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marzo 31st, 2014

[Una luz parpadeante sube en el estrellado cielo del desierto dejando una estela que se difumina al poco. La luz se apaga unos instantes después… Al cabo de un rato, una nueva llamarada blanquecina repite el mismo camino para morir al poco… Cuando el público intenta vislumbrar en la oscuridad el origen de esas luces, se encuentra al actor principal sentado en la arena… En sus manos sostiene una barra. Descubre uno de los extremos e inmediatamente un nuevo fogonazo empieza a ascender…]

-El viernes pasado quise abandonar este desierto por un rato para mezclarme con la gente. Tenía esa necesidad. Sentirme uno más entre muchos. La excusa era la re-inauguración de mi librería favorita en Barcelona. Realmente iba a ser algo impactante, porque durante estos días se agolparon en mi cabeza muchos recuerdos de las visitas de años atrás, cuando no iba solo. Pasar por la antigua entrada y encontrarla cerrada fue como una metáfora de mi vida los últimos meses… Una mezcla de nostalgia y aceptación de la cruda realidad…

La antigua Gigamesh

Durante la bajada, pensaba en todos aquellos buenos momentos que ya no volverían… De la soledad… De cómo preocuparme por mí mismo era ahora la única opción para seguir avanzando… Que tenía que reivindicar mi posición en el mundo… Decirle que estoy aquí…

La nueva Gigamesh

Entrar en la nueva librería fue una experiencia ilusionante… Era toda una lección que en estos tiempos de crisis alguien haya apostado por crecer… En este caso, era económicamente, pero a nivel particular creo que es algo que llevo un tiempo aprendiendo… El saber aporta felicidad… Y esa está siendo mi inversión… Conocerme a mí mismo…
En ese momento, cruzándome con el resto de asistentes por los pasillos abarrotados, me di cuenta de la cantidad de gente que hace su vida sola… Sin atarse a nadie… Supongo que en algunos casos la vida les ha arrastrado a ese punto y en otros habrá sido una decisión meditada; sea como sea, las dos son decisiones perfectamente válidas… Pero me sorprendió ver que muchos buscaban el cobijo en conocidos y se formaban en grupos para pasar un buen rato y disfrutar de aquello que tenían en común… Salían de sus desiertos y los convertían en oasis por un momento… Como estaba haciendo yo entonces…

El GigaLienzo

Me hizo mucha ilusión encontrar uno de los libros en los que aparezco… Quizás no está en la estantería más vistosa del mundo (aunque en la pared detrás de los mostradores principales también había algún ejemplar), pero tampoco es algo que me incomodara… Al fin y al cabo yo soy así… Prefiero estar en las sombras que recibir el foco directo… Y mi nombre estaba en una estantería de Gigamesh… Es algo muy emocionante… Quién sabe si algún día habría un libro con mi nombre en la portada… :)

Dejen morir antes de entrar en Gigamesh

Y también lo fue que el creador de todo ese tinglado me dedicara su libro y me confesara un secreto que no puedo desvelar aún, pero que dentro de unos meses será un bombazo en la ciudad, y supongo que en el resto del país… Ojalá se cumpla y pueda contarlo… Va a ser mágico que coincida con este año…

El Papa Alejo Cuervo

Me llevé el nuevo libro de Neil Gaiman. Fue la excusa perfecta y un bonito recuerdo de esa tarde… Una en la que renace una librería y se desvanecen muchos buenos momentos…

Compras en la inauguración de Gigamesh

Mi amigo I. y yo acabamos la noche tomando algo en un local. Supongo que el bullicio era el mismo que se podría encontrar en muchos otros locales del estilo un viernes por la noche. Nosotros nos sentamos en la barra, como en los viejos tiempos. Hace años éramos tres solterones, ahora nos faltaba uno, pero también brindamos por él. Y seguimos hablando de cómo es la vida y de que conocer a alguien que realmente te llene no es tan fácil. Que no es bueno buscar una persona indiscriminadamente por el hecho de no estar solo. Porque la soledad no es mala del todo… Algo en lo que acabamos coincidiendo es que hay que esforzarse en que la felicidad no dependa de otras personas, sino que uno mismo sea capaz de serlo. Todo en previsión de que si confías tu felicidad a otra persona y ésta desaparece, se lleva tu felicidad con ella. En ese sentido, él me lleva unos años de ventaja, pero aspiro algún día a llegar al punto en el que él se encuentra ahora. Y creo que poco a poco lo conseguiré. Gracias a él y al resto de personas que me están ayudando en este camino tan difícil.

En un momento en el que desapareció para ir a fumar, me quedé solo contemplando al resto de gente. Justo a mi lado había una chica sola; frente a mí, mesas llenas de gente riendo y hablando, y grupos de guiris que se acercaban a la barra para pedir bebidas y pillar un buen pelotazo… Entonces me puse a pensar en cuántas de esas parejas que allí estaban formadas y disfrutando su momento, acabarían rotas al cabo del tiempo, sin saberlo ellas… Cuántas perdurarían… Cuántas estarían actuando con falsedad… Cuántas serían realmente transparentes… Sin ni siquiera olerlo, estaban viviendo unos momentos preciosos que quizás en un futuro serían sólo recuerdos de los que duelen… Piezas separadas de un mismo puzzle…
Últimamente observo mucho a la gente… De hecho, siempre he sido así, pero mi sentido arácnido se ha disparado bastante en los últimos tiempos… Me gusta verlas sonreír… Creo que es el mejor escudo que una persona puede tener ante la adversidad… Y es el que estoy intentando utilizar en este chaparrón… Disfrutar de la vida y sonreír cuanto pueda… Pasar tiempo con las personas que me quieren y ayudan… Y en la soledad, buscar lo que me hace feliz… Esta vez, sólo a mí… Dejar ir… No retener… No quedarme estático… Fluir…

Una vez fui feliz con otra persona… Ahora tengo que recuperar esa felicidad por mí mismo… Y por eso envío señales al futuro… Para decirle que sigo aquí…

[Entonces una nueva bengala cruza la noche…]


Es OBLIGATORIO escucharla con el volumen muy alto. Gracias…


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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