Blissed and gone

-Dejar fluir la vida… No oponer resistencia… Que sea ella la que me lleve… No intentar domar el tiempo como si de un caballo salvaje se tratara… Así es como están pasando estos días… Sin lucha… Dejando mi confianza absoluta en el futuro…

He vuelto mi mirada a lo que me rodea… Una mirada limpia y sincera… Un contador a cero… A disfrutar con poco y a admirar la belleza de las pequeñas cosas… La luz tamizada por las nubes, el aire fresco que se cuela por la rendija de la ventana, la sonrisa de una viejecilla al sentarse en el metro, el olor del bizcocho recién hecho… Al observar el milagro del agua resbalando por mi mano, la tristeza es menos triste… Al escuchar las notas del piano cuando la noche ha caído, la soledad se desvanece un poco más… Al saborear un plato recién hecho, el reconfortante abrazo de la ilusión vuelve a aparecer…

Siempre me he considerado un catalizador… Una persona que es capaz de estar al lado de quien lo necesita para animarla a conseguir lo que pretende… Hacerle mover el culo, vamos, aunque sin forzar ni obligar a nadie, claro… Y siempre he creído en construir… En buscar soluciones… Porque el mundo está ya demasiado sembrado por el poder devastador que tenemos las personas, en determinadas ocasiones, como para seguir fomentando ese camino de destrucción… Somos capaces de hacer lo mejor y lo peor… Máquinas perfectas de producir las caricias más tiernas o el dolor más amargo…
¿Por qué intentamos complicarnos la vida constantemente, en lugar de disfrutar de ella unidos? Tenemos una verdadera bendición entre las manos… Algo de lo que cada mañana deberíamos ser conscientes… Al abrir los ojos, aún en la cama, me doy cuenta de lo muy afortunado que he sido y soy, aunque las circunstancias actuales no sean las mejores y las pérdidas hayan sido más que las ganancias en las últimas semanas… Quizás me sienta algo vacío estos días, pero es fácil llenarse de nuevo con esas briznas que la vida nos pone ante los ojos… Al menos a mí me está sirviendo para no olvidar que la sonrisa es uno de los patrimonios más importantes que tenemos los seres humanos… Y lucirla es un deber al que no podemos renunciar…

El fin de semana pasado rescaté el acuario que me regaló mi madre hace infinidad de años… No había llegado a instalarlo nunca… Tenía serias dudas de que al llenarlo de agua tuviera alguna fuga, pero con un poco de limpieza y acondicionamiento ha resultado ser un acuario magnífico… Ahora desayuno cada mañana mirando como nadan mis cuatro pececillos… A veces a favor de la corriente, otras en contra de ella… Y ese es otro momento de paz en el que me doy cuenta de lo maravillosa que es la vida… De que por muchos golpes que recibes, por muy fuerte que sea la corriente en tu contra, debes seguir ofreciendo lo mejor de ti al mundo… Porque todos formamos parte de esa única entidad y lo que aporta cada uno suma a ese bien común… Somos peces nadando en un mismo mar… Sembrar odio, fomentar el rechazo, no lleva a nada más que a endurecer tu propio corazón… A mentirte a ti mismo… A negar una parte de ti cuando lo que intentas es anular al otro…

En este tiempo de silencio he pensado mucho… Siempre suelo pensar mucho, aunque esos pensamientos suelen quedarse dentro… Además, ahora me he quedado sin la persona con quien discutía acerca de estos temas, así que si no dejo mis historias sobre estas tablas, se quedarían en los pliegues de mi piel para siempre y me parece un buen ejercicio hablarlo aunque sea conmigo mismo en este teatrillo…
Buscamos la felicidad de forma desesperada… Y muchas veces, cargamos a otros con la tarea de nuestra propia prosperidad, cuando en realidad sólo depende de uno mismo… Nadie te impide bailar, reír o hacer el tonto si es lo que quieres hacer tú… Nadie es el día y la noche de nadie porque somos nuestros propios soles… Caer en esa trampa lleva a distorsionar la realidad… A crear fantasmas donde no existen…
Y aunque no hace mucho recibí un revés de ese tipo, la única verdad es que somos libres y nada ni nadie nos ata… Responsabilizar a alguien como el causante de tu infelicidad o de tu estado de ánimo es escurrir el bulto sobre tu propia realidad… Me parece una reacción mucho más madura afrontar que eso sólo ha dependido y depende de ti… Más aún si cerca ha habido personas dispuestas a compartir cualquier momento y a ayudar en cualquier situación, procurando precisamente esa felicidad que parecen haber raptado… Aunque a veces es más fácil desviar la mirada del interior y exorcizar tus propios demonios sobre otros… Quizás porque no queremos reconocer la verdad y preferimos reaccionar así antes que a la rendición de nuestros egos… «La verdad os hará libres», decían… Aunque a veces duela… A mí me ha abierto los ojos para ver que no soy ningún villano de cuento…

Éste es un mundo de locos… Y todos lo estamos en cierta forma… Necesitamos encontrarnos entre nosotros para aprender, disfrutar de nuestra existencia y enriquecernos de la experiencia… Poner en común nuestros pequeños mundos interiores y hacerlos crecer, estableciendo lazos casi mágicos entre ellos… Y apoyarnos para conseguir nuestros sueños…
Porque en eso, al fin y al cabo, consiste la vida… En hacer realidad nuestros sueños… Y son de una material tan frágil, que deben ser tratados con la delicadeza que se merecen… El amor es lo único capaz de mantenerlos flotando… Con odio, sólo se consigue quebrarlos…