogas, el sexo), es cierto que en la educación dirigida a los pequeños, esos estándares seguían vigentes. Transmitir esos valores de nobleza, fidelidad o altruismo estaban a la orden del día… Sólo tenéis que recordar a He-Man y los Masters del Universo (que incluso reservaban una parte al final del episodio para contar la moraleja de la historia), Willy Fog y la Vuelta al Mundo en 80 Días, Dartacán y los Tres Mosqueperros o Los Pequeñecos, entre otras series para ver a lo que me refiero.

En mi nuevo aprendizaje me he dado cuenta de lo equivocado que estaba. Somos seres orgánicos envueltos en una espiral universal de cambios. Es normal que nada dure para siempre. Ya lo decía Heráclito: «todo fluye, todo cambia, nada permanece»… Y las emociones no son menos…
Los cosas han cambiado mucho en estos años y esas referencias, en un mundo tan cambiante como el actual, han perdido parte de su vigencia. Hoy en día es muy difícil encontrar parejas que se aguanten más allá de 10 años. Incluso personas que se unen en matrimonio, acaban divorciándose por sorpresa al poco tiempo. Las relaciones se rompen con la facilidad con la que se rasga un papel. Años atrás, se aguantaban carros y carretas (y no digo que eso fuera lo correcto), pero se tenía más paciencia, se intentaba comprender al otro, empatizar y valorar lo que se tenía. Hoy vamos a otra velocidad. Todos corremos en busca de la propia felicidad arrasando con lo que se ponga por delante. Como las mantis devorando a su amado… No hay esperas. Es ahora o nunca… O al menos, esa es la sensación que tengo… Y no juzgo si estos momentos son mejores o peores que el pasado, simplemente, evidencio que todo es diferente ahora…

A pesar de todo este entorno cambiante, mis sentimientos fueron siempre los mismos durante estos años… Yo seguí pensando todas esas cosas… El amor para siempre, la persona ideal, el complemento soñado… Porque no me ha gustado nunca jugar con la vida de nadie, de la misma forma que no me gustaría que nadie jugara conmigo y con mis emociones… Me hubiera sentido muy ruin… Quizás porque tengo esos valores demasiado asimilados en mi interior… Pero lo cierto es que nunca dejé de creer en ese futuro, a pesar de los altibajos que todos sufrimos…

Una de mis películas favoritas por aquellos tiempos fue (es El secreto de la pirámide (o El Joven Sherlock Holmes). Me encantó la excusa de recuperar a un personaje tan carismático como Sherlock Holmes dándole un origen y jugando con él. También me impresionó en su día la estética y el hecho de que apareciera la civilización egipcia en la historia (por entonces creo que quería ser arqueólogo, después de haber visto Indiana Jones). Y sobre todo, me apasionó la aventura y los giros narrativos, incluso después de los títulos de crédito. La habré visto casi cincuenta veces, sin engañaros. Creo que compite con los Goonies a segunda película que más veces me he puesto (la primera es, incuestionablemente, Laberinto), hasta el punto de conocerme los diálogos casi de memoria.
En uno de los lances de la película (las partes de impasse que en realidad no me atraían mucho a esa edad) un chico muy estirado y bobalicón que se llamaba Dudley se quería dar aires de grandeza pavoneándose ante un grupo de compañeros, entre los que estaba el joven Holmes. Hablaban de lo que iban a ser de mayores.

Entonces Dudley preguntaba:
– “Holmes. ¿Y tú qué? ¿Qué quieres ser cuando seas mayor?”
Y Sherlock contestaba:
– “No quiero vivir solo.”
Y dirigía una mirada a Elizabeth, su amada.

Esa respuesta me quedó grabada para siempre. Muchas veces en mi vida la he recuperado y he revisado si yo respondería lo mismo o no. Ha habido épocas en las que pensaba que era absurdo que alguien no fuera capaz de vivir por su cuenta, sin depender de nadie. Luego, al probar las mieles del amor, pensé que efectivamente había logrado lo que quería. Había encontrado la persona con la que quería estar. La perfecta, a pesar de las imperfecciones que todos tenemos. La compañera que me entendiera y apoyara, y que valorara esas mismas cosas de mí hacia ella.

Pero ese futuro quedó desintegrado en un limbo de imposibles… Y además, me he dado cuenta de que será difícil volver a coincidir con alguien hasta el punto de poderla considerar un alma para toda la vida. Somos todos muy diferentes y todo es efímero… Y apostar tu corazón de nuevo en estos momentos, da miedo. El dolor por el que estoy atravesando me aleja de intentar recaer en ese idílico mañana. Es como el lobo que sale ahuyentado por el fuego de una antorcha. La travesía por el desierto está siendo muy dura, no os lo podríais llegar a imaginar. Ni queriéndolo a posta, hubiera conseguido hacerme descender tan profundamente a mis infiernos… El barco nunca se había encontrado en una situación tan lamentable. Los misiles acertaron de lleno en la línea de flotación de la nave y el naufragio ha sido inevitable. Y si dejo constancia de este momento aquí, es precisamente para en un futuro poder releerlo y comprobar si este dolor todavía hace mella o si al fin he conseguido superarlo y ser más fuerte. Pero los días son muy largos y las noches tienen demasiados tintes de recuerdos. Lo peor de todo es que no hay fórmulas mágicas para superar estos avatares. Sólo el tiempo. Y el tiempo pasa tan lento a veces…

No he perdido la esperanza en mí y en que algo bueno tiene que llegar después de todo este camino. Por el momento, hay que restaurar los daños en el casco y concentrarse en sobrevivir día a día, sin mirar atrás… Y mientras, empezar a aprender a vivir el resto de mis días solo… Porque, aunque nadie sabe cómo evolucionará el futuro, por el momento no podría soportar un daño más como ese…


(el video tiene delito… uf…)

Ho’oponopono

marzo 2nd, 2014

[La hoguera lleva ya un buen rato crepitando en medio de la soledad de una noche fría… El viento ha azotado durante todo el día con fuerza al protagonista, quien, sin posibilidad de refugiarse, se ha intentado cobijar entre unos arbustos para detener la sensación de agobio de un incesante vendaval… No siempre resulta el poner medios para abstraerse de una ventisca, pero si no se intenta, es seguro que el resultado no va a ser otro que ahogarse, incapaz de poder respirar y sepultado por la arena…

Por suerte la noche ha aparecido amainando el temporal… Y a pesar del frío, la pequeña fogata es capaz de mantener el cuerpo del protagonista con cierto calor, penetrando en una piel algo desgajada por las circunstancias… A pesar de todo lo vivido en los últimos tiempos, él parece ajeno a todo y se entretiene rasgando las cuerdas de un ukelele que parece haber encontrado en su camino por el desierto…]

-Esta semana ha acabado mi curso de cocina. En realidad es el segundo que he cursado, pero aunque dentro de un mes volveré a enrolarme en las filas de los aprendices, creo que esta vez voy a echar de menos a mi profesor. Porque realmente en las clases no sólo he aprendido a cocinar (mejor) y comer (mejor), sino que además he aprendido mucho a nivel espiritual…

Al igual que siempre me ha gustado aprender en la cocina (aunque me faltaba soltarme un poco más y perder el miedo a experimentar), también he creído siempre en lo que no vemos. Sí, somos humanos y nos creemos conocedores de todas las verdades del Universo. Así de arrogantes somos, cuando hasta hace poco no éramos más que unos monos grandullones. Pero, por mucho que sea «de Ciencias», y que debería ser una persona centrada en lo empírico y no en lo fantasioso, sigo pensando que hay mucho en esta vida que desconocemos, y que en el fondo hay cierta magia en esta existencia en la que convivimos que no podemos controlar.

Durante las clases, aparte de aprender a hacer quiches de puerro y bacon, milhojas de berenjena y calabacín o hamburguesas de salmón con romesco (entre otras delicias), he aprendido que todo es energía. Que la energía de los alimentos que comemos es luego la energía que pasará a nuestro organismo, y que por tanto, cuanto mejor sea esa energía, mejor podremos asimilarla nosotros. Por eso los huevos de gallinas de corral son infinitamente mejores que los que no son ecológicos. Porque esas gallinas habrán sido menos estresadas, y por tanto la energía que han transmitido a sus huevos será de mayor calidad. Y así sucede con todo lo demás… Hasta con las personas… Porque cuanto mejor tratas a una persona, mejor es tu energía hacia ella, y esa misma energía (que nunca se destruye, recordad de vuestras clases de física, sino que se transforma) puede venir a ti de la misma forma o amplificada.

-Pero bro -me dijo mi profe mientras fregábamos los platos-. La vida quería que tú aprendieras esto que estás viviendo. Y como no lo has hecho hasta ahora, te ha puesto en esta situación para que lo hagas.
-Lo malo es que para aprender tengas que recibir palos como estos -le repliqué yo.
-Claro. Pero, ¿vos creéis que lo hubieras hecho de otra manera?
Y yo tuve que decirle que posiblemente no.

Casualmente, mi profesor escapó de una situación parecida a la mía viajando a Hawaii para practicar aquello que más le gustaba: el surf. Y viviendo el día a día, sin preocuparse por el futuro: se dedicó a la jardinería, algo completamente distinto a lo que era su profesión, y allí intentó reconstruirse. Hace unos días, mientras estaba quitando la piel a un salmón, él, que suele estar hablando continuamente (como buen argentino), se quedó durante unos instantes en silencio en mitad del proceso. Luego nos pidió disculpas y nos dijo que en ese momento estaba haciendo «oponopono» (entonces no sabía ni cómo se escribía). Rápidamente, tuvimos que preguntarle por eso, fuera lo que fuera, ya que no parecía el nombre de nada culinario, como mucho quizás alguna técnica de corte que se nos escapaba. Y entonces nos descubrió esta técnica.

Floating Lanterns, Honolulu, Hawaii
Lámparas flotantes, Honolulu, Hawaii

En ese momento, él estaba dando gracias a un trozo de salmón muerto por la energía que nos iba a transmitir, y pedía perdón por haber tenido que morir para nosotros. ¿Era necesario hacer eso con un trozo de pescado que no iba a quejarse sobre la tabla de la cocina? Posiblemente no. Pero el nivel de paz que se consigue pidiendo perdón por lo hecho (o no hecho) y dando las gracias es realmente liberador. Y os lo digo por experiencia, porque en momentos en que mi cabeza empieza a traicionarme, recurro a ese mantra de las palabras mágicas «Lo siento, Perdóname, Te amo, Gracias» y vuelvo a tomar conciencia de mí mismo. Sinceramente, hacer las paces con uno mismo, no seguir culpándote por algo de lo que quizás no debas culparte, es realmente sanador. Tanto como otra gran pasión que ha venido asociada a esta nueva filosofía de vida.

Mi interés por la música hawaiana se remonta al verano de hace un par de años, cuando vimos la película Los Descendientes (aunque quizás debería decir que realmente lo fue al convertirme en asiduo a Bob Esponja). La película en sí me pareció muy reveladora. Pero su banda sonora me pareció aún más buena, hasta el punto que ese mismo verano, varias veces fue la testigo de unas vacaciones en las que estaba preparándome para el duro final de la carrera que se me venía encima.

La música de esas tierras, en especial las viejas grabaciones de los años 30 a 50 (de las que los señores de Melodías Pizarras son enormes divulgadores) me transmiten la serenidad que necesito ahora. Una paz interior que me permite pisar el freno de los recuerdos y ser consciente de que por mucho que los echo de menos, esos momentos ya no pueden volver. Que yo he hecho lo que he podido y que ahora tengo que volver a ser yo mismo. Curarme y seguir aprendiendo lo que la vida quiera enseñarme.

Debo seguir redescubriendo y desempolvando mi lado espiritual. Seguir creciendo y abriéndome a lo que el futuro quiere depararme. Integrarme aún más con esa vida que espera ahí afuera. Seguir siendo respetuoso con los demás y buscar lo que me llene, dando las gracias por lo que se me dio e intentando devolverlo convertido en otra energía.

Seguir acercándome a gente que quiera enseñarme y que me llene con sus conocimientos. Ser consciente de que me queda toda una vida para aprender. Estar dispuesto a seguir haciéndolo… Y ser agradecido por lo aprendido a través de las cosas buenas y de las malas…

Eliminar las toxinas y los pensamientos negativos. Aunque cueste, eso sólo lleva a un círculo vicioso del que es muy difícil escapar. Y si no odio a nadie, tengo que empezar por no odiarme a mí mismo… Porque me queda toda una vida que compartir conmigo mismo… Tengo tatuada mi conciencia a este cuerpo hasta que me toque despedirme de él… Con lo bien que me llevo ahora… :)

Y aunque la sigo echando mucho de menos, estar muy orgulloso de quien soy y de lo que estoy consiguiendo… Si antes era bueno, me estoy convirtiendo en alguien aún mejor… Es una pena que no pueda verlo ya… Soy una esponja… Estoy aprendiendo mucho…

[Entonces el protagonista prosigue con el rasgueo a su ukelele… No tiene ni idea de cómo tocarlo y las notas que salen de él son totalmente inconexas… Pero todo es seguir aprendiendo…]

3 Libras (II)

febrero 21st, 2014

-Esta semana he empezado a calentar motores… Ya os comenté tiempo atrás que, aunque me he puesto muchos objetivos para mantenerme ocupado, parecía como si los éxitos que estaba teniendo no me llegaran a llenar. Supongo que el vacío interior que siento desde hace un par de meses necesita retos de más empaque. Y por eso, me voy a embarcar en uno de los retos más duros que podría poner en mi vida a día de hoy: recuperar la escritura de una novela que llevo muchos años (quizás demasiados) gestando en mi mente…

Muchas veces he traicionado este mismo compromiso que he hecho conmigo mismo para acabarla. De hecho, si es por traicionarme, ahora mismo lo estoy haciendo, porque el título de esta función ya había sido escrito antes. Pero por otro lado, era el único que se me ocurría para contaros una pequeña historia que quería que quedara escrita en este teatrillo… Una historia de tres plumas…

Desde que reemprendí la escritura el año pasado, intenté buscar pequeñas motivaciones que me ayudaran en el proceso de enfrentarme a las páginas. Siempre había centrado mi proceso creativo en sentarme delante del ordenador y teclear (más bien poco) lo que se me iba ocurriendo, con los consiguientes problemas que esto implicaba. Principalmente, las distracciones. Entonces, casi por casualidad, descubrí el proceso que sigue Neil Gaiman para sus escritos: él realiza el primer borrador del texto siempre a mano, para posteriormente pasarlo a digital y seguir con las revisiones que hagan falta. Pero primero, a mano. Fue entonces cuando recuperé mi portaminas (además, me compré uno nuevo que me gusta mucho porque me recuerda a los que utilizaba yo de pequeño) y empecé a escribir a lápiz, como siempre había hecho…

portaminas
A la izquierda el portaminas y la goma que he utilizado durante años. A la derecha, un portaminas a la antigua usanza…

Pero me di cuenta de que me faltaba algo… Que el proceso, aunque empezaba con unos minutos para plantearme las escenas (en este caso de relatos) y así escribir más ágilmente, seguía siendo algo «aburrido» (y más con la de cosas emocionantes que había dejado aparcadas en mi ordenador). Además el paso posterior de convertir lo escrito en digital implicaba invertir más tiempo y más laboriosidad, y por otro lado no había nada que compensara ese trabajo, que fuera un pequeño aliciente que me motivara a seguir ese curso.
Así que, otra vez de casualidad, un día que pasaba por la sección escolar del supermercado en el que hago la compra, recaí en una bolsa de cartuchos de tinta para pluma estilográfica. Y aquel momento marcó, sin querer, un gran avance en mi producción literaria… :)

Aquel mismo día, compré una de esas bolsas de cartuchos y una pluma «de batalla», de plástico y bien barata. Y empecé a escribir con ella. Pero añadiendo a la partida contra el papel el hecho de querer gastar cuantos más cartuchos, mejor. Para mí se ha convertido en el símil del contador de palabras en el procesador de texto, pero en romántico y analógico. Cada cartucho que he vaciado va a un vaso de plástico donde voy guardando todos, para motivarme y ver todo el camino que llevo recorrido. Además se añade la retorcida sorpresa de coger un nuevo cartucho de tinta con los ojos cerrados y comprobar de qué color va a ser, porque sí, además los cartuchos son de colores diferentes; azul cielo, azul, rojo, negro, verde… :)

Con esa primera pluma escribí los nuevos relatos, y además firmé ya algún ejemplar de la primera antología donde aparecí, por lo que guardo un especial recuerdo de ella. Pero no es una pluma especialmente bonita ni robusta. De hecho, creo que el plumín se ha salido respecto a cómo estaba originalmente, y por miedo a no romperla, decidí que buscaría alguna que representara algo especial para mí y que me ayudara a seguir ilusionado…

pluma de batalla

En agosto, fuimos a Madrid a pasar casi dos semanas. Era una ocasión muy especial porque significaba reencontrarme con ella, recuperar esos días como habían sido siempre. Y, a pesar de que casi pierdo el tren en una mañana de lo más rocambolesca, finalmente llegamos y disfrutamos de esa maravillosa ciudad… Yo seguía con la idea de comprar una nueva pluma, además, elegida por los dos, porque para mí significaba más motivación si cabía. Y ya en los últimos días de nuestra estancia, y cerca de la parada de Ciudad Lineal, por la zona donde nos hospedábamos, entramos en una papelería de barrio y encontré la pluma perfecta… De rojo intenso y pasional… Una metáfora de nuestra relación…
Me costó mucho conseguir que ella me escribiera alguna nota para los momentos de decaimiento, pero al final lo conseguí, y ese trozo de papel se quedó dentro de la cajita junto a mi nueva adquisición… :)

pluma de la reunión

Pasaron los meses, y yo no quise estrenarla, esperando el momento perfecto para recuperar la novela y hacerlo con ella. Pero la vida dio algún que otro zarpazo, y yo tuve que ir de viaje a Málaga en busca de soluciones… Las cosas no pintaron muy bien durante esos días y ya os conté que estuve recorriendo la ciudad en solitario, como si fuera una despedida por lo que vendría más adelante… Pero también en ese momento quise encontrar alguna pluma especial, ya que la de Madrid parecía que iba a quedar como testimonio de lo que una vez fue muy grande pero que en ese momento se estaba marchitando, casi sin saberlo… Pasando por una zona que había pisado infinidad de veces, recaí en una pequeña papelería que hacía esquina y en cuyo escaparate había un expositor de plumas muy bonitas. Así que el último día de mi estancia, entré y pregunté por ellas. E incapaz de decidirme por dos que me gustaron especialmente, acabé comprándolas. Todas las que he conseguido son baratas, así que no es una inversión importante de la que arrepentirse. Además, pensé que sería un bonito regalo para ella el ofrecerle una como la despedida temporal que en un principio iba a ser y una nueva fuente de motivación para mí… Y, aunque finalmente no pude darle la suya, cogí el tren de vuelta ilusionado y con muchos proyectos y cambios por empezar… Y en eso quedó la historia hasta ese punto…

plumas de la despedida

Pero poco después, la historia de estas plumas ha acabado teñida de tristeza. Sería muy amargo ahora recurrir a cualquiera de ellas, por las implicaciones que tienen grabadas ya para siempre… Así que, en este momento en que me dispongo a recuperar la novela de una vez por todas, me he impuesto la misión de encontrar una nueva pluma para completarla… En unos días iré a Barcelona y recorreré algunas papelerías en busca de una que me llene de ilusión y de confianza. La voy a necesitar en esta empresa. No quiero volver a fracasar, y esta vez incluso me he comprometido con alguien a quien no puedo fallar, por la confianza que ha puesto en mí. Así que como muestra de lo importante que es para mí encontrar una pluma que me lleve a mi meta, incluso he creado un mapa con sitios donde hay material de este tipo para que no se me escape ninguna.


Ver Papelerías BCN en un mapa más grande

Si alguien conoce alguna papelería donde puedan tener y que no esté en el mapa, le agradecería que me lo comentara. De todas formas, tengo muchas ya por recorrer, y seguro que el cosmos pondrá frente a mí la pluma ideal. :)

Cuando la encuentre, os la presentaré. Deseadme suerte…

Telephone Line

febrero 10th, 2014

-Si existiera un teléfono capaz de comunicar a dos personas a través del tiempo y del espacio, esta noche me gustaría hablar con ella. No debería ser difícil conseguir un cacharro de esos. Siempre envidié el momento en que E.T. conseguía fabricarse uno para comunicarse con su hogar con unos cuantos trastos viejos…

ET Teléfono

Yo querría un teléfono como ese… Un teléfono que al descolgar no tuviera tono de marcado, sino que al otro lado ya apareciera la voz que estás esperando… Su voz… Y querría saber cómo está… Qué hace allí donde ahora vive… Si aún me quiere tanto como yo la quiero a ella y si está orgullosa de mí y de lo que estoy consiguiendo… Que me dijera cómo ve las cosas desde donde está… De la suerte que corre por estos barrios…
Y le diría que la echo mucho de menos… Pero que no sufriera por mí… Que pronto estaré bien de nuevo… Que es algo pasajero y que quedan muchas cosas por delante que vivir… Que no querría verla sufrir por mí, como ella no querría que yo sufriera por ella… Que las cosas están aún demasiado recientes y voy a necesitar tiempo…

Pero ese ingenio no existe… Sólo puedo esperar que, en un golpe de suerte, una noche de estas, pueda soñar con ella… Y así poder decirle todo lo que no pude en su día… Como un «Te quiero, Mamá… Feliz cumpleaños…»

    About

    This is an area on your website where you can add text. This will serve as an informative location on your website, where you can talk about your site.

    Blogroll
    Admin