All God’s People
– Qué caprichosa es la vida… Esta noche ha habido un movimiento tectónico inesperado… Una placa que se ha desplazado cuando yo ya había perdido toda esperanza y ha acabado sacudiendo uno de mis absurdos pilares de creencias infundadas… Una nueva señal para que confíe en mí mismo y mis posibilidades… Algo que, además, ha hecho que por primera vez reciba la felicitación incluso de gente de quien no lo hubiera esperado nunca… Quizás sea el nuevo inicio que tanto estaba esperando… Ojalá…
Os decía hace poco que la escritura me está salvando… Esta noche sólo puedo ratificar mis palabras… Es una fuente de sufrimiento, pero también está siendo el germen de una felicidad a veces de lo más retorcida y extraordinaria… Esta vez se ha hecho de rogar, pero la satisfacción que siento en estos momentos no se puede describir con palabras…
Y en el fondo, me da pena no poderlo celebrar con ciertas personas… Qué idiota soy… Algún día aprenderé…
Man that you fear
– Escribir es duro… Y más cuando se trata de un proyecto tan largo como una novela… Hasta ahora sólo me había enfrentado seriamente a la escritura de relatos con una fecha límite de entrega relativamente corta, y con el aliciente de que tarde o temprano, acabas teniendo un veredicto que te sirve para valorar tu trabajo. Pero no ver todavía ni el horizonte y pensar que aún queda todo un camino por recorrer es en cierta forma desesperanzador…
La escritura es una actividad solitaria de por sí, y el hecho de que seas tú el único que pueda hacer avanzar la historia, que no puedas delegarla en nadie más, ni procrastinar sin tener ese sentimiento de culpa por no hacer lo que en teoría deberías estar haciendo, ESCRIBIR, es de lo más agotador. Supone una carga mental importante, no sólo en el momento de enfrentarte a las horas que tienes programadas al día para escribir, sino durante el resto de la jornada, en busca de detalles o de hilos de la historia que aún no tienes del todo pulidos y que necesitas tener claros antes de llegar a ese punto de la narración. Por no decir el evitar todas las tentaciones y distracciones que aparecen en tu vida o al cansancio acumulado durante el día…
Es muy fácil caer en el desánimo, más si no estás pasando por un momento en que la fortaleza sea precisamente tu mejor virtud… Llevo pocos días y parece que me esté arrepintiendo de haberme embarcado en todo esto… Era algo que me temía, y no sé si realmente ha sido el mejor momento de mi vida para tener la idea genial de proponerme seriamente este reto… Es duro, la verdad… Pero tengo que sacar fuerzas de donde sea y seguir adelante… Lo que aún no sé es cómo conseguirlas…
Parece como si poco a poco me estuviera convirtiendo en mi propio enemigo, en una guerra en la que sólo hay dos bandos: yo mismo y un folio en blanco…
The Painter
– Hoy he empezado una nueva aventura… He dedicado el mes pasado a planificar lo que será mi primera novela (si llego a acabarla, que de eso os hablaré más adelante). Y hoy ha empezado la fase de la escritura. Tenía pensado coger mi nueva pluma y una libreta gordota y ponerme en una mesa llena de recuerdos bonitos para escribir esa historia. Al final se ha repetido el mismo entorno, pero he cogido la pluma de batalla, la que me ha traído alguna alegría que otra, como despedida y agradecimiento por los servicios prestados. La utilizaré hasta que se acabe el cartucho que tiene puesto. Luego la limpiaré y la guardaré con mucho cariño…
Esta historia se lleva cociendo muchos años en mi cabeza. Demasiados diría. Ha pasado por la última década de mi vida con altibajos, pero como este teatrillo, siempre ha estado ahí. La libreta en la que la empecé ha viajado incluso al extranjero y ha recorrido el país por tierra y aire unas cuantas veces. Incluso recuerdo haberla llevado al hospital, una noche que me quedé velando a mi madre en la habitación.
A principios de año, cuando estaba en plena tempestad en el desierto, me detuve un momento y miré hacia mis adentros, buscando qué es lo que me haría feliz, qué podría sacarme de esa situación. E inmediatamente, la primera cosa que apareció en la lista fue «escribir la novela». Desde ese momento me marqué una fecha y busqué una persona que me ayudara a conseguir esta quimérica misión. Porque lo primero que me abordó en ese momento fue el miedo. El miedo a no tener las fuerzas suficientes en ese momento (e incluso ahora) para empezarla y seguirla. Miedo a volver a abandonarla, como ha pasado en anteriores ocasiones. En definitiva, miedo a que éste fuera un intento más convertido en fracaso.
Aún rondan esas dudas en mi cabeza, y no estoy mucho más fuerte que meses atrás, pero me he comprometido a conseguirlo y esta vez tiene que ser la definitiva. Además, porque he embarcado en esta travesía a otra persona que me está ayudando y ofreciendo su tiempo a cambio de nada. Creo que mi pago debe ser el sacrificio y el esfuerzo por verla acabada, y porque su trabajo se vea recompensado con el mío. Si todo va bien, cuando llegue el verano tendré mi tan deseado primer borrador. Ya con eso me daré por infinitamente satisfecho.
La novela cuenta la historia de cuatro ancianas que se reúnen cada tarde para tomar el té. En una de esas tardes empezarán a tomar una variedad desconocida que hará que sus citas sean cada vez más especiales. Además durante el transcurso de la narración se cruzarán en la historia las vidas de otros personajes que acabarán confluyendo en la misma aventura. Es una novela en la que se mezclan la vida, la muerte y los sueños. La nostalgia y la pérdida. El espíritu de aventura y los miedos. La verdad es que estoy muy orgulloso de la idea. En sus inicios iba a ser un simple relato, luego pasó a ser una novela bastante blanca, pero con el paso del tiempo se ha ido oscureciendo hasta el punto de que es posible que tenga algunos toques tenebrosos y oscuros en ciertas partes.
Diez años han dado para mucho, y aunque debería haber tenido tiempo suficiente para haberla perfilado completamente, en este último mes me he dado cuenta de que hay una parte central que no me gusta. Aunque he intentado conseguir una nueva idea para esa parte, no lo he logrado. Pero no puedo esperar más o no podré tener el borrador para las fechas que quiero. Así que confiaré en que a medida que me vaya metiendo en la novela, aflore esa rama que estoy esperando.
De todas formas, sabemos lo qué puede pasar antes de llegar a ese punto. Que acabe tirando la toalla. Pero por otro lado, ¡la magia existe! Es otra de las moralejas que tendrá la novela. Hay que tener espíritu de aventura y enfrentarse a este tipo de retos. Sin ir más lejos, yo conocí a la persona que más he querido en un viaje que, si me hubiera pensado más de dos veces, no hubiera hecho nunca. Pero lo hice. Y esos días y todo lo que vino después, fue maravilloso… ¿Quién dice que esta travesía, por dura que sea, no llegue a un final tan bonito como ese, aunque, como será casi seguro, esta historia sólo quede para mí y mis amigos, y nunca llegue a publicarse?
El motivo por el que la quiero escribir es precisamente apagar la llama de las ausencias. Ya os conté que, cuando leí la motivación que llevó a Neil Gaiman a escribir su última novela (El océano al final del camino), me sentí muy identificado. Y esta novela va a ir dedicada a tres personas que ya no están conmigo. Mi abuela y mi madre, porque nos dejaron antes de llegar a leerla, y porque mucho de ellas estará en los personajes principales. Destilarán esa bondad y fuerza que demostraron durante sus vidas. La tercera, porque su despedida ha sido la que me ha llevado a este desierto y porque este proceso me servirá para escapar de los recuerdos que atesoro con a ella… Será difícil, pero es el motivo por el que la escribo… También porque la empecé junto a ella… Y, por desgracia, toca cerrar ese capítulo para siempre… Como esta novela…
Y para ser el primer día, no ha ido nada mal. He empezado y acabado el primer capítulo. En realidad hay trampa, porque es un capítulo introductorio y más corto que el resto. ¡Pero está escrito! ¡Una semana antes de lo previsto! :)
Para seguir el avance de la escritura, cada fin de semana iré actualizando el número de palabras aquí al lado. Será cuando aproveche para pasar lo escrito a mano al ordenador. Espero que crezca mucho ese número y que incluso llegue a superar las 50000 que hay fijadas como límite (que ni siquiera he sabido medir).
Una de las canciones que forman parte de la banda sonora de la novela es esta canción de Neil Young… La letra reúne todo lo que envuelve la historia, el ambiente bucólico de un pueblo perdido en las montañas y mis sentimientos… Desde su argumento hasta los motivos para escribirla… No podría haber un colofón mejor a este pequeño relato de un sueño que espero poder cumplir… :)
«it’s a long road behind me
and I miss you now
if you follow every dream
you might get lost
if you follow every dream
you might
get
lost»
X-Static
[Una luz parpadeante sube en el estrellado cielo del desierto dejando una estela que se difumina al poco. La luz se apaga unos instantes después… Al cabo de un rato, una nueva llamarada blanquecina repite el mismo camino para morir al poco… Cuando el público intenta vislumbrar en la oscuridad el origen de esas luces, se encuentra al actor principal sentado en la arena… En sus manos sostiene una barra. Descubre uno de los extremos e inmediatamente un nuevo fogonazo empieza a ascender…]
-El viernes pasado quise abandonar este desierto por un rato para mezclarme con la gente. Tenía esa necesidad. Sentirme uno más entre muchos. La excusa era la re-inauguración de mi librería favorita en Barcelona. Realmente iba a ser algo impactante, porque durante estos días se agolparon en mi cabeza muchos recuerdos de las visitas de años atrás, cuando no iba solo. Pasar por la antigua entrada y encontrarla cerrada fue como una metáfora de mi vida los últimos meses… Una mezcla de nostalgia y aceptación de la cruda realidad…
Durante la bajada, pensaba en todos aquellos buenos momentos que ya no volverían… De la soledad… De cómo preocuparme por mí mismo era ahora la única opción para seguir avanzando… Que tenía que reivindicar mi posición en el mundo… Decirle que estoy aquí…
Entrar en la nueva librería fue una experiencia ilusionante… Era toda una lección que en estos tiempos de crisis alguien haya apostado por crecer… En este caso, era económicamente, pero a nivel particular creo que es algo que llevo un tiempo aprendiendo… El saber aporta felicidad… Y esa está siendo mi inversión… Conocerme a mí mismo…
En ese momento, cruzándome con el resto de asistentes por los pasillos abarrotados, me di cuenta de la cantidad de gente que hace su vida sola… Sin atarse a nadie… Supongo que en algunos casos la vida les ha arrastrado a ese punto y en otros habrá sido una decisión meditada; sea como sea, las dos son decisiones perfectamente válidas… Pero me sorprendió ver que muchos buscaban el cobijo en conocidos y se formaban en grupos para pasar un buen rato y disfrutar de aquello que tenían en común… Salían de sus desiertos y los convertían en oasis por un momento… Como estaba haciendo yo entonces…
Me hizo mucha ilusión encontrar uno de los libros en los que aparezco… Quizás no está en la estantería más vistosa del mundo (aunque en la pared detrás de los mostradores principales también había algún ejemplar), pero tampoco es algo que me incomodara… Al fin y al cabo yo soy así… Prefiero estar en las sombras que recibir el foco directo… Y mi nombre estaba en una estantería de Gigamesh… Es algo muy emocionante… Quién sabe si algún día habría un libro con mi nombre en la portada… :)
Y también lo fue que el creador de todo ese tinglado me dedicara su libro y me confesara un secreto que no puedo desvelar aún, pero que dentro de unos meses será un bombazo en la ciudad, y supongo que en el resto del país… Ojalá se cumpla y pueda contarlo… Va a ser mágico que coincida con este año…
Me llevé el nuevo libro de Neil Gaiman. Fue la excusa perfecta y un bonito recuerdo de esa tarde… Una en la que renace una librería y se desvanecen muchos buenos momentos…
Mi amigo I. y yo acabamos la noche tomando algo en un local. Supongo que el bullicio era el mismo que se podría encontrar en muchos otros locales del estilo un viernes por la noche. Nosotros nos sentamos en la barra, como en los viejos tiempos. Hace años éramos tres solterones, ahora nos faltaba uno, pero también brindamos por él. Y seguimos hablando de cómo es la vida y de que conocer a alguien que realmente te llene no es tan fácil. Que no es bueno buscar una persona indiscriminadamente por el hecho de no estar solo. Porque la soledad no es mala del todo… Algo en lo que acabamos coincidiendo es que hay que esforzarse en que la felicidad no dependa de otras personas, sino que uno mismo sea capaz de serlo. Todo en previsión de que si confías tu felicidad a otra persona y ésta desaparece, se lleva tu felicidad con ella. En ese sentido, él me lleva unos años de ventaja, pero aspiro algún día a llegar al punto en el que él se encuentra ahora. Y creo que poco a poco lo conseguiré. Gracias a él y al resto de personas que me están ayudando en este camino tan difícil.
En un momento en el que desapareció para ir a fumar, me quedé solo contemplando al resto de gente. Justo a mi lado había una chica sola; frente a mí, mesas llenas de gente riendo y hablando, y grupos de guiris que se acercaban a la barra para pedir bebidas y pillar un buen pelotazo… Entonces me puse a pensar en cuántas de esas parejas que allí estaban formadas y disfrutando su momento, acabarían rotas al cabo del tiempo, sin saberlo ellas… Cuántas perdurarían… Cuántas estarían actuando con falsedad… Cuántas serían realmente transparentes… Sin ni siquiera olerlo, estaban viviendo unos momentos preciosos que quizás en un futuro serían sólo recuerdos de los que duelen… Piezas separadas de un mismo puzzle…
Últimamente observo mucho a la gente… De hecho, siempre he sido así, pero mi sentido arácnido se ha disparado bastante en los últimos tiempos… Me gusta verlas sonreír… Creo que es el mejor escudo que una persona puede tener ante la adversidad… Y es el que estoy intentando utilizar en este chaparrón… Disfrutar de la vida y sonreír cuanto pueda… Pasar tiempo con las personas que me quieren y ayudan… Y en la soledad, buscar lo que me hace feliz… Esta vez, sólo a mí… Dejar ir… No retener… No quedarme estático… Fluir…
Una vez fui feliz con otra persona… Ahora tengo que recuperar esa felicidad por mí mismo… Y por eso envío señales al futuro… Para decirle que sigo aquí…
[Entonces una nueva bengala cruza la noche…]
Es OBLIGATORIO escucharla con el volumen muy alto. Gracias… Filed under me, me as writer, new truths | Comment (0)
Laurens Walking
[El protagonista ha pasado un día en el desierto de lo más movido… Las dunas no acababan nunca de aparecer en el horizonte, y por más que caminaba y caminaba, al poco asomaba otra que le hacía perder las esperanzas en salir de allí con vida… Pero por suerte la noche ha caído, y mañana el nuevo día podría traerle nuevos aires que se lleven la quemazón que siente… Tumbado junto a una hoguera improvisada, el actor principal ojea un libro… Es tarde y los ojos se le cierran inconscientemente, pero al verse sorprendido por el público, intenta mantenerse despierto para empezar la función…]
– Hace unos días, en uno de los podcast que escucho, hicieron la lectura de un fragmento de El Señor de los Anillos que me dejó impresionado. Reconozco que no recordaba en absoluto ese pasaje y me quedé asombrado del diálogo que tenían los personajes… Me gustaría que lo escucharais, para saber de lo que os hablo… Os va a encantar…
[Al protagonista no le gusta leer en voz alta, pero como según él, la ocasión merece la pena, empieza a leer del libro que sostiene…]
Se sentaron en una grieta oscura entre dos grandes pilares de roca: Frodo y Sam un poco hacia adentro, y Gollum acurrucado en el suelo cerca de la entrada. Allí los hobbits tomaron lo que creían habría de ser la última comida antes del descenso al País Sin Nombre, y acaso la última que tendrían juntos. Comieron algo de los alimentos de Gondor y el pan de viaje de los elfos, y bebieron un poco. Pero cuidaron el agua, y tomaron apenas la suficiente para humedecerse las bocas resecas.
—Me pregunto cuándo encontraremos agua de nuevo —dijo Sam—. Aunque supongo que allá arriba han de beber. Los orcos beben ¿no?
—Sí, beben —dijo Frodo—. Pero ni hablemos de eso. Lo que ellos beben no es para nosotros.
—Más razón para que llenemos nuestras botellas —dijo Sam—. Pero no hay agua por aquí y no he oído ningún rumor, ni el más leve susurro. Y de todos modos Faramir nos recomendó no beber las aguas de Morgul.
—No beber las aguas que desciendan del Imlad Morgul, fueron sus palabras —dijo Frodo—. No estamos ahí aún, y si encontramos un manantial, el agua fluirá hacia el valle y no desde el valle.
—Yo no me fiaría demasiado —dijo Sam—, a menos que me estuviese muriendo de sed. Hay una atmósfera maligna en este sitio. —Husmeó el aire—. Y un olor, me parece. ¿No lo siente usted? Un olor muy raro, como a encierro. No me gusta.
—A mí no me gusta nada de aquí: piedra y viento, hueso y aliento. Tierra, agua, aire, todo parece maldito. Pero es el camino que nos fue trazado.
—Sí, es verdad —dijo Sam—. Y de haber sabido más antes de partir, no estaríamos ahora aquí seguramente. Aunque me imagino que así ocurre a menudo. Las hazañas de que hablan las antiguas leyendas y canciones, señor Frodo: las aventuras, como yo las llamaba. Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerlas, y les parecían excitantes, y en cambio la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, como dice usted. Supongo que también ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizá, pues, si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien. Usted sabe qué quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque no exactamente igual que antes… como el viejo señor Bilbo. Pero no son ésas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sean las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia habremos caído.
—A mí también —dijo Frodo—. Pero no lo sé. Y así son las historias de la vida real. Piensa en alguna de las que más te gustan. Tú puedes saber, o adivinar, qué clase de historia es, si tendrá un final feliz o un final triste, pero los protagonistas no saben absolutamente nada. Y tú no querrías que lo supieran.
—No, señor, claro que no. Beren, por ejemplo, nunca se imaginó que conseguiría el Silmaril de la Corona de Hierro en Thangorodrim, y sin embargo lo consiguió, y era un lugar peor y un peligro más negro que este en que nos encontramos ahora. Pero esa es una larga historia, naturalmente, que está más allá de la felicidad y más allá de la tristeza… Y el Silmaril siguió su camino y llegó a Eárendil. ¡Cáspita, señor, nunca lo había pensado hasta ahora! Tenemos… ¡usted tiene un poco de la luz del Silmaril en ese cristal de estrella que le regaló la Dama! Cáspita, pensar… pensar que estamos todavía en la misma historia. ¿Las grandes historias no terminan nunca?
—No, nunca terminan como historias —dijo Frodo—. Pero los protagonistas llegan a ellas y se van cuando han cumplido su parte. También la nuestra terminará, tarde… o quizá temprano.
—Y entonces podremos descansar y dormir un poco —dijo Sam. Soltó una risa áspera—. A eso me refiero, nada más, señor Frodo. A descansar y dormir simple y sencillamente, y a despertarse para el trabajo matutino en el jardín. Temo no esperar otra cosa por el momento. Los planes grandes e importantes no son para los de mi especie. Me pregunto sin embargo si algún día apareceremos en las canciones y en las leyendas. Estamos envueltos en una, por supuesto; pero quiero decir: si la pondrán en palabras para contarla junto al fuego, o para leerla en un libraco con letras rojas y negras, muchos, muchos años después. Y la gente dirá: «¡Oigamos la historia de Frodo y el Anillo!» Y dirán: «Sí, es una de mis historias favoritas. Frodo era muy valiente ¿no es cierto, papá?» «Sí, hijo mío, el más famoso de los hobbits, y no es poco decir.»
—Es decir demasiado —respondió Frodo, y se echó a reír, una risa larga y clara que le nacía del corazón. Nunca desde que Sauron ocupara la Tierra Media se había escuchado en aquellos parajes un sonido tan puro. Sam tuvo de pronto la impresión de que todas las piedras escuchaban y que las rocas altas se inclinaban hacia ellos. Pero Frodo no hizo caso; volvió a reírse—. Ah, Sam si supieras… —dijo—, de algún modo oírte me hace sentir tan contento como si la historia ya estuviese escrita. Pero te has olvidado de uno de los personajes principales: Samsagaz el intrépido. «¡Quiero oír más cosas de Sam, papá! ¿Por qué no ponen más de las cosas que decía en el cuento? Eso es lo que me gusta, me hace reír. Y sin Sam, Frodo no habría llegado ni a la mitad del camino ¿verdad, papá?»
—Vamos, señor Frodo —dijo Sam— no se burle usted. Yo hablaba en serio.
—Yo también —dijo Frodo—, y sigo hablando en serio. Estamos yendo demasiado de prisa. Tú y yo, Sam, nos encontramos todavía atascados en los peores pasajes de la historia, y es demasiado probable que algunos digan al llegar a este punto: «Cierra el libro, papá, no tenemos ganas de seguir leyendo.»
—Quizá —dijo Sam—, pero no es eso lo que yo diría. Las cosas hechas y terminadas y transformadas en grandes historias son diferentes. Si hasta Gollum podría ser bueno en una historia, mejor que ahora a nuestro lado, al menos. Y a él también le gustaba escucharlas en otros días, por lo que nos ha dicho. Me gustaría saber si se considera el héroe o el villano…
»¡Gollum! —llamó—. ¿Te gustaría ser el héroe?… Bueno, ¿dónde se habrá metido otra vez?
Lord of the Rings by Vania Zouravliov
Está claro que todos estamos embarcados en una aventura que se alarga durante toda nuestra vida. Pero mientras la estamos escribiendo, no sabemos cómo va a acabar, si tendrá un final precipitado o si tendrá un desenlace feliz. Todo son incógnitas.
Ese texto me hizo pensar en mi «yo» futuro… ¿Qué pasará conmigo? ¿Cuándo se pondrá el punto final a mi historia? ¿Acabaré siendo un héroe o un villano? ¿Qué peripecias ocurrirán por el camino? ¿Qué se contará de mí cuando me haya ido? ¿Habré trascendido, o habré sido un cascarón vacío que no haya aportado nada a nadie? ¿Seré recordado, o no habrá valido la pena haber compartido un triste café conmigo? En momentos en que la confianza en ti mismo flaquea, esas dudas son de lo más motivadoras… Es todo un futuro por explorar… Todo por edificar… Una persona por ofrecer a los demás y este libro que es la vida…
El otro día una persona me preguntó si yo hablaba con mi madre. Me quedé sorprendido y dudé en decirle la verdad, por si me iba a tratar por un chalado. Por suerte, ella me dejó entrever que si lo preguntaba era porque ella lo hacía. Y una de las cosas que me pidió fue que cuando volviera a hacerlo, le preguntara si se sentía orgullosa de mí…
No sabremos el resultado final de la aventura hasta que llegue la palabra «fin», pero si de algo estoy convencido es de que mi vida está valiendo la pena, a pesar de los bandazos que he sufrido. Y de que mi madre se sentiría muy honrada de tener un hijo como yo, como yo lo estoy de seguir con los valores que me inculcó… Y aunque sea un consuelo efímero, me cojo a él en los momentos de debilidad… A eso y a canturrear lo primero que se me ocurre… Últimamente creo que incluso canto mejor… :)
Escribir me está ayudando a volver a ser yo mismo. Y las pequeñas alegrías que voy recibiendo, tanto críticas como publicaciones, me suben el ánimo (aunque sea momentáneamente). Mi amigo I. dice que debo aprovechar estos momentos para escribir una buena novela con cosas tristes. Que al menos de esta situación saque algo bonito y positivo que me ayude en mi recuperación. Y no le falta razón. Sin saberlo, ha acertado en gran parte de la melancolía que envuelve la novela que empezaré el mes que viene… La conexión Cáncer-Escorpio sigue funcionando a las mil maravillas… :)
Es un consuelo saber, como me dice él, que cada vez estoy escribiendo mejor. Al menos hay algo bueno en todo esto. También me ha pedido que el próximo relato sea de robots, porque son sus preferidos. Como sé que no lee esto, os contaré que quiero prepararle uno para su cumpleaños… Espero que me salga muy bien y le guste, porque está siendo un apoyo muy importante y se lo merece. Por suerte no le dejé abandonado cuando él sufrió algo parecido, o en estos momentos tendría todo el derecho a haberme dejado tirado y completamente solo…
Todo largo viaje empieza con un paso… Y yo ya llevo unos cuantos… Sólo espero que lo que venga a partir de ahora sea la mejor parte del trayecto… Tengo todas mis esperanzas puestas en ello…
Madness
[Cualquiera que tenga en mente un desierto, reconocerá casi de inmediato que la monotonía impera a sus anchas… Todo es arena… Dunas por todas partes, algunas más grandes, otras simples montículos… Pero siempre la misma arena ardiente, el mismo sol abrasador y las mismas ansias por refugiarse del calor y beber… Este desierto no es menos que ninguno, y aunque la sed en realidad es más metafórica que otra cosa y la arena sólo unos sentimientos obligados a desaparecer, a veces el aburrimiento llega a ser desquiciante…
El protagonista está sentado en el suelo con la mirada perdida en el suelo. Ha sido una semana que pese a haber volado, le ha dejado algo exhausto. Juega con su dedo trazando círculos en la arena… Poco a poco el círculo se va agrandando y el dedo empieza profundizar poco a poco, apartando cada vez más arena hacia los laterales. Sigue y sigue removiendo, y el pequeño agujero se va agrandando hasta ocultar ya las manos… Al poco el agujero ya llega a la altura de los codos… Y en poco, el protagonista sigue escarbando tumbado en el suelo y con los brazos completamente introducidos en un gran agujero que no puede dejar de crear…
Y de ese mismo agujero, empiezan a asomar estructuras metálicas de hierro forjado… Figuras retorcidas que parecen no sorprender al protagonista, inmerso en la excavación y ya dentro de un enorme cráter que se ha formado en medio de su desierto…
Y a esos forjados le siguen otros muchos, y estructuras con filigranas… Y puertas de madera maciza con grabados y cristales de colores…
Y entonces el protagonista entra en la puerta misteriosa, y tras un buen rato vuelve a emerger de aquella extraña gruta con algo entre las manos…
-Si hay otra cosa que he aprendido durante todo este tiempo es que el esfuerzo que inviertes en lo que haces, que lo que duele escribir cada palabra a veces, que todos esos sacrificios que haces para conseguir tu sueño, muchas veces tienen al final su recompensa.
No siempre es así, desgraciadamente. Hay veces en que pones todo de tu parte y las cosas no acaban saliendo bien. Porque la vida también parece que guarda un reverso oscuro en sus pliegues, siempre con la moraleja de seguir aprendiendo de esos reveses.
Pero en mi último reto importante, como fue la carrera, ya se vio que la dureza de compaginar el trabajo, la vida familiar y los estudios, alargando las noches y sufriendo durante las fechas de entrega constantes, al final tuvieron su recompensa, algo agridulce en mi caso, pero recompensa al fin y al cabo. Superar las adversidades te hace más fuerte, y verme capaz de llegar a la meta después de aquella época fue una victoria que nunca olvidaré… En cierta forma, el nuevo reto de la novela busca llevarme a ese estado… Recordarme de lo que soy capaz con sacrificio, confianza y esperanza…
Ayer tuve una nueva señal. Unas páginas en las que vuelvo a aparecer. Claro que no es un libro con mi nombre en solitario en la portada, pero cada aparición de este tipo me acerca a algún día llegar a ese punto… Es una pequeña batalla ganada a mi pesimismo… Y es algo que me anima y me llena de cierta felicidad.
Como me dijo una persona que me está ayudando en esta andadura, no puedes dar el paso doceavo directamente. No puedes preocuparte por él, porque antes tienes que dar el primero y luego el segundo y así sucesivamente. Éste es sólo un paso más… No puedo preocuparme por cómo acabará todo esto… Sólo seguir dando pasos… Es una gran lección de una persona que me está enseñando mucho… Estoy teniendo mucha suerte…
Lo curioso de la antología es el título… Mi relato no juega con la locura, pero he visitado recientemente el terreno de la desesperación, y no es especialmente agradable… De hecho, aún estoy buscando la salida… Paciencia… Tiempo… Seguir soñando…
Si os hace gracia encontrar mi escrito, podréis encontrar el libro en FNAC, Casa del libro o El Corte inglés, además de en cualquier librería si lo encargáis. Y si lo lees y te ha gustado (o no) me encantará saberlo… :)
Filed under me as writer, new truths | Comment (0)3 Libras (II)
-Esta semana he empezado a calentar motores… Ya os comenté tiempo atrás que, aunque me he puesto muchos objetivos para mantenerme ocupado, parecía como si los éxitos que estaba teniendo no me llegaran a llenar. Supongo que el vacío interior que siento desde hace un par de meses necesita retos de más empaque. Y por eso, me voy a embarcar en uno de los retos más duros que podría poner en mi vida a día de hoy: recuperar la escritura de una novela que llevo muchos años (quizás demasiados) gestando en mi mente…
Muchas veces he traicionado este mismo compromiso que he hecho conmigo mismo para acabarla. De hecho, si es por traicionarme, ahora mismo lo estoy haciendo, porque el título de esta función ya había sido escrito antes. Pero por otro lado, era el único que se me ocurría para contaros una pequeña historia que quería que quedara escrita en este teatrillo… Una historia de tres plumas…
Desde que reemprendí la escritura el año pasado, intenté buscar pequeñas motivaciones que me ayudaran en el proceso de enfrentarme a las páginas. Siempre había centrado mi proceso creativo en sentarme delante del ordenador y teclear (más bien poco) lo que se me iba ocurriendo, con los consiguientes problemas que esto implicaba. Principalmente, las distracciones. Entonces, casi por casualidad, descubrí el proceso que sigue Neil Gaiman para sus escritos: él realiza el primer borrador del texto siempre a mano, para posteriormente pasarlo a digital y seguir con las revisiones que hagan falta. Pero primero, a mano. Fue entonces cuando recuperé mi portaminas (además, me compré uno nuevo que me gusta mucho porque me recuerda a los que utilizaba yo de pequeño) y empecé a escribir a lápiz, como siempre había hecho…
A la izquierda el portaminas y la goma que he utilizado durante años. A la derecha, un portaminas a la antigua usanza…
Pero me di cuenta de que me faltaba algo… Que el proceso, aunque empezaba con unos minutos para plantearme las escenas (en este caso de relatos) y así escribir más ágilmente, seguía siendo algo «aburrido» (y más con la de cosas emocionantes que había dejado aparcadas en mi ordenador). Además el paso posterior de convertir lo escrito en digital implicaba invertir más tiempo y más laboriosidad, y por otro lado no había nada que compensara ese trabajo, que fuera un pequeño aliciente que me motivara a seguir ese curso.
Así que, otra vez de casualidad, un día que pasaba por la sección escolar del supermercado en el que hago la compra, recaí en una bolsa de cartuchos de tinta para pluma estilográfica. Y aquel momento marcó, sin querer, un gran avance en mi producción literaria… :)
Aquel mismo día, compré una de esas bolsas de cartuchos y una pluma «de batalla», de plástico y bien barata. Y empecé a escribir con ella. Pero añadiendo a la partida contra el papel el hecho de querer gastar cuantos más cartuchos, mejor. Para mí se ha convertido en el símil del contador de palabras en el procesador de texto, pero en romántico y analógico. Cada cartucho que he vaciado va a un vaso de plástico donde voy guardando todos, para motivarme y ver todo el camino que llevo recorrido. Además se añade la retorcida sorpresa de coger un nuevo cartucho de tinta con los ojos cerrados y comprobar de qué color va a ser, porque sí, además los cartuchos son de colores diferentes; azul cielo, azul, rojo, negro, verde… :)
Con esa primera pluma escribí los nuevos relatos, y además firmé ya algún ejemplar de la primera antología donde aparecí, por lo que guardo un especial recuerdo de ella. Pero no es una pluma especialmente bonita ni robusta. De hecho, creo que el plumín se ha salido respecto a cómo estaba originalmente, y por miedo a no romperla, decidí que buscaría alguna que representara algo especial para mí y que me ayudara a seguir ilusionado…
En agosto, fuimos a Madrid a pasar casi dos semanas. Era una ocasión muy especial porque significaba reencontrarme con ella, recuperar esos días como habían sido siempre. Y, a pesar de que casi pierdo el tren en una mañana de lo más rocambolesca, finalmente llegamos y disfrutamos de esa maravillosa ciudad… Yo seguía con la idea de comprar una nueva pluma, además, elegida por los dos, porque para mí significaba más motivación si cabía. Y ya en los últimos días de nuestra estancia, y cerca de la parada de Ciudad Lineal, por la zona donde nos hospedábamos, entramos en una papelería de barrio y encontré la pluma perfecta… De rojo intenso y pasional… Una metáfora de nuestra relación…
Me costó mucho conseguir que ella me escribiera alguna nota para los momentos de decaimiento, pero al final lo conseguí, y ese trozo de papel se quedó dentro de la cajita junto a mi nueva adquisición… :)
Pasaron los meses, y yo no quise estrenarla, esperando el momento perfecto para recuperar la novela y hacerlo con ella. Pero la vida dio algún que otro zarpazo, y yo tuve que ir de viaje a Málaga en busca de soluciones… Las cosas no pintaron muy bien durante esos días y ya os conté que estuve recorriendo la ciudad en solitario, como si fuera una despedida por lo que vendría más adelante… Pero también en ese momento quise encontrar alguna pluma especial, ya que la de Madrid parecía que iba a quedar como testimonio de lo que una vez fue muy grande pero que en ese momento se estaba marchitando, casi sin saberlo… Pasando por una zona que había pisado infinidad de veces, recaí en una pequeña papelería que hacía esquina y en cuyo escaparate había un expositor de plumas muy bonitas. Así que el último día de mi estancia, entré y pregunté por ellas. E incapaz de decidirme por dos que me gustaron especialmente, acabé comprándolas. Todas las que he conseguido son baratas, así que no es una inversión importante de la que arrepentirse. Además, pensé que sería un bonito regalo para ella el ofrecerle una como la despedida temporal que en un principio iba a ser y una nueva fuente de motivación para mí… Y, aunque finalmente no pude darle la suya, cogí el tren de vuelta ilusionado y con muchos proyectos y cambios por empezar… Y en eso quedó la historia hasta ese punto…
Pero poco después, la historia de estas plumas ha acabado teñida de tristeza. Sería muy amargo ahora recurrir a cualquiera de ellas, por las implicaciones que tienen grabadas ya para siempre… Así que, en este momento en que me dispongo a recuperar la novela de una vez por todas, me he impuesto la misión de encontrar una nueva pluma para completarla… En unos días iré a Barcelona y recorreré algunas papelerías en busca de una que me llene de ilusión y de confianza. La voy a necesitar en esta empresa. No quiero volver a fracasar, y esta vez incluso me he comprometido con alguien a quien no puedo fallar, por la confianza que ha puesto en mí. Así que como muestra de lo importante que es para mí encontrar una pluma que me lleve a mi meta, incluso he creado un mapa con sitios donde hay material de este tipo para que no se me escape ninguna.
Ver Papelerías BCN en un mapa más grande
Si alguien conoce alguna papelería donde puedan tener y que no esté en el mapa, le agradecería que me lo comentara. De todas formas, tengo muchas ya por recorrer, y seguro que el cosmos pondrá frente a mí la pluma ideal. :)
Cuando la encuentre, os la presentaré. Deseadme suerte…
If I Ever Lose My Faith In You
[En un mundo real, hay un actor principal que mira a través de la ventana de su madriguera cómo cae una lluvia fina y las nubes del horizonte se unen en un mar tranquilo… En un escenario algo más remoto, una figura se adivina recortada en un horizonte plagado de dunas… El sol sobre las tablas es abrasador y el calor asfixiante… La lejana silueta del protagonista se mueve lentamente y atraviesa una tras otra las dunas que se presentan en ese agónico peregrinaje hacia no se sabe dónde… Las piernas del actor se hunden en la arena penosamente, obligándole a hacer un gran esfuerzo para dar cada paso y así acercarse a las primeras filas…
Cuando llega a una pequeña llanura sobre las tablas se deja caer sobre la arena caliente… Parece que las fuerzas le están abandonando ya, tras llevar dos meses en un desierto en el que no puede ver más allá de las dunas… Todo es arena, día tras día… Todo es frío, noche tras noche…
Al instante una sombra se proyecta sobre el recalentado suelo y dibuja círculos dejando en el centro al protagonista desfallecido… El actor principal alza la vista, y deslumbrado por la intensidad del sol tiene que cubrirse con una mano para vislumbrar un enorme buitre planeando sobre su cabeza… El miedo invade su cuerpo y le deja inmóvil, pensando en que su fin está cerca… En cualquier momento esa bestia empezará a descender, planeando suavemente en círculos hasta aterrizar y empezar a picotear la piel requemada de un actor sin fuerzas…
Afortunadamente, el protagonista da por sentado muchas veces cosas que no llegan a ser como él creía… Pues, después de trazar unos cuantos círculos más en el aire, el animal abre sus garras y deja caer algo que acaba semienterrado a pocos metros del protagonista… El actorzuelo se arrastra inmediatamente hacia donde ha caído el objeto… Entonces lo limpia de la arena… Y sólo puede sonreír…]
-Como caído del cielo, nunca mejor dicho… Cuando menos confianza tenía en mis progresos como escritor, ha llegado una nueva colleja del destino… Esta vez en forma de libro… Para mí es la primera antología a nivel nacional en la que estoy incluido, aunque ya había aparecido en prensa a nivel de Cataluña y en revistas y libros a nivel comarcal, con lo cual supone todo un reto superado con éxito… Es una historia que empecé justo de vuelta de mi último viaje a Málaga, por lo que fue muy doloroso llegar a acabarla… Pero lo hice, y la envié… Y finalmente ha sido una de las seleccionadas para aparecer en esta recopilación, por lo cual me siento muy orgulloso…
Ya os dije que últimamente todo parece programado por alguien que se está sacando el máster en sobresaltos… Menos mal que mi salud no corre peligro, porque con todos estos movimientos emocionales era como para acabar loco… Pero aquí seguimos, aunque a veces arrastrándome, otras de pie y firme… Viviendo día a día lo que me viene e ilusionado con algún día volver a reconocerme… Y es verdad que había perdido la fe en mí mismo con todo esto, pero ya veis que alguien allí arriba sigue empeñado en destrozar mis planes autodestructivos… Aunque queda mucho trabajo por hacer, cosas como este libro me acercan un poco más a ese punto al que quiero llegar, al otro lado del desierto…
Dicen de los Escorpio que son determinados, y que si se proponen algo, lo consiguen… Que están ligados al éxito, que lo llevan en su ADN… Aunque claro, imagino que no viene gratis, y que si no hay esfuerzo, constancia y sacrificio es como esperar un autobús de madrugada… Muy pronto voy a tener la oportunidad de comprobarlo… Ojalá sea así y al final triunfe por encima de la oscuridad…
Si tenéis curiosidad por leerlo, podéis conseguir la versión digital o la edición en papel que aparecerá la semana que viene… Si lo conseguís, me haría gracia saber cuál ha sido vuestro relato favorito… Quién sabe… Igual es el mío…
Es cuestión de no perder la fe… Y menos en uno mismo… Todo llega al final…
[El protagonista se incorpora de nuevo, y prosigue su travesía cubriéndose la cabeza con el libro…]
Sea of Teeth
-Parece que todo lo que está pasando en estos últimos tiempos, esté pasando por algo… Al menos esa es la sensación que me están dando todos estos movimientos que están ocurriendo… Mi palmera me dijo el otro día que soy una persona que desprendo una energía muy especial… Al principio creí que sería una forma sutil de decir que olía mal o algo por el estilo, pero resultó que no, y me puso un ejemplo de lo sucedido en nuestro último encuentro que me dejó un poco asombrado y a la vez contento… Quizás esa misma energía que me envuelve esté empezando a cambiar mi entorno y el camino de la recuperación esté algo más cerca…
La verdad es que, de casualidad en casualidad, estoy empezando a conocer a gente nueva que me está aportando cosas en mi vida… Sea apoyo moral, sea conocimiento… Pero no son personas vacías… Además, veo que se ofrecen desinteresadamente y eso es algo que valoro mucho en una persona… Como si todo lo que he invertido yo en otras personas me estuviera viniendo de vuelta…
Mi profesor de cocina es uno de los ejemplos… Me encanta quedarme un rato tras la clase, mientras fregamos los cacharros él y yo, y escuchar las historias que le han ocurrido… Una persona que pese a ser joven, ha recorrido casi todo el mundo y ha vivido muchas experiencias… Se aprende mucho de las vidas de los otros… Uno toma conciencia de que esa extraña energía que lo gobierna todo acaba poniendo a cada uno en el sitio que le corresponde… Y da esperanzas el ver que en situaciones parecidas a las que estoy pasando, al final las nubes se despejan y el sol brilla aún con más fuerza… Sólo espero que yo corra la misma suerte…
Ayer, a pesar de ser un día algo triste, todo tomó un giro repentino de noche, con un par de mails que me demostraron que eso que cuentan de la compensación del Cosmos existe. Cuando más desilusionado estaba con mis progresos en la escritura, me confirmaron que van a publicar dos relatos míos en dos antologías diferentes. En el pasado, esa noticia me hubiera hecho dar botes de alegría, como lo hice cuando gané un concurso de microrrelatos años atrás… Aún no sé cómo pude contenerme durante toda la comida para decírselo a ella… Fue genial… Un regalo… :)
Ahora son noticias que no llegan a llenar el vacío interior que siento, aunque sí han sido un nuevo empujoncito de la Fuerza para que siga adelante, para que no me rinda, y para que tenga fe en que el futuro puede ser mejor de lo que creo ahora…
A pesar de que el año pasado y el inicio de éste han sido de lo más traumáticos, es verdad también que los cambios han provocado una transformación en mí muy importante. Noto que con todas las cosas que he estado moviendo en este tiempo y las acciones que estoy tomando, mi determinación es ahora más fuerte que antes. Hay ciertas decisiones que me he tomado con más seriedad que nunca, algunas obligado por las circunstancias, y que en otro momento no hubiera sido capaz de afrontar. Tengo que aprender a sentirme orgulloso de mí mismo… A pisar fuerte…
Una de las decisiones que he tomado es que durante este año voy a escribir mi novela. Es uno de esos viejos sueños que llevo atrasando desde hace años y que ahora necesito completar de una vez. Se lo comentaba a un amigo hace poco, es como si el cuerpo me lo estuviera reclamando. No puedo alargar más esta agonía de ver pasar los días y que ese proyecto siga en una estantería invisible sin avanzar. No va a ser un camino fácil, y quizás la presión que sentiré no beneficie en nada a mi mejora… Pero ahí está la paradoja de todo… El tema principal de mi novela son las ausencias, así que quizás no encontraré un momento mejor para sentirme uno con ella…
Hace un par de meses que acabé de leer El océano al final del camino, la última novela de Neil Gaiman hasta el momento. Desde su aparición, Neil contaba en sus apariciones públicas que fue una «novela accidental»: en un principio tenía intención de escribir un relato para su mujer, Amanda Palmer, que se encontraba en Australia grabando un disco. La echaba de menos, así que pensó que lo mejor para apartar esos sentimientos era escribirla. Empezó la historia a mano en uno de sus cuadernos, y lo que iba a ser un cuento para que su amada no le olvidara, se convirtió en una noveleta, luego en una novela corta y finalmente en una novela. Cuando pasó su escrito al ordenador alcanzaba unas 56.000 palabras. Al regresar, le entregó el manuscrito como regalo de bienvenida y se la leía por las noches hasta que se quedaba dormida.
Yo la echo mucho de menos, pero no espero el retorno de nadie. De hecho no tendré más recompensa al acabarla que sentirme orgulloso por un nuevo sacrificio que habré superado. Pero por mucho que cueste, voy a intentarlo por última vez. Y ésta tiene que ser la definitiva… Volcaré todo lo que siento en las páginas y convertiré esta historia en una especie de exorcismo. Llegar a la meta no va a ser un camino de rosas. Y por desgracia, ya no podré celebrarlo con una de las personas a las que quería dedicársela, como a las dos personas más importantes de mi familia que ya no están aquí para leerla… Pero el tiempo no puede volver atrás…
Esta vez voy a recurrir también a otra persona que espero que me ayude en esta difícil travesía. Aún tenemos que concretar cómo voy a trabajar, pero su experiencia profesional creo que me va a ser de mucha ayuda. Sólo espero que la nueva casualidad que la ha hecho entrar en mi vida sea otra de esas señales que el Destino me tiene deparadas. De momento no tiene mala pinta. Pero yo tendré que cumplir mi parte: me tocará sufrir, ser constante, atravesar por recuerdos no muy agradables y llegar a escribir un «FIN» que ahora por ahora me parece muy lejano y toda una quimera.
La semana que viene empiezo una «nueva» vida… Lo suficientemente diferente como para no ser la misma de antes… Otro frente que empieza… Pero tengo confianza en mí… Y eso ha salido fortalecido después de todo lo que he vivido… Sé que tarde o temprano saldré adelante… Al final de todo este desierto, aparecerá un océano grandioso… Hay que mantener la fe… Aunque si le hubieran preguntado a Alice Cooper, les hubiera contestado rápidamente que al final del camino está la felicidad…
Airwaves (II)
-Vamos, no me diréis que vosotros no lo habíais hecho nunca…
[El protagonista se encuentra rodeado de dunas y bajo la sombra de un enorme arbusto. En sus manos sostiene un aparato de radio. Pero lo llamativo de ese ingenio que ya parece de épocas pasadas no es que no pueda enchufarlo en ningún sitio, o que haya ingeniado unas baterías con algunos cocos y papel de celofán… Lo que llama la atención es esa enorme patata pinchada en la antena de la radio…]
-¡Pues anda que no mejoraba la cobertura! Os lo asegura uno que se mataba por todos los rincones de la casa buscando el punto exacto donde poder escuchar emisoras que en teoría no debían llegar a su ciudad… Creo que es una prueba más de la pasión que siempre he sentido por este medio… Sí, también he escuchado los 40 Principales en alguna época de mi vida, tengo que reconocerlo… Pero entonces era joven… Y quizás ese paso me hizo también descubrir muchas otras cosas interesantes que estaban accesibles girando un poco más el dial… Eso si las interferencias no te inducían a un buen dolor de cabeza… :S
Bueno, hace unos días estuve representando una función dedicada a algunos de los nuevos formatos radiofónicos que se engloban dentro del mundo del podcasting, y en especial aquellos que pueden ayudarnos a mejorar como lectores o escritores. En esta segunda y última tanda, veréis que la mayoría de contenidos se centran en la lectura y la crítica o comentario de textos. Pero dejadme que me cubra con algo y empezamos…
[El actor principal se quita la camiseta y la enrosca en su cabeza para protegerse del sol abrasador… Entonces continúa con su relato…]
Para empezar, lo haremos con un clásico merecido. La Biblioteca de Trantor. Es otro podcast dedicado al comentario de obras de Ciencia Ficción y Fantasía, aunque no desprecian otros géneros como el cine, revisando clásicos o estrenos del género en la gran pantalla. Pero en cuanto a la crítica y recomendación literaria, lo que me gusta del programa es que te introducen a las obras de una forma muy básica, sin profundizar demasiado en un principio, pero dejándote las ganas justas para interesarte por ellas. Diría que es un podcast indicado para lectores de grado medio (entre los que creo estar). Me encantaron sus comentarios sobre las obras de Patrick Rothfuss y Ray Bradbury, y desde entonces soy asiduo a la tertulia… :)
En Los Retronautas, lo que encontramos son estudios concienzudos sobre la Ciencia Ficción clásica. La verdad es que estos señores se lo curran mucho, hasta el punto de que cada episodio suele superar las dos horas con facilidad. Son expertos en cruzar referencias entre obras, ubicar el momento social y cultural de la historia en el momento de su aparición y describir la visión que esas creaciones han aportado al mundo de la literatura del género. Si puedo ponerles un «pero», que espero me perdonen, es el hecho de comentar demasiado las obras, rozando el «spoiler». Pero sinceramente, me parece uno de los grandes descubrimientos del año pasado, y ha sido una fuente de información muy importante en mi caso. Además es envidiable el conocimiento del que dan muestra y la dicción de la que hacen gala durante el programa. Imperdibles.
Si los dos podcast anteriores van in-crescendo en la escala de experiencia literaria necesaria para disfrutarlos, el podcast de los Verdhugos es para los hard-readers… :) Sinceramente, debes estar muy puesto en literatura de género, incluyendo la no traducida a nuestra lengua, para poder asimilar toda la información que suministran estos señores. Como su nombre indica, son especialistas en las obras que participan anualmente en los premios Hugo, pero siguen toda la actualidad literaria, obviamente. Sólo con el número de referencias que citan en cada uno de sus episodios, tienes semanas de buena lectura garantizada. Quizás la única pega es que estos cuatro señores (ganadores del Ignotus 2012 en la categoría de mejor producción audiovisual) se prodiguen poco a publicar sus audios, pero se entiende que con tantas lecturas pendientes no tengan tiempo para todo… :)
El siguiente podcast, La Taberna Galáctia, tiene una difícil clasificación… Más que un podcast, lo calificaría como una «experiencia radiofónica». Los episodios de Ray Jaen son más un buen puñado de experiencias y sensaciones emitidas a las ondas que un programa al uso. Deberíais escucharlo para entender mínimamente a qué me refiero con eso. La calidad y el cuidado puesto en cada emisión se notan. Realmente no es un podcast literario, aunque se nutre a veces de narraciones y textos de autores que ofrecen sus trabajos para ser interpretados en la grabación. Aunque el podcast se encuentra en un hiatus, Ray Jaen se ha puesto a los mandos del proyecto AudioRelatos, que sigue la estela del anterior pero aún más colaborativo si cabe. Realmente inspirador…
Y para acabar, uno de los podcast que más me han enganchado en los últimos tiempos. El Cabaret de Medianoche es un programa dedicado a la música relacionada con el movimiento del Steampunk y sus variantes, pero no sólo se limita a programar grupos afines a este movimiento. Lo que más me gusta de las emisiones de este podcast son los monográficos en los que se elige una excusa (alguna bebida, obra literaria, etc.) para emitir canciones cuya temática tenga que ver con ese concepto. Recientemente han mejorado mucho la calidad de los equipos con los que realizan las grabaciones y ese salto se deja notar muy favorablemente, aunque no pierde la esencia del programa ni el sonido de las músicas añejas de las que suele hacer gala. ¿Qué más podéis esperar de una emisión que empieza con el Rhapsody in Blue de Gershwin? En estos momentos tengo siete horas de música por delante que preparó Xavi para celebrar la entrada del nuevo año. Así que estoy deseando tener una tarde productiva de escritura mientras me pongo a revisar lo que nos dejó para fin de año.
En fin, creo que con esto acabaré el repaso a estos podcast que o bien tratan directamente el mundo de la literatura (tanto en la vertiente escrita como leída) como los que me evocan e inspiran imágenes durante mi proceso creativo… No me las doy de nada, no soy ningún genio ni soy pretencioso… Simplemente, en mi humilde actividad como aprendiz de escritor, son estos podcast los que han aportado algo y me ayudan a crear o a mejorar… Así que espero que también puedan servir a otros que se encuentren en la misma situación…
Ahora, será mejor que me busque una sombra, o pronto voy a dejarme la piel como una serpiente… Y sólo me faltaba eso ya… :)
Larga vida a la Radio… Y larga vida al Podcasting…
[El protagonista mueve el dial de la radio nuevamente, y en ese momento, unos aplausos empiezan a sonar al otro lado de las ondas…]