Desaparecer

abril 3rd, 2015

-Desde que empezó a rondar la idea en mi mente, supe que debía hacerlo… Aunque fuera «arriesgado» para mí… Suponía otro reto de los que me estoy interponiendo para vencer a mi propio yo, y era evidente que para seguir mi evolución debía hacerlo…

En los últimos años, la Semana Santa siempre había sido tiempo de maletas y reencuentros, hasta que el año pasado se truncó aquella racha de kilómetros y aviones… En éste, todas las personas que llenan mi día a día tenían previsto desaparecer: I. volará a Nueva York de nuevo, aunque esta vez no va a estar solo cuando llegue allí… :) S. ha ido en busca de un número… Aún no lo ha encontrado, pero le quedan varios días para hacerlo… Aunque, por el camino y en medio de las montañas que le rodean, cree haber encontrado el mío, y es cierto que podría ser ese… Estoy deseando que vuelva para que me enseñe lo que ha aprendido y ofrecerme como su conejillo de indias… Soy afortunado, no me canso de decirlo… He aprendido tanto sobre mí junto a ella…
Mi hermano y L. han salido esta madrugada hacia el sur… Yo también estaba invitado… Pero sabía que ahora no era el sitio donde quería volver… Recorrer de nuevo las calles de Granada y pasar de largo por la ciudad de las playas de arena oscura, hacia una casa que no he pisado hasta ahora, no era lo que mi cuerpo me pedía… S. me ha enseñado bien, y dejé que las emociones me llevaran hacia donde realmente quería ir…

La primera alternativa que surgió era la más conformista… La que hubiera elegido en otros tiempos con los ojos cerrados… Quedarme en casa, esperando a que todos volvieran sanos y salvos… Como haría ese protector del que quiero huir poco a poco… Pero enseguida me quité ese letargo que me hubiera sepultado en días de silencio entre cuatro paredes… No podía quedarme aquí… Y aunque viajar solo no era precisamente lo que más me atraía, porque los anteriores viajes dejaron el listón muy alto, también tenía claro que era (a pequeña escala) el tipo de experiencia que estuve a punto de hacer a principios de año… Quizás fue esa inercia, la que me movió hace unas semanas a dar alas a esta idea loca… Y el momento está a punto de llegar…

Los viajes tienen ese componente de transformación que ansío recuperar… Ya pasó el año pasado cuando fuimos a Londres… Recorrer calles desconocidas y volver de ellas me hizo más fuerte… Y eso es precisamente lo que quiero repetir… Ser ese nómada en el que me estoy convirtiendo, pero esta vez apartándolo de lo laboral… Un viajero como en los viejos tiempos… Un aventurero… :)
Esta tarde empiezo a preparar la maleta… Ni siquiera sé exactamente cómo van a ir estos días ni si voy a contar con alguien allí… Sólo sé que me espera la señora Wurst, de 82 años, y que voy a vivir en su casa durante una semana… Ahora tengo que imprimir los billetes… Buscar en mapas… Mirar la agenda de eventos durante esos días… Buscar alguna librería donde vendan plumas bonitas para seguir con mi tradición… Encontrar ese estudio de grabación que me encantaría visitar… Dejar los nervios en un cajón y abrazar lo que el viaje depare con ilusión… Y en cuatro días, desaparecer…


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