All Things Change

febrero 9th, 2014

-Ayer por la mañana, por una de esas retorcidas casualidades que últimamente se empeñan en aparecer en mis días, tuve que dejar el desierto para volver a mi antiguo piso. Fue una sensación de lo más chocante. Han cambiado el interfono y no recuerdo que los buzones tuvieran ese color beige. Pero lo peor era sentirse un extraño en un sitio que solía ser tu casa. Pulsar el botón de otro piso y preguntar por una persona que ahora recibía a un visitante. Todo muy surrealista…

ascensor

Han pasado diez años desde que nos mudamos. La última vez que acudí allí fue porque mi madre había dejado una de mis tazas preferidas (una que tengo partida desde hace siglos) en la cocina, con la intención de dejarla abandonada allí. Yo no pude evitar volver a por ella, y aproveché para despedirme y hacer fotos de la que había sido mi hogar toda mi vida. Fue como el adiós a un viejo amigo que no volvería a ver. Y sin saberlo entonces, era el inicio de muchos cambios que vendrían detrás…

Últimamente, veo el amanecer de muchas mañanas. Y aunque el fenómeno siempre consiste en ver subir una bola de fuego por encima del mar, nunca es del todo igual. Siempre es cambiante dentro de su dinámica repetitiva. A veces por las nubes que cubren el cielo, otras porque el rumor de las olas es más o menos intenso, otras por la música que estoy escuchando en ese momento… Como todo en la vida… Una lección de la que no he sido consciente hasta hace tan poco, a pesar de haberlo estado viviendo sin darme cuenta… Algunos se empeñaban en pedirme que cambiara y es precisamente algo que no he dejado de hacer desde hace tiempo… Lo que quizás necesitaba era un momento de calma para recuperarme de todos ellos… Es irónico…
Lo comentaba el viernes con una amiga… Todo es cambiante… No puedes acostumbrarte a nada, porque el día menos pensado desaparece aquello a lo que te has atado y te encuentras con la inseguridad del que ha perdido el arnés en plena escalada… Y lo peor es que si caes, no tienes nada donde cogerte que te ofrezca aquella seguridad que tenías…

Ya no es mi casa, ya no es el ascensor que cogía todos los días, ni siquiera hace el mismo sonido que solía hacer antes… Y ya no es ella… Tampoco es el piso de mi abuela, ni el mismo trabajo, ni siquiera mi cuerpo es el mismo de hace unos meses… Todo está cambiando a mayor o menor velocidad… Pero, con tantas cosas cambiantes, ¿es posible que cambien los sentimientos? ¿Que lo hagan con el simple paso de los días? Todos me dicen que llegará un momento en que mi amor se convertirá en odio. ¿Cómo puede ser así? ¿Se puede pasar del amor a la indiferencia, o peor aún, al odio, con la persona con la que habías elegido pasar tu vida? Es algo que no llego a concebir. Sólo una traición sería capaz de provocar ese estado en mí, y hoy por hoy, aunque ya se hubiera producido, la ignorancia es mi mejor aliada. De todas formas, ¿cómo puede ser consciente alguien de una traición, cuando ya no significas para ella lo que eras antes? ¿Y qué derecho tengo yo para considerarlo así, cuando las circunstancias han cambiado ya? Honestamente no sería justo por mi parte… Tal como están las cosas, la evolución de todo esto sólo tiene un camino: yo caeré en el olvido y otro ocupará mi sitio en su corazón. Y eso es algo que tardaré en poder asimilar… Y que me costará sufrimiento y lágrimas…
Lo bueno que tiene seguir aislado de todo es no ver esas cosas dolorosas que me encontré la última vez. Realmente esta ceguera es un arma de doble filo, porque precisamente es lo que echo de menos: saber de ella, tenerla al teléfono todos los días y volver a escuchar su voz, escribir tantos mails como para completar una novela. A veces no puedo evitar reírme solo pensando en que, con la de veces que me acuerdo de ella, se le deben estar cayendo las cosas cada dos por tres… Pobrecilla… :)
Pero por otro lado, estando obligado a tener que dejarla ir, no tener ojos es lo mejor que puedo hacer para no herirme, aunque mi mente a veces sea mucho más dañina con sus imágenes alucinógenas de lo que quizás sea la cruda realidad… En el fondo, eso no impide que deje de sentir rabia; me carcome el dejar escurrirse el valor atesorado de todos estos años juntos como quien deja pasar el agua por el fregadero…

Pero toca seguir en el cambio constante… No queda otra… Ahora es tiempo de deshacerse poco a poco de una piel de serpiente que se está resecando y mostrar al exterior una nueva y brillante… Reaprender a vivir solo… Ser el líder de tu propio grupo… El actor de tu propia función… Seguir siendo ciego… Intentar disfrutar con tus cosas… Mantener la calma… Creer… Y soñar con un amanecer mejor…


Trackback URI | Comments RSS

Leave a Reply

Name (required)

Email (required)

Web

Speak your mind

    Reading

    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

    98 von 224 Seiten (44%)