Everything’s not lost
-El miércoles pasado, mientras asistía a la presentación de El Mapa del Caos de Félix J. Palma en Gigamesh, sentí miedo… Miedo a fracasar… A que por mucho que me esfuerce, nunca pueda llegar algún día al nivel de ese que se sentaba en la mesa junto a Care Santos… Intenté visualizarme allí, presentando el trabajo de meses de quebraderos de cabeza en algún punto de mi futuro, y fui incapaz…
Cuando el año pasado me propuse darme una última oportunidad en la escritura, nunca hubiera imaginado que llegaría al punto en el que estoy, con tantos relatos publicados en libros de tirada nacional y con jurados de lo más variopintos. Pero ese mismo que ahora se maravilla de lo recorrido es el que siente que quizás no podrá alcanzar nada más allá…
Quizás sea porque atravieso un pequeño bache en la novela, o que veo que el tiempo se acaba y puede que no pueda completarla en estos dos meses que nos quedan (aunque confío en adoptar el ritmo del NaNoWriMo durante noviembre y sé que lo conseguiré), o porque creía que había perdido mi pluma la semana pasada (aunque finalmente la he recuperado de nuevo), o por la incertidumbre que planea sobre futuros resultados de convocatorias, una de las cuales me hace especial ilusión siendo además las últimas a las que me presento durante un tiempo… O puede que porque llevaba un tiempo sintiéndome más suerte, y quizás no sea así del todo… Quizás sigo siendo yo mismo, con un cuerpo algo cambiado y una mente más despierta, pero con mi misma esencia…
Cuando construyes, a veces te asaltan las dudas. Te pierdes. Tienes miedo y no sabes si el camino que estás tomando va a llevarte hacia el Castillo del Rey de los Goblins o hacia el Pantano del Hedor Eterno… Y en ese punto es en el que me encuentro, y no sólo en cuanto a la escritura… Me estoy reconstruyendo después del terremoto, y ahora me asaltan las dudas…
Durante estos meses he avanzado mucho… He intentado dejar atrás varios fantasmas y he movido gran parte de lo que soy para caminar hacia adelante… También me he caído alguna vez y he tenido desilusiones con algunos de los que deberían ser mis referentes… Pero eso no me ha impedido seguir queriendo llegar al final de este desierto… Y creo que ha llegado el momento de dar otro golpe de timón y virar hacia lo que realmente quiero… Hay ciertos asuntos que no pueden esperar más tiempo en ese limbo de indecisión… Siento la necesidad de construirme un futuro en el que me sienta a gusto, en el que pueda sentirme seguro… Empezando por mi entorno y siguiendo por mis ilusiones… Para tener en la mirada el mismo brillo que tenía este día que recoge la foto que me regalaron mi hermano y su novia el sábado… :)
Pero para alguien que siempre ha sido demasiado previsor, que lleva tres paquetes de kleenex en la bolsa (me he dado cuenta hoy) y que cuando está fuera suele llevar galletas en su mochila por si las moscas, la improvisación no es una opción. Y la planificación que lleve a un error es ese gran miedo que me embarga, como cuando escribo una historia y desconozco si al final se va a entender…
Por eso tengo que concienciarme de que se me permite equivocarme… Que todos lo hacemos; que ya lo he hecho en el pasado… Que el error tiene ese componente didáctico que te hace crecer en el momento en que se produce, como lo hace la muerte y las ausencias… Así que a partir de hoy, voy a empezar a equivocarme… Tomar decisiones sin intentar pensar tanto en las repercusiones… Porque eso querrá decir que me estoy moviendo de nuevo, aunque no tenga claro del todo hacia dónde… Pero por suerte, ahora que nadie me acompaña en el viaje, mis errores serán sólo míos, y las repercusiones (sean buenas o malas) sólo me afectarán a mí, con lo que en cierta forma me siento descargado de la presión de acertar o no…
Y esas dudas que ahora rondan por mi cabeza, estoy seguro de que se van a convertir en el espolón que me haga emprender con más fuerza cada una de mis decisiones… Tengo esperanzas en mi futuro y sé que con un poco de esfuerzo y algo de confianza puedo conseguir todo lo que me proponga…
Así que esta noche estoy contando mis demonios… Pero mañana seguiré cantando… Y empezaré a mover fichas en esta partida que empieza… Tengo muchas ilusiones puestas en lo que pueda venir… Y cierto miedo que se desvanecerá poco a poco, como la bruma de madrugada…
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