«wipe her from my memory…»

mayo 8th, 2014

– Ayer se hizo pública la noticia que llevo esperando desde hace casi un mes. Aunque podría haberlo comentado yo mismo desde entonces, siempre he defendido la nobleza en la vida ante todo, y en este caso era preciso esperar a que los organizadores decidieran comentarlo en primer lugar para hacerme eco de ello. He sido seleccionado para aparecer en la antología The Best of Spanish Steampunk. Ediciones Nevsky realizó la convocatoria el año pasado y, por lo que entendí, era casi dirigida a textos ya publicados anteriormente, los cuales serían traducidos al inglés y compilados en formato digital. Aunque era algo que veía muy difícil de alcanzar, me decidí a preparar un relato sin saber ni siquiera de qué iba a tratar. No tenía nada que perder…

The Best of Spanish Steampunk

La alegría llegó hace unas semanas, cuando la editora me confirmó que mi relato iba a estar en la antología. Encima, por primera vez recibiré algo de los beneficios. En realidad es lo que menos me importa, pero también hace ilusión. Lo más emocionante es comprobar la lista de autores que aparecen en ella. Escritores a los que admiro y que han publicado novelas de éxito, como Jesús Cañadas o Eduardo Vaquerizo, y escritores de cierta veteranía se entremezclarán con gente novel como yo, algo que me parece asombroso. Me hace especial ilusión aparecer al lado de Care Santos, una escritora nacida en mi ciudad y que ha conseguido ser el segundo libro de ficción más vendido este Sant Jordi, o Félix J. Palma, escritor que ha marcado un antes y un después en la ciencia ficción de este país con su trilogía victoriana. Quién iba a pensar que, cuando el año pasado por estas fechas me estaba dedicando su libro, un año después podría compartir páginas con él. Como decía en su dedicatoria, las historias nos hacen soñar… Y yo entonces tenía muchos sueños por cumplir… Ahora habrá que esperar hasta otoño para poder vivir éste… :)

felixjpalma

Otra vez la escritura me ha dado una lección. Que debo confiar más en mí y que la vida, si lo hago, me tiene que deparar muchas cosas buenas. Porque, como en este relato y en algunos que han venido posteriormente, sacar de lo malo algo bonito es una de mis prioridades. Y es una suerte que esas historias me sirvan como bálsamo para curar las heridas… Son «la pasión» a la que me estoy dedicando, como descubrí con mi chamana… Es lo único a lo que aferrarme que me queda ya…

Alguna vez me han preguntado de dónde saco las ideas para mis historias. En el caso de ésta fue bastante fácil, porque fue el reflejo de lo que me estaba sucediendo esos días. Acababa de bajar a los peores infiernos. La bomba había estallado y yo sólo tenía en mi mente el dolor que se siente cuando todo lo que has ido construyendo se desmorona definitivamente. Y aquella sensación de abandono… De haberlo perdido todo…
Lloré lo que nunca he llegado a llorar en mi vida. Y recordé cada palabra de las últimas conversaciones. Que yo era demasiado mayor, después de tantos años… Que podíamos ser las personas más importantes para el otro, pero no por eso vivir nuestras vidas juntos… Sólo dolor, heridas que se abrían…. Y todo ese sufrimiento se volcó al completo en aquella historia donde el personaje tenía esa sensación de que algo se rompía y que había que ponerle remedio… Una de las cosas que he aprendido es que cuando pones todo de ti en algo, sueles ver recompensado ese esfuerzo, por increíble que parezca… Y aunque esta fórmula mágica no se cumpla siempre, en este caso plasmar mi dolor en esas páginas me llevó a una historia de la que quedé muy satisfecho, casi diría que feliz, si no fuera por las circunstancias que lo rodeaban…
Pasaron las peores Navidades… Y entregué el relato el 1 de enero… Luego me acabé de derrumbar y toqué el borde del abismo el día de Reyes… A partir de entonces, hubo que caminar entre la desolación de un desierto…
Pero durante ese mes de diciembre hubo una canción que afloró para consolarme con su abrazo. Una canción con una frase que durante mucho tiempo fue el título del relato mientras trabajaba en él… «wipe her from my memory»… Fue esa la chispa de la que partió una historia donde el amor se transformaba en dolor y donde el protagonista intenta borrar el pasado…

Yo aún sigo luchando por conseguir eso… O al menos, por quitarme esa tristeza que siento al ver cómo se retorció todo y se truncó un futuro que parecía único y maravilloso… Pero me temo que borrar el pasado es imposible… Y es lo que el protagonista de mi relato también aprende… Seguirá doliendo, y hay que aprender a convivir con ese dolor y esos recuerdos… Y seguir sonriendo y amando, aun no siendo correspondido…
Sigo luchando y sigo creciendo… La muerte tiene ese extraño poder de transformación… Hasta ahora sólo lo había experimentado con muertes de personas fundamentales para mí, pero la muerte de un amor ha resultado ser igual de intensa…

Desde ese día yo también le pido a Dios que me dé fuerzas… «Fuerza» y «confianza» son dos palabras que tengo grabadas a fuego y que, en cuanto pueda, lo harán en mi brazo maltrecho…
Y esta canción que pide fortaleza me sigue matando cada vez que la escucho… Es una verdadera maravilla… Algún día me gustaría escribir así…

Now I have nothing
So God give me strength
‘Cos I’m weak in her wake
And if I’m strong I might still break
And I don’t have anything to share
That I won’t throw away into the air
That song is sung out
This bell is rung out
She was the light that I’d bless
She took my last chance of happiness
So God give me strength
God give me strength

I can’t hold on to her
God give me strength
When the phone doesn’t ring
And I’m lost in imagining
Everything that kind of love is worth
As I tumble back down to the earth

That song is sung out
This bell is rung out
She was the light that I’d bless
She took my last chance of happiness
So God give me strength

God if she’d grant me her indulgence and decline
I might as well
Wipe her from my memory
Fracture the spell
As she becomes my enemy

Maybe I was washed out
Like a lip-print on his shirt
See, I’m only human
I want him to hurt
I want him
I want him to hurt

Since I lost the power to pretend
That there could ever be a happy ending
That song is sung out
This bell is rung out
She was the light that I’d bless
She took my last chance of happiness
So God give me strength
God give me strength

Wipe her from my memory
I might as well
God give me strength
God give me strength
I might as well


Trackback URI | Comments RSS

Leave a Reply

Name (required)

Email (required)

Web

Speak your mind

    Reading

    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

    98 von 224 Seiten (44%)