Somebody

diciembre 22nd, 2014

-Hace alrededor de un mes me sorprendió ver este vídeo de la cadena de supermercados londinense Sainsbury’s…

En él se representaba la Noche de Navidad de hace cien años, cuando, en medio de la Primera Guerra Mundial, los ejércitos británico y alemán dejaron a un lado sus diferencias y salieron de sus trincheras para compartir con el enemigo esa madrugada. La verdad es que el vídeo recrea a la perfección lo que aquellos hombres debieron sentir al ver que sus rivales alzaban las manos en son de paz y estaban dispuestos a reunirse con ellos, e incluso a jugar un partido de fútbol. La lástima es que tras esas horas de comunión, la guerra continuó, y muchos de aquellos hombres morirían en los combates posteriores, de manos de aquellos con los que habían compartido aquellos momentos…

Esta mañana, en el periódico, aparecía un artículo que hacía referencia a aquella mágica noche con una ilustración que me ha encantado… Y me ha hecho volver a pensar en estas fechas… En el sentido que tiene todo esto…

tregua

Para mí las Navidades siempre habían sido fechas felices… Eran días de reunión familiar alrededor de la chimenea… De hartarse a comer todo aquello que las mujeres de la casa, siempre excesivas, preparaban durante el día… Aquellas comilonas eran antológicas aun para mí, que no era muy amante de los mariscos que tanto atraían al resto y que no solía comer demasiado… Eran noches de cantar villancicos y de los solos de trompeta del tío Manolo… De tangos a la guitarra por amigos invitados… De licores que iban y venían y de rostros enrojecidos por la subida del alcohol y el calor del fuego… De muchas risas, y de panderetas y zambombas que no soportaban el ímpetu de la fiesta… De desayunos tempranos, al día siguiente, con tostadas de pan de pagès, ajo y aceite, como hacía el trompetista… :)

Cuando empezaron las ausencias, el espíritu de aquellos días cambió… Apareció una melancolía que se fue extendiendo durante los siguientes años y que no llegó a separarse de ellos, sino que fue a más… También la familia se iba disgregando… Ni siquiera volvimos al hogar que nos había reunido a todos, años atrás… Se empezaron a celebrar las comidas en casas repartidas, y el espíritu de unión de esa noche se fue difuminando…
Con el tiempo, se convirtieron en una mezcla de alegría por los reencuentros que provocaban esas fechas festivas y de tristeza por los recuerdos de los que ya no estaban… Recibir los regalos de los días clave, si soy sincero, no era mi motivación principal… Reconozco que lo pasaba en grande preparando los que yo iba a regalar y lo que más valoraba era ver la felicidad y la sorpresa que proporcionaban en el resto… Pero lo que más me llenaba era agradecer para mis adentros que podía contar con esas personas un año más, con todas ellas… Y dado el historial que llevaba la familia, era mucho pedir… Luego llegaron celebraciones más oscuras, en las que me encontré absolutamente solo… Y esas calaron hondo y dolieron…

Estas Navidades, a pesar de las dificultades que han aparecido por el camino y las dudas que nublan mi futuro, me he impuesto la sonrisa por bandera… Mirar con ilusión estos días y recibir con mis mejores intenciones el nuevo año que vendrá… Mi horóscopo dice que dejo atrás dos años de crisis y que el futuro cambiará radicalmente. Más os vale, estrellitas, porque ya va siendo hora… Aunque si no es designio de las estrellas, espero que todo lo que estoy haciendo sirva de algo… No voy a quedarme de brazos cruzados esperando a que se decidan… :)

No estoy en guerra con nadie, así que, afortunadamente, no tengo ninguna tregua que establecer… Tener la conciencia tranquila me reconforta y trae paz a mi espíritu cuando la marejada de recuerdos asalta… A pesar de eso, voy a seguir haciendo lo que empecé hace un mes; estrechar lazos con aquellas personas que me importan… En algunos casos va a suponer hacer cosas que ni yo mismo imaginaría hacer años atrás… Son momentos para derribar los muros invisibles que a veces nos empecinamos en crear… Puedes tenerlo todo en esta vida, o pueden faltarte muchas cosas, pero nunca, por mucho que intentes enmascararlo con otros sentimientos, puedes negarte a recuperar las palabras y los abrazos que echas de menos… Las fachadas de frialdad no resisten y se quiebran… El amor incondicional lo vence todo y no entiende de miedos… Sólo de generosidad y entrega… «War is over» que decía John Lennon…

La Noche de Navidad voy a andar ocupado preparando la cena para mi único invitado, el que nunca me ha fallado… Espera como cada año un gran menú y un formidable postre, y tengo que conseguir superarme un año más… :) Pero también recordaré a todos aquellos que no han podido unirse a la cena y a esos hombres que cien años atrás, dejaron sus diferencias y estrecharon sus lazos con abrazos y buenos augurios… Van a ser un gran ejemplo a seguir para estos días…

Son tiempos de reencontrarse con alguien… Quizás contigo mismo, para hacer balance sincero de como has sido este año y dónde puedes mejorar… Quizás con los tuyos, para mostrarles la persona en la que te estás convirtiendo… Son días para dejar de mirarnos en espejos irreales y abrirse al cariño del prójimo… De cerrar heridas y de notar el calor de otras personas… Como el que desprenden ciertas canciones que suenan en el coche, al llegar a casa… Ese calor que falta tras los cristales, recién llegado el invierno, cuando ha caído la noche y el motor se para…

Feliz Navidad a todos… Desde lo más profundo de mi corazón…


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