Mirror, Mirror

agosto 29th, 2002

[Unas inmensas lonas oscuras cubren lo que parecen ser una serie de plafones colocados al fondo del escenario… El actor principal aparece entre un par de ellos y se sitúa al frente…]

– Esta noche me gustaría enseñaros algo… Dejadme que lo destape en un segundo…

[El protagonista coge una de las lonas de un extremo y tira de ella con un golpe de brazo seco… Luego se dirige a otra y hace lo mismo… Y luego otra… Y otra más… El público queda deslumbrado ante lo que contemplan y algunos tratan de tapar la visión con la palma de las manos…]

– Bueno, no hace falta que os asustéis… Yo los he visto antes y os aseguro que no muerden… :) Lo siento… Era una broma fácil… Ahora bajarán la intensidad de los focos…

[Al instante las luces pierden parte de su brillo y dejan de deslumbrar a los asistentes al chocar contra los enormes espejos que aguardan tras el actor principal…]

– Hasta hace poco, había descubierto que los espejos eran útiles para quitarte una molesta pestaña del ojo, ayudarte a que no te arranques una oreja mientras te afeitas o comprobar que sigues siendo igual de feo que el día anterior… Hasta había llegado a conocer el secreto mundo que esconden en Laberinto… Sí, los goblins nos observan tras ellos… :)
Pero nunca, nunca, nunca hubiera imaginado que los espejos eran capaces de… aumentar tu ego…

El gimnasio es uno de esos extraños lugares en los que además de sudar y de hacer movimientos rozando el ridículo me da por pensar y desconectar del mundo que me rodea… Bueno, eso si mi compañero de fatigas no insiste en hablarme de sus amores incomprendidos, de su agitada vida social o de la fauna que pulula por su oficina… :) Uno de los vicios de moda en el gimnasio, a parte de atiborrarse de mejunjes extraños (que personalmente me recuerdan a vómitos) es dirigirse a cualquiera de los miles de espejos que hay en todas las paredes del gimnasio y hacer algo así…

[El actor principal enrolla las mangas de su camiseta a los hombros y se acerca a uno de los espejos para realizar con gesto esforzado posturas típicas de culturista… Marca los bíceps (si es que tiene alguno) y extiende la pierna haciendo fuerza para comprobar en el espejo la corpulencia de sus gemelos… Todo ello acompañado de una mueca de esfuerzo en su cara… Se gira por un segundo al público y comenta…]

– Pero lo más importante es lo que viene ahora…

[El protagonista da media vuelta con la cabeza altísima y enseñando pecho se aleja del espejo en dirección al público con un paso chulesco y una amplia sonrisa…]

– Y así transcurren las sesiones de muchos de los individuos que van al mismo gimnasio al que acudo yo… Un ir y venir de cualquier aparato al espejo más cercano para poder ver el resultado de su esfuerzo…
La verdad es que no entiendo esa actitud… Ni la reina de Blancanieves era tan vanidosa frente a un espejo como algunos de ellos… Pero prefiero dedicar mi tiempo a perderme de nuevo en mis pensamientos… Agachar la cabeza… Aguantarme la risa… Y levantar esas malditas pesas, que por cierto, estoy seguro que tienen los números con el peso equivocados porque pesan el doble de lo que marcan… :)


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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