The Long and Winding Road

septiembre 25th, 2002

– Si me preguntarais si me gusta viajar, obtendríais una respuesta diferente dependiendo del día en que lo hicierais… El hobbit que habita en mí no es demasiado asiduo a ellos, pero si tengo que hacer uno, intento disfrutar del trayecto todo lo que pueda… Nunca he viajado en avión, por ejemplo (aunque pronto voy a tener que hacerlo y no sé si voy a estar por la labor de llevar una sonrisa en mis labios en ese momento)… Pero los aeropuertos parecen un sitio perfecto para que un millón de historias se sucedan frente a tus ojos… Las intrincadas vías del tren son capaces de llevarnos a cualquier lugar… Y qué decir del mundo de la carretera… En verano, de camino al pueblo, me gusta ver por la ventana del coche a los demás conductores e imaginarme historias sobre ellos a partir de lo que puedo percibir… Realmente admiro a aquellas personas que pasan sus vidas en la carretera… Yo sería incapaz de ello… Para mí es una de las profesiones más duras que existen y no me veo al volante de un camión cruzando el país de punta a punta para llevar el cargamento de lechuga fresca a los mercados… :)

La vida no deja de poner viajes en nuestro camino… Sin ir más lejos, algunos de vosotros habéis emprendido uno hace poco, dejando atrás vuestras casas y vuestras preciadas posesiones para enfrentaros a lo desconocido, a una nueva ciudad, con nuevas compañías e ilusiones por realizar… Es lógico que algo de incertidumbre flote en el ambiente… Sólo puedo desearos mucha suerte en esas nuevas aventuras en las que os habéis embarcado…

Pero hay otro tipo de viajes que corren por derroteros no tan agradables… No hay vistas paradisíacas, ni azafatas ofreciéndote café… No hace falta comprar billete para ellos; desgraciadamente, estos viajes suelen ser tan inesperados que no da tiempo a comprarlos ni a hacer las maletas… Son viajes a tierras de tristeza y desesperación, en los que se atraviesan carreteras frías y de parajes desolados… También conozco a alguno de vosotros que está en pleno crucero por esos mares… Sólo puedo pediros una cosa… Mantened la esperanza…

Dicen que viajar hace madurar a las personas… Sea cual sea el viaje que os depare el destino, sólo pensad que todos tienen su regreso…
Así es la vida… Sólo un viaje…

[El protagonista coge las dos maletas que le esperaban a sus pies y deja el escenario…]


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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