Fever

enero 17th, 2004

[Unos pasos se arrastran sobre las tablas lentamente… La suela de las zapatillas emite un sonido entrecortado parecido al que produce tirar de un pesado saco de arena sobre hierba seca… El protagonista aparece poco a poco envuelto en una gruesa y acolchada manta blanca que arrastra a sus espaldas… En una de las manos, al mismo tiempo que tira de la manta con ella, porta una gran taza verde de contornos redondeados que humea… La luz de los focos choca contra la tela con poderío y llega a deslumbrar al público de las primeras filas… Pequeños destellos se reflejan en los finos hilos dorados de la cubierta como los filamentos de un capullo de seda bajo una lámpara… El protagonista se frota la nariz con la punta de la manta que sujeta con la mano y se dirige a los asistentes…]

– Tengo frío… Mucho frío… La fiebre pasó hace unas noches… Pero aún tirito… Hacía años que no caía rendido ante la gripe… Aunque supongo que si tenía que suceder, debía ser esta semana…
Ya no recordaba la sensación de levantarse por la mañana empapado en sudor y con los labios resecos y agrietados… El mundo girando en tu cabeza como si dentro de ella la imagen se reflejara en una infinidad de espejos… Y una nariz completamente insensible y con la piel saltando en escamas… Menos mal que alguien inventó el chocolate caliente para hacer estas cosas más llevaderas…

En estos días que han pasado, una mezcla de impotencia, frustración, rabia y dolor me ha devorado por dentro con la misma intensidad con que lo ha hecho esta dichosa gripe… Los efectos secundarios son menos evidentes pero hacen más daño… Y no es fácil encontrar un chocolate que amaine la tormenta…
Mi propósito este año era cuidarme y quererme un poco más… Y no pienso tirar por la borda mi meta a las primeras de cambio… Así que por mucho que me duela, miraré adelante y volveré a sonreír… Aunque cueste… Porque al fin y al cabo soy yo el que vive aquí dentro de mi cabeza… Y el único a quien hiero si voy por el camino de amargarme… Nadie más llora mis lágrimas… No debo sentirme culpable, porque creo que no he sido culpable de nada… Y mi mano siempre estará tendida para quien quiera tomarla…
Envolverme en este capullo e invernar sería una reacción poco valiente… Vivir dentro de uno mismo y perderse todo lo que hay ahí fuera es algo que hasta hace poco solía hacer en estos casos, pero que no pienso repetir… He descubierto que hay muchas cosas por hacer… Personas por conocer… Lugares que visitar… Y encogido en un ovillo no se ve más allá del ombligo de uno mismo…

Gracias por el apoyo de los que estáis ahí… Nunca tendré palabras suficientes…
De todo esto, tarde o temprano acabaré sacando la cabeza… No seré la mariposa más maravillosa del mundo, pero desplegaré mis nuevas alas como las demás…

[El protagonista se retira… Al darse la vuelta puede apreciarse que la manta se ha ennegrecido con el roce sobre el escenario…]


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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