Strawberry Fields Forever

abril 25th, 2002

[En el escenario unos enormes plafones con fotos ocupan la parte de los laterales… Son fotos en su mayoría en blanco y negro y de personas con brazos hinchados y venosos, caras esforzadas y piernas aceitosas… Destaca una enorme colección de fotos de un joven y entonces desconocido Arnold Schwarzenegger utilizando todos los aparatos de gimnasio imaginables… Entre los plafones aparece el acto principal, sonriendo…]

– Historias de gimnasio… :) Es extraño el poder que tienen a veces las palabras… O cuanto menos curioso… El dueño del gimnasio, un exculturista muy campechano y juerguero nos ha explicado a R. y a mí una anécdota de aquellas que impresionan (por lo absurdo) mientras teníamos las piernas a punto de reventar…

Un alemán llegó al gimnasio para apuntarse durante sus vacaciones en nuestro soleado (a veces demasiado) país… Por supuesto, el súbdito germano no tenía ni idea de nuestra lengua, y se defendía en inglés. Por desgracia, el encargado del gimnasio y esa lengua están peleados de por vida así que el hacerse entender, como comprenderéis, era algo complicado… El alemán le pidió al encargado si podía venderle un preparado de proteínas, ya sabéis, uno de esos extraños mejunjes de no se sabe qué sustancias y que prometen convertir su consumidor en un príncipe modelo estándar. El encargado, milagrosamente, llegó a entender qué era lo que le estaba pidiendo su nuevo cliente (no quiero ni pensar qué otro mejunje podría haberle dado de otro modo) y dada la diversidad de la gama de esos productos, le preguntó con una de las pocas palabras en inglés que conocía (y que además estaba en el envase)… ¿Strawberry?

A partir de ese mágico momento, esa palabra se convirtió en la única forma de entenderse… El alemán cuando llegaba al gimnasio le saludaba con un sonoro “¡Strawberry!” mientras que en sus paseos por el gimnasio, el encargado le preguntaba que tal se sentía con un “¿Strawberry?” y el dedo pulgar hacia arriba, a lo que el sudoroso alemán contestaba “¡Strawberry! ¡Strawberry!”…

Sin duda, creo que es la primera vez en la historia que una única palabra ha servido para expresar tantas cosas (bueno, a excepción de abracadabra y supercalifragilisticoexpialidoso)…

Hasta la próxima función… ¡Strawberry! :)


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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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