Porcelain

– ¿Qué tal?

[El protagonista está tumbado en un sofá en medio del escenario… Mira al techo y se dirige al respetable mientras mantiene su antebrazo sobre la frente, intentando refugiarse en la oscuridad que le brinda a sus ojos…]

– Anoche no me dormí hasta muy tarde… No fue una buena idea ver esa película… Los recuerdos se metieron en mis sábanas y no me dejaron dormir hasta las cuatro… Como migajas de galletas… Recordaba a mi madre, cuando me levantaba siendo pequeño por las mañanas, y las formas en las que solía intentar esconderme para no ir al colegio… A veces bajo la cama… A veces con los pies en la almohada y la cabeza en los pies de la cama… A veces hecho un ovillo, oculto bajo las mantas…

Ella venía y me hacía cosquillas en los pies… O me daba palmadas suaves en la mejilla mientras me convencía con su voz para levantarme… Sabía como conquistarme…

[El protagonista se pone las manos sobre la cara y suspira…]

– Los recuerdos son como la porcelana… Son bonitos mientras los conservas… Pero delicados… Porque se hacen añicos cuando se caen… Y algunos duelen tanto como si caminaras sobre ellos descalzo…