Tuna in the Brine
-Cuando llegué a la casa, después de un día agotador, tuve cierto temor por lo que podría encontrarme. También estaba preocupado porque mis compañeros de viaje hubieran llegado a sus destinos bien. Realmente, el que tenía el camino más complicado era yo, pero me armé de valor y pasé por todas aquellas calles desconocidas en busca de Millie. El frío nos había sorprendido ya al bajar del avión, y empezaba a anochecer, cosa que no me gustaba demasiado si estás intentando localizar un sitio que no conoces en tierra extraña… Como decía mi madre, «de noche, todos los gatos son pardos», y nunca sabes lo que te puedes encontrar…
Al llegar al 125, llamé al timbre, pero nada sucedió… Un segundo intento y tampoco, ni siquiera parecía funcionar… Dentro se oía ruido de cacharros de cocina y un gato maullando… Entonces llamé con los nudillos a la puerta… Y se encendió una luz… Y apareció ella con su sonrisa deslumbrante y un camisón púrpura… Me pidió perdón porque el timbre llevaba días sin funcionar y me dijo que no había escuchado ningún coche llegar… Se extrañó cuando le dije que había llegado andando… :)
Desde el primer momento me acogió como alguien de la familia… No como un inquilino que iba a estar allí dos semanas… Me enseñó la casa y mi habitación, y me presentó al resto de los que vivían con ella, incluyendo a Pinkhe su gato… El que me acompañó mientras desayunaba el resto de los días, subiendo por la nevera y arañando los cojines de las sillas de la cocina con sus garritas…
Luego pasamos hasta casi la medianoche hablando de lo divino y de lo humano… Desde el nivel de inglés que tenía hasta que en esa casa todo el mundo estaba perdiendo peso, aunque todos adoraban la comida jamaicana que Millie les preparaba… Hablamos de horóscopos, del transporte a la academia, de su música… Y fue inevitable que llegara una de esas preguntas dolorosas… Si tenía pareja… Cuando le expliqué el caso, vi que empezaba a poner caras extrañas de sorpresa, hasta que llegué al final de la historia y ella me dijo una frase que me recorrió con un escalofrío el cuerpo… «Parece que Dios te ha traído aquí para que yo te explique muchas cosas…» Sé que ella tenía convicciones religiosas y que cantaba espirituales, por lo que pude investigar en Internet antes de llegar… Pero creo que aquello iba más allá de sus creencias… Parecía que realmente el destino me había llevado allí para aprender… Y es cierto que me contó muchas cosas… Y entendí muchas otras… Fue una noche que no sé si podré olvidar algún día…
Durante esos días no pude relacionarme mucho con ella, y es algo que me pesa… Me hubiera encantado seguir aprendiendo de una persona tan sabia… Pero mis días empezaban muy temprano y acababan muy tarde… El autobús se convirtió en mi amigo, y los metros en mis máquinas del tiempo… Aunque parezca soberbio por mi parte, durante esos días llegué a dominar esa gran ciudad… Sabía en cada momento cómo llegar a todas partes y no me asustaba recorrer todo aquello sin otra ayuda que los planos de metro y mi orientación… Fue una experiencia muy enriquecedora…
También hubo momentos difíciles… Pasó el 14 y en muestra del respeto profundo que siento, me pareció bonito que ese día las fotografías fueran en blanco y negro… Diez años atrás, todo fueron colores y fuegos artificiales… Fue muy hermoso… Algo que nunca podré olvidar y una fecha que venero como pocas…
El día de la despedida tuve una nueva charla con Millie… Entre otras cosas le ayudé a urdir una trama falsa para hacerles creer a sus compañeros de trabajo que había estado en Barcelona ese fin de semana y que por ese motivo no podía asistir a una cena a la que le invitaron… Era gracioso verla escribir «Paseo di grafia» o «Little Barcelona» para recordar La Barceloneta… Le prometí que si volvía le haría una visita, y le pedí una foto para recordar todo aquello que había aprendido durante nuestras conversaciones… Se puso muy alborotada intentando arreglarse el pelo en el espejo del pasillo, pero no creo que a esas horas de la mañana hubiera conseguido mejorar su aspecto, como el de mi cara de sueño… Pero eso no importa… La energía que trasmitía Millie nunca sería posible que quedara plasmada en una fotografía…
Dicen que cuando vuelves de un viaje, lo haces transformado… Yo he ido mutando durante todo este tiempo, pero estos días en aquellas tierras han sido muy importantes… Me he sentido vivo… Con ganas de aprender y de moverme sin barreras… Sin esos miedos que atan… Con la sensación de que quizás el desierto sea más pequeño de lo que creo…
«The light in my darkest hour is fear
denies me of anything good so
don’t lose your heart you’ll need it…»
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