Believe

agosto 22nd, 2002

[En el escenario, una pequeña acampada aguarda la salida del actor principal… En uno de los laterales una pequeña tienda de campaña proyecta una gran sombra sobre el telón de fondo. A su lado un par de mochilas, cacerolas, un saco de dormir e incluso una cafetera de hojalata hacen guardia… La sombra de la tienda danza al ritmo que marca una pequeña fogata rodeada de grandes piedras en centro del escenario… En la primera fila, el público está algo preocupado por si se extiende un incendio por las tablas del escenario, pero parece que la situación está controlada… El protagonista aparece con su indumentaria habitual en estos calurosos días de verano y se sienta frente a la hoguera, sobre un tronco situado cerca…]

– Estas noches son ideales para contar historias… Todos hemos visto esta misma escena en multitud de películas de quinceañeros. Un grupo de amigos alrededor de una fogata como esta, requemando nubes ensartadas en ramas y contando viejas historias y leyendas… Aunque a veces los jovencitos empiezan a desaparecer misteriosamente, y la verdad es que no creo que sea porque les aburren los relatos… Supongo que ese ruido a sierra mecánica tiene algo que ver en ello… :) Os voy a contar una historia real… Pero que desgraciadamente para algunos, supuso una gran mentira, y una desilusión… Además, ahora que estoy absorto con mi nueva afición a la fotografía, es una historia que encaja a la perfección…

La historia cuenta la sensacional experiencia de dos niñas: Elsie Griffiths, de 16 años, y su prima Frances Wright, de 10… Las niñas solían ir a jugar a una zona que tenían prohibida por sus padres… Al volver la pequeña Frances una tarde de 1917 con la ropa mojada, su madre le recriminó que porque siempre iban a aquel lugar si sabían que no les estaba permitido, a lo que las niñas respondieron que acudían porque se habían hecho amigas de unas hadas. Ante la sorpresa y la posterior incredulidad de sus padres, las niñas pidieron al padre de Elsie que les prestara su cámara fotográfica para fotografiarlas. La sorpresa llegó cuando el padre reveló las películas, y encontró estas imágenes…

[El protagonista saca de uno de los bolsillos de la mochila unas antiguas fotos y las muestra al público…]

– Ésta es Elsie, rodeada de hadas…

…y ésta es Frances conversando con un gnomo…

Tras el hallazgo, los padres distribuyeron copias de las fotografías entre pocos allegados, pero no quisieron propagar la noticia… Las niñas siguieron acudiendo a su lugar de juego como siempre, y realizaron alguna fotografía más… Se conservan cinco de su fantástico hallazgo…

[El actor principal guarda las fotografías nuevamente en la mochila, coge una nube, la atraviesa con un trozo de rama y lo acerca a la llama, mientras continúa con su relato…]

En aquella época, tras la primera Guerra Mundial, se puso de moda entre los círculos de intelectuales el mundo de lo paranormal, y los padres de Elsie solían acudir a reuniones de esa temática, llegando a exponer su caso en una de ellas, y despertando la admiración de toda la comunidad… El mismísimo Sir Arthur Conan Doyle (escritor de las aventuras del detective Sherlock Holmes) se interesó vivamente por el suceso, y otros fotógrafos se trasladaron al lugar para intentar captarlas, sin éxito… También un famoso clarividente visitó el hogar de las hadas y concluyó en que efectivamente, notaba la presencia de esos delicados seres… Y las niñas, en todo momento defendieron la veracidad de las fotografías y de su relato…

Pasó el tiempo… Y el caso de las hadas de Cottingley llegó a nuestros días, y aún se sigue considerando como unas de las fotografías más importantes de la historia de este arte… Las entonces niñas se hicieron mayores, y llegaron a ser ancianas… La prensa reemprendió la investigación de este tema que parecía haber dormido durante algunos años, y en 1981 se logró reunir en una entrevista a las dos niñas para que contaran la verdad… Y una verdad afloró… Elsie admitió que las cinco fotografías eran falsas y por su parte, Frances confirmó que cuatro de las fotografías eran falsas, pero que la última era real… Las hadas no eran más que simples dibujos prendidos con alfileres… Elsie tomó como base para dibujar a las hadas un libro que tenía Frances, y tras recortar las figuras, las prendían a ramas y troncos con alfileres… Ambas se reafirmaron, a pesar de la confesión, en haber visto hadas…

Como veréis, una mentira para algunos que para otros es una certeza… Porque la verdad es que yo creo que existen… Creo en esa quinta fotografía que Frances defendía… ¿Qué sería de este mundo sin un poco de magia? De hecho… Cuando iba a segundo de EGB y en tardes excepcionales, nos visitaba un gnomo en clase… Pero, como suele decirse en estos casos… Eso es otra historia, que será contada en otra ocasión… Ahora, voy a ver qué tal está esta nube asada… No las he probado nunca, pero en las películas parecen estar buenas… Dulces sueños a todos y creed en lo que queráis… Sois libres, y eso tiene ventajas… :)

[El protagonista apaga la llama de la fogata con un jarro de hojalata lleno de agua y da un mordisco al extraño manjar campero… Su cara es inexpresiva, así que no es fácil saber si le ha gustado…]


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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