1.000

[El teatrillo aparece extremadamente iluminado esta noche. Líneas de pequeñas luces cruzan el techo de la sala de punta a punta y grandes focos desde el otro lado de la sala iluminan el escenario y el patio de butacas. Sólo el humo de los cigarrillos que se extiende como una densa neblina trata de eclipsar tanta luminosidad sin éxito. La sala está abarrotada… Se han retirado los asientos por esta noche, y a los lados se han montado unas mesitas con pequeños bocadillos, pan de molde con patés variados y Nocilla, enormes platos de patatas fritas y ganchitos y botellas de Coca-Cola y Fanta de naranja; un típico menú de fiesta de cumpleaños para niños. Gentes de todas las edades y razas forman corrillos y esperan con sus vasos de plástico en las manos a que la función dé comienzo. Casi no se puede pasar entre el aluvión de público y una música, casi inaudible debido al barullo, intenta hacerse oír en un ambiente que empieza a caldearse por momentos…

Mientras, el actor principal saca la cabeza por los pliegues del telón y no da crédito a sus ojos… Esta noche está más nervioso que de costumbre, y tras esconderse de nuevo mira fijamente sus manos en busca de calma. Respira profundamente y tras unos instantes de indecisión aparta con una mano la cortina y sale a escena…

El público le da la bienvenida con un aplauso complaciente. El protagonista sonríe vergonzosamente y se sienta en el suelo, con las piernas colgando justo al límite del escenario…]

– Gracias, estimado público. Es todo un honor poder compartir con vosotros una noche como esta. Perdonadme si estáis un poco apretados, pero necesitaba tener esta noche a todos los que han pasado por aquí para ver la función… Necesitaba deciros…

Esta obra no sería nada sin vosotros. ¿De qué serviría esmerarme en los decorados o repasar el guión miles de veces si nadie asistiera al alzarse el telón? Son ya 1.000 los asistentes que habéis pasado por este humilde tugurio para escuchar a este pobre payaso (quizás realmente seáis algunos más, porque contraté a la taquillera cuando ya llevaba algunos meses entre bambalinas y quitando el polvo a las lámparas). Pero sé que en realidad no sois sólo un número; con esta luz puedo veros las caras, puedo miraros a los ojos… Venís de lugares lejanos o de algún sitio al doblar la esquina. Eso da igual… Si habéis llegado aquí merecéis celebrar esta noche conmigo…

Estoy muy contento con el éxito de la función, tanto desde sus inicios como en esta segunda época, y espero seguir disfrutando sobre estas tablas por mucho tiempo. He recibido más críticas positivas que negativas y eso me agrada y me motiva a mejorar. Si tan sólo tuviera un poco más de tiempo que dedicar a este teatrillo… Hay un millar de cosas aún por hacer, un millar de cuentos por escribir, un millar de canciones por compartir… :)

Creo que sobran las palabras en estos momentos, así que…

[El actor se levanta de un salto y desaparece por unos instantes tras el telón. Al momento, éste se alza majestuosamente, y el protagonista vuelve a aparecer tras un gigantesco pastel de chocolate… El público rompe a aplaudir… El artista no puede soportar la tentación y pasa el dedo sobre él para probarlo. Una sonrisa dedicada al público les da una pista de su excelente sabor…]