Do You Love Me?

marzo 21st, 2003

[Sobre las tablas, una extraña luz provinente de las bambalinas hace acto de presencia en medio de un escenario en completa oscuridad… La pequeña luz anaranjada parece flotar sola en el aire y se acerca al centro del escenario lentamente… Poco a poco, y al acercarse a las primeras filas, el misterio parece desvelarse… El protagonista, vestido con ropa oscura sostiene en su mano un pequeño aparato luminoso que le tiene absorto, casi sin llegarle percibir que ya ha llegado al límite del escenario… De pronto se detiene, alza la mirada del pequeño artilugio, y se dirige a los asistentes…]

– Como sabéis, me gusta contar cuentos… Así que esta noche no va a haber palabras sobre guerras y peleas de niños crecidos… Sólo una pequeña historieta… Frívola, si queréis tomarla así dados lo momentos que corren… Pero no me apetece remover más un tema que me dé tanta tristeza como la guerra…
Bien… Pues esta historia ocurrió… El pasado 12 de junio del año pasado a las 17:41:29… Curioso, ¿verdad? :) Normalmente los cuentos son atemporales, o sucedieron hace mucho muuuuuucho tiempo… Pues no es este el caso… Y para colmo el protagonista de este curioso cuento fui yo… Así que recuerdo todo lo acontecido a la perfección… No como en las viejas leyendas, que con el tiempo van pasando de generación en generación y van perdiendo parte de sus encantos por el camino…

Ya veis, me he comprado un nuevo móvil… No soy un apasionado de estos aparatejos, pero la verdad es que necesitaba cambiar el mío… Me gusta este… Es en color azul oscuro como el cielo… Con destellos como las estrellas… :) El cambio de móvil me ha tenido en vilo durante unos días porque no quería perder algo fundamental en el cuento que ahora descubriréis…

Aquella tarde calurosa (a eso ya no alcanza mi memoria, pero debía serlo) me encontraba en el pequeño despacho que comparto en la empresa donde paso el tiempo hasta que llega la hora de representar mis funciones sobre este escenario… Se acercaban las vacaciones, así que seguramente debía estar contando los días que faltaban como los presos de una cárcel… :) En aquel ambiente de “paz y tranquilidad” que envuelve ese apasionante trabajo, mi antiguo móvil emitió unos pitidos… Casi de inmediato lo cogí de la calavera de plástico transparente que tenemos algunos compañeros (esa es otra historia que deberá ser contada en otra ocasión) y observé en la pantalla que había recibido un mensaje… Desbloqueé el teclado y me dispuse a leerlo… El remitente no era conocido, cosa que me extraño, supongo que como os pasaría a todos… Pero el mensaje era tan escueto como enigmático… En la pantalla del teléfono sólo podía leerse un solitario…

TE QUIERO

Como comprenderéis, la sorpresa fue mayúscula… Rápidamente se lo comenté a mis compañeros y uno de ellos se decidió a llamar al número que había enviado el mensaje… Los que ya me conocéis sabéis que reaccionar de esa forma sería impensable en mí… Lo más probable es que ni tan siquiera llegara a marcar el número y me limitara a esconderme bajo la mesa… A veces es bueno rodearse de amigos con más iniciativa que uno… :) Mi intrépido compañero marcó el número y al poco entabló conversación con quien lo descolgó al otro lado… Fueron quizás un par de minutos, en los cuales intentó saber quien era aquella persona y la razón del mensaje… Al acabar la conversación nos explicó lo sucedido… Se trataba de una mujer que parecía adormilada o bajo los efectos de alguna sustancia poco recomendable y que se había equivocado al marcar el número… Era de esperar… Y la verdad, una lástima, tengo que reconocerlo… :)Desde aquel día, ese mensaje sigue en mi móvil… Sí, sé que es una tontería… Pero, ¿qué queréis que os diga?… Soy de los que creen que en la vida el amar a alguien es uno de los sentimientos más maravillosos que existen… Pero nada es comparable a la sensación de sentirse amado… Y hace tanto que no oigo esas palabras de los labios de una persona que me resistía a borrarlo o perderlo… :) Además, estoy seguro que el destino no es tan caprichoso como para poner otro mensaje así en mi móvil de nuevo… De ahí mi profunda preocupación… Mi absoluto desconocimiento sobre el mundo de los móviles me hizo pensar que podía ser que los mensajes no se almacenaran en la tarjeta, sino en alguna memoria interna del propio móvil, y que cabía la posibilidad de que definitivamente me quedara sin él para siempre… Pero ha sido toda una alegría comprobar que no lo he perdido, y que sigue ahí…

Un cuento con final feliz… Aunque no son mis favoritos, esta noche necesitaba uno así… :)


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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