And The Winner Is

junio 11th, 2002

– Supongo que como a todos vosotros, no me gusta perder… El sentimiento de la derrota no gusta a nadie, aunque hay que saber encajarlo cuando llega. Esta semana el ajetreo ha seguido en casa. Mi hermano ha tenido que acabar su proyecto a contrarreloj y finalmente lo ha presentado esta tarde junto con sus dos compañeras. Parece que todo ha salido bastante bien (al menos esa ha sido su impresión). Pero claro está, esta semana he vuelto a recordar el “encanto” de dormir en el sofá del comedor y ha sido imposible no involucrarme hasta las cejas en su trabajo (más que nada, porque su desesperación era a veces total). Si he accedido a ayudarles ha sido porque odio ver sufrir a la gente si está en mi mano ayudarles, pero sobretodo porque por primera vez he visto a mi hermano poner voluntad en algo. Y por suerte, el esfuerzo de todos ha valido la pena (crucemos los dedos).
Pero todo tiene su contrapunto: lo que veis aquí es el resultado de una noche intensa de trabajo…

[Desde el escenario, la vista del teatrillo es algo desoladora: grandes telas cubren algunas partes del patio de butacas y algunas de las localidades están inmersas en kilos de papeles, disquetes y envoltorios de chicles. Será una tarea pesada devolver el teatrillo a un estado decente, pero la tarea tiene algo de esperanzadora…]

– Han sido noches muy largas, de nervios y dudas, de errores y desilusión… Y de muchos “gracias”, “gracias”, “gracias” de parte de una de las chicas que parecía repetirlo cada vez con más insistencia aunque se diera cuenta de mi cara de estupor… Porque si hay algo que me incomoda es que alguien que me conozca me dé las gracias… Nunca he dado las gracias a mi madre por ponerme la comida (sí, se que debería hacerlo quizás) pero sé que ella lo hace a gusto, y con toda confianza, tal como yo he hecho con ellos… Creo que no hay que agradecer aquello que uno ha hecho poniendo todo de su parte…

En definitiva, es una emoción agradable sentir que has superado algo, que lo has vencido o que has ayudado a conseguirlo. Al fin podré dormir bien esta noche (y no sólo porque vuelva a mi cama)… :)

[El protagonista esboza una sonrisa y emprende su camino hacia las oscuras bambalinas… Cuando ya está a punto de ocultarse tras el telón se gira y comenta…]

– ¡Ah! Y perdonad mi poca presencia en el escenario últimamente… Prometo remediarlo… :)

Sweet Sweet

junio 7th, 2002

-… y eso no es ninguna novedad… Aunque esta semana parece haberle amedrentado, el verano está llegando… Muchos de vosotros ya habréis cambiado las mangas largas por las camisetas, olvidadas con el frío en el fondo del armario… Pero lo que seguramente muchos no sabréis es que con el verano llegan los caramelos de verano… Porque sí, existen caramelos de invierno y de verano… ¡¡Y ES UN IRREPARABLE ERROR COMERLOS EN LA ÉPOCA QUE NO LES PERTOCA!!

[El actor principal hace hincapié en esa afirmación mientras comprueba la cara de estupor del público, que desconocía esa extraña “ley de los caramelos”… Al fondo uno de los asistentes que tenía su mano en el bolsillo de la chaqueta en busca de algo, la saca rápidamente y algo asustado… El protagonista tras unos instantes de silencio prosigue…]

El tiempo ha borrado de las mentes de los niños y de los niños de los niños, y de los niños de los niños de los ahora no tan niños esa antigua ley, descrita por las hadas que fabricaron los primeros caramelos y que se los regalaron… Poco después los fabricantes de caramelos, entonces dedicados a otras tareas menos remuneradas, robaron las fórmulas mágicas a aquellas hadas, y las esclavizaron en lo más recóndito de sus fábricas mientras producían sin control caramelos de todas las formas, colores y sabores y se enriquecían a costa de la sabiduría de aquellas antiguas ninfas…

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Los caramelos de invierno son fáciles de distinguir entre el resto porque normalmente vienen envueltos en papeles ruidosos, de aquellos que molestan a los puristas en el cine… Al abrir el envoltorio te encuentras una pequeña gema incolora y fría… Y de hecho, la primera sensación que se siente al comer uno de estos caramelos es que es tan frío como la época del año en que deben comerse… Pero estos caramelos encierran en su interior un sabor a eucaliptus que desatasca la nariz más taponada y despejan la cabeza más embotada en los días nublados (aunque no debe abusarse de ellos, pues su efecto “flipante” puede crear adicción)… Pero su final llega con el calor y cuando el papel se vuelve pegajoso y pringa en los dedos… Es tiempo entonces de cambiar de caramelos… Los efectos del eucaliptus en época de verano pueden ser tremendos… :)
 
Los caramelos de verano son vistosos y redondos… Tienen infinitos colores, son blandos y saben a frutas sintéticas, como las de los polos o los yogures, creadas en los mejores laboratorios del mundo para hacer su sabor más adictivo… Vienen en un tubo alargado forrado con un fino papel plateado (ciertamente innecesario) que suele hacerse corto cuando estás de vacaciones frente al ordenador y el calor asalta tu habitación por las tardes con un golpe seco de aire… Pero son eso, caramelos de verano, se esfuman tan rápidamente como llegan…
 

En fin, creo que ya sabéis lo suficiente para no cometer el grave error de comer caramelos en una época equivocada… :)

Smoke on the water

junio 4th, 2002

[El silencio reina sobre las tablas del escenario… Parece que el tiempo se haya detenido por unos instantes y el público, que ya ocupa sus asientos desde hace un rato, se mantiene a la espera de que empiece la función de esta noche… Todo es calma…

Poco a poco una neblina empieza a cubrir las tablas y se empieza a extender por el patio de butacas… En pocos momentos la niebla deja paso a una espesa humareda. El olor a quemado invade la sala y alerta a los asistentes que empiezan a abandonar sus asientos alarmados por lo que están presenciando… ¡¡¡El teatrillo está en llamas!!!

De repente, y entre el humo y el caos sale a escena el protagonista entre un ataque de tos y con un pañuelo tapando la boca…]

– ¡Tranquilos! ¡¡Tranquilos!! ¡COUF! ¡COUF! ¡No es nada! ¡¡Ya he abierto las puertas y ventanas!! ¡En un momento se habrá esfumado todo esto!

[El público se detiene y aunque el aire es algo irrespirable esperan que el actor principal explique lo sucedido…]

– ¡COUF! ¡COUF! Siento lo ocurrido… Pero yo me he llevado la misma sorpresa que vosotros este mediodía… Ni en mis mejores experimentos de pequeño [ver post 03/02/2002] hubiera conseguido este resultado… ¡COUF! ¡COUF! Acababa de comer y estaba esperando la hora de coger el coche y volver al trabajo… Es justo el momento que aprovecha mi hermano (sí, el mismo del que os hablaba ayer) para plancharse el pelo en el lavabo… Para eso el tiempo nunca es suficiente… Recordé entonces que tenía que buscar un CD para dejárselo a un compañero de trabajo, así que me levanté de la cama y me dispuse a sumergirme entre ese mar de cajas de CDs que inunda nuestro cuarto. Mi hermano en esos momentos estaba también en la habitación… De repente ¡COUF! ¡COUF! ¡COUF! me asaltó un olor a quemado (algo extraordinario ahora que me detengo a pensarlo, porque no es que tenga un sentido del olfato muy agudo que digamos). Rápidamente se lo comenté a mi hermano y ambos salimos al pasillo para comprobar que pasaba… Mi primera reacción iba a ser ir al lavabo donde mi hermano se peina para comprobar que su artilugio no estuviera ya envuelto en llamas… Pero la sorpresa me sobrevino antes de llegar a él…

El humo provenía del otro pequeñísimo lavabo que tenemos en el piso y extrañamente de una pequeña estantería en el suelo… Al principio creímos que se trataba de algún cortocircuito tras ella y que deberíamos cortar la corriente por si acaso, pero mirando con más detenimiento (y casi asfixiados, la verdad), descubrimos el origen de esa pestilente neblina. ¡COUF! ¡COUF! La sofocante humareda salía de un bote de plástico blanco que tenía una tapa negra para cerrarlo… Casi sin tiempo a reaccionar lo cogimos y lo llevamos al balcón donde mi madre abrió la tapa y derramó agua sobre el contenido…

Sé que es una historia inverosímil, pero cuando os diga lo que contenía el bote aún lo será más… El recipiente, totalmente cerrado y dormido en esa estantería durante meses sin que nadie llegara a despertarlo, contenía unos polvos que mi madre utilizaba para tintarse el bello de los brazos (para que no se noten tanto, así de coqueta es…) :)

En fin… El susto no nos lo ha quitado, pero luego la sorpresa se ha adueñado de nosotros… ¿Cómo es posible? ¿Es acaso una señal? En ese caso agradecería que la próxima no se aferrara a mi garganta con tanta fuerza… ¡COUF! ¡COUF! :)

Sleeping on the Sidewalk

junio 2nd, 2002

[El actor principal aparece con gesto contrariado y frotándose la nuca con la mano derecha…]

– Uf… Vaya nochecita… :) [Comenta con una sonrisa de bienvenida…] No sé si vosotros tendréis también este tipo de movidas muy a menudo en vuestra casa… Pero estas dos últimas noches han sido mortales… Y todo por culpa de mi pesadilla particular… Mi hermano…

Porque, sí… Tengo un hermano… Y aunque a veces me arrepienta de ello (sobretodo cuando no encuentro un CD porque él lo ha guardado en la caja del primero que ha encontrado o en el peor de los casos ni siquiera se ha molestado en buscar alguna protección), en la mayoría de ocasiones me alegro de compartir mi cuarto con él…
Hemos llegado a tal punto de compenetración que incluso nos entendemos hablando mediante silbidos… Reconozco que yo no “vocalizo” tan bien como él, pero sí le entiendo a la perfección… ¿Podéis imaginarnos el uno en una punta del piso y el otro en la otra y pidiendo que uno de los dos vaya en busca del otro, o que cambie de canal en la televisión porque está saliendo algo interesante? Pues así es… :)

Aunque como os decía, “casi” siempre me alegro de compartir mi cuarto con él, estas dos últimas noches no ha sido un cuento de hadas que digamos… Inmerso en la misma vorágine de exámenes y trabajos de final de curso que muchos de vosotros, mi hermano tiene que entregar un proyecto de programación la semana que viene, y para no romper con lo habitual lo lleva bastante atrasado… Su compañera ha tenido que quedarse estos dos últimos días “viviendo” en casa y eso incluye la noche… He tenido que ceder mi cama para uno de ellos con lo cual me he tenido que ir a dormir al sofá del comedor… Hacía muuuuuuuucho que no volvía a ese entrañable rincón de casa para dormir allí; quizás alguna vez en que tuve dolor de barriga de pequeño y acabé durmiendo en él y tomando un vaso de agua caliente con un chorrito de anís (un remedio casero infalible de mi madre). Lo cierto es que no se duerme tan mal… Si no fuera porque oyes cada coche que pasa por delante del bloque, que cada cuarto de hora el reloj toca su MUY ENTRAÑABLE melodía (a destacar el repiqueteo de las horas en punto) y que a las seis de la mañana el comedor medio iluminado ya por el sol, adquiere un tono azulado imposible de eludir… Pero en fin, es una experiencia que podría repetir si no fuera por que mi cuello se resiente de ello… Uno ya no está para estos trotes… :)

Además, gracias nuevamente a mi hermano he vuelto a recordar el porqué me compré hace ahora casi un año, un nuevo ordenador… sto es l que entnde mi antigo PC si tclas un poc rápido… (TRADUCCIÓN: esto es lo que entiende mi antiguo PC si tecleas un poco rápido)… Ya tengo el nuevo monitor y ni siquiera he podido disfrutar de él… Aunque a primera vista he hecho una buena compra… Con lo que pesa deben haber invertido la producción de acero de Estados Unidos de medio año… A saber con que van a fabricar ahora las vías de tren… :)

[De pronto, un silbido desde las bambalinas. Aunque es difícil describirlo con palabras podría ser algo parecido a “fifiu… fi fi fifi fi fifiuuuuuu?”]

– Bueno, creo que me llaman… Llevo ya varios días escuchando esa melodía (y no precisamente “de tanto en tanto”, sino “de mucho a en demasiado a menudo”)… Porque sí, por si no fuera poco con todo lo que os he contado, encima les estoy haciendo medio proyecto y resolviéndoles las dudas… Que le vamos a hacer… Para eso estamos los hermanos… Y para tirarnos los trastos de vez en cuando… :)

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    Un monstruo viene a verme
    (Patrick Ness)

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