Patience

julio 11th, 2003

– Hola…

[El protagonista saluda con la mano desde el centro del escenario…]

– Bueno… Esta noche quería confesaros algo…

[El actor baja la mirada y pone la mano en su nuca, intentando preparar las palabras que va a escoger para su anuncio… Tras unos instantes de incertidumbre prosigue…]

– Veréis… A veces, al subir aquí arriba… No sé que contaros… Me quedo mudo intentando buscar algo dentro de esta cabezota que valga la pena, navegando entre tonterías y tristezas… Y cada vez es más difícil… Supongo que debéis comprenderlo… Son ya muchas funciones a la espalda… Más de las que nunca hubiera imaginado… Creedme… He fabricado estrellas para vosotros e incluso las hemos contemplado juntos… Os he contado mis adentros una y otra vez (creo que hasta el punto de aburriros)… Os he hablado de tristezas, amores, secretos y tiempo… De celebraciones, oscuridad y recetas de cocinaDe mi extraña teoría sobre los caramelos que tanto le gusta recordar a mi amigo Aprendiz y de mi «fascinación» por los gatos
Supongo que no debo ser el único en sentir este síndrome en cada representación… Otros ilustres compañeros quizás rocen este tipo de pánico escénico, al que a veces es difícil poner solución si uno no tiene un buen día… Pero… ¿Qué puedo contar que no se haya dicho ya sobre estas tablas?

[El protagonista se mantiene durante unos instantes pensativo… Luego reacciona con alivio…]

– Sólo queda que os hable de mi codo izquierdo…

[El patio de butacas irrumpe en una sonora carcajada… El protagonista sonríe con el público con cierta cara de asombro… Cuando la risa se atenúa, el protagonista, algo ruborizado, prosigue…]

– Bueno… No es ninguna broma… Realmente quiero hablaros de mi codo izquierdo… :S Pero antes, supongo que debería presentaros a mi codo derecho, por cortesía…

[El protagonista, con una camiseta de manga corta de un azul casi negruzco, alza su brazo derecho y sitúa la mano a la altura de la oreja para dejar a la vista de los asistentes su codo derecho…]

– Bueno… No es que esté muy puesto en cuanto a belleza de codos, pero creo que éste es de lo más normalito, como podéis ver… Y ahora… Mi codo izquierdo…

[El protagonista levanta el brazo izquierdo y muestra a su público su otro codo… Extrañamente, y comparando ambos, éste tiene un tono sensiblemente más oscuro… Se diría que incluso está algo amoratado… El protagonista baja los brazos entonces y desvela el misterio…]

– Antes de que haya algún comentario de ese tipo… Sí, conozco las excelencias del jabón y el agua combinados… XDDD No os asustéis… No se trata de ningún tipo de extraña mutación… Es algo que me ocurre desde hace mucho… Yo diría que todo empezó en mis tiempos de estudiante, sentado en mi pupitre mientras tomaba apuntes de forma compulsiva (muchos de mis compañeros me lo agradecían encarecidamente, porque luego pasaban a ser también sus apuntes) mientras sostenía la cabeza con mi mano izquierda y mi codo izquierdo se apoyaba en la mesa… Una postura que me era imposible de erradicar, a no ser que la mesa estuviera demasiado llena como para poder situar mi preciado codo izquierdo en ella… :)
Con el tiempo mi cabeza ha ido creciendo y pesando más, sin duda debido a la cantidad de tonterías y pensamientos similares que he llegado a acumular a lo largo de estos años… Y eso ha producido que un tenue morado, a temporadas más acentuado que otras, forme ya parte de mí… Ahora el lápiz y el cuaderno han dejado paso a la pantalla y el teclado… Pero mi codo izquierdo siempre está ahí… Sosteniendo mis sueños y mis ideas mientras jugueteo con mi barbilla… Es mi particular herida de guerra… Una muestra de mi casi infinita paciencia, y no de mi falta de sueño, como algunos podáis deducir… :)
Siempre he pensado que algo bueno llega para los que esperan… Aunque quien espera a veces desespera… De eso habéis sido testigos aquí también…:S

Si sois curiosos, os propongo un juego… Cuando vayáis caminando por la calle, observad detenidamente los codos de las personas con quien os cruzáis… Puede que un tal iscariot esté más cerca de lo que os imagináis… :)

[El protagonista saluda con una sonrisa al público y se retira… Todas las miradas se centran en ese, hasta esta noche, gran desconocido…]


Comments are closed.

    Reading

    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

    98 von 224 Seiten (44%)