Hand In My Pocket
-Me he perdido la lluvia… Ahora estoy sentado en mi nueva atalaya, contemplando la calle y las luces de los coches que pasan a lo lejos… Con el cansancio acumulado de muchos días de ajetreo y nervios… Con esta pesadez con la que puedo incluso en estos momentos y que, aunque me dificulte los movimientos, no me detiene… Me sorprende a mí mismo mi propia resistencia a los vendavales…
El domingo hice una pequeña travesura… Fui al piso de mi abuela, al que pronto ya no podré acceder, y me llevé uno de sus sillones para instalarlo en mi habitación… También cogí un enorme frasco de cristal y lo llené con el café portugués que tanto nos gustaba a la familia… Llevar el sillón a casa fue toda una proeza, pero cuando lo conseguí, me senté en él y vi que había acertado… Que mis noches iban a ser más llevaderas si disfrutaba de la brisa de las noches de este verano sentado allí… Luego abrí el tarro de café y me inundó una sensación de paz indescriptible… Supe que había acertado… Y que, aunque no sé cuanto tiempo voy a seguir en estas paredes que pronto serán aún más solitarias, voy a tratar de hacerlas mías hasta que deba abandonarlas…
Veo hacia dónde van las cosas y pronto mis días van a ser muy diferentes… Más silenciosos… Voy a echar de menos las tardes de estos meses… Y no quiero que esta casa se convierta en una bonita jaula, así que tengo que idearme algo con lo que sacarle partido durante el tiempo que esté aquí… Aún estoy dando vueltas a la cabeza sobre las posibilidades, pero ese sillón ha sido una pequeña carta de intenciones…
Esta mañana sonaba esta canción en la radio del coche… Y por un momento he vuelto a aquellos días… Y me he dado cuenta de que, por muy oscuro que sea lo que tenga que venir, tengo una luz que me guía… Y al final todo va a salir bien…
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