Seasons
Nadie lo esperaba… Pero aquí estoy, llevado por este día loco que nos ha tocado vivir nuevamente… Sin poder trabajar desde casa, sin poder contactar con mi hermano o mi padre en el pueblo… Ni siquiera podía contactar con Cr, pero ha sido la mar de valiente y ha escapado del trabajo para volver a casa…
Parecía que algo como la pandemia era difícil que se repitiera… Bueno, quizás para algun@s, porque yo siempre he sido demasiado previsor para todo y siempre he reservado planes de contingencia (no demasiados sofisticados, vista la ocasión) para estos casos, pero tengo algunas reservas y habrá que mejorar ciertos aspectos para que los inconvenientes provocados por este tipo de movidas sean lo más livianos posibles en un futuro…
¿Quién lo iba a imaginar? Es otra muestra más de los frágiles que somos, como sociedad… Estamos casi desprotegidos ante muchos eventos que se nos escapan a pie de calle… Pero los sufrimos porque ese Gobierno que debería protegernos es inépto, sea el partido que sea el que gobierne cuando leas esto… Y no voy a volver a lo vivido en la Dana, porque aquello fue un suceso a «pequeña» escala donde ya se visiteron de largo para el esperpento más bochornoso…
Cuando ha empezado el apagón he salido a la calle y el vecino me ha preguntado si tenía corriente, y me ha dicho que tampoco iba el móvil… La vecina de más arriba acababa de llegar con el coche y no ha podido cerrar la puerta del garaje… Y la de enfrente ha comentado que el corte era en Portugal, Andorra y Francia… Al escucharlo, no podía creerlo… Sinceramente, pensaba que en estos casos las centrales tendrían acumuladores de corriente que nos suministrarían al poco tiempo… Pero, cuando escribo esto, llevamos dos horas y media y todavía seguimos a oscuras… Así que, al cerrar la puerta, he ido directo a por ese viejo transistor de mi padre que estaba en la repisa del garaje, he intentado encenderlo y, al ver que no reaccionaba del todo bien, he puesto pilas nuevas… Y ahí Onda Cero me ha ido relatando todo lo sucedido, y lo sigue haciendo en estos momentos…

Afortunadamente, no estoy viviendo esta situación con alarmismo. Habrá personas que lamentablemente estarán encerradas en un ascensor, les habrán sorprendido en mitad de una operación o dependerán de la electricidad para respiradores y otros aparatos vitales. Yo, como digo, tengo esa suerte… Ojalá todo se recupere pronto y al menos podamos aprender de todo esto y pongamos remedio en la medida de lo posible…
Estas horas de impás me dan la excusa perfecta para volver a este escenario, aunque sea de una forma menos ortodoxa de la que me gustaría… Siempre me ha gustado disfrazarme aquí arriba… A veces repaso alguna de las funciones y añoro aquellos días de inocencia… Días de vino y rosas…
Estos días empezaba a despuntar la primavera con fuerza, haciéndome olvidar casi completamente el horrible invierno que pasé… Casí podría decirse que, después del miedo al quedarme sin trabajo por sorpresa y con malas formas (lo de que sucediera el día antes de Halloween parecía la peor broma macabra) y del golpe de suerte que me ha llevado a trabajar para este banco con un sueldo como nunca he tenido, estaba viviendo una felicidad casi olvidada… Y una felicidad peligrosa… Porque parece que ese estado nunca puede durar demasiado y a la vuelta de la esquina acecha un zarpazo desagradable… Ese es el miedo que que me carcome en los últimos tiempos… Uno de los peores, que a mi padre le pudiera pasar algo… Enterradas las hachas hace mucho tiempo y con la edad que le respeta, pero que no deja de ser un número que solo crece, me da pánico pensar que algún día recibiré una noticia que vuelva a derrocar una de las columnas que me sostienen…
Ojalá ese inevitable hecho, si tengo que vivirlo (porque, hoy en día, nadie dice que yo pudiera caer antes), llegue en un futuro muy muy lejano…
Sigo teniendo siempre este treatillo en mi mente, aunque no acuda todo lo que querría, pero es que el día a día me sepulta con las muchas cosas que hacer… Y el único momento de paz que podría encontrar para volver a él es ya hacia las diez de la noche, cuando ya casi me quedo dormido en el sofá… No sé si es la edad o los madrugones, pero yo antes no era así… Estoy cediendo lentamente a este tiempo que no espera a nadie, como cantaba Freddie… Y es algo a lo que debería poner remedio de alguna forma para que mis proyectos no sean solo eternas promesas…
Tengo un año por delante para acabar esa novela que quiero presentar al UPC… Un último intento que me sitúe en el mapa de la escritura, porque después de unos 75 relatos publicados, alguno compartiendo páginas con primeras figuras de las letras de género de nuestro país, sigo sin ser nadie… Así que mi último intento será este… ¿Quiere decir eso que dejaré de escribir? No lo sé del todo… Me parece impensable dejar de crear historias, aunque sean en mi mente… Otra cosa es que las plasme sobre papel… Pero está claro que algo debo cambiar, y la opción es abandonar el relato para centrarme en historias más largas… Acabar una novela no va a garantizarme ningún éxito a no ser la satisfacción personal de conseguirlo…
La idea que tengo más trabajada me atrae mucho porque lleva algo de mi propia historia personal… Y espero que imprimir la historia con ese elemento le puede dar más vida y hacerla más atractiva… Pero todo va a depender de que no me duerma y consiga hacer avanzar el proceso, aunque sea muy lentamente… Este año, el Celsius va a ser intenso… Pero creo que, por mi parte, voy a aprovechar para buscar consejo entre mis conocid@s y ver si ese saber me sirve para centrarme en mi objetivo… Creo que ya llevo dos años escribiendo mucho menos con la excusa de centrarme en esa novela, y lo único que he conseguido es una escaleta que aún tengo que acabar de redondear en algunos puntos…
UPDATE: la corriente volvió a las 22:30, al igual que la cobertura… nada traumático… me pasé la noche leyendo con la luz de las velas hasta entonces…
adore… 20 años después…
Cuando llega esta época del año, en concreto esta semana del año, es inevitable para mí volver a este disco… La música siempre ha guiado mis pasos y ha marcado los momentos más importantes de mi vida… Y la muerte de mi madre quedó para siempre cincelado por dos discos… Uno de ellos, el «adore»…
Escuchar un disco que salió hace exactamente 26 años, 6 meses y 3 días, pero que te habla de algo que te marcó tanto, es una sensación muy extraña, pero forma parte de esa curiosa relación que he tenido siempre con la música.
Esta noche lo he rescatado porque lo necesitaba… Ha sido una semana caótica, alocada y una auténtica montaña rusa… Pero dentro de esa locura, parecía que había alguien que me estaba guiando hacia donde debía estar… La entrevista inesperada el lunes, el adelantarse a la del miércoles, la buena impresión que me causó al finalizar (y la coincidencia de que la chica se llamara Fátima), el chasco al día siguiente con la negativa, y hoy la llamada para decirme que esa negativa se convertía en positiva… Pocas veces he sufrido una alteración de mi estado anímico con unas variaciones tan bestias en tan poco tiempo… Mis cervicales son el vivo testimonio… Pero al menos todo ha acabado bien…
¿Ha sido una señal? Nunca lo sabré… Pero no se puede negar que la fecha y todo lo que ha pasado es como para creerlo… Llevo casi todo el mes poniendo velas a diario… Pidiendo por amig@s que están en dificultades como lo he estado yo y por quienes siguen en mis recuerdos, aunque ni lo crean ni lo esperen… El sentimiento de amor inmenso que he tenido por tod@s ell@s esta tarde ha sido insuperable… Ojalá a tod@s l@s que lo necesitan tuvieran ese golpe de suerte que me ha acompañado al fin esta semana… Quizás por lo increíble de lo que ha pasado… Pero ha pasado… Una lección más a aprender… No tirar la toalla nunca…
Mañana será otro 6 de diciembre frío… Parece que será un día soleado, no como el de hace 20 años que parecía que el cielo se rompía con cada trueno… Es posible que salga a dar una caminata… Luego intentaré darle un buen empujón a ese relato de La Princesa Prometida que están esperando… Y es posible que me tumbe en el sofá y deje que la tarde se acabe y la noche me deje el momento idóneo para encender otra vela y recordar a mi madre y su infinito amor… Qué putada nos hizo la vida y qué diferente sería todo si ella estuviera aún aquí… Pero ella sigue aquí… Mientras yo siga vivo, ella sigue conmigo…
Filed under me, new truths | Comment (0)Ten years gone
Diez años ya del naufragio…

A veces pienso en la cantidad de palabras que hay escritas en esta bitácora (nunca mejor dicho para el post de hoy) y que solo me sirven a mí como exorcismo. Si las hubiera invertido en novelas, ya llevaría dos o tres acabadas… Pero es algo que necesito dejar en algún sitio. Liberar mi mente…
Cómo pasa el tiempo… Hace ahora diez años de aquel viaje a Málaga que pretendía que fuera un abrir de ojos y un punto de inflexión… Ver que las cosas podían ser de otra forma, sin tanto sufrimiento… Demostrar con la experiencia vivida en aquel octubre de silencio que nuestras vidas merecían otra forma de ver las cosas… Pero me encontré el conato de lo que luego se convertiría en un naufragio que no esperaba…
Viéndolo con la perspectiva del tiempo, quizás todo había conducido a eso lentamente, pero yo era un ciego loco… El capitán de ese barco que quiere ser el último en abandonarlo… Y a día de hoy sigo embarcado en él… Hundido en las profundidades pero saludando desde la cubierta… Con las esperanzas puestas en que un cambio es posible, cuando en el casco tiene un agujero del tamaño de mi cabezonería…
Recuerdo que a los pocos días se anunció que Arcade Fire venían de concierto a Barcelona y en una de las últimas llamadas C. me dijo que tenía que estar contento por ello, pero yo no podía pensar en eso teniendo el agua entrando por todas partes… También tocó la ceremonia de recogida del diploma de la carrera y ese fue uno de los primeros momentos en los que el abismo se vio aún más profundo. Porque no me había planteado ir sin otra persona que no fuera ella, y ahora ya no la tenía… Tuve que acudir a mi padre, con quien por aquel entonces aún seguía en guerra… Y la verdad es que recoger el diploma ante él, sé que fue uno de los momentos más importantes de su vida, y también de la mía… Fue una de las pocas veces en que vi a mi padre emocionado, escuchando que hablaban de lo aplicado que había sido su hijo durante los estudios de manos de otros compañeros. Me pidió que posara con el birrete para hacerme una foto y, aún a día de hoy, esa foto es con la que aparezco como contacto en su móvil…
Nuestras vidas ya no son las mismas (y hablo por mí, aunque seguramente la suya también ha cambiado radicalmente)… Nos habrán pasado muchas cosas, habremos tenido sustos importantes y alegrías… Pero hay algo ahí enquistado que sigue pidiendo a gritos que hay otras formas de mantenernos unidos, aunque no sea de la forma que fue… Yo la sigo teniendo presente en mis días… Y es una pena no poder hacer nada por retomar el contacto cuando ella se cierra en banda a hacerlo… Yo tampoco lo intento, porque sé que a ella le molestaría, pero he estado tentado a hacerlo, sobre todo desde aquella última conversación que se desquició sin sentido hasta las tantas de la madrugada… Otras formas son posibles… Desde el sosiego… Somos ya mayores… Pero hasta I. me dice que ni se me ocurra… Habrá que seguir esperando a que sea ella la que dé el paso… Y quizás espere una señal toda una vida y no llegue… Pero yo seguiré con los brazos abiertos desde las profundidades…
Hoy tengo fiesta… Esto de ser madrileño de adopción por cuestiones laborales convierte este tipo de días en algo especiales y raros… Fuera está nublado y ha llovido esta madrugada… Y yo quería aprovechar para volver a retomar esa novela que llevo tiempo teniendo en mente… La escaleta está lista, que ya es mucho, pero creo que aún le faltan por pulir algunos puntos… Va sobre alguien a quien nunca se olvida y sobre alguien que quiere ser olvidado… Esa pretende ser la dedicatoria si algún día llega a publicarse… Quiero presentarla para el premio de la UPC, si llego a tiempo. Por eso quiero retomarla ya y dedicar los meses de diciembre-enero-febrero-marzo para la escritura… No va a ser fácil, pero estoy motivado a intentarlo. A excepción de Teatime, que está escrita en una libreta desde hace años y que no creo que salga nunca, esta va a ser la primera novela como tal…
Ojalá no pasen diez años para tenerla escrita al fin… Ánimo, tú puedes… :)
How Not To Drown
En una tarde-noche como esta de hace veintiún años nacía este teatrillo… Eso me lleva a reconocer el grave error que fue no acudir el año pasado para celebrar el vigésimo aniversario… La verdad es que estas fiestas, desde hace mucho, han perdido parte de su magia para mí, y supongo que el año pasado debía estar ocupado ordenando los vinilos en las estanterías nuevas para mantenerme ocupado, o algo parecido…
Es una de las formas en las que me mantengo a flote cuando las cosas no acaban de ir todo lo bien que me gustaría… Me dedico a cualquier tarea que tenga mi mente centrada en un objetivo lo más alejado a los problemas que me tienen intranquilo… No es una técnica de escapismo, porque el problema va a seguir ahí hasta que no se le ponga solución de alguna forma, pero al menos me permite disfrutar por un momento de algo y sentirme aliviado…
En veintiún años han cambiado muchas cosas. Recuerdo aquella noche la ilusión que me hizo subir los ficheros y ver que toda la programación que había preparado en local seguía funcionando subida al servidor. En aquellos tiempos todo iba a pedales y estaba labrado en piedra; todos estos adelantos de hoy en día eran un sueño por ver realizado, y no hablemos de los móviles y lo que se puede hacer ahora con ellos. Entonces todo era artesanal, necesitaba una elaboración, como buen guiso, pero el resultado era muy gratificante…
Este aniversario se une a otro que tiene dos caras de una misma moneda, mi vida… Es el décimo aniversario de la gran caída, del final de una preciosa historia conjunta, y también de los diez años de mi primera publicación en papel… Los dos sucesos son del todo complementarios. En los tiempos de aquella primera publicación no podía olerme lo que iba a pasar, pero cuando sucedió y me rompí, uno de los consejos que recibí de MJ, mi palmera, fue que me centrara en la escritura. Que volcar mis emociones sobre papel me ayudaría a avanzar… Y creo que, junto a su trabajo como buena palmera y varios litros de lágrimas derramados por mi parte en las sesiones, la cosa funcionó… Y de esa carrerilla al punto en el que me encuentro hoy, he podido vivir momentos maravillosos gracias a la escritura, y espero tener muchos más por experimentar… No me puedo quejar en absoluto: de empezar publicando en libros de un grupo de escritores aficionados de pueblo y en editoriales que estaban más preocupados en que publicaras con ellos pagando, he llegado a publicar en alguna de las editoriales más chulas (entre las pequeñas), viajar y presentar charlas en varios eventos, conocer a compañer@s de escritura con l@s que compartir experiencias y que me valoran (algo que es importante, se quiera o no), y a participar en antologías junto a escritor@s de primera línea (como la que llegará el mes que viene y que es todo un premio)…
Claro que diez años dan para mucho, y podría haber conseguido más cosas, ganar grandes premios y hacerme un nombre… Pero este tiempo también me ha hecho más sabio, y he aprendido lo que quiero y lo que no… Y, por supuesto, no quiero ser un esclavo de las redes sociales ni de los grupos falsos, algo que juega en contra de mi popularidad y de una golosa lluvia de palmaditas en la espalda e invitaciones en proyectos… Yo no juego en esa división. Me gusta conseguir las cosas por méritos propios, no por caer simpático a ciertos colectivos o pandillas de escritores. En ese sentido, sigo siendo un náufrago, pero un náufrago feliz… Ilusionado con las nuevas travesías que quiero emprender este año…
Los planes son esas cosas que uno tiene rondando en la cabeza durante mucho tiempo y que en muchas ocasiones se acaban fastidiando, pero eso no es excusa para no intentarlos una tras otra vez… Por eso, ya es hora de escribir esa dichosa novela para presentarla a algún concurso donde la valoren objetivamente y no por quién pueda ser… También de montar la web de autor de una vez, con la ayuda de I., que menos mal que se ofrece a echarme una mano, o si no sería incapaz hoy en día, con lo que ha cambiado todo esto… Y de recuperar mi radio, ahora que la tecnología hace mucho más factible que pueda llevarla a cabo y que me he comprado un artilugio mágico para montarla en condiciones… Solo es cuestión de tiempo, como todo… Espero que el día a día no termine con ellos y que al menos alguno de los muchos que tengo en mente vea la luz…
El 2022 fue un año de encallar en islotes… Fue una pena que cerrara la empresa donde me reconvertí en lo profesional y en la que dejé buenos compañeros… Pero después de la incertidumbre que eso genera y de unas cuantas semanas de insomnio, no me puedo quejar… La nueva empresa supone un reto constante y un aprendizaje que nunca acaba, y eso es muy importante para mí. Es una de las conclusiones de la anterior etapa: hay que seguir en constante evolución, y no acomodarse por muy bien que te encuentres en un sitio… Vivimos tiempos cambiantes, hay que saber adaptarse… Y en eso ando… Capeando el desconocimiento con ganas y con fe… Y, de momento, ese cocktail parece estar funcionando… Y sigo adelante…
¿Dónde me lleva toda esta parrafada? Me devuelve a estas tablas donde se respiran aires de nostalgia de la bonita… De la ilusión que tenía en una noche como esta de hace veintiún años cuando, con un ordenador cortito y una conexión con hilos, me imaginaba tener mi propio hogar en una nube… Y es algo que conseguí… Y me trajo muchas otras alegrías…
Ojalá, veintiún años después, vuelvan esas sorpresas… Por mi parte, mantendré la ilusión y la esperanza…
Sometimes you can’t make it on your own
Debería estar escribiendo un relato que tengo comprometido y que estoy procrastinando demasiado… Pero últimamente no tengo la cabeza para muchas cosas… Imagino que es porque se ha juntado todo eso que está rondando en estos días alocados que estoy viviendo, y la incertidumbre no me deja centrarme realmente en lo importante, respirar y esperar a ver cómo evoluciona todo… Estoy seguro de que esta función va a ser de lo más caótica y que cuando baje del escenario, ni yo mismo sabré por qué he subido. Pero hoy he tenido la necesidad de vaciar mi mente, y este siempre ha sido el lugar para hacerlo. Un teatrillo que una vez tuvo un respetable público, pero que hoy vive en la penumbra y solo resucita en contadas ocasiones.
Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que subí aquí, que hasta me han cambiado las tablas y las vigas de las bambalinas pero, si algo he aprendido -y me temo que tendré que seguir aplicando-, es que el cambio está siempre ahí, a la vuelta de la esquina, al acecho para asaltarte cuando ya te habías acostumbrado a una realidad que te parecía cercana a la felicidad…
El otro día celebramos el cumpleaños de mi padre… Mi yo de hace años no se creería que acudiera a una comida con la gente con la que me tuve que reunir, pero así son las cosas… Ha cumplido 74, una cifra que a él no le debe quita el sueño, pero que a mí empieza a preocuparme… Por suerte, su salud es de hierro, pero últimamente me ha atravesado la mente que algún día va a faltar… Y que, cuando eso pase, mi hermano y yo vamos a quedarnos solos para siempre… Yo, si el futuro no cambia, no podré tener hijos… Y mi hermano, por lo que parece, no lo ha conseguido… Así que nos tendremos el uno para el otro hasta el final de nuestros días como el único vínculo de sangre de nuestra familia… Y me entristece que esto vaya a ser así… Pero no hay nada que pueda hacer al respecto… Solo mentalizarme de que ese tipo de final es el que se acerca poco a poco… ¿A quién voy a dejar mi legado? ¿Quién sabrá valorar mi colección de vinilos como se merece? ¿Quién me recordará cuando ya no esté?
El que parece que ha recibido una maldición gitana soy yo… Desde lo del esguince de Todos los Santos parece que no levanto cabeza… Ni siquiera el tobillo se ha recuperado del todo y ya creo que me va a quedar esa secuela para siempre… Pero si eso no era suficiente, esos dolores raros que me vienen me tienen algo intranquilo. No se lo cuento a nadie para no contagiarles, pero cuando notas que algo es diferente a lo que has experimentado hasta ahora, te asustas… Todavía queda medio mes para acabar con las pruebas y ver qué narices pasa… Lo que sé es que soy buen paciente, y que pienso obedecer todo lo que me digan los médicos para recuperar lo que he perdido… Por lo pronto, la aplicación para beber agua me está ayudando mucho… Me parece increíble que, bebiendo toda el agua que ya bebía antes a diario, ahora tenga que beber aún más… Por suerte, al menos en eso estoy mejorando… 3 litros al día me parecen una odisea, pero estoy en ello… Pronto voy a poder chapotear en mí mismo…
La última broma ha sido la cuestión laboral. Hasta hoy he vivido una época dorada… De mucho aprendizaje y buen ambiente, de vislumbrar un futuro que me planteé cuando me rompí hace casi 10 años (10 años, madre mía) y de una tranquilidad que debo agradecer a mis jefes por todo lo que nos ofrecieron, incluso cuando acabó la pandemia… Pero, por desgracia, esa misma pandemia ha resquebrajado esa torre de marfil que estábamos construyendo entre tod@s… Y, aunque la situación es peliaguda, realmente no es el miedo lo que me invade en estos momentos, sino la incertidumbre… El volver a empezar en otro sitio y saber si voy a encajar, si seré capaz de cumplir con lo que se espera de mí, si este no será otro inicio por el que algún día subiré de nuevo aquí para contar un final abrupto de mi aventura en ese nuevo destino… La edad te hace buscar la estabilidad, y estos terremotos a los que la vida te somete no son precisamente ese tren al que quieres subir… Pero, como decía al principio, el viaje en este tren no te asegura que la locomotora pegue algún frenazo y te estampes con el asiento de delante… Y en eso estamos…
Por si todo eso no hubiera sido suficiente para traerme aquí a volcarme en estas tablas, esta mañana, cuando volvía de hacer la compra de la semana en el coche, he escuchado a Patrick Watson en la radio…
El día ha tenido otras formas de traerme de nuevo a C. Nunca se va, realmente. Siempre está ahí. Más de lo que ella debe imaginar. Pero hay días en que las cosas se retuercen hasta extremos infinitos para insistir en ello…
Por la mañana me había propuesto limpiar de una vez las butacas del Ikea que compramos cuando volvimos de Granada, aquellas que tanto nos gustaron en aquel retiro forzado que me pilló en condiciones parecidas a las de ahora… Todo fue porque vi un remedio para blanquear telas en Google Now mediante el percarbonato de sodio que venden en el Mercadona… Y al llegar y dejar la compra, me he puesto con un trapo y esos polvos disueltos en agua caliente a frotar una de las butacas, pero la verdad es que no ha dado buen resultado… La tela ha quedado áspera y las manchas amarillentas de la tela que se han quedado impregnadas durante todos estos años, no han salido… Por la tarde me he armado de valor y he desmontado una de ellas para sacar las fundas y probar en la lavadora… De rebote, me ha hecho gracia comprobar que, cuando las montamos, habíamos confundido dos tornillos, y habíamos metido un tornillo corto en lugar de uno largo en uno de los travesaños… Un error que ha estado allí todos estos años y que, con la suerte que estoy teniendo últimamente, me sorprende que no haya acabado conmigo en el suelo…
Me temo que meterla en la lavadora tampoco ha funcionado de todo… Aunque he acertado en poner el percarbonato y el jabón en los cajones correctos de la lavadora… Supongo que nunca se me dio bien la Química… Ni las químicas, por lo visto, si se me permite el chiste fácil… Mañana por la mañana intentaré poner la funda de la otra butaca con más percarbonato… A ver qué pasa…
Después del fracaso, en algún momento de la tarde, me ha aparecido un avisado de que su madre acababa de instalarse Telegram… ¿No os parece una broma? Primero que acudiera a mi mente lo de blanquear unas butacas que llevan siglos en ese estado, luego Patrick Watson, y finalmente eso…
No es la primera vez ni será la última que he estado tentado a escribirle a ella directamente o a alguien que pudiera decirme, al menos, si todos en su familia se encuentran bien y no han sufrido ningún percance de salud… Pero sé que eso solo haría que acrecentar la cólera que siente por mí, y por eso tengo que acabar tragándome mis aspiraciones y guardando la esperanza de que algún día caiga ese telón que me tiene castigado… Sinceramente, no creo merecerme este sufrimiento, y supongo que ella debe estar disfrutando de una victoria en una guerra que nunca ha existido… Pero de nada sirve mantener las puertas abiertas para dar un abrazo… Y mis días se limitan a preguntarme una y otra vez «¿qué hago?», «¿qué puedo hacer para cambiar esto?»… Y como cualquier solución que se me ocurre pasa por algo que supongo que la importunaría, al final todo queda en esa misma ciénaga por la que transita nuestras vidas… Un tiempo perdido que algún día me arrepentiré de haber dejado que creciera tan desproporcionadamente como lo hace… Son casi 10 años sin ella… Casi el mismo tiempo que vivimos nuestra historia… Y yo la sigo echando de menos, no solo para recibir sus consejos con el dichoso percarbonato…
No son buenos momentos… Sé que lo que siento no es depresión porque la viví aquella vez y no, no es eso… Quizás sea un poco de apatía… Y miedo por esas turbulencias que veo cerca… En estos momentos de flojera emocional prefiero no contar nada a nadie para no preocuparles. Por eso he creído que volver a esta pequeña casa de mi mente quizás me ayudaría a ganarme un pequeño respiro. Para reponer fuerzas también me acuerdo mucho de la fortaleza de mi abuela, que en tiempos de hambre, se recorrió el centro del país con sus hermanos, mendigando con una especie de circo ambulante en el que mi tío abuelo Manolo tocaba la trompeta…
Yo, salvando las distancias de lo que fueron aquellas terribles fechas que les tocaron vivir a ellos, hago algo parecido… Algo que realmente siempre he hecho: refugiarme en la música y esperar que pase el temporal… Un océano… Soy un océano… Soy lo que mi mantra canta…
So real
Acabo de soñar con C… Ha sido tan real… Yo estaba en mi antiguo piso y tenía que ir a hacer un examen (típico sueño de no haber acabado la carrera aún). Mi madre y mi abuela también estaban. Les decía que iría andando y que me llevaba unas galletas… Bajaba por las escaleras y me encontraba con gente con trajes EPI analizando el virus. Uno de ellos me decía que había unos individuos que les estaban molestando en su trabajo y yo me daba cuenta de que algunos tenían manchas de huevo en los trajes. Les decía que llamaran a la policía y él me contaba que tenía que llamar un propietario, pero yo tenía un examen y no me podía entretener… Al bajar me encontraba a los gamberretes negacionistas, pero no me hacían nada…
La escalera del piso se convertía misteriosamente en una escalinata ancha y exterior y había mucha gente sentada en ella, como si estuvieran esperando a poder subir al piso. Y al bajar los últimos escalones la veía, pero no estaba seguro de que fuera ella. Me ha pasado otras veces, en otros sueños o en la vida real cuando me he encontrado a alguien que se le parecía…
El cruce de miradas ha sido largo hasta que ella ha dicho «hola, sí soy yo…» y entonces se ha levantado y ha venido hacia mí. Me ha abrazado y yo me he puesto a llorar. Y de repente he pegado un salto en la cama y he despertado.
Me ha dado mucha rabia salir del sueño. Quería preguntarle tantas cosas… Y he intentado volver a dormir inmediatamente. Y lo he conseguido!!! Pero he vuelto al piso con mi madre, para decirle que no iba al examen porque no había podido estudiar antes de presentarme, cuando en realidad era por la impresión que me había causado el reencuentro… Y al ver que ha no he aparecido con ella, me he despertado…
Estoy escribiendo esto aún desde la cama, con la emoción del momento y torpemente con el móvil… A las 7:15 de un sábado no se puede pedir mucho… Cuando me he despertado no sabía ni en qué día estaba… Ha sido ya mucho conseguir esto, pero quería recordarlo para siempre… Otra vez, cara a cara… Ha sido tan real…
Don’t Give Up
Van a ser días duros… Pero yo, al menos, he empezado el de hoy de la mejor de las formas… Al fin… No hay que rendirse…
Ship to Wreck
Aquí vuelvo… Resucitando fantasmas…
Mi amiga G. me ha escrito esta tarde para decirme que S. la ha dejado… Ya la semana pasada me contó que las cosas no iban bien… Y mañana he quedado para comer con mi amiga A. porque está en una situación parecida… En este caso, algo que lleva repitiéndose desde hace más de un año… Patrones que se superponen… A G. ya la han bloqueado en todas las redes sociales… A. lleva días con las pastillas para poder dormir… Cosas por las que he pasado y que no han hecho más que avivar mi propia historia…
Parece que estemos condenados a repetir las mismas cosas una y otra vez… Nos empeñamos en destrozar unas preciosas naves que echamos al mar con mil ilusiones… Pero las tormentas acaban por despedazarlo todo y ni en el peor de los naufragios somos capaces de tener algo de humanidad y de respeto por lo vivido juntos… Parece que no haya otra forma de acabar una historia que a malas… Y me parece una pena…
¿Construimos nuestros barcos para estrellarlos? ¿Todo lo compartido fue una pérdida de tiempo? Yo nunca he creído eso… A pesar de las peleas y de todo lo malo, siempre creo que hay que valorar los momentos que te hacían estar junto a aquella persona y agradecer todo lo vivido en su compañía… Pero en la mayoría de ocasiones se tiende a todo lo contrario… A montar los cañones y a empezar una guerra absurda que no lleva a ninguna parte… A morir ahogados en nuestras propias lágrimas… Porque en estas situaciones se llora mucho… Yo lo hice…
Es tan difícil manejar estas cosas que uno no sabe qué hacer cuando hay personas a las que aprecias y que pasan por estas circunstancias… El único consejo que soy capaz de dar es «acabad bien»… Y me da pena que yo mismo, por lo que parece hasta ahora, no haya sido capaz de conseguirlo… Quizás sea por eso por lo que de vez en cuando pienso en cómo podría darle la vuelta a este silencio para poder tener una relación cordial… En si lanzar botellas al mar podría cambiar de alguna forma este mutismo absurdo en el que llevamos sumergidos todo este tiempo, condenados a ni siquiera poder felicitar las fiestas…
El único tiempo perdido no es el que vivimos juntos… El único tiempo perdido es todo este que estamos pasando sin poder desearnos ni los buenos días… Y cuando los años se conviertan en décadas, quizás lo echemos de menos…
Reconozco que es algo que me viene persiguiendo desde hace mucho tiempo… Es esa espinita clavada que no consigo quitarme y que vuelve a mi mente cada dos por tres… Y es una pena no saber qué hacer para salir a flote sin que nadie se sienta atacado y sin meter la pata… El perfecto campo de minas… Pero algún día hay que dar un paso si se quiere cambiar…
Necesitaba dejar esta parte de mí aquí para darle aliento a este espacio que, aunque lo parezca, no está muerto… Quizás haya sido por todos los recuerdos desenterrados por lo de estos días… O porque Facebook me haya recordado que hace cinco años que se me rompió aquella batidora con la que hacía mis primeros hummus… O porque hoy actuaba Patrick Watson en Barcelona…
Pero en toda esta oscuridad siempre se puede apreciar algo de luz… La primera vez que pude ver a Florence en directo fue uno de los conciertos más bonitos a los que asistí el año pasado, y la energía que desprende esta chica es capaz de acabar con las tinieblas… No podía elegir mejor compañera para entrar de nuevo en este viejo teatrillo… :)
Magic carpet ride
Estos días por estas tierras me despierto justo cuando la otra parte del mundo se acaba de ir a dormir con esta canción… Con mucha ilusión y con mil calles por caminar… Hay tanto mundo por recorrer… Y aunque casi acabo de empezar el viaje, estoy seguro de que volveré aquí en un futuro…
No hay lluvia eternamente, y siempre hay paraguas que te ayudan a seguir dando pasos…

https://youtu.be/JrOjRYfvKo0
No surprises
– Parece una broma… Dos años sin escribir y justo algo de lo que puse anoche ha pasado hace un momento… Aunque no haya dormido mucho y me haya tocado venir a trabajar, el día ha mejorado considerablemente… ¿A quién no le gustan las sorpresas? :)