Henry Lee
-Y al fin he caído… Ha sido una racha de lo más duradera, así que no puedo quejarme…
[El actor principal saca un rollo de papel y se suena la nariz de forma algo escandalosa…]
-Lo siento… Pasar dos años sin coger un resfriado se me antojaba un prodigioso milagro. Pero al final las alas de Ícaro se han reblandecido y he pasado unos días algo moqueantes. Me ahorraré los detalles. Aun así, estoy agradecido de que mi cuerpo me haya permitido alcanzar esta marca y también porque los efectos no han sido tan graves como otras veces. Seguramente el estar en forma ayuda mucho y estoy muy contento por ello. Da sentido a todos esos madrugones con el frío… A veces me hace gracia imaginarme a mí mismo como Rocky en su entrenamiento antes del combate con Apollo Creed… Envuelto en capas de ropa para aislarte de la gélida mañana, cuando aún no ha salido el sol, y luego sudando los siete mares durante el camino de vuelta… Pronto llegaré a los 1000 kilómetros t me he prometido una celebración como merece esa cifra… :)
Estas noches de reclusión obligada las he dedicado a sumergirme en la meditación y los libros… En estas dos disciplinas he encontrado el calor que he echado en falta y han mitigado en cierta forma los efectos del virus… La verdad es que meditar con la nariz tapada es algo incómodo, pero aun así he buscado la mejor forma de sobrellevar el inconveniente y seguir aprendiendo… Estoy muy agradecido por todo lo que me aporta este mundo y doy gracias a mi chamana por haberme ayudado a profundizar en él… Algún día quiero llegar a conseguir que forme parte de mi proceso creativo, como hace David Lynch… Pero de momento sólo soy un pequeño pez payaso, nada de dorado, y sigo aprendiendo día a día… Hace sólo un rato he experimentado con una meditación que tomaba como origen tu corazón para llevarte a tu conexión con el Universo que me ha encantado… Quiero más… :)
En cuanto a mi idilio con los libros, poco puedo decir… Hemos pasado épocas de absoluta indiferencia, cosa de la que me arrepiento, pero también de auténtica pasión… Este año me he propuesto leer mucho más y de momento no he podido empezar mejor. Acabé el libro que arrastré todo el año pasado y ahora empiezo uno nuevo en el que tengo muchas ganas de perderme… Estoy seguro de que, además de transportarme a otros mundos, me ayudará a seguir mejorando como escritor… Por lo pronto, estas noches toca pasar un poco de miedo…
Ayer estuve viendo un documental sobre la grabación del Murder Ballads de Nick Cave & The Bad Seeds y tuve que maravillarme de nuevo con ese disco que consta de canciones donde los asesinatos, tratados de formas de lo más variopintas (aparecen 64 muertos en las letras, según comentaban), son el tema principal. Pero en especial, me volví a rendir con el videoclip de Henry Lee. Por su sencillez, por la complicidad de los dos cantantes, por la belleza de sus gestos, esa danza extraña que mezcla vida y muerte, por el amor que desprenden, por sus miradas, sus caricias, sus besos, por el viento que sopla… Y no he podido evitar echar de menos a alguien… Porque los abrazos y los besos, tanto si están a unas calles de distancia como en el mismo Madrid, a cientos de kilómetros en tren, siempre se echan de menos…
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