Losing my touch

enero 24th, 2014

[La luz de una vela contrasta con la oscuridad del desierto, donde las noches se hacen demasiado largas y los recuerdos vagan entre las dunas envueltos en una brisa fría…]

-Cuando vuelvo a casa y la encuentro vacía, todos los fantasmas reaparecen…

[El protagonista aparece en escena cubierto con una manta roja…]

-Hace mucho frío afuera, pero también lo hace dentro… Con todos esos recuerdos revoloteando en la mente y la casa llena de objetos que fueron el testimonio de tiempos felices…
Si algo he aprendido de todo esto que está pasando es que cuando construyes tu vida alrededor de una persona y ésta desaparece, la sensación de incredulidad y de vacío es insoportable… Pierdes el rumbo por completo y te quedas sin objetivos en la vida… Sin algo por lo que valga la pena levantarte por las mañanas… Te desdibujas y pierdes la esencia de lo que eras y la fe en ti mismo… Te vuelves más gris y entras en una espiral más propia de locos, que de gente con cierta capacidad para razonar lo ocurrido y ponerlo en su justa medida… Afortunadamente, reconocer que estás en un punto así y buscar ayuda ha sido una de mejores cosas que he hecho…

No existen fórmulas mágicas para superar un golpe así, por lo visto… Todo el mundo me dice que sólo se limita a dejar pasar el tiempo… Pero me parece tan triste estar asistiendo a la muerte de algo que fue tan bonito… Los días pasan lentamente y todo sigue ahí, forzado a apagarse de forma premeditada, sin tener noticias de quien antes era la parte más importante de tu vida y matando los sentimientos a conciencia, cuando en absoluto era el camino que había imaginado para esa historia… A veces, ser un aprendiz de escritor no te salva de que el relato se rebele en tus manos… Que te explote todo en la cara y que duela como mil cristales incrustados en la piel… El otro día volví al dentista y recordé cómo la última vez celebramos nuestra limpieza dental merendando croissant de chocolate justo al salir… Eran esas cosas tan geniales y absurdas las que me gustaban… Las pequeñas cosas… Las que no puedes encajar con las situación actual… Pero como decía, no hay remedio para estos avatares del destino…

¿Cuál es la magnitud del desastre? En estos momentos diría que el terremoto lo ha arrasado todo… Que luego ha llegado una tormenta que ha acabado por fulminar lo que hubiera quedado en pie, y que poco más queda de mi anterior vida… Sólo yo tocando fondo…

Las buenas noticias son que cuando has caído en lo más profundo no puedes seguir cayendo… Ya no te queda planeta por perforar… Ayer me decía mi tío, que ha pasado por unas circunstancias muy traumáticas en un momento de su vida, que un médico le dijo una vez algo que siempre recordó con posterioridad: «la vida es como es, no como tú quieres que sea, y si no lo aceptas, nunca conseguirás salir del pozo»… Así que una vez caído en el agujero más profundo del mundo, no puedes caer más abajo, sólo queda subir… Lo puedes hacer solo o pidiendo una mano que te ayude a salir, pero no hay otra…

Yo he pedido auxilio a una palmera… Cuando acudí a su oasis por primera vez no estuve seguro de haber acertado… El tronco era muy seco y recio, parecía que no soportaría mi peso y que su corteza era tan impenetrable que todo lo que le contaba era incapaz de calar más allá de lo externo… Me fui un poco desanimado y con la sensación de que no iba a funcionar… Pero esta semana la cosa cambió… Creo que realmente ha empezado a conocerme y ha entendido mi dolor y cómo he sentido la caída que he que sufrido… De alguna manera, me dio a entender que envidiaba mi forma de ser, cosa que me sorprendió… Dijo que el hecho de ser tan sensible, si sabía controlarlo en el justo nivel, me haría que disfrutar de las cosas buenas fuera una experiencia mucho mejor a como pueden hacerlo el resto de los mortales… Y es cierto que eso me pasa… Cuando quiero a alguien, lo hago al 100%, no hay medias tintas, y con cualquier tontería soy el rey del mundo: celebrar un aniversario de novios en un sitio de comida rápida me parece un plan genial, como quedarse en casa y ver una película en el sofá con una manta como ésta… Nunca he pedido mucho… La felicidad es compartir ese tipo de tonterías…

También me dijo que hay mucho trabajo que hacer por delante (haciendo hincapié en el «mucho» de una forma que me asustó) porque tengo desperfectos muy grandes, pero que a nivel emocional tengo una base muy buena para renovarme y ser aún mejor de lo que soy ahora… Os aseguro que me cuesta creer que pueda ser mejor, pero si ella lo dice, le haré caso… Al fin y al cabo, es la palmera que me va a sacar del agujero… Debo confiar en que podrá conmigo… Aunque ella misma me confesó que realmente el que sale del agujero es el que está dentro… Solo… Por mucha ayuda que reciba desde fuera…

De momento la oscuridad a mi alrededor es muy grande… Por eso a veces enciendo una vela… Lo hacía cuando quería desear a alguien que le salieran bien los exámenes, o para recordar a las personas que ya no están… Ahora las enciendo igualmente por ellos, pero también por mí… Para iluminar el camino de vuelta a lo que era… Y para que se cumpla eso de que para ver las estrellas, es necesario pasar por cierta oscuridad… Todos me dicen que después de esto, todo irá a mejor… Que es una época de cambios que tengo que resistir y que luego me reiré de todo lo pasado… Otra frase de la conversación de ayer que le contaron a mi tío fue que «el sufrimiento pasa, pero el haber sufrido nunca se olvida»… Y otra vez creo que tiene razón… Después de esto, es difícil volver a ser el mismo… Son golpes duros, pero cuando los supere seré más fuerte, habré aprendido y seré capaz de volver a ser el de siempre pero con ese bagaje en las espaldas que será imposible olvidar… Volveré a mis sueños por cumplir, a disfrutar de las tonterías y a sonreír. Pero hay que tener paciencia y aguantar el chaparrón. Y yo tengo mucha paciencia…

Queda poco para empezar a preparar los cimientos… No va a ser fácil sentar una buena base sobre la que reconstruir después del terremoto y las réplicas que han llegado… Pero soy un Escorpio… Uno de esos que cuando se proponen algo, lo consiguen… Y si me propongo salir de esta oscuridad, lo conseguiré… Si me propongo escribir la novela, lo conseguiré… Si me propongo labrarme un futuro, lo conseguiré… Sólo me falta proponérmelo… Recuperar las fuerzas para creérmelo… Y eso también lo conseguiré… Con un poco de luz…

[La vela permanece encendida sobre las tablas… La noche engulle al actor principal…]


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    (Patrick Ness)

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