Poses

enero 13th, 2004

[La sala aparece aún con los restos de una gran fiesta en el ambiente… El confeti se amontona en cada rincón y los vasos y platos de plástico con restos de tarta aparecen allá donde se lleve la mirada… El protagonista no tarda en saltar a escena con paso desganado y vestido con un smoking impecable… No ser demasiado dado al baile tiene sus ventajas: la ropa no se arruga tanto y siempre está como nueva al final de la fiesta… Podría decirse que su rostro refleja el cansancio de una noche de insomnio muy larga, ojos dilatados y enormes ojeras, si no fuera porque lo oculta tras una máscara… Quizás quiera ocultar precisamente eso mismo… Cuando llega al centro del escenario toma asiento dejándose caer en un sofá abandonado allí no se sabe por quién, cuándo ni porqué, y da inicio a la función…]

– Pensadlo fríamente… No me conocéis… Podría estar mintiéndoos tanto como quisiera… Deciros que soy un famoso actor con ganas de divertimentos de este tipo, o un jugador de fútbol extranjero que quiere perfeccionar su español… Ser el bicho más raro de este lado de la Galaxia o un loco indigente con guantes recortados en busca de un trono en el que reinar… Tal vez un psicópata asesino que tras el telón descuartiza miembros y quiebra huesos… O tal vez un transvestido ávido de una fama y glamour que le ha sido negado hasta ahora…
Y lo cierto es que es difícil que sepáis si os estoy mintiendo o estoy en lo cierto… Porque sólo veis esta cara… Mi cara de mi verdad… Y aunque tuviera mil, yo sólo podría mostraros una… Porque conscientemente sólo tengo esa… Por muchas máscaras que pueda parecer que tengo…
Siempre seré un perfecto extraño… Aquel chico que sale en un escenario… O quizás aquel desconocido mentiroso del que ni siquiera sabéis como huele…

Es espinoso a veces saber quien es poseedor de la verdad, porque en muchos casos no hay una única… Y entonces saber quien tiene razón o no se convierte en una pelea de patio de colegio, de aquellas en las que cogías al contrincante por la manga de la bata mientras le obligabas a caer haciendo con el pie la zancadilla… Siempre parecía que el más cabezota era el que iba a ganar… Yo era de los que acababan por los suelos, lleno de tierra y mordiendo el polvo… Aun en ocasiones teniendo la razón, siempre fui algo torpe en este tipo de duelos…

Ayer sucedió algo que me dolió mucho… Un aguijón certero… Algo que no esperaba de alguien que creía que me conocía mejor que mucha otra gente… No recaí en que quizás me haya dejado puesta una máscara como esta todo este tiempo y no me haya llegado a conocer aún… La que puede esconder a un ogro sin corazón… La que puede ocultar al mayor de los impostores… Es algo que me ha entristecido profundamente… Y he arrastrado pesadamente ese corazón de ogro calculador durante todo el día… Como un condenado… Encadenado a él con los más gruesos grilletes…
Si esa persona ha podido creer algo así de mí, ¿qué impresión puedo estar causando en muchos de vosotros? ¿Tan falso os puedo parecer?
Yo soy yo mismo… Nunca he intentado aparentar cualquier otra cosa… Y nunca me había preocupado lo que pudierais pensar de mí… Pero los que me conocéis sabéis que soy experto en comerme el coco con estos temas… Y me es imposible no darle vueltas a la cabeza acerca de si realmente soy yo el que tengo un concepto equivocado de mí mismo y si la que tiene razón es esa persona…
Se suele decir que a veces las verdades ofenden… Yo creo también que las falsedades inmerecidas pueden ser aún más punzantes… Pero, ¿quien está en lo cierto?…

Hoy he aprendido de un compañero que dar la mano a alguien es señal inequívoca de que no vas a volverle a ver… Y he tenido que darle mi mano a uno de ellos… Otra guinda más para un día que me gustaría poder olvidar… Gastaría todas las gomas de borrar del mundo para quitarlo de mi diario…
Espero que la función de esta noche no haya sido una despedida… Ojalá todo haya sido sólo un momento de nerviosismo y mal entendimiento… Que todo pase… Que vuelvan las sonrisas… Que no sea demasiado tarde para recuperar una amistad que para mí es muy importante…
Si en algo tengo culpa es en ser demasiado tonto y olvidar mi armadura cuando salgo de casa… Nunca aprenderé… En cambio, por lo visto aparezco con una máscara que creo que no merezco llevar…

[El protagonista se estira a lo largo del sofá apoyando la cabeza deforme de la máscara en el brazo de tela estampada. Alarga el brazo hasta que su mano llega al suelo y encuentra un dibujo enviado por una chica llamada Hikaru que admira durante un buen rato…]

[Luego lo lleva a su regazo y baja su mano en busca de un interruptor que acciona… Inmediatamente, el teatrillo se queda a oscuras… Todo queda en silencio, pero el correteo de unos pies descalzos y el entrechocado de unas uñas contra el suelo hacen presagiar lo que al amanecer sucede… El protagonista despierta con una nota a su lado de Adhara, legítima poseedora de un goblin malcriado y pestilente, que le hace sonreír bajo la careta…]


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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