All this time
-El último día del año llega el último, pero no por ello sale a la carrera con menos ilusión. Todo el mundo espera que pase pronto y caiga la noche, pero él tiene su amor propio y espera poder vivir su momento, con la misma calma con la que lo han hecho el resto de días del año. Y así va transcurriendo segundo a segundo, minuto a minuto, y hora a hora… Y las agujas bailan al son del tic tac, y el tic tac suena al ritmo acompasado de las agujas de un reloj algo cansado…
En el último día del año cualquier cosa puede suceder, al igual que en cualquier día del resto del año: puedes cometer mil errores, pisar charcos, silbar unas cuantas canciones o comer macarrones. Añorar abrazos, contar canas, morder palos o atarte los cordones de los zapatos boca abajo. Y si no llegas a hacer alguna de esas muchas cosas, el último día del año cree que al llegar el último no se le tiene en cuenta y se siente herido, como solo a un día se le puede herir: con la indiferencia de la última hoja del calendario que es arrancada y tirada a la papelera de los años perdidos.
El último día del año es una estrella de azúcar. Y también una rueda pinchada. Un millar de posibilidades o ninguna, dependiendo de lo que elijas. Es un día perfecto para que el hombre invisible se refleje en un espejo o para hacer una llamada a tu fantasma favorito. Para cavar el agujero más profundo de la Historia y para poner a la venta tu disfraz de mentecato. Para perderse y volverse a encontrar. Un día ideal para dejarse llevar por la corriente, mecido por las horas. Si te apetece puedes llorar mares. Si quieres, puedes reír a raudales. También regar tus rosales. Todo eso se puede hacer en un día como hoy, que es el último, pero que sabe como el primero. Así que, ¿qué vas a hacer con todo este tiempo que te queda por delante?
Feliz último día del año a todos… :)
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