Ava Adore

diciembre 7th, 2018

– Aquí estoy otra vez… Resucitando cosas muertas… Ha pasado tanto tiempo y han ido sucediendo tantas cosas que casi había olvidado lo que se siente al volver aquí… Aunque siempre he dicho que esta será siempre mi otra casa… Una a la que siempre puedo volver para recordar lo que he vivido…

Ahora este teatrillo ya es solo mío, porque nadie, si no tenía la dirección anteriormente, puede encontrar la entrada. Es una decisión que tomé hace un tiempo, al utilizar un poco más mi twitter para las cosas de la escritura y no querer que cualquiera que me encontrara por ese motivo pudiera acceder a algo tan personal. Para eso ya tendrán mi blog de escritor, que espero tener listo algún día… El que este teatrillo quede oculto para siempre es algo que, en cierta forma, me da pena, pero que por otro lado me da más seguridad para poder expresarme libremente, sin miedo a lo que podría pensar alguien que se encontrara esto…

Hoy hace 14 años ya de lo de mi madre… Y aún me parece mentira… Y por mucho que me gusta resucitar cosas muertas, ella es lo único que no podría recuperar… Y no me acostumbro a no tenerla cerca… Aunque en el fondo sé que sigue estando conmigo y que ha ido viviendo todo lo sucedido desde que se fue… A veces me gustaría que apareciera de alguna forma… Que dejara una señal para saber que sigue ahí o para poder decirle todo lo que la echo de menos… Pero solo puedo conformarme con algún sueño de vez en cuando, en los que muchas veces vuelco mucha rabia por no poder hacer nada por salvarla… 

Seguro que, como mi abuela, se sentiría muy orgullosa de mí y de lo que he ido consiguiendo durante este tiempo… La debacle de hace cinco años fue muy dura, pero por suerte pude recuperarme y ahora, a pesar de no tener la felicidad al completo, me siento conforme con lo que tengo… Aunque soy ambicioso y querría seguir mejorando y conseguir más cosas… Ese es parte del descontento que hoy siento, puede que movido por el día que es… Y la razón por la que quería volver aquí…

Desde la última vez que vine he viajado más lejos que nunca… Lo hice a Islandia y a La India… También he aprendido a defenderme en mi nuevo trabajo, hasta el punto de estar a gusto en él… Y he publicado mis relatos en ocho libros más, uno de ellos incluso en solitario, en la editorial más importante a la que he podido acceder hasta ahora, y otro en formato audiorelato con bastante éxito… Pero no tengo suficiente… Me falta algo… Y esa es una de las cosas que en cierta forma me desespera… Porque sé que quizás nunca llegue a conseguirlo…

En este tiempo que llevo escribiendo a un nivel más profesional me he dado cuenta de que en este mundo gran parte de lo que se cuece, lo hace por amiguismos y peloteos… Y me da rabia y asco a partes iguales… Puedes ser muy original con tus ideas y escribir muy bien, pero si no le chupas el culo a una editorial o tienes una buena flota de palmeros que te aplaudan cada tweet o te reseñen tu último escrito, al final quedas diluido entre lo mediocre… Y ahí es donde creo que me encuentro yo… En un gran río (de fango) mediocre…

Sé que he mejorado mucho desde aquellos escritos del 2013, cuando ni siquiera me olía lo mucho que iba a cambiar mi vida por entonces… Y sé que aun así, tengo mucho por mejorar, cosa que me supone todo un aliciente… Todos los retos en lo literario que me he propuesto con cada concurso en el que he participado me han supuesto una buena prueba, y el conseguir un éxito en ellas me ha aportado unos momentos de felicidad que fueron vitales en ese instante para seguir respirando… Pero parte de de esa felicidad se esfuma al ver que alguien prepara una antología y que ha invitado solo a sus amiguitos para que aparezcan en ella… O que alguien se dedica a poner likes y mensajitos por doquier para dejar constancia de lo buenas personas que son y luego recibir así lo mismo cuando sacan su nuevo escrito… Seguramente, aunque éste no esté a la altura… Me parece patético… Y me fastidia que esa gente ascienda a una velocidad endiablada mientras yo sigo intentando despegarme del fango… Por eso he pensado muchas cosas… Desde dejar lo de la escritura a cambiar mi táctica y dejar las antologías de relatos a un lado… Estar en más de 20 creo que ya es suficiente… No sé aún qué voy a hacer, porque no he tomado una decisión clara… De momento, tengo que cumplir con una antología infantil a la que me han invitado (mi segunda invitación, y eso debería significar algo) y quiero acabar la novela corta que llevo arrastrando desde hace cuatro años…

Ese es otro tema que me lleva intranquilo… Me propuse empezar a ampliar el relato en el que está basada durante este mes, y aún no he escrito ni una sola línea… Porque ni siquiera tengo claro cómo voy a organizar ese texto del que parto para convertirlo en lo que debe ser, el texto más largo que haya escrito nunca (aparte del borrador de Teatime, que anda en una libreta, escrito a mano y con el último capítulo por escribir)… Le tengo mucho cariño a esa historia porque la empecé a escribir en Londres, un día que me fui a hacer la ceremonia del té solo… Encima, transcurre en La India, donde estuvimos este verano, y es en cierta forma ese tipo de señales que siempre vienen a mí para indicarme el camino a seguir… Solo necesito ponerme con ella… Encontrar el tiempo y empezar de una vez… Y ojalá consiga una historia que realmente suponga un punto de inflexión en mi carrera como escritor.

Los días se me hacen muy cortos… Paso dos horas a diario conduciendo y en el metro… Por suerte, aprovecho ese momento para leer con el Kindle (sí, ahora también vuelvo a tener un ebook por primera vez desde aquel que le regalé a C., y la verdad es que me va muy bien para hacer más soportables los trayectos y seguir aprendiendo)… Pero eso no impide que los días pasen volando y que al llegar a casa me dé tiempo a preparar el tupper y poca cosa más, porque el sueño es otro gran enemigo que me he ganado en este tiempo… Eso de levantarse a las 6:00 pasa factura a no ser que te atiborres de cafeína, y no pienso hacerlo a no ser que sea absolutamente necesario…

El caso es que hay cierta insatisfacción en todo eso, a pesar de que todo vaya bien… Quizás sea la dichosa «midlife crisis» que está empezando a llegarme… Es algo en lo que llevo pensando desde hace unos meses y que tampoco llevo del todo bien… Mi madre murió con SOLO 9 años más que yo… Y mis tíos, con los que me une una genética parecida, también murieron con edades parecidas… ¿Y si ese fuera el plazo de tiempo que me queda? ¿Cuántas cosas de las que me gustaría conseguir antes se van a quedar incompletas? ¿Cómo puedo hacer para conseguirlas antes de que sea demasiado tarde? Algo de ese miedo a que me pudiera suceder lo mismos que a ellos está ahí, latente… No había vuelto a tener miedo a morir desde aquella época hacia los 18 años, y ahora llevo unos meses volviendo a tener esas ideas, y pensando en el tiempo perdido, en los capítulos que quedarían por cerrar… En todo eso que moriría en mi cabeza…

Me acuerdo mucho de mi madre y de mi abuela… Con el tiempo he dejado de hacerlo a diario… Ahora se espacia más el recuerdo… Acuden a mí cuando hago algo en concreto que me recuerda a ellas o cuando tengo la suerte de soñar con ellas… También en las fechas, como no… Las Navidades nunca han vuelto a ser las mismas, aunque ahora haya aceptado todas las circunstancias que las envuelven en esta nueva realidad… 

También me acuerdo de C… Me da pena que no haya manera de volver a tener contacto de una forma más fluida y de todo este tiempo que estamos perdiendo. Pero por más que lo he intentado, ella sigue levantando sus muros en cuanto he querido proponerle una llamada o algo parecido. Parece que ahora es la chica más ocupada a este lado del planeta… Qué le vamos a hacer… Me costó semanas poder comentarle mi encuentro con aquella chica que se parecía tanto a su hermana, y fue con la excusa de que me felicitara por mi cumpleaños, pero al menos pude saber que todo le sigue igual de bien que el año pasado… Yo seguiré alegrándome por ella… Solo espero que algún día seamos capaces de poder vernos otra vez… No me gustaría dejar también ese capítulo abierto…

Y creo que para no haber escrito aquí en dos años, me he puesto al día de golpe… Es un día complicado y ni yo mismo tengo claro lo que siento en estos momentos… Diciembre se ha convertido en mi mes menos querido, y cuando le veo llegar, empiezo a notar las consecuencias… A veces he querido escapar de aquí y verme en un lugar diferente para no sufrirlo… Pero este año no he podido… Y me pesa… Muerde fuerte… Me contagia de esa negatividad de la que se impregnó hace años… Nunca podré olvidar el dolor de las Navidades del 2004… Ni de las del 2013… Pero intento sobrevivir a estos días como puedo… 

Es tarde y ni siquiera voy a repasar lo escrito… Es para mí y me conformo con que sea solo un borrador… Algo que me recuerde esta mezcla de satisfacción insatisfecha que tengo hoy… Y de esta tonta crisis que me está acompañando estos días… Y del miedo a que me quede poco y quede todo pendiente… Por suerte, sigo buscando refugio en mi música… Mi hermano y L. me hicieron un gran regalo con ese tocadiscos… Y aunque estos días se me ha acabado de morir uno de los altavoces que había resucitado, escuchar mis vinilos es uno de los pocos momentos que intento disfrutar en mi día a día… Si no me gana el cansancio o el sueño…

El disco para hoy estaba cantado… Siempre me recordará a mi madre…


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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