When I Grow Up

– … y así es como me he dado cuenta de que me he hecho mayor.

El protagonista está sentado en un taburete situado en el centro del entarimado con una lata de galletas danesas entre las manos. Acaba de tragar la última que sus dedos han sacado de ella (con mucho cuidado, eso sí, porque últimamente las galletas están dando muchos problemas), y prosigue:

– Cosas que antes no me preocupaban, o que pensaba que no estaban hechas para mí, no dejan de pasar por mi mente cada vez con más insistencia. El amor, el trabajo, el futuro, el destino… ¿Quien gobierna nuestras vidas? ¿Somos nosotros mismos o el titiritero que maneja los hilos que nos mantienen colgados aquí abajo, en este teatrillo?
Y aunque esas ideas no hacen más que dar vueltas en mi cabeza sin otro propósito aparente que abrirme los ojos a una nueva realidad, yo sigo siendo (o sintiéndome) un niño por dentro… ¡Todo eso son cosas de mayores! ¡Que hago yo preocupándome de esas tonterías! Creo (y espero) que no voy a dejar de serlo nunca… Pero este mundo es un lobo hambriento de caperucitas rojas, y es difícil sobrevivir en él si no te cubres con una armadura del mejor acero forjado para resistir la mordedura de sus fauces. Son tiempos difíciles…

Cierra la lata y se queda un instante pensativo mirando la fotografía de su cubierta, luego alza la vista al público, esboza una sonrisa, y se encamina hacia las bambalinas, mientras el foco se apaga lentamente.