Horses In My Dreams

agosto 5th, 2003

– Desde hace un par de días sólo hay una imagen que viene a mi mente continuamente… No es ésta, por desgracia es aún más desgarradora… Pero los relinchos de la otra resuenan en mi cabeza con la misma fuerza con que lo hacen las melodías de un carrusel… Toda una pesadilla… ¿Puede un caballo tener una muerte más horrenda? Yo lo dudo…

The Bitter End

agosto 2nd, 2003

[La tarde cae lenta e inexorablemente sobre el teatrillo. Por unos instantes el calor ha dejado paso a una suave brisa que se cuela en el interior de la sala… El público agradece la aparición de esa agradable intrusa… Se prevé una noche magnífica…
El protagonista salta a escena con impaciencia… Da varias vueltas en el escenario intentado aclarar sus ideas ante la atenta mirada de un público algo extrañado por la situación… El foco tiene ciertas dificultades al seguir sus movimientos, hasta que el actor principal se detiene en el centro del escenario… Sorprendido, recae en su mano, cuyo dedo índice está siendo mordisqueado nerviosamente… Inmediatamente baja la mano y sonríe al respetable para iniciar la función…]

– Lo siento… A veces no puedo resistirme… Y con esto del estreno de escenario… :S
Sí, lo habéis adivinado… Supongo que como muchos de vosotros yo también me mordía las uñas de pequeño… Y aunque mi madre y mi abuela eran las primeras interesadas en que me deshiciera de esa, para ellas, fea costumbre, nunca fueron capaces de lograrlo… Lo intentaron todo, desde asquerosos pintauñas trasparentes que te dejaban la lengua como si la hubieras arrastrado por la moqueta de unos grandes almacenes hasta el mismísimo y terrible aceite de ricino (sólo escuchar su nombre me provoca escalofríos aún)… Ni siquiera la amenaza de que un extraño bicho recorrería mis tripas si continuaba haciéndolo lo consiguió… Nada fue suficiente…

No fue hasta mucho después que por propia decisión lo dejé… Nada fácil, os lo puedo asegurar… La tentación está tan cerca, tan al alcance de la mano… :)
Pero lo cierto es que dejé de hacerlo… Supongo que quizás es una señal más que te pone la vida para que te des cuenta de que has crecido y de que las cosas van cambiando… Aunque no me resisto a mordisquearlas tiernamente o a darle algún mordisco bien intencionado que otro a la piel de los lados… Supongo que todos sabréis las fatales consecuencias a las que se puede llegar si se excede uno en esas artes… Así que ahora mismo tengo el dedo índice de la mano derecha con una pequeña herida que me demuestra lo arriesgado que puede llegar a ser… ¿Veis? Justo aquí… :)

[El protagonista muestra su dedo al respetable… Por mucho que se esfuerce, la herida es demasiado pequeña como para que puedan apreciarla a esa distancia… Luego prosigue…]

– Es duro deshacerse de esas cosas que nos han acompañado desde siempre… Cerrar las maletas tras un largo viaje y dejarlas bajo la cama… Admiro a las personas con suficiente fuerza de voluntad como para saltar por encima de recuerdos y retos y salir adelante… Supongo que todos lo hacemos en determinados momentos de nuestras vidas, así que todos somos un poco heroes…
A mí el dejar de morderme las uñas me ha traído un vicio mucho peor… Morderme por dentro… :S Pero a otras personas les ha propiciado que ahora luzcan unas preciosas manos con uñas pintadas de rojo…

[El protagonista se dirige hacia las bambalinas, pero al llegar a medio recorrido da media vuelta y con el pulgar levantado envía un saludo a una de las asistentes…]

– ¡Ánimo Sandoz! ¡Tú puedes! Y gracias… ;)

[Luego reemprende de nuevo su camino hacia las entrañas del teatrillo mientras observa con ojos ávidos el dedo… Lo que sucede tras el cortinaje es otra historia que debería ser contada en otra ocasión…]

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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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