Wake up dead man

marzo 27th, 2015

-Últimamente, cuando cae la noche, muero… Los días se me escurren entre los dedos y se derriten como la mantequilla… Y con ellos las semanas, y ya sin darme cuenta han pasado casi tres meses desde mi nueva situación… El tiempo arde… A las horas fuera de casa desde bien temprano le siguen muchas veces estar con mi gran apoyo, seguir con el curso, escribir, preparar tuppers…

Por si fuera poco, ahora tengo el nuevo vicio auto-adquirido de la repostería… Lo que me faltaba… Pero esta nueva disciplina me trae tantas satisfacciones, que merece la pena… Es muy gratificante ver lo que puedes conseguir con unos huevos y un poco de harina… Y los que se benefician de mis dulces, de momento, no se han quejado… Llegará el día en que se chamusquen los bizcochos y estas cosas caigan en el olvido… De momento, seguiré calentando el horno y haciendo que la cocina huela tan maravillosamente… Tengo ganas de bucear entre las recetas de mi madre para ver si encuentro un bizcocho con whiskey y almendras cuya receta pidió a la vecina del segundo que me encantaba… A ver si hay suerte… :)

Hoy no ha sido una excepción a uno de esos días atareados como los que os comentaba, pero incluso ha habido tiempo para una visita al teatro totalmente improvisada… No era la mejor de las obras, pero poder compartir unas sonrisas ha sido el mejor regalo para un día bastante duro…

A pesar de morir cada noche, cada mañana resucito… Y vuelvo a poner los pies en el suelo y a caminar con la confianza reencontrada de que todo irá bien… Me doy cuenta de la fortaleza que tengo para muchas cosas… De la templanza en los nervios a pesar de poder explotar si fuera más impulsivo por muchos motivos… De la calma que intento transmitir a los que están conmigo… Y me siento orgulloso de todos mis progresos… Y me alegra que los que me rodean sean capaces de percibir todo eso…

Muchas veces recuerdo a mi abuela y su extraordinaria fuerza… La echo mucho de menos… Aprendí mucho de ella… La admiraba… Su historia es la de una gran luchadora… Recuerdo que en sus últimos días, el médico nos decía que tenía un corazón muy fuerte y que eso era lo que la mantenía con vida…
Yo tengo también un corazón muy fuerte y grande… Y eso mismo es lo que me mantiene con vida… Afortunadamente la enfermedad no me ha alcanzado… Y ahora que estoy en plenas facultades no me da miedo descubrirlo con quienes me importan… Hoy leía que se puede dar sin amar pero no se puede amar sin dar… Creo que es una gran verdad para cualquiera de las muchas formas de amar que existen…

Mañana más retos… Ayudar a quien tanto me ha ayudado y con quien tanto he compartido… Otra nueva aventura que estoy convencido de que acabará con un merecido éxito, a pesar de los nervios y las tensiones…
Y luego, con la noche bien entrada, volver a disfrutar un concierto por mi mismo… Un concierto muy especial… Será mi premio por seguir navegando…

Esta noche muero… Mañana me levanto…


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