Meladori Magpie

mayo 25th, 2004

[En el exterior de la sala suenan las sirenas de una ambulancia que se aleja… La tarde es fresca afuera y sopla una brisa que tira del calor del interior y lo lleva de la mano dar una vuelta entre las callejuelas desiertas de un barrio dormido en una tarde de primavera… La lluvia de los últimos días ha dejado los barrotes de las ventanas y los cristales salpicados de barro o polen, o una mezcla inidentificable de ambas cosas… Pero a pesar de la suciedad puede comprobarse que afuera nada parece moverse… Que el tiempo parece haberse detenido… Y que el actor principal no está demasiado motivado para ponerse a hacer un poco de limpieza…

El protagonista sale a escena y se sienta en el borde del escenario, con las piernas colgando en el abismo que separa el patio de butacas y las tablas… Con la vista puesta en el precipicio bajo sus pies se dirige a los asistentes…]

– Sería fácil dejarse caer… Caminar por el borde y en una oscilación tirarse al vacío… Y olvidarlo todo… Abandonar el día y morir en la oscuridad… Y dejarlo todo… Y acurrucarme en un rincón allí abajo… Pero no pienso hacerlo… No… Me lo he prometido y no pienso traicionarme… Porque para olvidar hace falta haber recordado algo… Y mis recuerdos son demasiado valiosos como para dejarlos escapar…

¿Y qué hacer? La verdad es que no es fácil seguir subiendo el telón día a día… Pero nadie dijo que lo fuera, y es el riesgo que se corre cuando se entra en este juego… A veces ganas cosas para luego perderlas… Encuentras deseos hechos realidad o latas de galletas vacías en un estante de la cocina cuando te apetecía una… Todo forma parte de un universo inmerso en un equilibrio tristeza-alegría… Estos últimos días he aprendido mucho de química y de cómo se relacionan la pegajosa melancolía y la siempre vaporosa felicidad… Coexisten en armonía a presión constante… Y la materia de la que estamos hechos tiende a uno u otro estado, sin perder nunca ese equilibrio aunque sea difícil de creer… A veces hacia el mínimo consumo de energía… A veces hacia el mayor desorden…

Han pasado cosas, sí… Sois un público avispado y yo no tengo otros argumentos en la cabeza desde hace un tiempo… Me es imposible hablaros de otra cosa sin encerrar mis fantasmas en un armario antes… A veces, aunque duelan, debes dejar que pasen las cosas… Que las hojas que han decidido caerse de tu bonsái dejen paso a otras que quizás florezcan con más fuerza… Y esperar que la próxima vez que vayas a la despensa encuentres el paquete de galletas que esperabas… Sólo es cuestión de tener un poco de suerte…

Por el momento he remachado mi corazón de hojalata… Creo que de momento aguantará unos días… Suena hondo si aprietas la lámina con algo de fuerza… Como las lecheras de pueblo que llevan las mujeres a lo alto de un mulo… Pero está listo y sigue latiendo… Y eso es lo que importa ahora… Eso y que algún día volveré a soñar con caballos que corren por un prado infinito…

[Y entonces el protagonista dedica una sonrisa tranquilizadora a los asistentes y empieza a chocar sus botas contra las tablas verticales del abismo, al ritmo de una canción con destellos de verano y mientras la luz de la tarde se convierte en crepúsculo y luego en noche…]

And on her doorstep
I saw that I was blind
I’d forsaken
What was mine

What had mattered
Mattered little now
We had shattered
Apart somehow

Ooh
I can’t help but stay the same
I’ll remain true to my name

Time to get up
And take the long walk home
For the first time
I go alone

Do you remember
When we first met?
Chasing down the alleyways
Behind my dad’s

Ooh
I can’t help but stay the same
I remain true to the name
Of lovers past
Good enough to lose
Good enough to choose you, too

Ooh
I can’t help but stay the same
Ooh
I remain true to the name
Of lovers past
Good enough to lose
Good enough to choose you, too

The Smashing Pumpkins – Meladori Magpie


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