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Telling Lies
[El teatrillo está vacío y casi silencioso… El telón está echado… Pero al otro lado, unas tímidas vocecillas se dejan escuchar…]
– ¿Y y yyyy cómo te llaaamas? – pregunta una de ellas tímidamente…
– Me llamo Chaim… – responde una voz varonil…
– ¿¿¿Chaim??? Pues qué nombre más raro… – replica otra de las vocecillas…
– Es que nací en un país algo lejano… Allí es un nombre bonito…
– Aaaah… – exclaman un par más al unísono…
– ¿Y cuantoz añoz tieeeenez? – insiste una voz ceceante…
– Unos cuantos ya… Cuando yo nací vosotros aún estabais en el limbo…
– ¿¿¿¿El limbo???? – pregunta una voz de niña totalmente sorprendida…
– Sí, el limbo… Un sitio que hay allí arriba en el cielo y que está lleno de agujeros… A veces por ellos caen niños como vosotros, pero con el coscorrón que os dais en la cama en la que caéis no os acordáis de nada… – responde la voz masculina…
[Los niños se quedan pensativos con esa noticia y por un momento el aluvión de preguntas cesa y reina el silencio…]
– ¿Por qué llevas el pelo largo como una señora? – le pregunta un niño algo temeroso y ocultando la mirada…
– Pues no sé… Me gusta así… A veces no hay una razón para todo… Algunas cosas pasan porque tienen que pasar… Aunque uno no quiera… Sin más… Cuando seáis mayores lo entenderéis…
– ¿¿Y las alas??
– Aish… ¿Queréis dejaros de preguntas?
A este paso no me vais a dejar empezar nunca… A ver… ¿Sabéis a qué he venido? – pregunta el invitado…
– A contar cueeeeentos… – contestan todos a la vez…
– Eso es… ¿Y quien me dice qué es un cuento? – pregunta el invitado desafiando a su reducido público…
– Es lo que te cuentan los padres para irte a dormir… – responde un valiente…
– Esa es buena, pero en realidad, buscaba una respuesta algo más retorcida… Los cuentos no son más que mentiras… Falsedades que el hombre ha creado para evadirse del día a día y volar con la imaginación a lugares que nunca ha pisado en la piel de personas que nunca llegarían a ser… ¿Cuántas veces os habéis encontrado una Caperucita Roja esperando un semáforo? ¿O a los Tres Cerditos comprando ropa en el Zara? Y sin embargo los necesitamos… Desde pequeños y aun cuando crecemos… Mantener esas historias y otras que surgen con los años hacen crecer la ilusión y nos refrescan la imaginación, algo que no debéis perder jamás…
– Pero si son mentira ya no tienen gracia… – dice una de las vocecillas – En la tele salen cosas mucho mejores…
– Ese es el error… Porque esos mundos que cuentan los cuentos se hacen realidad mientras los leéis o en el momento en que os los cuentan… Y es en vuestras cabecitas donde son realidad por un momento…
– ¿Y qué paza con el Gato con botaz o con La Bella Durmiente?, ¿desaparecerían zi noz dejaran de guztar loz cuentoz? – dice una de las voces con tono triste…
– Me temo que con el tiempo sí… Por eso he venido… Para que no os dejéis llevar por lo que os digan los mayores y continuéis creando vuestras historias… Porque esos cuentos serán los que alimentarán la imaginación de muchos otros niños como vosotros… Y aunque sean pequeñas mentiras, escucharlas es una de las cosas más apasionantes que existen… Pensad que sólo en esos casos os voy a dejar decir mentirijillas… :)
[En ese momento el diálogo se interrumpe con la sorpresiva visita del actor principal, que pasa junto a la reunión con una libreta roja en la mano…]
– Uy… ¿Qué hacéis vosotros aquí? – pregunta el protagonista asombrado por encontrar al grupito…
– Hola… Íbamos a contar cuentos… ¿Y tú? – pregunta el anfitrión de la reunión…
– Pues yo iba a recuperar mi novela… Le he prometido a alguien que tengo que acabarla y esta es la mejor hora para hacerlo…
– Me alegra escuchar eso… Así tendremos otra historia que contar pronto… – comenta la voz varonil…
– Bueeeeno… No sé yo si será pronto… Pero al menos eso intentaré… :) – replica el protagonista… – Os dejo solos entonces… Pasadlo bien… Por cierto, bonitas alas… ;)
– Muchas gracias… ¬¬ Aprovecha el tiempo y no le saques la lengua a la gente, que está muy feo… – dice la voz varonil despidiendo al protagonista mientras vuelve a dirigirse a su pequeño público – A ver… ¿Conocéis la historia de Pedro y el Lobo? A mí me la contaron cuando era pequeño… Pero aún se me ponen la piel de gallina con sólo escucharla…
– ¿¿¿Piel de gallina??? – pregunta con los ojos abiertos de par en par una niña…
[El invitado mira al cielo y suspira… Y la historia empieza… Una mentira piadosa… Un engaño mágico… Un sueño que no existe… Pero, en los tiempos que corren, qué sería de nosotros sin ellos…]