disarm, a play (acto IV)

mayo 16th, 2002

[Un estallido rompe el silencio… Algunos de los asistentes a la función se sobresaltan en sus asientos ante lo sucedido… Por la ventana aparece la figura de la chica de la escalera. Las ventanas casi saltan de sus bisagras ante la sacudida que provoca la irrupción de la chica mientras su quebradiza figura se aferra al marco para entrar… Aracne atraviesa el hueco en el decorado con cierta dificultad, por lo angosto que es. Pero ha alcanzado cierto grado de experiencia gracias a sus correrías por los tejados y acaba entrando. Charlie al notar su presencia se quita instintivamente la pistola de la boca, pero está tan sorprendido por la aparición que olvida que aún la conserva en su mano…]

– Buffff, chico, cada vez cuesta más esto de colarse por una ventana… [exclama la chica, aún sacando la pierna del exterior…] Una ya no está para estos trotes…

– ¿¡Pero qué haces aquí!? ¿¡Quién narices eres!? [grita el chico…]

[La chica recae en el arma que mantiene el chico en la mano…]

– Vaya, menudo recibimiento… ¿Es así como acoges a las visitas?

[El chico mira su mano y comprueba que la pistola sigue en su poder. Resignado al comprender que tendrá que dar varias explicaciones a la intrusa comenta…]

– A las no deseadas, sí.

– Oh… Es un detalle por tu parte. Gracias. ¿Y las galletitas? Tengo hambre… [comenta desenfadadamente la chica mientras husmea en la habitación…]

– ¿Se puede saber qué haces aquí?

– Soy tu hada madrina y vengo a decirte que los niños que juegan con fuego o con pistolas se hacen pipí en la cama… [comenta la chica en tono jocoso…]

– No estoy para bromas. Hoy ha sido el peor día de mi vida, y se suponía que iba a ser el último, hasta que has interrumpido mi adiós a esta mierda de mundo…

[La chica cambia el semblante y el tono de la conversación al comprender la gravedad de lo que acaba de escuchar…]

– ¿Tan desesperado estás que no te das una oportunidad a ti mismo? Si un día se te derrama el café no tienes porqué dejar de tomártelo… No hay que apagar la luz para esconder algo que no quieres ver… Siempre hay una llama capaz de guiarte entre las tinieblas y de aliviar el miedo que sientes al cruzarlas… ¿O es que de pequeño no te sentías el héroe más grande de la historia al atravesar de noche el pasillo de tu casa, a oscuras, sin que ninguno de aquellos monstruos que acechaban en la cocina se dieran cuenta de tu paso? En esta vida superar nuestros miedos y problemas nos hace fuertes, nos curte la piel…

[Por un instante, el silencio gobierna la escena… Aracne se sienta sobre la cama junto a Charlie y continúa…]

– Venga, cuéntamelo… La desolación es un terreno peligroso… Y más si se atraviesa sólo… Yo lo intenté una vez…

[El chico suspira y fijando la mirada en los ojos de la chica, revela…]

– No es desolación lo que siento… Es dolor…

[Charlie se quita la camiseta que llevaba puesta. En su pecho a la altura del corazón un oscuro agujero ocupa el lugar de su corazón… Porcelina pintó de negro con betún esa zona del pecho de Charlie para causar ese efecto… El resultado es tremendamente impactante… Y las luces se funden en oscuridad…]


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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