Vanishing

febrero 16th, 2004

– …Y todo es demasiado extraño allí… Todo funciona con botones que hasta ahora no había pulsado nunca… Todo es frío… Y demasiado limpio y ordenado… Como en las casas que salen en los catálogos de muebles… Y el Sol entra por todas partes… Y todo es demasiado silencioso…

[De pronto el discurso del protagonista se ve interrumpido por la irrupción de unos inesperados invitados… Cuatro figuras de pequeña estatura saltan a escena y con gesto amenazador rodean al sorprendido actor principal… Un extraño brillo en sus ojos augura no muy buenas intenciones… Sus alas negras como el resto del disfraz que visten, confirman que se trata de cuatro pequeños vampirillos con un maquiavélico plan… Uno de ellos sin que se dé cuenta el protagonista de la función, saca un bastón de mango curvado que llevaba a la espalda y asesta un golpe en la cabeza al actor, que cae en redondo… Algunos de los asistentes se levantan de sus butacas asombrados por el espectáculo que están presenciando y con la intención de ayudar al abatido anfitrión, pero al instante recaen en que alguien se ha dedicado a atar sus tobillos a las patas de las butacas o ha pegado las suelas de sus zapatos al suelo con cola… Sólo pueden ser espectadores de excepción de lo que acontece a continuación…

Los cuatro murciélagos acercan un armario de tamaño considerable al centro del escenario empujándolo forzadamente… Luego abren la puerta con una pequeña llave que uno de ellos lleva colgada de una cadena plateada… La puerta se abre con un chirrío escalofriante, como el silencio que reina en ese momento en toda la sala… Los mocosos prenden entonces al protagonista, aún inconsciente en el suelo, y no sin dificultad, logran arrastrarlo hasta llevarlo cerca del armario para posteriormente introducirlo en él. Un par de los malévolos niños se suben uno encima del otro formando una torre para retirar la cabeza del protagonista hacia atrás y así poder cerrar la puerta… El murciélago poseedor de la llave se apresura entonces a introducirla en la cerradura y tras el tintineo, las cuatro figuras sonríen y se felicitan por el éxito de su misión… Aprovechan el momento para sembrar el patio de butacas de risotadas y mofas al ver los esfuerzos del público por liberarse de sus ataduras y seguidamente dos de ellos se cuelgan de uno de los bordes superiores del armario para hacerlo vacilar. El armario cae, pero es recogido por el otro par de murciélagos que perfectamente sincronizados lo esperaban… Los otros dos murciélagos recogen el armario por el lado opuesto y lo alzan para acarrearlo entre los cuatro… Luego desaparecen sin dejar rastro tras el telón de fondo…

El escenario queda vacío…]


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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