Pretty Good Year

diciembre 31st, 2003

[El ocaso se cierne en las ventanas del teatrillo… Los tablones se retuercen con el frío, y el crujido resuena en la sala como leña seca que arde al fuego… Los años queman… Y otro más va a ir a parar a los rescoldos del pasado dentro de muy poco…
El ambiente en el teatrillo es de celebración contenida… No hay guirnaldas brillantes, ni luces parpadeantes, ni siquiera música navideña alguna… Pero hay sonrisas y esperanza correteando entre las butacas, y en el aire se cruzan incienso y motas de polvo danzando juntos en una fiesta invisible a la mayoría de ojos… El protagonista salta a escena enfundado con su abrigo negro y la bufanda que le acompaña estos días de invierno floreciente…]

– Hay que ver como se desvanece el tiempo… Los segundos se escurren al son del tic tac de las manecillas… Entre notas de piano con teclas añejas… En un momento has acabado con 20… Y al poco con 40… Y así… Otro año… Inconscientemente, es casi inevitable no hacer otra vez balance… Pensar en lo vivido y fantasear con lo que está por llegar… Incluso temer un poco a lo que pueda estar aguardando en alguna página de algún diario aún por escribir… Aunque al fin y al cabo todos somos actores en nuestra propia función… Y todos tenemos derecho a modificar nuestro guión si nos apetece… Somos árboles de ramas impredecibles…

El año pasado por estas fechas supuso un punto importante en mi vida. Un pequeño cambio de dirección que finalmente acabó siendo un gran paso en la vida de este actorzuelo de pacotilla que aparece de tanto en tanto por aquí… Y todo empezó “empujado” por alguien a quien admiro, y “obligado” por esa misma persona a ir a la playa… Una vieja desconocida entonces… Y estando allí empecé a caminar y a pensar mientras caminaba…

El lunes fue uno de esos días de mirada atrás… Pedí día libre en mi trabajo lejos de este escenario y quise ir a despedir mi año entre olas y arena… Como hace un año, me dirigí a la playa y caminé entre sus dunas… Y pensé… Y llegué a la conclusión de que éste, por más cosas buenas y malas que hayan pasado en él, ha sido un buen año… Sí…

Que ha habido momentos oscuros…

Pero que también he dado pasos que ni yo mismo hubiera imaginado dar hace un año…

Y que al final me quedo con las sonrisas y la espuma corriendo sobre arena fina…

Después de pasear con el rugido del mar de fondo, me propuse adentrarme en las tripas de la ciudad que para mí no existe mientras trabajo… Ya sabéis que me gusta sentir, cuando tengo oportunidad, lo que me estoy perdiendo día a día… Ver pequeñas cosas y saborear momentos que se me escapan… En la calle principal había multitud de tenderetes vendiendo artilugios de lo más variopintos… Desde arcos indios de madera e inciensos de mil y una procedencias, hasta bolas de cristal y anillos con estrellas… Allí es donde me compré mis primeros guantes mágicos… Si no me creéis mirad vosotros mismos, lo dice en la etiqueta… :)

[El protagonista muestra orgulloso su nueva adquisición…]

[A continuación los saca de la bolsa ya abierta antes y empieza a ponérselos mientras se dirige al respetable…]

– Siempre había querido unos así y nunca me había atrevido… Pero estaban allí, tan solos, en pareja, pero colgados de un enganche tan inseguro, que decidí hacerlos míos… Y realmente son mágicos… El tendero no me engañaba cuando le puse cara de circunstancias… Una manota tan grande como la mía entra en ellos sin dificultad… :)
Aunque de sus poderes ultra-secretos-que-sólo-yo-conozco siento deciros que os hablaré otro día… Porque a este paso, y nunca mejor dicho, nos van a dar las uvas… :)

Mis mejores deseos para el nuevo año… Que las estrellas sigan brillando para todos… Dulces sueños… :)

[El protagonista saluda con la mano enfundada en los guantes negros… Los dedos al aire rasgan unos segundos de un año que toca a su fin… Un buen año… Sí…]


Comments are closed.

    Reading

    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

    98 von 224 Seiten (44%)