«breathing underwater, and living under glass…»
-Pesa… Pesa mucho este silencio… Un peso intangible, pero una carga que en momentos determinados es capaz de eclipsar cualquier luz de ilusión que enciendes, como las velas que pongo cada mañana al despertar y cada noche al dormir… «Hoy sí», me digo… Y cada noche cuando apago la última y me tomo la infusión, me invento mil excusas por las que no ha podido ser… Y me autoimpongo que eso de que lo de la montaña y Mahoma no es aplicable en este caso… Aunque nadie sabe las montañas que sería capaz de mover si supiera que esa es la solución, únicamente por saber qué pasa y poder dormir en paz sin despertarme cada dos por tres…
Mi vida se ha llenado de silencios no buscados… Ni siquiera en mis caminatas encuentro algo aparte del rumor de las olas, que llene mis oídos… Pero ese silencio, aunque al principio asusta, es muy curativo… Porque te lleva a encontrarte a ti mismo y a plantearte la situación en la que te encuentras inmerso… ¿Por qué matar el cariño con silencio? ¿Qué objeto tiene cortar esos hilos dorados que nos han unido? ¿Por qué esa frialdad cuando siempre ha habido calor? ¿Por qué no intentar restaurar lo que se ha roto, si es que se ha roto algo?
Esta mañana he ido a la playa a darme el primer baño en muchos años… Tenía esa necesidad, necesitaba concederme ese gusto… Corría un poco de aire a esas horas pero dentro del agua se estaba bien… Mientras esperaba a que el sol levantara un poco he estado meditando y he seguido pensando en lo intrincado del camino que se me ha presentado estos días…
Siempre he sido partidario del diálogo para arreglar las cosas, porque el silencio lo único que provoca es enquistar las situaciones… Hacer la bola más grande hasta que la gangrena es inevitable… Las realidades se deforman alocadamente… Hasta que el cáncer se ha extendido tanto que es imposible recuperar los tejidos destruidos…
Es todo tan confuso… Y mientras el tiempo va pasando… Pero en estas horas tan oscuras es cuando más debe brillar uno… Y no dejar de ser quien se es y lo que tus raíces te han llevado a ser… Seguir queriendo por encima de todo y estar ahí, como siempre…
Hoy he recibido dos noticias… Una de ellas me ha sorprendido mucho… Me han escrito de la academia de Londres donde estuvimos el año pasado para decirme que mi casera, después de muchos años cediendo su vivienda, se retiraba, y que si quería podía enviarle un mensaje de agradecimiento… Por supuesto, no he tardado en contestar… Millie fue una delicia de mujer durante esos días y aprendí muchas cosas de su forma de ser… Cuando la recuerdo lo hago con una sonrisa, en nada comparable a su enorme carcajada, una demostración de su gran vitalidad… Desconozco el motivo pero cuando se haya enviado la sorpresa quiero escribirle un mail para preguntarle cómo está y qué es de su vida… Me haría mucha ilusión poder visitarla en un futuro… :)
La otra noticia ha sido totalmente inesperada… Y me gustaría poder celebrarla con quien siempre me ha ayudado en estas situaciones… La otra parte del equipo… Así que me la reservo para poder hacerlo antes de que suceda…
Bajo el agua, las cosas son diferentes… El silencio es buscado, y todo es más ligero y flota… Y las sonrisas, aun siendo sordas, brillan con un resplandor especial… «Hola… Sigo aquí… Te quiero…»
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