Coffee Shop

febrero 27th, 2002

[Sobre las tablas, una máquina de café del tamaño de un armario recibe la atención del público que asiste esta noche a la función. Tras ella, una mano aparece e introduce un par de monedas. Seguidamente pulsa uno de los botones del frontal e inmediatamente la máquina se pone en marcha con extraños ruidos que proceden de su vientre metálico. El actor principal sale de detrás de la máquina y espera apoyando su hombro en ella y con lo brazos cruzados…]

– La cafetera es uno de esos extraños lugares en los que la gente se transforma… Puede que sea el aroma que desprende la máquina cuando se pone en marcha, o la música que interpretan todos esos engranajes y ruedas que hay en su interior, pero lo cierto es que la gente, cuando entra en su área de influencia cambia.

[Un vaso de plástico cae tras una puertecilla transparente en la parte inferior de la máquina. Casi al instante, una breve lluvia de azúcar y un palito de plástico caen en su interior. Los ruidos internos no cesan…]

La gente se vuelve repentinamente cotilla en la cafetera. Los chismorreos y las risas cómplices acompañan a los sorbos de café… Aunque por unos instantes esta fiebre puede verse interrumpida por el tránsito de alguna persona no adicta al café cerca de la cafetera, enseguida continúa el efecto alucinógeno de la cafeína y las misteriosas historias de compañeros de trabajo vuelen a surcar el ambiente. Un extraño fenómeno, digno de estudio que por supuesto tiene una duración tan limitada como los cinco minutos que se tarda uno en beber uno de esos cafés, o le que quiera que sea lo que sale de estas endiabladas máquinas…

[La máquina calla de repente, y el actor abre la pequeña compuerta y recoge el vaso, algo manchado por los lados…]

Esta tarde intenté averiguar algo más sobre este extraño comportamiento… Blanca pasó para recargar la máquina. Llenó hasta los depósitos del chocolate en polvo, y por un momento el ambiente pareció una pastelería como las que nos entusiasmaba visitar cuando éramos niños. Sólo he podido sonsacarle que antes de decidirse a montar este negocio estuvo estudiando concienzudamente el café y sus efectos y llegó a la conclusión de que el café natural era mejor para sus intereses que el tostado, porque deja mejor sabor de boca y eso lo hace más adictivo…

[El protagonista remueve con la cucharilla el café y da un sorbo…]

Está realmente asqueroso… :) Suerte que los he dejado ya…
Por cierto, disfrutad de la noche esta noche… Hoy está más cerca que de costumbre, así que extended los brazos e intentad tocarla… Quizás tengáis suerte…


Comments are closed.

    Reading

    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

    98 von 224 Seiten (44%)