Comments are closed.
Red Right Hand
[En el centro del escenario, el actor principal aguarda impaciente que los últimos espectadores ocupen sus asientos… Luego da un par de pasos al frente y se dirige a los asistentes…]
– Bueno… Esto que vais a ver a continuación es algo que debería haber acabado hace unos días… Es sólo mi forma de daros las gracias a todos por haber llegado a las 5000 visitas en este teatrillo… Algunos de vosotros recordareis que no hace demasiado, se representó disarm, a play la primera obra de teatro que apareció como tal sobre este escenario (creo recordar que fue a mediados de mayo). Pues aquí tenéis una nueva representación… En este caso algo más sórdida y alocada… Más tensa y angustiosa… También más corta (y muchos se alegrarán de ello) :) En esta ocasión me he permitido la licencia de ser yo el protagonista… Y como se suele decir en estos casos “cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”… Lo digo porque la mano del cartel es la mía… pero os aseguro que no se suele teñir de rojo facilmente… :)
Así pues os dejo con la función… Espero que os agrade…

[El actor principal se retira por uno de los laterales y los focos se apagan… Poco después se oye un ligero sonido metálico… Una voz en off narra la historia…]
“casi no puede abrir la puerta… le tiemblan las manos… introduce la llave en la cerradura titubeante y la gira con un gesto dolorido… casi se resbala entre sus dedos…
[La puerta del decorado se abre y aparece el protagonista con una fina gabardina de cuero negro y el pelo mojado… la iluminación se va haciendo más intensa y va adquiriendo cierto color…]
el piso está tal como lo dejó… desordenado, sucio y apestoso… fuera empieza a amanecer, y el sol que se cuela a través de la persiana llena el salón con una luz rojiza… una luz que absorbe todo lo que toca… todo está en silencio… la calma tras la tormenta… deja las llaves sobre la mesa y al hacerlo vuelve a comprobar el dolor en su brazo derecho… es agudo, como si hubieran hurgado en él con un tenedor hasta llegar al hueso… el brazo late por sí mismo, y aunque intenta aplacar el dolor con su mano, sabe que no va a servir de mucho… se sienta en una silla sin molestarse en quitarse la gabardina… la cabeza le está a punto de estallar… un millón de abejas están revoloteando en su interior y su zumbido retumba ensordecedor… la noche ha sido larga… larga y dolorosa… las movidas de este tipo ya no son buenas a su edad… y su brazo se encarga de recordárselo, mientras su mirada se dirige a su mano derecha, teñida de sangre… la herida es profunda… y duele… quema muy adentro… es de ese tipo de heridas que no dejan de sangrar… por mucho que intentes controlarlas, el dolor se escapa como un potro desbocado… y ese veneno amargo inunda cada poro de tu ser… anoche el club era un horno… el calor era más asfixiante aún en el interior que el asqueroso bochorno que aquella noche había traído… llegaba tarde a la cita, aunque eso no era una novedad en él… por teléfono parecía tener una apariencia mucho más encantadora que en persona, pero sólo iban a ser unos minutos de jugueteo, así que no puso inconvenientes a su invitada… tomaron un par de copas y sonrió tontamente sus gracias para complacerla… aunque empezó a impacientarse al ver que ella quería beber más… salieron de ese tugurio y ella tomó su mano… la herida aún duele… las abejas aún zumban, incluso puede verlas… y todo se tiñe de rojo… el dolor es cada vez más intenso… como una punzada al corazón, que aunque no deja huella en la piel, quiebra lo que tienes dentro y lo hace añicos… había sentido otras muchas veces ese dolor… y siempre lo había aliviado de la misma forma… sería sólo un instante… unas caricias y un amor fugaz… algo que borraría de su mente la última zancadilla del destino con voz de mujer… es fuerte y sabe sobreponerse a toda tempestad… sabe orientar su velero al viento que mejor sopla… y nadie le ha negado nada nunca… así que cuando aquella mujer puso trabas a concederle sus deseos, no tuvo más remedio que coger el cuchillo que guarda en la guantera del coche… lo clavó una y otra vez, mientras una flor encarnada crecía en el pecho de su presa, cada vez con más esplendor… y su brazo derecho se retorcía de dolor con la fuerza de su acometida… el enjambre atrona en su cabeza y revolotea por todo el salón al recordarlo… y el rojo lo cubre ya todo… una y otra, y otra vez… la hoja se hundió en ese mar escarlata… y su mano se sumergió en esas aguas… el sol vuelve a lucir tras la persiana y dibuja sombras en su mano… y él las observa encandilado… y contempla el rojo que la cubre… dentro de una horas volverá a ser Malcom Robertson, el respetable director de la agencia de prensa Robertson&Wills, la más importante del país… el mismo que llegará a la oficina y hará desaparecer misteriosamente la noticia del cuerpo de una joven hallado cerca de una granja a las afueras de la ciudad para que ningún medio la dé a conocer… si Robertson&Wills no lo cuenta, nadie lo hará… hay cosas más importantes que publicar… guerras que inventar, inundaciones que cubrir, pobreza que denunciar, contaminación que criticar… luego seguirá con el papeleo de cada día, y firmará los artículos con su mano inmaculada…”
[Los focos se apagan inmediatamente… El escenario queda a oscuras y empieza a sonar Red Right Hand de Nick Cave And The Bad Seeds…]
Filed under old truths | Comentarios desactivados en Red Right Hand